Mostrando entradas con la etiqueta Salvador Gonzalez. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Salvador Gonzalez. Mostrar todas las entradas

miércoles, 7 de octubre de 2015

Por Salvador González Briceño: Rusia ataca al EI, EU pierde en Siria




Por Salvador González Briceño: Rusia ataca al EI, EU pierde en Siria
Enviado por Barometro Internacional el miércoles, 07 octubre, 2015 a las 20:09


*El mejor momento para atacar al EI, a petición de Assad
*Terroristas amenazas a Oriente Medio y países europeos
*Rusia está al frente, y Obama sabe que China está detrás
Rusia esperó el mejor momento para decidirse atacar al llamado “estado islámico” (EI) en territorio sirio, a fin de mermar su capacidad de fuego destruyendo su armamento y sus bastiones de alto mando. Varias circunstancias se conjuntaron y fueron aprovechadas por Vladimir Putin, sus asesores de seguridad internacional y los generales del ejército ruso, como las siguientes:
RUSIA_ATACA_AL_EI_Salvador.jpg
1) Casi al término de la reunión de la Organización de las Naciones Unidas, donde muchas voces expresaron la urgencia de contener la amenaza terrorista, que azota territorio iraquí primero y sirio ahora, y la aprobación del Senado ruso del envío de tropas a Siria para el combate al terrorismo;
2) Tras el reconocimiento generalizado, también en el foro mundial, de que el sirio Bashar Al-Assad es el presidente legítimo porque tiene la representación de su pueblo, y pese a que Barack Obama y su secretario de Estado John Kerry, pugnaron por su salida e insistían juzgarlo como “dictador” al estilo Sadam Hussein en Irak (abril 2003) o Muamar el Gadafi en Libia (octubre 2011);
3) Que Siria ha solicitado a Rusia el apoyo militar —que presta sobre todo con armas para sus ejércitos a fin de resistir el acoso de los terroristas en su propio territorio, y parar así las masacres de inocentes. A lo que Rusia envió una muestra de su Fuerza Aérea para combatir a los extremistas;
4) Que la comunidad internacional ha insistido que los estadounidenses no hacen lo propio para combatir a los mercenarios capacitados por ellos mismos (ver el siguiente artículo de Michel Chossudovsky “Veintiséis cosas sobre el Estado Islámico que Obama no quiere que usted sepa” en: http://bit.ly/1KP8e3P);
5) Que el llamado EI, brazo de Al Qaeda y como tal creado por la inteligencia de EUA con el apoyo del M16 británico, el Mossad de Israel y las inteligencias de Pakistán y Arabia Saudita, debería ser “enemigo” de los estadounidenses. Una muestra son las decapitaciones practicadas por el autollamado EI es parte de los entrenamientos de yihadistas procedentes de Arabia Saudí y Qatar;
6) El preparado ejército sirio, con apoyo hasta cierto punto de la población, ha contenido los avances mercenarios y con ello los planes de Occidente de apoderarse de Siria eliminando al presidente Assad;
7) Que el grupo de combatientes a sueldo que pasa por “estado islámico”, se han ganado el odio internacional porque además de criminales, por una parte destruyen monumentos históricos como en Mosul, Palmira y por la otra trafican con las piezas robadas que pueden trasladar al mercado negro, bajo el justificante de “obtener financiamiento” de ese modo. Siguen en peligro los tesoros culturales por “crímenes de guerra”, aquellos sitios patrimonio de la humanidad en países como Afganistán (los talibanes también hacen lo propio), Irak, Libia, Mali, Yemen.
8) Las simples amenazas de extensión hacia aquellos territorios como Europa (la amenaza de llagar hasta España), por la propaganda yihadista, hace que incluso los países aliados de los estadounidenses se opongan a la alimentación del Frankenstein;
9) El descubrimiento vía las redes sociales de la treta del imperio gringo, de apoyar a este tipo de ejército camuflado de islamista, con la finalidad de apoderase de territorios geopolíticamente estratégicos (Siria está en el camino hacia el Mediterráneo desde Irak, para la construcción de oleoductos para el traslado del petróleo hacia Europa), ha detonado las denuncias sobre el financiamiento y todo tipo de apoyo. Entre otros puntos.
En este contexto, y tras los fallidos intentos de generar un conflicto contra Rusia a través del deterioro de la situación en Ucrania a lo cual su presidente Poroshenko se ha prestado, en donde Occidente está perdiendo la batalla los europeos que son los principales afectados, desde campesinos hasta empresas exportadoras hacia mercado ruso, ahora se suma Siria.
En pocas palabras, a partir de ahora, en Siria Barack Obama comenzará a saborearse la derrota de un intento más de generar un artificial conflicto  contra Rusia, porque por más que le busca no encuentra el pretexto real.
Como si los estadounidenses no hayan aprendido la lección que recibieron del pueblo vietnamita, tras la derrota de su ejército en la atroz guerra que duró  veinte años, de 1955 a 1975. Porque desde entonces el Pentágono pierde todas las batallas, tanto en el terreno con sus soldados de a pie, como por las tecnológicamente sofisticadas guerras muchos de los operadores de drones en países como Pakistán le han renunciado en masa, y en el contexto actual las pruebas están a la vista.
El gobierno de Barack Obama, con el deterioro internacional y las presiones que de la presencia de los terroristas en terreno sirio se derivan, está reconociendo no explícita pero sí implícitamente su derrota. Algo que muy probablemente no estaba entre los escenarios de futuro inmediato de sus asesores, ni de aquellos estrategas especializados en prospectiva siempre ocupados en el resguardo de los interese nacionales ya sabemos que de sus trasnacionales y su sistema financiero, incluso de las multinacionales de las guerras.
Una lección deja la histórica 70ª Asamblea General de las Naciones Unidas, el único foro internacional hasta donde llegan las denuncias de todas partes del mundo (un escenario en donde Chávez dijo que “olía a azufre”, aquel 20 de septiembre 2006 desde la alta tribuna, y Muamar el Gadafi quien en octubre de 2011 pronunció un discurso que tal vez le costó la vida (¿qué sabe la señora Hillary Clinton de eso, quien antes de la caza de Gadafi visitó Libia?): el presidente Barack Obama escenificó en Nueva York, en la sede de la ONU, la actuación de un presidente como el ruso Vladimir Putin, quien con su política en el escenario internacional está cambiando el mundo rompiendo la hegemonía de los Estados Unidos de América.
Irrenunciablemente optimistas, diría Hugo Chávez en 2006, así ahora, está llegando el momento de las alternativas para el desarrollo autónomo de los pueblos, de sacudirse la presión del imperio estadounidense y sus políticas de sometimiento. Rusia está al frente y Obama sabe que China está detrás.
  Twitter: @sal_briceo



Sobre Barómetro:




Contenidos más leidos

Lo más leído escrito desde el 09 septiembre 2015

Por Norma Estela Ferreyra: Bin Laden vive en las Bahamas, a expensas de la CIA, dice Snowden

En la foto: Edward Snowden, ex colaborador de la NSA A través de los medios de cualquier clase que éstos sean, los EEUU mienten, sembrando el terror en todo el ... Leer más
180 lecturas

Por Diego Olivera Evia: Se activa el Plan Colombia contra el gobierno del presidente Maduro

Violación del espacio aéreo una nueva mentira de Santos En artículos anteriores hablábamos de que solo el dialogo y la paz, son los mecanismos para desactivar los conflictos en la ... Leer más
172 lecturas

Por Diego Olivera Evia: Dialogo y paz única salida a la crisis fronteriza colombo-venezolana

La violencia es la estrategia de las derechas en América Latina Nuevamente los tambores de guerra quieren crear división en América Latina, luego de una década y media de avances ... Leer más
84 lecturas

Por J. Manuel Arango C. Colombia culpable de la situación fronteriza con Venezuela

Es tal el odio de la rancia burguesía y paramilitarismo en Colombia contra la Hermana República Bolivariana de Venezuela, que no ven; que fue justamente en el gobierno del que ... Leer más
77 lecturas

Por Sergio Rodríguez Gelfenstein:Crónica de amor por La Habana

Por invitación de la Asociación de Historiadores de Latinoamérica y el Caribe (Adhilac) y la Cátedra Simón Bolívar de la Universidad de La Habana asistí en la capital cubana al ... Leer más
75 lecturas

jueves, 1 de octubre de 2015

Por Salvador González Briceño: Colombia, acuerdo digno; falta la justicia


Por Salvador González Briceño: Colombia, acuerdo digno; falta la justicia

Enviado por Barometro Internacional el jueves, 01 octubre, 2015 a las 1:20


*Se busca el máximo de justicia posible para las víctimas
*Puede ocurrir como los Acuerdos de San Andrés Larrainzar
*O el proceso es transparente y todos ganan, o todos pierden


No es el fin de las negociaciones. Es el principio del fin. Como el amarre. Las partes le llamaron “Acuerdo sobre Justicia Transicional”. Se trata de una cima del proceso de negociaciones entre el gobierno de Juan Manuel Santos y las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), que se desarrollan en Cuba como testigo ético, justo y mediador. Voluntad política de las partes, es lo que parece a simple vista.
COLOMBIA_ACUERDO_FALTA_JUSTICIA_Salvador.jpg
El mismo Santos dijo este 23 de septiembre: “Hemos logrado una acuerdo sobre las bases de la justicia”; es decir, “buscar el máximo de justicia posible para las víctimas y la máxima satisfacción de sus derechos… (así como) garantizar que los crímenes más graves cometidos en ocasión del conflicto no quedarán en la impunidad”. Es el llamado proceso de paz en Colombia, entre el gobierno en representación del Estado y la guerrilla de las FARC.
El objetivo marcado para esta última fase, que iniciara formalmente el 18 de octubre de 2012 (en Oslo primero y un mes después en Cuba), ha sido “la búsqueda de la paz con justicia social por medio del diálogo”, según el dirigente y negociador Iván Márquez. Para “que no se repitan los errores del pasado”, diría el presidente Santos. El reciente, un logro tras otros intentos fallidos, como el de 2002 en el Caguán, país de origen.
Difíciles, duras, complejas como los cinco puntos de la agenda. Proceso complicado, como los temas sobre los cuales un conflicto de más de 50 años viene arrastrando sus pendientes. Temas como la política de desarrollo rural, el abandono de las armas, la incorporación de los miembros de la guerrilla en la política, más un posible replanteamiento de la lucha contra las drogas que desde 2007 vía el Plan Colombia viene comandando Estados Unidos de América, con la finalidad de “erradicar el problema” empleando la violencia que —por cierto— no arroja resultados.
El diálogo se ordenó mediante un “Acuerdo General para la terminación del conflicto y la construcción de una paz estable y duradera”, en tres facetas: a) de acercamientos y exploratoria; b) concreción de acuerdos sobre los temas base; c) reparación a las víctimas, desde ambos lados, guerrilla y gobierno. De ahí partieron. Cada uno con sus planteamientos, preocupaciones y exigencias. Un diálogo con disparidades, ataques armados, ceses del fuego y bajas de ambos frentes durante el proceso. Negociando, pero en pie de guerra. Con acusaciones y reclamos, pero con la voluntad de continuar.
Por una paz no solo posible sino necesaria. El “acuerdo sobre justicia transicional” es cumbre; sin embargo faltan los puntos difíciles de proceso. Pero con la voluntad de las partes de “llegar a un acuerdo final en un máximo de seis meses”. Paz con justicia, es deseable para los colombianos, del campo principalmente porque ha sido el terreno de las disputas. ¿Cuántas familias han padecido el conflicto por generaciones?
No obstante un grupo (mejor dicho dos, porque también está el Frente de Liberación Nacional, ELN, la otra guerrilla; que por cierto ha estado al tanto de las negociaciones, en parte informados por las FARC) que ha sostenido siempre sus principios de lucha, por ser de la vieja guardia revolucionaria. Justificables o no, lo mismo que el método. Un tema para otra ocasión.
Entre las complicaciones está la amnistía. Por ejemplo, el acuerdo dicta que “no serán objeto de amnistía los delitos de lesa humanidad, el genocidio, los graves crímenes de guerra, la toma de rehenes, la privación grave de la libertad, la tortura, el desplazamiento forzado, las ejecuciones extrajudiciales, la violencia sexual”, etcétera.
Pero se creará la “Comisión para el esclarecimiento de la Verdad, la Convivencia y la No Repetición”. Y la “Jurisdicción Especial para la Paz”, con salas de justicia y tribunales para la tan anhelada pacificación, poner fin a la impunidad y “obtener verdad, contribuir a la reparación de las víctimas y juzgar e imponer sanciones a los responsables de los graves delitos cometidos durante el conflicto”. Ahí están, con Raúl Castro entre los dos: el presidente Juan Manuel Saltos y el líder de las FARC, Rodrigo Londoño Echeverri, Timochenko, saludando para las placas de la historia. Avance en los acuerdos, resta la justicia. Mas, el que esté libre de pecado que tire la primera piedra.
Elemental. Pero lo que sigue es importante, tanto para las partes como para lo que se busca: la justicia social. Se dirá si no.
1° Como se ve hasta aquí, lo “transicional” —del llamado “Acuerdo sobre Justicia Transicional”— es el acuerdo más no la justicia. Para comenzar, porque la justicia, en el amplio sentido del término, no llega por decreto. Es decir, las partes deberán establecer los mecanismos para el cumplimiento de lo que firmen, pues sin las garantías digamos institucionales, podrá no haber continuidad y hasta incumplimiento.
Dicho sea con conocimiento de causa. Las cosas podrán quedarse en el papel, gobierne quien gobierne, como le ocurrió en su momento al Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN) en Chiapas, México, tras la firma de los llamados Acuerdos de San Andrés Larrainzar sobre los derechos de la cultura indígena que fueron suscritos en 1996 entre representantes del movimiento indígena y el gobierno, pero nunca llegaron hasta la Constitución. Luego serían desconocidos por el entonces presidente Ernesto Zedillo Ponce de León (1995-2000).
El cumplimiento de los acuerdos podrá diluirse con el tiempo. O bien quedarán a la espera de quienes gobiernen —no digamos el poder; que este es el auténtico peligro—, o de la disponibilidad de aquellos que asuman las directrices del Estado. Con sus bemoles. Pues a estas alturas del partido no hay Estado, sobre todo que comulgue con las políticas neoliberales dirigidas desde Washington, que tenga los recursos suficientes para corregir el rumbo, por el propio desgaste que ha padecido conduciendo a los pueblos al desastre económico, político y  marcadamente social.
2° Si lo anterior no queda claramente establecido el Estado le fallará primordialmente a la población, con Santos o cuando él no esté. Léase que hasta ahora las FARC han representado tanto para los sucesivos gobiernos colombianos como para los Estados Unidos de América, una suerte de estaca enclavada en el corazón de la zona donde se cultiva la coca.
Es el territorio controlado por la guerrilla hasta ahora que, se presume, quedará libre. ¿O cuál será el estatus? ¿Al deponer armas las FARC qué pasará? ¿A merced de quién quedarán los territorios? ¿El área será liberalizada, es decir privatizada? ¿O se repartirá a las comunidades a quienes se les ha arrebatado la tierra, su vida y su tranquilidad? ¿Qué con la siembra de la coca? De la respuesta a estas y otras preguntas dependerá el futuro del saldo de los diálogos de paz. Así como de la anhelada justicia.
Pero un territorio libre de grupos armados pueden complicarse todavía más las cosas para el país, por lo siguiente: o el negocio de las drogas crece con la inclusión soterrada de particulares colombianos; u organismos como la DEA llegarán pronto con la promesa de acabar con el negocio de la coca. O, insisto, ¿qué pasará con el negocio de la droga? Su existencia misma es buen pretexto para la geopolítica regional de Washington.
Valga la siguiente advertencia: bajo la promesa del gobierno de Juan Manuel Santos de cumplir al máximo posible con la “justicia para las víctimas”, puede encubrirse la otra parte del acuerdo: el juzgar a quienes están dando la cara para “garantizar la no impunidad” por los crímenes cometidos, pero al mismo tiempo dejar libre el camino deteniendo, juzgando y anulando así a los principales dirigentes de la guerrilla. Precisamente para incumplir lo prometido. Para eso valen los candados ya señalados.
Claro está que los delitos de lesa humanidad deberán castigarse, pero siempre en igualdad de circunstancias; ni a unos más que a otros. Así que, o el proceso es transparente y ganan todos —principalmente el pueblo—, o todos pierden. El futuro está al alcance de la vista. 
*Correo: sgonzalez@reportemexico.com.mx. Twitter: @sal_briceo.