Tomado de Sputnik
EEUU convierte los Juegos Olímpicos en Juegos Políticos
© REUTERS/ Marcos Brindicci
Tema:
568570En la actual situación geopolítica, Rusia es sin duda alguna el contrincante más fuerte para la contención de la expansión desenfrenada del poderío norteamericano.
— "Cualquier forma de discriminación
contra un país o una persona basada en consideraciones de raza,
religión, política, sexo o de otro tipo es incompatible con la
pertenencia al Movimiento Olímpico" (Carta Olímpica)
Entonces,
no es de extrañar la respuesta de los globalizadores 'iluminados'
norteamericanos y sus lacayos de la OTAN para utilizar hasta los JJOO
y así denigrar, calumniar y acusar a los atletas rusos en el fraude
del dopaje bajo el control estatal de Moscú.
De
esta manera, los JJOO que se vienen realizando en Río de Janeiro han
sido convertidos por Washington en los Juegos Políticos y deciden
utilizar la doctrina de Obama, que dice: "doblegar al más
fuerte en todos los frentes para que todos se inclinen ante EEUU".
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Sputnik/ Alexey Danichev
Pese
a toda la parafernalia y a la gran movilización de los medios al
servicio de EEUU para doblegar a los deportistas rusos, esto no ha
podido suceder y pese a la desigualdad de condiciones y el ataque de
los medios, vienen ganando muchas medallas de oro y ocupan los
primeros lugares en los tableros olímpicos, ratificando así su
poderío.
Todo
esto no es nuevo, pero sí penoso. Si revisamos lo que ocurría con
los participantes soviéticos en las olimpiadas en el siglo pasado,
nos daremos cuenta que, desde la aparición de la Unión Soviética,
los norteamericanos no podían estar en paz con la idea de que los
atletas soviéticos, a quienes llamaban representantes del 'Imperio
del Mal', eran capaces de vencer a sus colegas del supuesto 'mundo
libre' en casi todas las disciplinas. Entre otras, comenzaron por
acusar por ejemplo a las campeonas soviéticas en lanzamiento de
disco, jabalina y martillo de ser 'machonas hermafroditas'. Sin poder
presentar ninguna prueba válida, exigían que las soviéticas
presenten pruebas genéticas de pertenecer al sexo femenino. Lo
hacían por simple resentimiento y su incapacidad de competir con las
atletas soviéticas que eran fuertes y grandes sin perder la
feminidad. Ahora, cuando en la Olimpiada de Río vemos las enormes
figuras de las lanzadoras de bala norteamericanas y de otros países,
a nadie en su sano juicio se les ocurriría acusarlas de aquellas
cosas estúpidas y ofensivas que utilizaba la prensa occidental
contra las lanzadoras soviéticas. Ahora usan otras formas de ataque
en el afán cobarde de ganar a toda costa.
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REUTERS/ Sergei Karpukhin
En
1980, los norteamericanos boicotearon los Juegos Olímpicos de verano
en Moscú. Para aquel entonces, los atletas de la URSS y los de los
países socialistas empezaron a ganar un promedio del 58% de
medallas. En 1984, la Unión Soviética, Cuba y Alemania Oriental se
negaron a participar en los Juegos Olímpicos de verano en Los
Ángeles. Tenían toda la razón, pues, los servicios de inteligencia
norteamericanos y los medios de comunicación, que habían
planificado las campañas para perjudicar a los deportistas rusos.
Sobre los ataques psicológicos, morales y físicos preparados contra
los deportistas soviéticos durante los Juegos Olímpicos de Los
Ángeles 1984 fueron escritos varios libros. En uno de ellos, el
escritor Philip D'Agati, 'The Cold War and the 1984 Olympic Games: A
Soviet-American Surrogate War' describe con detalles la presión
psicológica que había estado diseñada para los participantes
soviéticos en Los Ángeles.
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la inteligencia rusa
©
AFP 2016/ Sergei Supinsky
Durante
el segundo período del Gobierno de Barack Obama, la Guerra Fría,
esta vez contra Rusia, fue resucitada de nuevo, especialmente en
forma de guerra mediática y era de suponer que iba a reflejarse de
alguna manera en el deporte. Los primeros indicios aparecieron en
2012, cuando la ganadora de la medalla de plata en los Juegos
Olímpicos de Londres (2012), la corredora rusa Daria Pishchalnikova,
mandó un email a la Agencia Mundial de Antidopaje (WADA) informando
sobre el uso masivo del dopaje en el deporte ruso. Un año después,
otra atleta rusa, Yulia Stepanova, después de ser descalificada por
dos años por la WADA por violar reglas de antidopaje, se convirtió
en informante de la organización.
Lo
curioso fue que el propio marido de Yulia, Vitaliy Stepanov, que
trabajó en la agencia rusa de antidopaje (Rusada), perteneciente a
la red mundial de WADA, fue quien le suministraba el dopaje a su
propia mujer y también decidió a ganar buena plata y un puesto en
EEUU. Así se convirtió en un informante de la central internacional
de antidopaje. Se calcula que Stepanov había mandado más de 200
emails a la WADA desde 2013 denunciando que los rusos habían
resucitado el programa de dopaje de la ex República Democrática
Alemana (RDA). —En los años 1960-1970 se utilizaba el uso de
esteroides en el entrenamiento no solo en la RDA, sino en la
República Federal de Alemania (RFA) con la autorización de la
Agencia Federal Alemana de Antidopaje NADA—.
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REUTERS/ Lucy Nicholson
No
cabe duda que los Stepanov fueron parte de una conspiración
orquestada en Washington y que los conectó con el productor de la
cadena alemana de TV ARD, Hajo Seppelt, quien filmó cuatro
documentales bajo el título 'El Secreto del Dopaje: cómo Rusia crea
a sus ganadores', y que fueron presentados el 3 de diciembre 2014. De
allí arrancó una fuerte campaña antirrusa internacional exigiendo
prohibir a los deportistas de este país participar en los Juegos
Olímpicos de Río de Janeiro. Las autoridades rusas no prestaron
atención seria a esta campaña, simplemente la descuidaron sin darse
cuenta hacia dónde apuntaba esta vez la guerra mediática antirrusa.
No se dieron cuenta que era parte importante del enfrentamiento
geopolítico en términos de una 'guerra híbrida', que en los
últimos cinco años está llevando a cabo Norteamérica contra
Rusia.
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no está contento con que el deporte esté por encima de la política
Los
medios de comunicación globalizados no perdieron tiempo en desatar
una aguerrida campaña antirrusa. El poderoso The New York Times
exigió "prohibir la participación de Rusia en Río", The
Times (Londres) declaró que "era hora de sacar Rusia de la
Olimpiada", The Guardian anunció que "no hay lugar en la
Olimpiada para los tramposos" y el periódico español El País
afirmó que "la misión del Comité Olímpico consiste en sacar
a Rusia del Siglo Oscuro". La publicación alemana Bild decidió
ignorar la participación de deportistas rusos en Río. Las agencias
de antidopaje de EEUU, Alemania, Canadá, España, Japón, Suiza y 20
grupos de deportistas olímpicos exigieron también prohibir a los
rusos participar en Río. Estas acusaciones pueden ser infinitas si
tomamos en cuenta que el jefe del laboratorio ruso de antidopaje,
Grigoriy Rodchenkov, declaró a The New York Times sobre una supuesta
trama de dopaje durante los Juegos
Olímpicos de Sochi,
la cual había ayudado a ganar medallas a por lo menos 15 atletas
rusos. En la versión de Rodchenkov, el servicio secreto de
contraespionaje ruso (FSB) participó en la sustracción y cambio de
las pruebas de orines utilizando un agujero en el laboratorio.
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AFP 2016/ Tom Kimmell
Lo
más extraño fue que, tanto los documentales de Hajo Seppelt como
las declaraciones de Rodchenkov, no suministraron ninguna prueba real
del dopaje de los atletas rusos y la participación estatal en este
proceso. Cuando el grupo de periodistas del canal VGTRK de la
televisión rusa llegó a entrevistar a Hajo Seppelt en Alemania, el
autor de los documentales no pudo presentar ni un documento que
confirmara sus acusaciones. La irritación de Seppelt fue tan
desproporcionada durante la entrevista que en un momento trató de
arrancar el micrófono a la entrevistadora y empujar al camarógrafo.
Pero allí no terminó el asunto, pues el documentalista Seppelt
persiguió a los periodistas durante más de media hora en la calle.
Tampoco
Rodchenkov
pudo suministrar documentos concretos acusatorios a la WADA y a los
medios occidentales de comunicación contra los deportistas olímpicos
rusos. Sin embargo, para la WADA fue suficiente para iniciar un
proceso contra los atletas rusos para no permitirles participar en la
Olimpiada de Río. No cabe duda que las instrucciones vinieron de
Usada (Agencia de Antidopaje Norteamericana) y del Comité Olímpico
Norteamericano. Se sabe que el dinero manda, para esto el Gobierno
estadounidense y el de Canadá aportan en conjunto el 29% del
presupuesto de la WADA asignado a las autoridades de los países
participantes en los Juegos Olímpicos. También el Comité Olímpico
de EEUU (USOC) proporciona a la WADA el 27% del presupuesto asignado
por otros Comités Olímpicos.
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AFP 2016/ Douglas Magno
Después
de que los esposos Stepanov y Rodchenkov se refugiaran en EEUU, la
WADA acusó en noviembre 2015 a Rusia por la "violación de las
reglas antidopaje" y recomendó a la Asociación Internacional
de la Federación de Atletismo (IAAF, por sus siglas en inglés)
apartar a los atletas rusos de las competencias incluidas en los
Juegos Olímpicos de Río de Janeiro. El 17 de junio 2016, el Consejo
de la IAAF suspendió la participación de los atletas rusos. Para
colmo, esta prohibición se extendió, como un ejemplo de castigo a
toda la delegación paralímpica de Rusia, es decir, a 267 atletas
discapacitados. El Comité Internacional Paralímpico basó su
decisión en el informe de 323 páginas de la Comisión Independiente
dirigida por el abogado canadiense Richard McLaren.
En
este informe, elaborado en 2015, McLaren
acusa a Rusia de aplicar un sistema de dopaje a sus atletas
auspiciado por el Gobierno. Lo interesante fue la historia de este
informe. Ya en 2011, la WADA utilizó a un exagente de la DEA, Jack
Robertson, para 'investigar' el dopaje de los atletas olímpicos y
fue él quien conectó a la atleta rusa Stepanova con el
documentalista Seppelt. Desde el comienzo de la investigación, en la
que participaron además de Robertson cinco exprofesionales de la
CIA, el FBI, el Servicio Secreto y la DEA, el énfasis fue orientado
hacia los deportistas rusos. Según instrucciones de la WADA, no les
debían interesar a los investigadores los casos de dopaje en otros
países.
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Sputnik/ Maxim Blinov
En
abril de 2015, el presidente de la WADA, Craig Reedie, mandó un
email a la asesora del Ministro de Deporte de Rusia, Natalia
Shelanova, diciéndole de no preocuparse sobre la investigación
relacionada con los atletas rusos. Decía la misiva: "Yo aprecio
mucho las relaciones con el ministro de Deporte Mutko y estaré muy
agradecido si usted le informa que no hay ninguna intención de la
WADA para afectar nuestras relaciones". Tiempo después, The
Daily Mail de Londres difundió aquel email y la campaña antirrusa
se agrandó de golpe, dando prioridad al informe de McLaren.
A
nadie le interesó que el documentó fuera basado prácticamente en
las declaraciones del exjefe de la Rusada, Radchenkov, que acusó a
las autoridades rusas sin presentar ninguna prueba. Tampoco McLaren
tomó en cuenta los documentos enviados por las autoridades rusas y
no presentó el nombre de ningún atleta ruso acusado de dopaje. Por
alguna razón omite los datos científicos de la WADA que muestran
que los atletas rusos tienen poca incidencia en el dopaje y que este
fenómeno no es de exclusividad de los rusos sino de todos los
países.
Para
colmo, McLaren acusó
también a los Paralímpicos Rusos en el dopaje sin ninguna
prueba metiendo a todos en el mismo saco, simplemente de aumento,
pero de aumento político. Hace poco, el vicepresidente del Comité
Paralímpico de Rusia, Oleg Simolin, declaró que el Comité
Paralímpico Internacional, después del éxito de los atletas con
discapacidad rusos en Londres, donde ocuparon el tercer lugar por la
cantidad de medallas alcanzadas, "empezó a cambiar las
distancias y tipos de competencias en las que nuestros atletas eran
fuertes por otras para las que no estaban entrenados".
Curiosamente,
la
WADA tan quisquillosa con los deportistas rusos, no dijo nada
respecto a los países que no cumplieron con el código establecido y
suspendieron las pruebas de dopaje: Brasil, España, Bélgica,
Francia, Grecia, México. Tampoco la WADA está interesada en hacer
investigación de las agencias antidopaje norteamericana y
canadiense. Las pruebas de la Usada son reconocidas inmediatamente
sin ninguna investigación, mientras que las pruebas de Rusada pueden
"ser abiertas y sustituidas las botellas", a pesar de que
la compañía suiza productora de recipientes para las muestras de
orines Berlinger Special AG declaró que era imposible abrir o
reemplazar sus recipientes.
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Sputnik/ Ilya Pitalev
Pero
a quién de la WADA o el Comité Olímpico Internacional le interesa
todo esto cuando el Senado y la Cámara de Representantes de
Norteamérica se pronunciaron contra los atletas rusos y en su
percepción tienen jurisdicción de EEUU sobre el deporte
internacional. Por algo EEUU ha contribuido con millones de dólares
a la WADA y, para el próximo año, su aporte gubernamental se
incrementará de 3,7 a 4,8 millones de dólares por la "buena
conducta" de la WADA.
Será
por esto que la WADA no consideró como dopaje el tónico DELTA G
ofrecido como experimento a unos 300 atletas olímpicos
estadounidenses y británicos. Este tónico basado en cetonas
(ketones), elaborado por la profesora de Oxford Kieran Clarke,
aumenta el rendimiento de los deportistas. Anteriormente, su autora
creó un tónico para las fuerzas armadas para aumentar su capacidad
de combate y resistencia.