Miguel Guaglianone: La destrucción de Irak y la unanimidad de la condena al EIIL
Enviado por Barometro
Internacional el domingo, 17 agosto, 2014 a las 1:26
Como
ya hemos analizado en otras oportunidades, la desesperación e
incapacidad imperantes en el gobierno de los Estados Unidos está
logrando que en los últimos tiempos sus intervenciones en distintos
puntos del planeta –realizadas a partir de la improvisación
y con todo el peso de la incompetencia– produzcan como efecto
colateral la balcanización de las naciones agredidas y la
destrucción de sus estados nacionales.
En
el caso de Irak, esta situación es hoy más que evidente. Los
Estados Unidos, desde Bush padre y su primera Guerra del Golfo y con
las sucesivas intervenciones militares posteriores, fueron
destruyendo sistemáticamente todo un país (cuyo régimen –el de
Saddam Hussein– habían financiado y apoyado un tiempo antes para
que hiciera la guerra con Irán), derrocando su gobierno, promoviendo
el asesinato de su líder, desguazando su ejército y destruyendo
todas sus instituciones, con el agregado del robo sistemático de sus
tesoros culturales y la toma de posesión por parte de las
transnacionales estadounidenses de sus principales pozos petroleros.
Luego
de toda esta desolación, establecieron el gobierno títere de Nuri
al-Maliki y sus adláteres y un triste remedo de Estado, y
finalmente obligados por su propia crisis económica y el deterioro
progresivo del gobierno Obama, fueron retirando sus tropas de
ocupación, dejando tras sí solamente algunos grupos de contratistas
(ejércitos privados pagados por el gobierno de Washington) para
defender los intereses económicos estadounidenses en Irak.
El
gobierno de Maliki se mantuvo a la cabeza de un seudo-Estado
totalmente empobrecido y ya no dueño de sus recursos petroleros,
hasta que surgió hace unos meses la ofensiva militar del
Estado Islámico de Irak y el Levante (EIIL en español, ISIS en
inglés y DÁESH en árabe). Esta fulminante ofensiva derrotó
sistemáticamente al remedo de ejército del gobierno de Maliki y fue
ocupando progresivamente territorios y ciudades de Irak, mientras a
su vez intentaba lo mismo en Siria.
El
gobierno de Bagdad tuvo entonces sus problemas más graves, y los
Estados Unidos y sus aliados presionaron a Maliki para que
renunciara, haciéndolo responsable de la derrota militar. Lo curioso
es que el títere tomó voluntad propia y durante los últimos meses
se negó a entregar el gobierno (que había conquistado por
elecciones “legítimas”). Recién hace un par de días resignó
de su cargo para permitir la creación de un nuevo gobierno, que
Washington supone puede ser un factor que ayude a solucionar la
crisis.
Mientras
tanto, un nuevo factor se había integrado al conflicto, los kurdos.
El ejército rebelde kurdo ya había puesto en jaque el propio Saddam
Hussein en el cenit de su poder, y había logrado definir un
territorio dentro de la nación iraquí que si bien oficialmente
seguía perteneciendo a ella, en los hechos era un pequeño estado
kurdo (autogobernado y autoabastecido). El EIIL en plena expansión
comenzó a derrotar también a las fuerzas kurdas, en su proclamado
propósito de expandir territorialmente el Califato que ya habían
decretado luego de sus primeras victorias frente al ejército Iraquí.
Un Califato que intenta revivir los antiguos Califatos árabes (Omeya
y Abasida) que en otras épocas dominaron parte del mundo, incluyendo
el Medio Oriente y parte de Europa y que aspira a convertirse en el
nuevo factor de poder del Islam en el planeta.
La
condena al EIIL ha sido unánime desde toda la “comunidad
internacional”, tanto los países centrales occidentales como Rusia
y China se han declarado en su contra, y estas posiciones finalizan
en estos días con una resolución del Consejo de Seguridad de la
ONU, normalmente dividido en sus opiniones y que hoy pone de acuerdo
a todos sus miembros, no solo para condenar sino también para
castigar el EIIL, prohibiendo todo tipo de ayuda a su favor, y
sancionando duramente a algunos factores privados que en algún
momento les han proporcionado recursos. Por supuesto todo esto dentro
del habitual doble discurso de los dueños del poder mundial, ya que
el Consejo de Seguridad no sanciona (ni sancionará) al principal
financista y promotor del EIIL en sus comienzos: el gobierno y las
autoridades de los EEUU. Y esto no es un rumor, ha sido confirmado
oficialmente por la propia Hillary Clinton, que declaró públicamente
que se habían equivocado al promover y financiar al EIIL para que
atacara al gobierno sirio de Bahar Al-Assad y que esto era parte de
otras malas decisiones que la política exterior estadounidense viene
tomando en los últimos años.
El
EIIL
Creemos
que lo más preocupante de toda esta situación reside en el
sistemático oscurecimiento de factores sociales e históricos, que
la situación política internacional y la necesidad de establecer
matrices de opinión (verdades artificiales) impuestas por los medios
de comunicación como factores de “concientización” a las masas
sobre todo de Occidente, están aplicando sobre los sucesos en Irak y
sus alrededores.
No
sólo la condena al EIIL es unánime, sino que el empeño general es
el de mostrarlo como un “grupo terrorista”, de acciones bestiales
y de propuestas absolutamente “bárbaras”, que está pronto a
devastar el mundo y que por eso debe ser combatido por todos. Las
cadenas corporativas de medios de comunicación, los comunicados
oficiales de los principales gobiernos del mundo y las opiniones
reproducidas por todos los ámbitos coinciden en esta descripción,
llegando en algunos casos a mostrarlo como un movimiento compuesto
por monstruos alienados capaces de cometer cualquier despropósito y
absolutamente ajenos de todo humanismo.
Esta
unanimidad y condena tan categórica es muy sospechosa, cuando estas
cosas suceden generalmente lo que está detrás no es la verdad sino
la defensa de intereses específicos. Por ello, vamos a atrevernos a
hacer algunas preguntas y apuntar algunas consideraciones que no
coinciden (o por lo menos ponen en duda) la veracidad de esta visión.
En
primer término, ¿Cómo es que un “grupo terrorista”, que
generalmente funciona a partir de atentados anónimos o acciones de
guerrilla se convierte en una fuerza armada de poder creciente, capaz
de derrotar hasta ahora a todos con los que se enfrente? Y esto
incluye infligir derrotas al ejército sirio de Bashar Al–Assad que
hace tres años viene enfrentando exitosamente todos los intentos de
fuerzas mercenarias promovidas, armadas y financiadas por Estados
Unidos y sus aliados; e infligir derrotas también a unas fuerzas
armadas kurdas que fueron capaces de resistir y derrotar a Saddam
Hussein en pleno apogeo. ¿No será que en este caso el EIIL es algo
más que un “grupo terrorista”?
O
también, ¿Tendrá algo que ver la descalificación que se le hace
al EIIL con una actitud que Occidente viene teniendo hacia el Islam
desde 1095, cuando el Papa Urbano ordenó la Primera Cruzada? El
historiador Arnold Toynbee en su Estudio de la Historia dice que
Occidente desde ese entonces no sólo a atacado al Islam, sino que lo
ha demonizado constantemente presentándolo como una colectividad de
fanáticos enardecidos capaces de cualquier tipo de desenfreno. Claro
que esta ha sido una actitud que desde siempre Europa ha mantenido
frente a otras culturas, a las que ha calificado de “bárbaras”
para justificar su predominio y conquista sobre ellas (las culturas
orientales, las africanas, las indoamericanas, etc., etc.).
Cuesta
creer que un grupito de fanáticos que intentan imponer un proyecto
“anticuado y bárbaro” y que se comportan como animales salvajes
sea capaz de seguir conquistando militarmente, ocupando territorio y
consolidando la ocupación, acumulando éxitos de conquista uno tras
otro.
¿No
será que lo que hay detrás es otra cosa? ¿Qué en realidad se está
enfrentando un fenómeno que se da muy poco en nuestros tiempos y que
tiene que ver con una visión religiosa de la política y de la
guerra, con la cual no se está acostumbrado a tratar? ¿No será que
la unanimidad de la condena tiene que ver con el temor hacia un nuevo
factor de poder que está surgiendo incontroladamente y que no
responde a la lógica del status quo de poder establecido, tornándose
imprevisible? ¿No será que aparecen en escena combatientes que como
aquellos de los antiguos califatos, están decididos desde el
principio a morir por su causa? Este factor ha aparecido muchas veces
en la historia, y explicó entre otros los primeros triunfos de los
ejércitos nazis en Europa en la Segunda Guerra Mundial, las
victorias de Mao Tse Tsung en China y la derrota norteamericana en
Vietnam.
No
sabemos si estas preguntas son acertadas, no pretendemos realizar una
defensa del EIIL, solo creemos que si es un “enemigo” que debemos
tener en cuenta, tal como lo afirma el Tsun Tzú, (el antiguo Arte de
la Guerra chino) es necesario conocerlo bien y estudiarlo en su
verdadera realidad para poder enfrentarlo (tal como explicara Nyguyen
Von Giap que los vietnamitas hicieron con los estadounidenses para
poder derrotarlos).
No
es con la demonización gratuita y unánime que se va a derrotar al
EIIL, que parece proseguir su marcha indetenible. Las sanciones del
Consejo de Seguridad tampoco lo derrotarán fácilmente, ya tiene los
recursos necesarios para seguir adelante, y si no los va adquiriendo
en su conquista, tal como lo hiciera con los recursos bancarios
cuando tomó la ciudad de Mosul.
En
muy poco los afectarán los bombardeos que sobre algunas de sus
posiciones militares están realizando los Estados Unidos. Estos
bombardeos son (y seguirán siendo) absolutamente puntuales, y tal
como lo confesara el propio Obama, responden solamente a “una
necesidad estratégica de los Estados Unidos”. Léase, el EIIL
estaba por tomar unos pozos petroleros que están en poder de las dos
más importantes transnacionales norteamericanas, y Obama no hizo más
que responden con la fuerza del estado que gobierna en la defensa
directa de los intereses económicos de las corporaciones privadas.
Otra vez queda al descubierto quienes son realmente los que manejan
el poder mundial, y como los gobiernos de las naciones centrales se
han convertido progresivamente en meros ejecutores de las grandes
corporaciones.
En
definitiva, se está cumpliendo totalmente la desaparición de Irak
como un Estado Nacional, el Califato parece haberse establecido
bastante firmemente, el Estado Kurdo, sobre todo ahora que la
resolución del Consejo de Seguridad permite a las naciones
occidentales armarlo y financiarlo (cuando siempre antes lo
ignoraron), parece que también quedará consolidado, y del anterior
país solo quedará alguna ciudad y sus alrededores
(posiblemente Bagdad) que como la antigua Constantinopla en sus
últimos tiempos, fungirá como si fuera una nación.
Y
hasta que no se entienda realmente el fenómeno social de EIIL, y
mientras los intentos de derrotarlo sean como hasta ahora por parte
de EEUU y sus aliados, declaraciones condenatorias e intentos de que
sean otros los que peleen para enfrentarlo, las cosas seguirán como
hasta ahora: cada vez peor.
miguelguaglianone@gmail.com