Las chicas de la guerra
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Kurdistán
Por
Tomás Eliaschev
Mucho
se habla en los últimos tiempos sobre las atrocidades que comete el
Estado Islámico (EI), ya no sólo en medio Oriente sino en las
principales capitales mundiales, sembrando miedo y terror. Menos se
habla de quienes combaten en el terreno contra esta nueva variante
del yihadismo medievalista. Y no nos referimos a los que pelean desde
bombarderos o comandan drones de la coalición internacional que
lidera Estados Unidos, ni a quienes protagonizaron las recientes
incursiones rusas contra bases del EI. En la crisis que vive esta
zona del mundo emergieron con fuerza las milicias kurdas en el
distrito de Rojava, al norte de Siria: fueron el único bastión
donde el EI fue repelido a los tiros por sus propios pobladores. No
por un ejército regular, sino por batallones de milicianos y
milicianas kurdas.
El
periodista Leandro Albani se especializa en cubrir el devenir de los
kurdos, el mayor pueblo de mundo sin Estado, cuyo territorio abarca
Turquía, Irán, Irak y Siria. Luego de viajar a las montañas del
norte iraquí, en la frontera con Irán, donde tiene mucha fuerza la
guerrilla del Partido de los Trabajadores Kurdos (PKK), Albani
publicó el libro Kurdistán, Crónicas insurgentes, junto al
fallecido periodista Alejandro Haddad, que había recorrido la zona
kurda de Turquía. Ahora vuelve a la carga con Revolución en
Kurdistán. La otra guerra contra el Estado Islámico, siempre a
través de la editorial Sudestada.
“En
Rojava está el pueblo armado. Se habla de la guerrilla, pero más
allá de que ya eran muchísimos guerrilleros, se sumaron
recientemente numerosísimos sectores del pueblo que tomaron las
armas por necesidad o desesperación, para defender su tierra. Como
en la Guerra Civil Española, ahora se están planteando si expropiar
las tierras y qué hacer con las fábricas abandonadas en la ciudad
de Kobane, que quedó prácticamente destruida”, explicó Albani
sobre la situación que se abrió luego de que este año EI sufrió
una significativa derrota militar a manos no de un ejército regular
sino de milicias con fuerte participación de mujeres. Según
explica, “en esa zona de Siria los kurdos están con mucha fuerza
tratando de llevar a la práctica el confederalismo democrático que
plantea el PKK, la guerrilla liderada por Abdullah ‘Apo’ Öcalan,
preso desde 1999 en la Isla de Imralý”.
¿En
qué consiste esa concepción?
El
PKK nació en los ’70, con una concepción marxista leninista. Son
una organización muy férrea y militante, con cuarenta años de
historia, con mucha fuerza entre los 40 millones de kurdos que hay.
Siguen teniendo rasgos marxistas y del nacionalismo kurdo, pero
desarrollaron una visión comunitaria de la vida, tomando elementos
de su propia historia como pueblo originario que son, como la
organización comunal y el matriarcado. Están planteando el
cooperativismo y la autogestión. Ellos vieron la imposibilidad de
crear un Estado kurdo: un Estado más iba ser algo peor para Medio
Oriente, generando más división. Piden autonomía respetando la
integridad territorial. Ahí, y en cómo se organizan desde abajo,
tienen un rasgo de anarquismo. Öcalan leyó al anarquista
estadounidense Murray Bookchin y sus tesis sobre el municipalismo.
Cuando viajé, me preguntaban mucho sobre Hugo Chávez y el poder
comunal. Tienen muchas semejanzas con el Movimiento Sin Tierra de
Brasil y el zapatismo de México.
¿Cómo
se está llevando esto a la práctica?
Se
están abriendo como una tercera posición entre las dos grandes
tendencias que hay en esa zona del mundo: el Islam político y el
nacionalismo árabe. Los kurdos están buscando otra manera. Le dan
mucha importancia a la palabra democracia, pero no en el sentido de
la institucionalidad burguesa. Buscan crear un sistema muy inclusivo.
Gran parte del pueblo está participando por primera vez en asambleas
para resolver qué hacer con lo poco que tienen. Todavía rige el
sistema judicial clásico de Siria y ellos están buscando crear otro
muy complejo y rico, en medio de una guerra fratricida. En Siria, en
cinco años, murieron 200 mil personas. Hay muchas familias
destruidas. Se produjo un éxodo masivo. En ese contexto aparece una
nueva corriente que puede ser muy importante para Medio Oriente. Y
atrás está el PKK. El pueblo kurdo tiene una consigna que resume
muy bien lo que significa su pelea. Ellos dicen: “Luchar contra el
EI es luchar por la humanidad”.
Los
grandes medios apenas mostraron esta realidad…
El
único momento en el que los grandes medios internacionales
estuvieron cubriendo la lucha del pueblo kurdo fue cuando se liberó
la ciudad siria de Kobane corriendo al EI. Se mostró sólo el
aspecto superficial: la imagen de las guerrilleras simpáticas y
lindas con un fusil Kalashnikov colgando del hombro, y el hecho de
que los de EI les tienen terror porque, según su interpretación del
Islam, si los mata una mujer, no van al paraíso.
¿Qué
hay detrás de esa imagen?
Es
algo muchísimo más profundo: en la historia del pueblo kurdo, las
mujeres tienen una importancia central. Todavía rige el matriarcado.
Las mujeres tienen una participación muy grande, no sólo en la
guerrilla sino en la población civil. En las últimas elecciones en
Turquía, el HDP, el partido aliado del PKK, que es mayoritariamente
kurdo, tuvo la misma cantidad de diputadas mujeres que diputados
hombres electos. En todas sus organizaciones tienen copresidencias:
un hombre y una mujer. En las alcaldías que controlan en la zona
kurda de Turquía ponen un alcalde y una alcaldesa.
¿Por
qué el EI tiene tanta prensa?
Los
medios muestran las aberraciones que hace el loquito vestido de negro
y barbudo, pero no van al fondo. Están financiados por Arabia
Saudita, Qatar y Turquía. Tienen una capacidad comunicacional muy
grande: el manejo de las redes y videos es de una calidad que ninguna
organización tiene. Cuentan con mucho dinero. También,
indirectamente, Estados Unidos los ayuda. Obama y el Congreso
estadounidense aprobaron una ayuda de 500 mil millones de dólares
para la oposición moderada siria a Bashar al-Assad. Y eso no existe:
los mercenarios cambian de bando permanentemente.
Hay
muchos indicios de que ese dinero fue a parar a EI. Estados Unidos,
que tiene capacidad de bloquear durante seis décadas a Cuba o
sancionar a cualquier país que esté en el eje del mal, sea
Venezuela o Irán, ¿no puede cortar el financiamiento de EI? ¿No
tiene capacidad para tumbarle los medios de comunicación? Además,
está comprobado que el EI trafica muchísimo petróleo: ¿adónde
va? A Europa, vía Turquía. Hay evidencia obscena de que le entregan
armas al EI, les facilitan el paso de los camiones cisterna con el
petróleo… Los kurdos padecen la persecución de un Estado represor
como es Turquía. Si para los palestinos el opresor es Israel, para
los kurdos es Turquía.
¿En
qué beneficiaría a Estados Unidos?
El
caos les sirve a los que tienen poder. En Medio Oriente cambió las
cosas. Estados Unidos ya no busca cambiar gobiernos, como hicieron en
Irak y Afganistán. Directamente generan el caos, como en Libia.
Siguen vendiendo armas y comprando petróleo. Ya no necesitan un
Estado que les responda.
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