lunes, 26 de octubre de 2009

A DIOS ROGANDO Y CON EL MAZO DANDO

 

Henry Tovar  
Se engañan quienes consideran que las catorce bases norteamericanas, proyectadas para Colombia, constituyen una amenaza, sólo para Venezuela. Conforme han observado analistas políticos y militares, éstas tendrían además, objetivos globales, valga decir, más allá de la patria grande. Pero dentro de las apetencias imperiales, el primer objetivo es Suramérica y la primera víctima, la propia Colombia. De las bases militares extranjeras se puede saber cuando se emplazan, pero con poca certeza, cuando se desmantelarán. La presencia de más bases militares, en Colombia, sólo garantizan la perpetuidad de la guerra civil y constituyen un obstáculo más al deseable arreglo pacífico de su contienda interna. 

A pesar de la transitoria o aparente debilidad de la guerrilla colombiana, se nos antoja pensar en similitudes con Vietnam. Una probable agresión contra Venezuela multiplicaría, aquende y allende nuestras fronteras, escenarios parecidos a los del Sureste Asiático, durante la segunda guerra de Indochina. Dentro de estas perspectivas parecen explicables algunos gestos de políticos colombianos.

Es política norteamericana no intervenir, directamente, en países cercanos con un mínimo potencial de resistencia. No lo han hecho en la República de Cuba socialista. No lo hicieron en las escabrosa Nicaragua revolucionaria, en los años ochenta. Y pareciera, poco viable que lo hagan en la díscola Republica Bolivariana Venezuela de principios del siglo del XXI. 

La mayor gesta invasora de EEUU, en escenarios vecinos, siempre alcanzará a países pequeños y desarmados que no comprometan la vida y la credibilidad militar de sus marines. No porque carezcan de la capacidad para aniquilar a sus a adversarios de mayor envergadura, sino porque deben convencer a su propio pueblo, conforme ha señalado Noam Chomsky, de que alguno de sus vecinos constituye un peligro real para su seguridad. Por eso necesitan países y presidentes mercenarios, y con rabo de mucha paja, para la instigación de guerras fratricidas, aún en contra de sus propios pueblos y sus estamentos dirigentes. 

La agresión perpetrada contra la soberanía de Ecuador, el 01 de marzo de 2008, ha sido el primer ensayo de una política del Pentágono, orientada a explorar la capacidad de respuesta del ALBA y de UNASUR (El golpe contra Zelaya también lo fue). Ante la perspectiva de generalización de las agresiones, teniendo a Colombia como punta de lanza, parecería oportuna la propuesta del ex presidente Ernesto Samper, de instalar en Colombia, la primera base militar de UNASUR. Las otras podrían estar localizadas en Venezuela, Ecuador, Bolivia, Brasil Argentina, con tropas de todos los países suramericanos. Sería un elemento de negociación para tratar de mantener algún grado de equilibrio y convivencia con Colombia. 

Es conveniente recordar que no todas las oligarquías son apátridas. Es probable que Samper, representando a una parte de esa oligarquía, haya consultado con sectores de ella. Es intrascendente que el paraco de Álvaro Uribe, esté o no de acuerdo. Tampoco es importante la opinión o las dubitaciones de Obama. De este señor ya sabemos que en realidad no manda. Lo importante y oportuno es el gesto, por lo menos inteligente, de una parte de la oligarquía colombiana y la no descartable disposición política del pentágono a negociar para evitar el aislamiento de Colombia. 

De modo que el llamado del Presidente Rafael Correa, para que UNASUR solicite una reunión con el gobierno norteamericano y le demande respeto a toda Suramérica, es absolutamente pertinente. Exijamos ese respeto para nuestra integridad territorial desde el Río Bravo hasta las Malvinas, pero “a Dios rogando y con el mazo dando.” Instalemos la primera base militar de UNASUR en Colombia. Tomémosle la palabra.

LAS UNIVERSIDADES AUTÓNOMAS Y LA NOCHE DE LOS MORDISCOS.

LAS UNIVERSIDADES AUTÓNOMAS PRETENDEN REEDITAR LA NOCHE DE LOS MORDISCOS
Mariano Crespo

Si la asignación presupuestaria a las universidades públicas nacionales se continúan haciendo con los mismos indicadores de siempre, los presupuestos nunca alcanzarán, las universidades autónomas continuaran tragándose la parte gruesa de la torta presupuestaria y le seguirán dejando a las demás Casas de estudios el repele, se seguirá repitiendo la célebre “noche de los mordiscos”, haciendo honor a aquel dicho popular que dice “que quien tenga más saliva traga más harina”.

Un ejemplo servirá para ilustrar lo afirmado, la Universidad Bolivariana de Venezuela (UBV) tiene cinco veces más alumnos que la Universidad Central de Venezuela (UCV) y su presupuesto (el de la UBV) es la quinta parte del que el estado venezolano la asigna a la UCV, por lo que un indicador que hoy en día resulta fundamental, tal como es el de la matrícula estudiantil atendida , pareciera que no tiene importancia para el Consejo Nacional de Universidades (CNU) a la hora del reparto presupuestario.

La deuda del estado venezolano con los docentes y los trabajadores en general que laboran el la UBV y en la UNEFA es muy superior a la que el mismo estado tiene con los trabajadores de las universidades autónomas, pareciera entonces que hay dos circuitos universitarios, el de la exquisitez y el de la precariedad, pero ocurre que este último circuito es el de la inclusión, mientras el primero promueve una educación elitesca, al servicio de la burguesía.

Si la asignación presupuestaria para las gobernaciones y demás entes descentralizados se hace actualmente por “la Metodología de Proyectos”, nos preguntamos entonces ¿por que esa misma metodología no se le exige a las Universidades públicas? resultaría interesante ver como las autoridades universitarias de las autónomas y de muchas de las experimentales, incluirían los gastos superfluos y suntuarios en los Proyectos académicos, para la Investigación y la Extensión, como por ejemplo, la compra de autos de lujos para el disfrute de dichas autoridades, o los cuantiosos viáticos y pasajes aéreos nacionales e internacionales, las pernoctas en hoteles de cinco estrellas, por cierto que en estos menesteres la UPEL (aún cuando es experimental) dicta cátedra, el gasto en viáticos dietas, pasajes y pernoctas de esa universidad es de magnitudes obscenas, siendo el caso que muchos de sus directivos: autoridades rectorales, decanales y de los llamados organismos “Para Universitarios” se redondean mensualmente (como ingreso fijo) sumas superiores a los 10.000 BsF por esos conceptos, naturalmente fuera de sus sueldos. Esta denuncia que hacemos debería ser investigada por el MPPES, por la Contraloría General de la República, y de la Contraloría social que también tiene rango constitucional.

Las autoridades universitarias no declaran ni rinden cuentas sobre los llamados ingresos propios, estos a menudo se transforman en las cajas chicas de dichas autoridades, el beneficio que reciben las comunidades universitarias son exiguos, pero ocurre que las autoridades de esas casa de estudios se dan la gran vida, y hasta se han dado el lujo de financiar “el movimiento estudiantil de las manos blanca”, y publicar por la prensa nacional escuálida, millonarios comunicados de prensa a favor de cualquier parapeto opositor llámese este “Coordinadora democrática” o “Mesa de la unidad” razón por la cual el status de estas privilegiadas autoridades es muy superior a los profesores y profesoras, trabajadores y trabajadoras del colectivo universitario, es decir de lo que algunos de ellos llaman “el perraje”

mcrespo48@yahoo.es

domingo, 18 de octubre de 2009

LA DEMOCRACIA EN VENEZUELA, a propósito del 18 de octubre)




Henry Tovar
12/10/08 

Parece impertinente decir que el proceso democrático en Venezuela no comienza en 1958. El parecer generalizado de historiadores venezolanos, señala su comienzo en 1936 con la muerte de Gómez. Adquiere notoriedad, a partir de 1941 con la presidencia de Medina, hasta el 18 de octubre de 1945, momento aciago en el cual, el mediaticamente, llamado “padre de la democracia,” aborta el proceso, que luego a él corresponderá reiniciar en 1958.

El proceso iniciado por el general Eleazar López Contreras, ha sido reconocidamente señalado como democrático. Pero tiene además, otras significaciones; su gobierno acontece en un momento histórico en el cual prevalece el analfabetismo, la ausencia de una cultura política de masas para el ejercicio de la democracia, una presencia incipiente de sindicatos y de instituciones político-partidistas. 
 
A pesar de esta realidad, López propicia un régimen de prácticas democráticas, las cuales abarcan: elecciones populares, libertad de expresión, ausencia de presos políticos, aceptación y promoción de las organizaciones partidistas, con algunas limitaciones. La realidad política y social que él hereda, ¿podía ser compatible con la implantación inmediata de la democracia representativa, a través del voto directo y universal para elegir al Presidente de República? ¿Estaban los partidos nacientes dentro de la federación de estudiantes, en capacidad de ofrecer un proyecto de país? ¿Tenían los cuadros políticos necesarios para someter democráticamente aquella nación, metaforizada como “cuero seco” por Guzmán Blanco? ¿Tienen los pueblos la democracia que quieren o la que pueden, conforme a sus costumbres y nivel de desarrollo?

El presidente Medina, sucesor de Eleazar López Contreras, continúa y profundiza las prácticas democráticas, pero su ejemplo no fue suficiente para mitigar el romanticismo o la ambición de quienes se embarcaron en la aventura del 18 de octubre. Todavía estamos pagando el costo de haber abortado un proceso que no tenía dueño, sino dolientes. Las organizaciones auténticamente democráticas de aquel entonces, rechazaron los medios con los cuales se pretendía instaurar un modelo, que no había madurado lo suficiente en un país con 67% de analfabetas.

El mismo golpe de Estado parece explicar la inmadurez política y democrática de la Venezuela del 45. ¿Se justificaba un golpe de Estado por una visión distinta de la democracia? ¿Puede ser padre de la democracia, quien aliado con militares, derroca a un gobierno legal y legítimamente constituido, para imponer su modelo o su visión de la democracia? El presidente derrocado en 1945, había sido electo por un Congreso elegido por voto popular. Ese gobierno era, sin duda, un modelo distinto al iniciado en 1958, pero no por ello, menos democrático.

Pareciera que todavía, y más aún en el 45, se justificara aquella tesis de Vallenilla Lanz, sobre la necesidad de un gendarme necesario para convivir civilizadamente, en países como el nuestro. En estos días, cuando los rumores de golpe de Estado, nos amenazan con poner a los militares y, a determinados civiles, como intermediarios en el ejercicio de la política en Venezuela, vienen a nuestra memoria aquellas afirmaciones, expresadas en “El Cesarismo Democrático, según el cual, una sociedad, cuando llega al extremo de que sus hombres sólo ejercitan los medios de la violencia, reconoce su incapacidad para gobernarse por la sola virtud de las leyes y no encontrará reposo sino al abrigo del despotismo, y no respetará otros gobiernos que aquellos que le hieran, y no tendrá más derechos, que aquellos que le conceda la voluntad del sable que le domine”. Palabras terribles, cuyo contenido también denuncia a quienes, por medios distintos a las armas, se han acostumbrado a ejercitar la violencia política, a través de la difamación y el chantaje, para hacer ingobernable a esta república. ¿Querrán inventarse una VI República?

Es preciso señalar que con la muerte de Gómez y la llegada al poder del general López Contreras, surgen en Venezuela los partidos políticos de masas; y con ellos el tránsito hacia la democracia. No obstante, sería injusto no reconocer que las democracias que hemos tenido, también sirvieron para sacar al país del atraso en el cual estuvo hasta la época de Juan Vicente Gómez. La masificación de la educación y la construcción de una cultura democrática, constituyen algunos de sus más notorios aportes.

Henry Tovar

domingo, 11 de octubre de 2009

EL VERDADERO PRINCIPIO DE AUTONOMÍA

EL VERDADERO PRINCIPIO DE AUTONOMÍA ES EL CONSEGRADO EN LA NUEVA LEY ORGÁNICA DE EDUCACIÓN.
Mariano Crespo

El principio de autonomía constituye una norma fundamental en el que hacer universitario, es la garantía de una educación, libre, plural y emancipadora, por tal circunstancia nuestros legisladores de la Asamblea Nacional le dieron la relevancia que ella tiene.

Ciertas autoridades universitarias y la dirigencia gremial de las Universidades Autónomas y Experimentales en su gran mayoría, intentan establecer un principio de Autonomía de manera convencional, y en función de particulares intereses de poder, y que no escapan al aprovechamiento de los cuantiosos recursos financieros aportados por el Estado venezolano para el funcionamiento del sector universitario.

A los efectos de abordar el principio de Autonomía universitaria bien entendida, nos vamos a referir a algunos antecedentes que sirven de soporte histórico a esta preciosa norma.

La UNESCO durante la vigésima Conferencia en el mes de Noviembre del año 1997, produjo un documento titulado “Recomendaciones relativas a la condición del personal docente de la enseñanza superior”, el cual señala en su sección 27 lo síguete:
“Se debe respetar rigurosamente el principio de la libertad académica, el personal docente de la enseñanza superior tiene el derecho al mantenimiento de la libertad académica, es decir a la libertad de enseñar y debatir sin verse limitado por doctrinas instituidas, la libertad de llevar a cabo sus investigaciones y difundir y publicar los resultados de las mismas, la libertad de expresar libremente su opinión sobre las instituciones”.

En el Manifiesto Liminar de la Reforma Universitaria de la juventud argentina de Córdova, publicado el 21 de Julio de 1918, dice “Nuestro régimen universitario es anacrónico, esta fundado sobre una especie de derecho divino; el derecho divino del profesorado universitario. Se crea a si mismo, en el nace y en el muere, mantiene un alejamiento olímpico, La Federación Universitaria de Córdova se alza para luchar contra ese régimen, y entiende que en ello se le va la vida, reclama un Gobierno estrictamente democrático, sostiene que el demos universitario, la soberanía, y el derecho a darse el gobierno propio radica principalmente en los estudiantes”.

El artículo 34 de la Ley Orgánica de Educación (LOE), define el principio de Autonomía, cuando dice que dicho principio se materializa mediante el ejercicio de la libertad intelectual, la actividad teórico-práctica y la investigación científica, humanista y tecnológica, con el fin de crear y desarrollar el conocimiento y los valores culturales, y señala expresamente que la autonomía se ejercerá mediante una serié de funciones entre las cuales señala expresamente: Establecer sus estructuras de carácter flexible y democrático, participativo y eficiente, para dictar sus normas de gobierno y sus reglas internas de acuerdo con lo establecido en la Constitución nacional y en la propia LOE.

En el numeral 2 del precitado artículo dice, Planificar, crear, organizar y realizar los programas de formación, creación intelectual e interacción con las comunidades, luego en el numeral 3 expone elegir y nombrar sus autoridades con base en la democracia participativa, protagónica y de mandato revocable y considera como integrantes de la comunidad universitaria de pleno derecho, a los profesores y profesoras, estudiantes, personal administrativo, personal obrero y a los egresados y egresadas, señala que se elegirá un consejo contralor conformado por los y las integrantes de la comunidad universitaria.

En el numeral 4 establece que la administración del patrimonio de la Universidad debe hacerse con austeridad, justa distribución, transparencia y rendición de cuentas, bajo el control y vigilancia interna por parte del Consejo Contralor, y externa por parte del Estado.

En el artículo 36 de la LOE, se define con mayor claridad el significado de la libertad de cátedra, lo cual constituye uno de los pilares fundamentales de la Autonomía, dice a la letra del mencionado artículo “ El principio de la libertad académica, es entendida como el derecho inalienable a crear, exponer, o aplicar enfoques metodológicos y perspectivas teóricas conforme a los principios establecidos en la constitución bolivariana de Venezuela, y en esta ley.

Para el sector contrarrevolucionario y decimonónico incrustado en las altas esferas de mando de las Universidades autónomas y experimentales, bien sea en sus ámbitos institucional y gremial, la participación de la totalidad de la comunidad universitaria, resulta una herejía, por cuanto ellos no creen en la democracia, ellos creen en las élites, por eso defienden esa figura medieval llamada “Claustro universitario” a capa y espada, la rendición de cuentas a la comunidad universitaria y a la sociedad es temida por quienes manejan los fondos universitarios, aportados por el Estado, de manera discrecional y favoreciendo sus propios privilegios, cual si fuese una real “caja negra”, el monto astronómico de dinero aportado por el Estado venezolano (mayor al de muchas gobernaciones), lo conoce el Gobierno nacional, pero la ejecución de los respectivos presupuestos son “un secreto bien guardado”, las contralorías internas de las universidades son una especie de “agencia de maquillaje”, por cuanto los funcionarios de dichas contralorías las ponen y quitan los rectores a su libre albedrío , por tales razones estos sectores retrógrados se oponen a la LOE, dicha Ley toca nada más y nada menos que los intereses monetarios (ellos dicen métanse con el santo pero no con la limosna), y el poder de las autoridades institucionales y gremiales.

Para oponerse a la LOE, disponen de un dispositivo constituido por los medios de comunicación privados y un sector estudiantil manipulado, que a menudo se pintan las manos de blanco, y el cual esta siendo formado en el marco de una ideología proimperialista y de marcado tinte fascistoide.
Las Universidades Latinoamericanas y en particular las venezolanas, podríamos decir que hasta la década de los 80, concibieron la autonomía en su verdadero sentido, pero luego fueron cayendo o degenerando de manera progresiva en las manos de “intelectuales ilustrados”, desvinculados de las luchas del pueblo, y de espalda al desarrollo de los modelos revolucionarios que fueron tomando cuerpo en las sociedades de Latinoamérica, en el caso venezolano, las autoridades universitarias de la mayoría de las Universidades públicas y por supuesto todas las privadas, intentan imprimirles a esas Casas de estudios, una marcha a contra corriente del Proceso Bolivariano Venezolano, que llegó para quedarse, y en donde la frase no volverán, más que una consigna partidista marca una tendencia irreversible.

La ley Orgánica de Educación rescata el verdadero sentido de la Autonomía universitaria y la coloca a favor del pueblo y de su desarrollo socialista.

mcrespo48@yahoo.es