Por Sergio Rodríguez Gelfenstein: Puerto Rico, un caso de colonialismo en un mundo global
Enviado por Barometro
Internacional el martes, 09 diciembre, 2014 a las 15:34
Hace
casi 12 años se publicó en México la primera edición de mi libro
Puerto Rico, un caso de colonialismo en un mundo global” en la que
hacía un análisis del status político de ese país hermano en la
búsqueda de un camino que permita destrabar tal situación. A pesar
que el mundo y la región han sufrido ostensibles y trascendentales
transformaciones, las cuales signan una realidad profundamente
distinta a la de los prolegómenos del siglo XXI cuando esa
investigación se dio a conocer a la luz pública, ha pasado más de
una década sin ningún tipo de modificaciones y Puerto Rico sigue
manteniendo un status de “Estado Libre Asociado” que es ilegal en
el marco del Derecho Internacional.
Aunque
el entorno ha cambiado en términos políticos, Puerto Rico sigue
detenido en el tiempo. El año 2014 que está concluyendo, ha
significado la profundización de una crisis económica que algunos
se atreven a darle carácter estructural. Se fundamenta en el orden
económico, político y social del país, toda vez que el mismo no
posee un modelo económico propio, además que no tiene posibilidades
de buscar soluciones a partir de decisiones soberanas y, ni siquiera
puede establecer una política monetaria propia.
Se
afirma que la crisis tiene su origen en las dificultades del sistema
económico global, pero ello esconde el escandaloso colapso que
produjo el cese de vigencia de la Sección 936 del Código de Rentas
Internas Federal, que le daba atractivos a la inversión en la isla,
lo que lo convertía en el principal motor económico del país. Ante
esto, el gobierno no tuvo capacidad para reaccionar a tiempo, buscar
alternativas y sustituir la 936 por otro instrumento que diera
viabilidad a la economía. El año 2014 comenzó con una deuda
pública que sobrepasaba los 70 mil millones de dólares,
triplicándose desde el año 2000 cuando alcanzaba los 20,400
millones de dólares. Eso, para un país de menos de 4 millones de
habitantes es una cifra muy elevada. Tal hecho hizo que desde 2010 la
población haya ido mermando, dada la gran cantidad de ciudadanos que
ha emigrado (prioritariamente a Estados Unidos) en busca de mejores
condiciones de vida
La
situación creada provocó la bajada de la nota de la deuda por tres
calificadoras de riesgo. Ello no ha conllevado cambios con la
alternancia en el poder de los partidos Nacional Progresista (PNP),
anexionista y Popular Democrático (PPD), autonomista. Cada uno de
ellos denunció a su antecesor por el déficit presupuestario que ha
heredado, sin tomar medidas reales para su eliminación, o al menos
para su reducción, lo cual impidió que el país pudiera recurrir al
mercado de bonos. Desde el punto de vista social, este escenario
significó el despido masivo de empleados públicos, combinados con
estímulos para la jubilación y la renuncia de los funcionarios, lo
que llevó al aparato gubernamental a una reducción de una cifra
cercana a las 30 mil personas
Sin
embargo, a pesar que en términos de definición del status, no se
han producido relevantes reformas, la movilización y lucha del
pueblo boricua, ha logrado avanzar en los últimos años logrando el
éxito a su favor en importantes demandas ancestrales. Así, el
contrato de arrendamiento de la isla de Vieques por parte de la
Fuerzas Armadas de Estados Unidos no se renovó y el 1° de mayo de
2003 el presidente George W. Bush decidió la salida de la Marina de
Guerra de la pequeña isla. Desde 1940 Estados Unidos ocupó las tres
cuartas partes de la isla para instalar cuarteles de comandos del
Ejército, la Marina y las Fuerzas de Operaciones Especiales a fin de
utilizarlas para el diseño de acciones bélicas en América
Latina y el Caribe. Los daños a la población civil de la isla
fueron denunciados durante décadas y en 1993 se constituyó el
“Comité Por el Rescate y Desarrollo de Vieques”, movimiento de
resistencia que se encargó de denunciar los resultados de la
ocupación.
Así
mismo, como consecuencia de la salida de la Armada de Estados Unidos
de Vieques, en enero de 2004, el alto mando estadounidense decidió
reubicar las Fuerzas Navales del Comando Sur, en la Estación Naval
de Mayport, Florida retirándola de la Estación Naval Roosevelt
Roads en Puerto Rico, lo cual condujo al cierre de esta base el
31 de marzo de 2004.
En
otro plano, la situación de los presos políticos puertorriqueños
en Estados Unidos ha ido cobrando repulsa en la opinión pública de
la isla y en la propia metrópoli. En particular, el caso de
Oscar López Rivera ha conmocionado a los puertorriqueños.
López Rivera fue detenido el 29 de mayo de 1981 y condenado a 55
años de prisión por conspiración sediciosa. En 1988, como
resultado de una acusación de conspiración y fuga de la prisión,
fabricada por el gobierno estadounidense, le añadieron 15 años más
a su sentencia, los cuales deberá cumplir después de que termine
los 55 años de la sentencia previa. A pesar que en 1999, el
Presidente Bill Clinton conmutó las penas de 12 mujeres y hombres
puertorriqueños detenidos por causas políticas, Oscar López Rivera
no fue incluido entre los liberados. Con casi 34 años detenido,
López Rivera es el preso político más antiguo del continente. La
demanda por su libertad ha ganado el consenso de los puertorriqueños.
El
6 de noviembre de 2012 se realizó el más reciente plebiscito para
que los puertorriqueños opinaran sobre el status político de su
país. El mismo estuvo organizado a través de dos preguntas, la
primera de las cuales pedía opinar acerca de la mantención o no del
status actual. Sólo el 46% de los participantes que acudieron a
votar y que representaron el 77,71% del padrón electoral apoyó
conservar inalterable el sistema político actual. La segunda
pregunta en la que podían participar todos los electores
independientemente de su respuesta a la primera, consultaba acerca de
cuál sería la opción alternativa al actual Estado Libre Asociado.
Por primera vez en la historia, la anexión con un 61% obtuvo más
votos que el status existente. Lo novedoso es que la Libre Asociación
que propongo en mi libro como la vía más realizable en el camino a
la Independencia obtuvo 33%, mucho más que la Independencia que sólo
logró el 6%.
Vale
decir que este plebiscito no era vinculante al no contar con
compromiso alguno de las autoridades del Ejecutivo o del Legislativo
de la metrópoli. Un año antes, el 14 de junio de 2011, durante su
visita oficial a Puerto Rico, el presidente estadounidense Barack
Obama había afirmado que apoyaría la voluntad de los
puertorriqueños si había una clara mayoría. A pesar de ello, el 11
de diciembre de 2012 la legislatura de Puerto Rico aprobó
una resolución para “requerirles al Presidente y al Congreso de
los Estados Unidos que actúen de conformidad con el reclamo del
pueblo de Puerto Rico para que se termine de una vez y por todas con
el estatus territorial actual de Puerto Rico y que se inicie el
proceso para admitir a Puerto Rico como Estado de la Unión, según
expresado libre y democráticamente en el plebiscito que se celebró
el 6 de noviembre de 2012; y para otros fines relacionados”.
El
primer interesado en desactivar los resultados del plebiscito es el
propio Estados Unidos que no desea incorporar un territorio
culturalmente distinto y con una fuerte identidad a la federación
norteamericana. El modelo imperial diseñado para la nación boricua
es el del Estado Libre Asociado y a él se aferran.
Empero
estos resultados y las reticencias de Estados Unidos para dar una
respuesta sobre el tema, América Latina y el Caribe ha decidido
tomar cartas en el asunto. Previo a la realización de la Segunda
Cumbre de la Comunidad de Estados de Latinoamérica y el Caribe
(CELAC) que se realizó en La Habana en diciembre de 2013, el
gobierno de Venezuela formuló una invitación a representantes del
independentismo puertorriqueño para participar en un foro en Caracas
donde se debatiera sobre el asunto y se visualizara la manera en que
Puerto Rico podría participar de este mecanismo en el que están
presentes todos los Estados de la región.
La
intervención de personas que Estados Unidos considera ciudadanos
propios en un evento al cual se les invitó para discutir sobre el
tema de la independencia y la participación de la isla en una
reunión Cumbre de Jefes de Estado de la más amplia organización
regional, no produjo respuestas ostensibles desde la metrópoli.
La
característica amplia y la diversidad política e ideológica de los
jefes de Estado y gobierno de la CELAC y la permanente apuesta por el
consenso que atenúe las diferencias, no permitió el consentimiento
de la proposición del Presidente Nicolás Maduro a favor de
reconocer al movimiento independentista de Puerto Rico como miembro
asociado de la CELAC, sin embargo la Organización reconoció que el
caso de Puerto Rico es parte de su agenda al reafirmar expresamente
en su Declaración Final “…el carácter latinoamericano y
caribeño de Puerto Rico…”. Los Estados miembros de la CELAC al
tomar nota de las resoluciones sobre Puerto Rico adoptadas por el
Comité Especial de Descolonización de las Naciones Unidas,
reiteraron que el mismo es “asunto de interés de
CELAC”. Así mismo pide a la dirección de la CELAC presentar
“propuestas para avanzar” en su compromiso con el caso político
de Puerto Rico.
Venezuela
ha apoyado invariablemente la causa de Puerto Rico en todos los foros
e instancias internacionales en los que se discute el tema. Desde sus
orígenes ha tenido una voz señera en el Comité de Descolonización
de la ONU manifestando su compromiso con el pueblo puertorriqueño.
Cumple así con el legado del Libertador Simón Bolívar quien bregó
por culminar la Independencia de América intentando que durante el
Congreso Anfictiónico de Panamá, se tomaran las medidas necesarias
para que las naciones participantes concurrieran a la creación de
un ejército que desalojará el poder español de Cuba y Puerto Rico.
En
ese marco, la 11ra. Feria Internacional del Libro de Venezuela que se
celebrará en Caracas en marzo del próximo año, tendrá como país
invitado a Puerto Rico como justo reconocimiento a los intelectuales,
escritores y a los hacedores de la cultura boricuas que han defendido
con encono su identidad latinoamericana y caribeña. Para nosotros,
para los latinoamericanos y caribeños, para los venezolanos, Puerto
Rico es parte inalienable de nuestra región. En esa medida debatir y
dar a conocer su situación, se transforma en deber ineludible del
quehacer político, científico y académico de lo mejor de nuestra
gente.
sergioro07@hotmail.com