Brasil: gorilismo (golpismo) mediático e
imperialismo televisivo
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Por
Bruno Lima Rocha
El
Brasil vive un momento de gobierno interino o golpista – entiendo
que es un golpe blanco, de media y semi parlamentarista donde el
papel de los medios fue muy importante, junto al aparato judicial,
del Ministerio Público y policial (delegados federales). Como es
sabido hoy, el “Proyecto Puentes”, iniciativa de la
representación diplomática de Estados Unidos (EUA), intentó – y
consiguió – aproximarse a elementos-llave de la Justicia Federal,
del Ministerio Público Federal y policías federales (con énfasis
en delegados) y centrando el trabajo en Curitiba (ciudad en el sur de
Brasil), conforme revelado por el “Wikileaks”
(confiera en el link:
https://wikileaks.org/plusd/cables/09brasilia1282_a.html).
La
producción comunicacional mediática, presiona a los grupos de la
clase media, a entrar en sintonía con las operaciones, incluyendo la
narrativa de cine y el clima de incertidumbre permanente, sobre los
que deciden en el país, genero el peso político de la
hegemonía, quien interna transitar por una frágil gobernabilidad de
centro-izquierda con aliados de la oligarquía, conservadores y
mercenarios, para un discurso difuso, que tomaba el juez federal
Sergio Moro (responsable por ordenar a los juicios de la operación
“Lava Jato”) como héroe vivo, y redentor del país. Creo el
espacio para la acción diplomática y los enlaces sociales de la
inteligencia con los EUA, aunque que actuando de forma indirecta y
dentro de los límites de la ley existente.
La
exposición selectiva y la punición ilimitada, actúa como pilar de
una alineación del imaginario colectivo del brasileño medio de
clase media alta con el ideario de los Estados Unidos. Esta
proyección de representaciones colectivas, como si estuviéramos
haciendo política en Brasil a partir de las posiciones
estadunidenses, viene ampliada con la enorme exposición en los
canales de televisión vía satélite y en la propia internet. La
fuerza de los grupos de clase media, y específicamente la pauta de
los debates marcada por el canal “Globonews” (que pertenece a la
Red Globo, principal grupo de comunicación en Brasil), refuerzan
tanto el “viralatismo” (complejo de inferioridad de la élite
brasileña) como el “entreguismo” (entrega de nuestro patrimonio
estratégico al capital transnacional). En términos de
Latinoamérica, podemos afirmar que es lo mismo que vende patria y
gorilismo.
Los
embates de esta clase media y la guerra de versiones, en temas de la
política nacional se hicieron una constante. Al contrario del que
pueda interpretar una lectura rasa o vulgar de las relaciones de
fuerza entre los distintos sectores de la sociedad, los medios operan
sobre el ciudadano común, siendo parte dela llamada guerra de 4ª
generación. Nuestro país es, visiblemente, blanco de una operación
muy bien orquestada, donde incide la acción de la clase media y
marketing digital, juntas con la cobertura de los grandes grupos de
comunicación, en especial las cuatro mayores compañías: “O
Globo”, “Estado de São Paulo”, “Folha de São Paulo” y
“Grupo Abril”.
La
cultura del lujo, el universo individual, marcado por bienes de
consumo envasados en el soporte simbólico estadunidense y la
mundialización robaron corazones y mentes, reforzando estereotipos y
terminando por juguetear con la apropiación cultural. Imitamos quién
nos domina sin disfrazar la oposición interna de los propios
sistemas simbólicos y culturales desafiando el imperioso en su
propio territorio.
El
nuevo arreglo geopolítico del planeta no tiene estructura de los
medios de soporte
En
términos de proyección de poder de los BRICS (el bloque informal
compuesto por Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica), la guerra de
los medios es lamentable, siendo devastadora la acción de los grupos
de media pro-EUA. La inteligencia es una arma de uso permanente de
las embajadas, con intereses en países con posibilidad de
acumulación de fuerza en el Sistema Internacional (SI). De forma
indirecta y a través de la ampliación de las redes cibernéticas,
las televisiones internacionales vía satélite, se hacen una
herramienta común – como el acto de presencia clásica de los
grupos operacionales -, actuando sobre amplios sectores de la
sociedad y, en un último análisis, actuando en consonancia con el
gobierno del país que la apoya, o al menos reforzando la política
de un relevante sector político de este país.
Luego,
la intención de las televisiones internacionales, es intentar abrir
espacio y vínculos directos con importantes, con sectores de
audiencia de nuestros países – en el caso, latino-americanos –
tuteando directamente en la formación de elecciones e influencias.
En el área de inteligencia, tales operaciones están en la rúbrica
de operaciones psicológicas y psicosociales en la tradición
brasileña, también conocidas como de tipo “corazones y mentes”.
En el caso brasileño, la situación es contradictoria. Tiene más
Influencia una red en inglés, como la CNN, del que redes que
transmiten en castellano, como la “RT” en español.
El
desafío es aterrador, pues la mentalidad de la clase media del país
– a que predomina el consenso forjado en términos políticos y
culturales – nos coloca de culo para los países vecinos
latino-americanos, así como de culo al Océano Atlántico, luego,
distante de África, mismo de los países de lengua portuguesa, como
Angola, Cabo Verde, Mozambique, Guinea-Bissau, Guinea-Ecuatorial y
Son Tomé y Príncipe.
Finalmente,
mientras más distantes de América Latina y de los países
africanos, más distantes quedaremos de nosotros mismos, reforzando
el dominante (EUA), dentro del universo simbólico de aquí,
generando así una pareja o triple lealtad, asociando la defensa de
la mayoría como usurpación de un limitado poder concedido por la
democracia representativa.
Los
canales de TV de los países de los BRICS, así como sus medias
complementarias, no obtuvieron éxito en fortalecer tanto la
resistencia contra el golpe y menos aún una agenda del contra-golpe.
Infelizmente, al no penetraren en la sociedad brasileña, tales
canales no llegan a hacer ningún daño severo al imperialismo
cultural y periodístico.