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martes, 14 de agosto de 2018

¿Nicolás Maduro tiene un plan? «Socialismo», hiperinflación y regresión social


En el marco del «nuevo comienzo» prometido en la última campaña electoral, el presidente Nicolás Maduro anunció el Programa de Recuperación, crecimiento y prosperidad económica, un nombre demasiado exagerado para un paquete de medidas que busca sacar al país de la hiperinflación más alta de la historia latinoamericana. En verdad, no se conocen más que anuncios aislados y es difícil saber si detrás de ellos existe un verdadero plan económico para revertir el desastre económico y social más allá de la retórica oficial.

Por Manuel Sutherland
agosto de 2018

Casi nadie se atreve a negar que Venezuela sufre la crisis más grave de su historia. Por quinto año consecutivo, el país presentará la inflación más alta del mundo (estimada en 82,766% para el período de julio de 2017 a julio de 2018. En julio de 2018 la inflación del mes alcanzó el 125% y la inflación acumulada en 2018 roza el 10.664,7%. De este modo, el país lleva nueve meses consecutivos de hiperinflación.

Venezuela posee además un déficit fiscal que ronda el 20% del PIB (al menos por sexto año consecutivo), el riesgo país más alto del mundo, las reservas internacionales se ubican en el nivel más bajo de los últimos 20 años (menos de 8.500 millones de dólares) y una aguda escasez de bienes y servicios esenciales (alimentos y medicinas). El valor del dólar paralelo (que sirve para fijar casi todos los precios de la economía) se ha incrementado en más de 9.900% en lo que va de 2018.

Sobre ese infausto panorama el presidente Nicolás Maduro lanzó lo que dio en llamar «Programa de Recuperación y Prosperidad Económica». El plan de «salvación» es aún desconocido. Pero se difundieron una serie de anuncios que prometen ser un gran viraje en la política económica nacional. Veremos de manera sintética el núcleo de esas proclamas y el contexto concreto del cual dimanan.
La hiperinflación anualizada más alta de la historia.

Mientras que las hiperinflaciones ocurren por lo general sin caídas dramáticas de la producción, la hiperinflación de Venezuela presenta un fuerte derrumbe en el suministro de bienes ya que la economía se ha reducido drásticamente cada año desde 2014. Según cifras del Fondo Monetario Internacional (FMI), en 2016 la producción disminuyó un 16,5% y la caída de 2017 y 2018 se estima en unas valores semejantes. Cálculos propios arrojan que la caída en el PIB para el período 2013 a 2018 podría llegar a rozar el 45%.

Si la inflación del mes de julio (la más alta en nuestra historia) se repitiese por los próximos 11 meses, hablaríamos de una inflación anualizada de 1.683.411,21%. Si la primera hiperinflación registrada en noviembre de 2017 (el primer mes de hiperinflación, con 56,7%) se repitiese como promedio mensual, la inflación anualizada sería 21.919%, un escenario que quizás el gobierno maneje como «deseable», pero ya imposible. Para Steve Hanke, especialista en procesos de hiperinflación en el mundo, la hiperinflación anualizada (julio 2017 a julio 2018) alcanzó la escalofriante cifra de 65.320 %. Esta inflación fue medida a través de las variaciones del tipo de cambio paralelo, puntualmente el indicador de Air TM.

A simple vista el «elefante en la sala» parece ser la hiperinflación, en segundo lugar la profunda caída de la producción y en tercer lugar de la destrucción voraz del poder adquisitivo de los salarios de los trabajadores. Siendo estos tres ejes nodales en la crisis económica, el gobierno ha decidido atacar a los tres a la vez. Veamos…

¿En qué consiste el «plan»?
I. El plan económico no existe o no se ha dado a conocer al público. Si el gobierno anhela credibilidad y confianza en su plan secreto, este debería dejar de serlo y abrirse los venezolanos.

II. Al no conocerse el plan, todas las medidas lucen aisladas y dispersas. Propuestas llamativas parecen saltar de la chistera de un mago sin ninguna organicidad o armonía.

III. El «plan» no tiene el más mínimo consenso entre diversos sectores gremiales, políticos, sindicales, populares ni académicos. Por ende, genera más dudas, temores e incertidumbre que esperanzas.

IV. Un diálogo abierto hubiera podido pulir las aristas problemáticas del «plan» y generado cierta sensación de participación, lo que hubiera podido dar lugar a compromisos y apoyos sociales indispensables. Pero tal como fue implementado, los anuncios suenan como órdenes, como gritos de cuyo incumplimiento acarrea castigos.

V. Los anuncios atacan factores esenciales de la economía, pero dejan de lado muchísimos ámbitos importantísimos que son sintomáticamente olvidados. El «plan» debería estar disponible para su exhaustiva revisión, y éste debe ufanarse de ser lo más completo posible.

VI. Y para ser un verdadero plan, debería tener metas específicas en cuanto a fechas, indicadores y magnitudes a las cuales se quiere llegar. La ausencia de toda prospección técnica hacer parecer a los anuncios como una declaración de intenciones muy optimista y etérea. El wishful thinking habitual.

Extractos comentados de anuncios sueltos
I. La varias veces pospuesta reconversión monetaria fue confirmada para el 20 de agosto. Luego de anunciar que se le quitarían 3 ceros al Bolívar, hace unos días se decidió que fueran 5 ceros. El «bolívar fuerte» pasa a llamarse «bolívar soberano».
El problema de esta medida necesaria es que es apresurada porque no tiene la preparación que requiere un cambio tan drástico en la familia dineraria que hoy en día, según el Banco Central de Venezuela, apenas puede cubrir el 0,9 % de la liquidez monetaria. Es evidente que la cantidad de billetes requeridos no está disponible, que coexistirán los nuevos billetes con los anteriores (más sus dos ampliaciones) y que debieron eliminar 6 ceros en lugar de 5. Obviamente debemos destacar que desde 2008 se le han quitado unos 8 ceros a la moneda y que la reconversión monetaria debió ser la guinda del pastel de un programa de estabilización macroeconómica y no precederlo. De no tomarse con seriedad las medidas económicas antiinflacionarias es evidente que en pocos meses los cientos de millones de dólares invertidos en la reconversión habrán caído en un saco roto por el ritmo inflacionario.

II. El gobierno decidió «anclar» el bolívar al Petro y darle a este un valor oscilante de 60 dólares. El valor del Petro será entonces de 3.600 bolívares soberanos (el tipo de cambio implícito será de 60 bolívares soberanos por dólar, es decir 6.000.000 de bolívares fuertes).

El Petro es una «critptomoneda» que carece de venalidad. Las supuestas miles de ofertas de compra por el Petro jamás se concretaron y el Petro no se compra ni se vende. El Petro está respaldado por las reservas de petróleo del Bloque I de la Faja petrolífera del Orinoco. El asunto es que (aparte de ser violatorio de la Constitución y la Ley de Hidrocarburos) la garantía real de cada Petro no existe, ya que el petróleo que la «sustenta» está cientos de metros por debajo de la tierra en una zona donde no hay extracción ni procesamiento del mismo. Extraer ese petróleo extrapesado cuesta decenas de miles de millones de dólares que Petróleos de Venezuela (PDVSA) no tiene. Para ser un respaldo real, el Petro debería ser canjeable por una cantidad de petróleo clara y específicamente establecida.

El tipo de cambio y el valor del Petro se decidieron de una manera completamente arbitraria. Aunque sabiamente se derogó la Ley de Ilícitos Cambiarios, no se anunció la eliminación del Control de Cambio ni se planteó un nuevo sistema de cambio libre.
III. Maduro fijó «el salario mínimo, las pensiones, y la base de salario para todas las tablas del país» en 1.800 bolívares soberanos (180.000.000 de bolívares fuertes). El actual salario es de apenas 3 millones de bolívares fuertes, si a este adherimos el bono de alimentación, la remuneración mínima legal mensual sería de 5.196.000 de bolívares fuertes, es decir, 51,96 bolívares soberanos. El presidente no especificó si el aumento del salario incluía o excluía el bono de alimentación. Partiendo que este representa una gran parte del salario (lo que amerita una reforma a la Ley del Trabajo) diríamos que el aumento neto porcentual fue de 3.364 %, de un solo plumazo. A dólar oficial (DICOM) representa 30 dólares mensuales, justo en el umbral de la pobreza extrema que se calcula por debajo de un dólar por día. A la cotización del dólar paralelo el salario mínimo es de unos 18 dólares mensuales, un terrible salario de miseria e inanición.

El asunto de este «munificente» incremento salarial es que es asombrosamente elevado para las capacidades de pago del 95% de las empresas. Por más doloroso que parezca ni el arruinado y deficitario Estado ni los quebrados empresarios tienen el suficiente dinero como para pagar ese incremento ya que su producción y la productividad correlativa del trabajo son extremadamente bajas. Por ende, no hay base económica para un aumento semejante ya que se está en el estadio más álgido de la crisis, es decir, de la caída de la producción motivada al cierre o paralización de cientos de miles de empresas.

Aunque muchas empresas sobrevivirán a este incremento extrínseco en su nómina, es de esperar una fuerte ola de despidos, ya que casi ninguna empresa pequeña que no haga exportación puede soportar de un solo golpe una nómina 33 veces más alta. El despido podría ampliar el «ejército industrial de reserva» y peor aún, sumergir a otros cientos de miles de trabajadores en población obrera sobrante consolidada. Ello aumentaría la oferta de trabajo y reduciría los salarios reales. A su vez, los despidos y paralización de la producción aumentarían la escasez, lo que empujaría los precios hacia arriba y licuaría aún más rápido el incremento nominal de los salarios, azuzando el ritmo inflacionario.

Para que el Estado cancele su propia nómina de alrededor de 3 millones de empleados más 4 millones de adultos mayores pensionados, requerirá 33 veces más dinero del que erogaba hasta agosto pasado. Si el mismo gobierno admitió que está en déficit fiscal (que sus egresos son mayores a sus ingresos) no podrá pagar ese incremento con otra herramienta que no sea la emisión de dinero sin respaldo, es decir, dinero inflacionario. Ello será gasolina para la fogata de la hiperinflación, esa acción amenaza con darle un ritmo inflacionario tremendo que haría desaparecer el incremento salarial en alrededor de 2 o 3 meses (en el mejor de los casos).

Por si fuera poco, Maduro anunció que asumirán el diferencial de la nómina salarial de toda la pequeña y mediana industria y de sectores privados durante 90 días. Si más del 90% de las empresas del país son pymes (alrededor de 126.000) podemos decir que el gobierno también pagaría directamente a más de 3 millones de trabajadores adicionales, un enorme gasto añadido a sus 7 millones de dependientes. ¿Más?, bueno el gobierno prometió pagar un bono de 600 bolívares soberanos a 10 millones de personas afiliadas al bolivariano Carné de la patria.

¿Hay que aumentar el salario real de manera significativa? Sí. ¿Los aumentos nominales del salario son el camino para incrementar el salario real? No. Desde 2013 hasta junio de 2018, Maduro aumentó el ingreso mínimo legal (salario más bono de alimentación) en 129.000%. En ese mismo período, la caída del salario real ha sido de 86%. Es muy necesario entender que el poder adquisitivo no se eleva por decretos ni ucases. Requiere de un sólido y sostenido incremento en el desarrollo de las fuerzas productivas, una expansión de la productividad y de la magnitud de la producción. Sobre esta última base se pueden desarrollar todas las luchas obreras posibles por ampliar la remuneración, por reducir la plusvalía arrebatada por el capital. Sin esa base es imposible aspirar a ninguna mejora.

IV. Lo más insólito de las medidas es que tienen un «remate» en el cual el presidente dice que van a ir hacia un déficit fiscal cero y que su norte es la disciplina fiscal. En tal sentido se anunció una batería de impuestos fuertemente contractivos que chocan con su interés de generar crecimiento económico inmediato:

-El Impuesto al Valor Agregado (IVA) aumentará 4 puntos porcentuales, de un 12% a un 16%, para los bienes suntuarios, manteniendo las exenciones de bienes y servicios esenciales. Se aumenta el impuesto más regresivo y desestimulante del consumo mientras se mantienen exenciones del pago del impuesto sobre la renta (ISLR) (un impuesto progresivo) a las grandes petroleras, desde PDVSA a las empresas mixtas.

-El ISLR establece el pago de anticipos del 1% sobre las ventas diarias de los contribuyentes especiales. En el sector financiero asegurador el pago será del 2%. El rango para el pago de anticipos mensuales del ISLR será de entre 0,5% y 2%. Cargas importantes al sector privado que aunado a los siderales aumentos impuestos a cada nómina, dificultarán aún más la actividad productiva.
-Se fija un impuesto a las «grandes transacciones financieras» en un rango que va de 0% al 2% para el universo de contribuyentes especiales, exceptuando el sector industrial necesario para dinamizar la actividad productiva nacional.
Corolario

El rosario de anuncios presidenciales es una increíble mezcolanza de anhelos económicos. El gobierno busca 3 objetivos cuyas políticas exigen gradualidad y resolver, a modo de escalera, un paso a la vez. Los anuncios pretenden resolver todos los problemas con soluciones intrínsecamente contradictorias. Por ejemplo, uno de los anuncios que no comentamos busca «obligar» a que los precios no suban (luego del aumento de 3.300 % en la nómina salarial) a fuerza de más regulación y acción punitiva. El ideal es que la inflación en septiembre sea 0% a pesar de haber incrementado el salario en 33 veces (como mínimo).

Es realmente trágico que la alta burocracia crea que la economía es un pony de circo que hace todas las piruetas y volteretas que su gentil amo le ordena. No se entiende que la economía no «obedece» a los designios y a la abstracta voluntad del planificador. Aún el gobierno está a tiempo de discutir, dialogar y pulir (o eliminar) diversas aristas del «plan» que aún se desconoce, pero que es menester debatir y criticar.

Según las cifras de la Oficina de Coordinación de Asuntos Humanitarios de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), unos 2,3 millones de venezolanos han abandonado el país en los últimos años como consecuencia de la crisis económica. Colombia, Ecuador, Perú y Brasil son los principales destinos de acogida. La mayor parte de los que emigraron cita la falta de alimentos como la principal razón de su salida, con datos que señalan que 1,3 millones de personas sufren malnutrición. Las nuevas medidas anunciadas pueden hacer que la diáspora empeore sensiblemente. La acelerada quiebra de empresas podría acelerarse al ritmo de la hiperinflación. No está demás decir que la fuga de fuerza de trabajo calificada y la exportación del llamado bono demográfico pueden dificultar enormemente la recuperación de una senda productiva, ya que la escasez de profesionales formados en diversas áreas es muy severa. Tristemente en el «plan» no asoma la posibilidad de generar estrategias para repatriarlos.


martes, 15 de diciembre de 2015

Elecciones a la Asamblea Nacional: crisis económica o la falaz “guerra económica”… derrota histórica y grises perspectivas


Elecciones a la Asamblea Nacional: crisis económica o la falaz “guerra económica”… derrota histórica y grises perspectivas
El Martes 15 de diciembre de 2015 18:01, Cifo Org <alemcifo@gmail.com> escribió:

*Manuel Sutherland
Centro de Investigación y Formación Obrera (CIFO)
 
El Martes 15 de diciembre de 2015 18:01, Cifo Org <alemcifo@gmail.com> escribió:


*Manuel Sutherland
Centro de Investigación y Formación Obrera (CIFO)

La profunda derrota sufrida por el gobierno bolivariano en la Asamblea Nacional es sin duda un hecho político contundente que amerita un análisis profundo. Por razones de espacio, este breve artículo abordará: lo que consideramos las causas concretas (materiales) del descalabro, un esbozo de la crisis económica, algunos números de la contienda electoral y un asomo a lo que puede ser el futuro cercano del progresismo venezolano.

La crisis económica más importante del siglo es simplemente… negada

Venezuela tendrá por tercer año consecutivo la inflación más alta del mundo, que en 2014 fue (muy subestimada) de 68,5%. La inflación de 2015 ha sido frontalmente ocultada por los organismos estatales, prohibiendo con denuedo su publicación. En 2015 se prevé que la inflación sobrepase los tres dígitos, convirtiéndose en la inflación más fuerte de nuestra historia. Hablamos de: déficit fiscal de dos dígitos, la caída del 70 % de los precios del petróleo, el riesgo país a la inversión internacional más alto del globo (JP EMBI+ 2400 puntos, 2015), la estrepitosa caída del PIB del año anterior  (cerca del 4 %), la cantidad de divisas operativas en las reservas internacionales más baja del decenio y una tremebunda escasez de toda clase de bienes y servicios. A todo ello se le suma la fuga de capitales –en relación con su PIB- más grande del planeta.

Ante ese deslucido panorama se erige la certeza de que la situación va a ser más grave. Frente a todas estas evidencias, los planteamientos del gobierno han sido simplemente negar la existencia de la crisis a fuerza de ideas conspirativas que por más ornamentos que posean, no pueden ocultar la gravísima destrucción del poder adquisitivo obrero y todos los males materiales que la crisis acarrea.

La peor derrota electoral de cualquier gobierno progresista

A pesar de semejante crisis, el gobierno realizó un campaña bastante confiada en el poder de su maquinaria electoral (el PSUV cuenta con cerca de 7 millones de inscritos y todos los recursos del Estado a disposición) y en la constante amenaza propagandística que hacía vender que un triunfo opositor sería la eliminación de todo el aparataje popular-asistencial de subsidios, prebendas y regalos. El gobierno no planteó un futuro mejor, ni la promesa de mejorar o al menos reconocer los horrendos errores cometidos. Por el contrario, la campaña enfatizó sus logros, publicitándose como el mejor gobierno del planeta, haciendo caso omiso al pavoroso devenir económico.

La oposición se centró en el tema meramente económico, postergando sus tradicionales idioteces anticomunistas (Ej.: el gobierno te quitará tus hijos, te obligará a compartir a tu mujer y te va expropiar la manera de vestir). Los cursis gritos de “libertad” pasaron a un segundo plano y todo se centró en vender la mentira de que su triunfo resolvería los gravísimos problemas económicos. En tal desvarío, candidatos como Tomás Guanipa vendieron la propuesta de “dolarizar el salario”, y otros prometieron igualar el salario a una canasta alimentaria 5 veces más elevada que el salario actual. Entre cada oferta huera y anodina se adjuntó un fementido universal abstracto, tan vacío como sus exponentes: “queremos cambio”.

El seis de diciembre se realizaron los comicios para elegir a los 167 diputados que legislarían hasta el 5 de enero del año 2021. Con una abstención tremendamente baja (25 %) para ese tipo de elecciones, el gobierno insuflaba una “titánica” confianza en los resultados.

En la madrugada se supo el primer boletín parcial que mostraba una soberana e impensada felpa de la oposición al gobierno. En los días subsiguientes se sabrían los demás guarismos que apuntaban a la peor derrota de gobierno progresista alguno (hasta ahora).

En resumidas cuentas:
A.   En la última elección a la Asamblea Nacional (2010) el gobierno había obtenido 98 curules frente a 65 escaños del antichavismo nucleado en la MUD.
B.   En las elecciones presidenciales de 2013 Nicolás Maduro había triunfado con 7.586.251 de votos, apenas 224 mil más que su adversario, el chavismo ya había perdido[i] alrededor de 700 mil votos en apenas seis meses. 
C.   En estas elecciones[ii] el chavismo sólo obtuvo 5.615.300 votos, casi 2 millones de votos menos que en 2013. La oposición creció en apenas en 5 %. Eso pareciera indicar que buena parte del voto chavista no migró hacia la oposición.
D.  A final de cuentas la oposición obtuvo 112 escaños contra apenas 55 del gobierno, que pierde en cinco años la bicoca de 43 diputados, casi el 50 % de sus legisladores.
E.   La oposición obtuvo el 57 % de los votos, pero por la forma mayoritariamente circuital de la elección, obtuvo el 68 % de los curules. El chavismo con un nada despreciable 42 % de los votos obtuvo apenas el 33 % de los escaños[iii].
F.   La estructura de la elección favorece a las mayorías y afianza un negativo bipartidismo, haciendo imposible la irrupción de fuerzas alternativas e irrespetando los principios básicos de la proporcionalidad del voto.
G.  El gobierno apenas triunfó en 6 estados y en ellos la sumatoria neta de votos favorables apenas alcanzó la cifra de 100 mil votos.
H.  En el Estado Carabobo dirigido por un gobernador bolivariano, Maduro había triunfado en el 2013 con una diferencia a favor de 15 mil votos. En esta la elección la derrota fue por más de 205 mil votos.
I.    En el Estado Zulia la diferencia entre votos opositores y chavistas fue cinco veces más favorable a la oposición. En el distrito capital la ventaja fue siete veces más grande para la oposición[iv].
J.    En Estados gobernados por chavistas como Bolívar y Barinas, la oposición aumento su ventaja electoral en cerca de 400 %[v].
K.   El voto nulo fue protagonista, no por los deseos de anarquistas y algunos trotskistas, sino porque muchas personas con dificultades tecnológicas no pudieron expresarse como quisieron.
L.   El sistema electoral venezolano no prevé la posibilidad de que los electores manifiesten su descontento emitiendo un voto en blanco; al extremo que para el CNE estos votos deben considerarse como nulos y un error del elector, pero no una decisión deliberada.[vi]
M.  A nivel nacional hubo la bicoca de 697.947 votos nulos (4,77%)[vii]. Hubo una casi triplicación del voto nulo, comparado con la última elección asamblearia. Hubo muchas denuncias de imposibilidad efectiva de votar por quien querían, en los sectores de menores ingresos[viii].
N.  En el circuito 3 de Aragua, el oficialismo perdió por apenas por apenas 82 votos -sobre 158 mil-. En esa circunscripción los votos nulos alcanzaron la escandalosa cifra de 16 mil. Es probable que muchas personas afectas al chavismo hayan pulsado los “ojitos” de la tarjeta del PSUV, pero no la tecla específica que marca el voto[ix].
O.  En el circuito 4 del Estado Aragua, el favorito Elvis Amoroso también perdió por siete mil votos, cuando los votos nulos fueron 30 mil.
P.   Para la votación de diputados indígenas, región oriental, la cifra de votos nulos alcanzó el 20 % de la votación total. Es evidente que tamaña cifra debe revisarse como un problema en el cual la población trata de expresarse y su voto sale nulo.[x]

El gran responsable de la derrota es… la “guerra económica”

Ha triunfado la guerra económica (…) el esconder los productos, encarecerlos,  (…) se establecía el precio justo para un producto y lo escondían todo, a una camisa de vestir le ponen el precio que le da la gana: 100 mil bolívares, un par de zapatos 60 mil bolívares –el salario mínimo es 16 mil bolívares-“

Presidente Nicolás Maduro[xi]

Apenas la rectora del CNE ofreció las resultas, el Presidente Nicolás Maduro hizo una alocución reconociéndolos. Luego de ello, procedió a responsabilizar a la “Guerra Económica” (GE) como la causante del estrepitoso fracaso, ya que –según él- ella desanimó y doblegó a las bases chavistas, impidiéndoles ir a votar por el proceso.

En otras oportunidades he criticado la teoría de la GE. En particular en una breve trilogía publicada hace unos meses[xii]. En resumidas cuentas diría que:

a) El contrabando no lo hacen personas que quieren derrocar a Maduro y que son pagadas por la CIA. Dicha actividad se ha visto incrementada debido a los enormes márgenes de diferencia entre los precios regulados por el estado y los precios a los cuales se pueden vender esas mercancías en Colombia, Brasil, Panamá etc.

b) Bajo una espiral inflacionaria y al haber precios regulados –donde ganarían como máximo 30 %, habiendo una inflación anual de 68,5 % (2014)-, las expectativas indican que los precios van a aumentar, por ende, es normal que todos los comerciantes prefieran no vender las mercancías todavía y protegerse de una posible subida de precios. A eso el gobierno lo llama “acaparamiento”.

c) Antes de vender las mercancías a precios regulados a la población, los comerciantes prefieren venderla a restaurantes, clínicas, etc., con los que pueden tranzar un precio más alto que el regulado, lo cual le permite obtener más ganancias.

d) Buhoneros y minoristas de toda laya pueden negociar con comercios y fábricas para comprar a un precio por encima de la regulación, porque ellos pueden revender a un precio robusto sin ningún límite o control estatal. Vendiendo esas mercancías a buhoneros y distribuidores ilegales, podrían obtener elevadas ganancias libres de impuestos.

e) La "especulación" no es la causa de la subida general del nivel de precios, es por el contrario su consecuencia. Todas las economías del mundo han pasado por cuadros inflacionarios similares al que acaece en Venezuela, de hecho en Alemania la hiperinflación llegó a hacer que una cerveza costase 4 mil millones de marcos. Obviamente no había “guerra económica” en Alemania. En Argentina, Bolivia y Brasil también sucedió lo mismo aun cuando ningún Presidente de esos países era enemigo de EEUU.

g) Hay que estudiar las causas estructurales que han hecho de nuestra economía una víctima recurrente de la inflación. Es de recordar que en los años noventa, las tasas de inflación llegaron a ser de más del 100%, ese crecer de los precios fue acompañado por una severa escasez. Eso sí, a nadie se le ocurrió argumentar que la inflación era inducida por una GE contra Caldera o CAP.

h) Aunque parezca contradictorio, los "guerreros económicos" dicen que la inflación no existe, pero que al mismo tiempo es inducida. Rizando el rizo, comentan que los empresarios en Venezuela (restaurantes y quincallas chinas incluidas) siguen las órdenes de un mando central golpista que es dirigido por el FBI desde Miami, para forzar a los empresarios a subir los precios de las mercancías, cosa que encime les conviene porque mientras más inflación –según ellos- más ganancia (¡!).

En síntesis:
·       1. La "teoría" de la Guerra Económica (GE) es un disparate. No se debe atribuir la derrota electoral a algo que no existe.
·     2. La inflación no le conviene al empresario, mientras más suben de precio, menos venden, menos ganan y tienden a quebrar porque ya no pueden reponer inventario y cubrir sus costos. Creer que precios altos es ganancia alta es prehistórico, es una ilusión monetaria.
Si la GE fuera cierta habría comerciantes chavistas que no la harían y vendieran todo barato y surtido. Desgraciadamente las empresas estatales son las que más escasez tienen. Penosamente, hay que decirlo, quienes más contrabandean y bachaquean[xiii] son altos funcionarios estatales que precisamente les conviene que su gobierno se eternice. Por ende, no lo hacen para derrocarse a sí mismos, sólo se aprovechan de un súper negocio.

Si la GE fuese cierta y todos los empresarios destruyen la economía a propósito, la única solución factible sería la expropiación radical de todas esas empresas y su control estatal. Sin embargo, los ideólogos de la GE jamás lo plantean y se contentan con exigir mayores fiscalizaciones. Tal absurdo se resume a tratar de “regular” la GE. Mientras tanto, el gobierno “en guerra” les vende dólares preferenciales a los capitalistas, les ofrece créditos con tasas de interés real negativa, les ofrece condonaciones de deuda, les reduce impuestos e imprime mucho dinero inorgánico para luego prestárselo a tasas ridículamente bajas a la burguesía y ésta pueda comprar dólares en el mercado paralelo. Vaya “guerra” extraña.

Peor aún. Si el gobierno dice que la terrible situación económica actual se debe a la GE, muchos electores pudieron pensar que todos los problemas económicos se podrían resolver con la salida del gobierno, ya que eso haría que los empresarios dejasen de “guerrear” y la economía fluyese libre de crisis.

Si la GE es la causa de todos los males, el gobierno debería ceder a los capitalistas y hacer cumplir su voluntad. De tal forma, los problemas de escasez, inflación y pobreza desaparecerían al instante. Si el gobierno lleva años “combatiéndola” y cada día la situación empeora, la solución es la plena conciliación de clases, pactar y obedecer a los capitalistas en sus exigencias. La ideología de “guerra económica” es cobarde, liquidacionista y mendaz.

Grises perspectivas

Mientras el gobierno insista en la estólida tesis de la “guerra económica” no podrá formular ninguna política eficaz contra las causas estructurales y coyunturales de la crisis económica que se niega a reconocer. La crisis económica fue la madre de la derrota política del gobierno.

Si el gobierno se niega a hacer una autocrítica profunda, la situación económica debe empeorar, ya que sin ella no se pueden advertir los dramáticos errores en política económica que empeoraron de manera catastrófica el natural declive cíclico de la economía.

Mientras se insista en plantear “soluciones” absurdas e ineficientes como los mercados a “cielo abierto” para paliar los problemas de abastecimiento, los problemas deben empeorar. Ni hablar que en esos mercados los controles se apartan, las mafias entran en acción y la corrupción se multiplica. Las 10 horas de colas para comprar un pedazo de cerdo son percibidas con extrema molestia por una población que lleva décadas acostumbrada a comprar en supermercados y mercados municipales surtidos, dada nuestra munificente renta petrolera y la histórica sobrevaluación de la moneda. Las personas que no hacen las 10 horas de cola compran el cerdo hasta 8 veces más caro. Ambos, el que hizo la cola y el que pagó mucho más por el puerco deben sentirse muy amargados.  

Aunque el gobierno se haga el ciego ante la crisis, ésta avanza. Aunque no la nombre e incluso la prohíba con un ukase, la crisis se expande y amenaza con destruir el micro poder adquisitivo de la clase obrera.

El gobierno, el ajuste y la inmediatez de la crisis

La inminencia de completar el ajuste macroeconómico más drástico en la historia de Venezuela, es cada vez más feroz. Cada día que pasa las cuentas no cierran, se expanden los déficits y los ingresos se vienen abajo dada la tremenda baja cíclica del precio del petróleo. Cuando el precio del petróleo subió 9 veces no se ahorró. Más bien se aumentó el ritmo de gastos, el país se endeudó más y la base monetaria se expandió en más de 17 mil por ciento (1999-2015)[xiv]. La esperada por todos, menos por los dirigentes del Estado venezolano, caída en los precios de los hidrocarburos, mostró la más absoluta improvisación en el manejo de las cuentas nacionales y la más lánguida de las irresponsabilidades.

El devenir de esa situación se fue gestando en el medio de una reedición de la Venezuela Saudita de 1975-1981, donde los precios del petróleo también subieron y el estado se dedicó a gastar lo más rápido todo aquel provento. El resultado fue el llamado “viernes negro” que en 1983 rompió la ilusión saudí y mostró la hoz de la pobreza que azotaría al país con fuerza inusitada.

El año 2016 puede traer consigo el completar del ajuste macroeconómico más fuerte y anti obrero de nuestra historia. La situación económica de 1989, año del fatídico 27 de febrero, era menos mala que la actual. Las devaluaciones y aumentos del tipo cambio que se plantearon en aquellos tiempos rozaban el 100 % y un poco más. Sin duda medidas graves y empobrecedoras. En la actualidad las distorsiones son mucho más grandes. Para ofrecer una dimensión de la situación, los aumentos en el tipo de cambio y en la gasolina pueden ser de 4000 % para las divisas y de 20000 % para el combustible. Si se aumenta el tipo de cambio que se usa para importar medicinas y alimentos en 4000 % aún quedaría rezagado a ser apenas un 25 % del precio del tipo de cambio que se transa en el mercado paralelo. Llenar un tanque de gasolina de 44 litros cuesta apenas 4,5 bolívares. Aumentar en 20 mil por ciento llevaría el precio de llenar un tanque a 900 bolívares, menos de un dólar del precio al que se comercializa la divisa en la frontera colombo-venezolana.

Ambos incrementos, por sólo nombrar un par, tendrían un efecto de inmediata irrigación sobre todas las demás mercancías, las cuales deben sufrirían incrementos correlativos de más de tres cifras largas. Si se abandona el esquema regulatorio de precios, para frenar la tremebunda escasez, los productos aparecerán, pero vendrán a unos precios tan altos que convertirán los otrora salarios mínimos de Venezuela (2008) de 500 dólares, en salarios de 50 dólares, medidos a tasa oficial.

Es realmente impresionante la profundidad de la crisis y lo drástico que se muestran los ajustes capitalistas de la misma, partiendo de la rotunda negación del gobierno a encabezar una revolución socialista de verdad, que destruya el poder político y económico de la clase explotadora. Estando cerrada esa puerta, el ajuste que se avecina se muestra como la peor pesadilla de nuestra joven república. La izquierda perdida en su laberinto populista-clientelar se muestra como una comparsa acrítica del “progresismo”. Hoy está más desmantelada e inoperativa que nunca. Sin organizaciones sólidas y blandiendo las ideologías conspirativas más delirantes, es difícil no prever una verdadera y estructural derrota histórica del movimiento obrero.

Manuel Sutherland, Centro de Investigación y Formación Obrera (CIFO)

Twitter: marxiando       Ccs 14/12/2015


[i] Los resultados de la elección presidencial de 2012 están disponibles en este link: http://www.cne.gob.ve/
[ii] La comparación entre una elección asamblearia y presidencial no es de lo más fructífera. Sin embargo, en las circunstancias de extrema politización, una comparativa entrambas puede reflejar ciertos comportamientos puntuales.
[iii] Datos extraídos de la tabla que publicó Javier Biardeau en su artículo “6-D: Fin del “Pote Humo”. No es momento para felicitadores ni jalabolas” Fecha: 08/12/2015. Disponible en: http://www.aporrea.org/
[iv] Ambas comparaciones con respecto a las elecciones de 2013
[v] Ibídem.
[vi] Martínez, Eugenio. Resultados del 6D arrojaron aumento de votos nulos. Fecha: 08/12/2015. Artículo disponible en: http://www.elpitazo.com/
[vii] Ibídem.
[viii] Pérez, Irving. Votos nulos pudieron cambiar los resultados electorales en algunos circuitos. Fecha: 13/12/2015. Disponible en: http://efectococuyo.com/
[ix] Diputadas y Diputados Lista a la Asamblea Nacional del ESTADO ARAGUA. Página web oficial del CNE. Disponible en: http://www.cne.gob.ve/  
[x] Diputada o Diputado por la Representanción Indígena a la Asamblea Nacional Región Oriente. Página web oficial del CNE. Disponible en: http://www.cne.gob.ve/
[xi] Palabras del Presidente Nicolás Maduro en la madrugada del 7 de diciembre de 2015.  Vídeo disponible en: https://www.youtube.com/watch?
[xii] En este link, del portal digital Contrapunto, se encuentra la sintética triada de artículos críticos con la ideología de la guerra económica: http://contrapunto.com/
[xiii] Bachaquear es un neologismo venezolano que se aplica a las personas o empresas que compran mercancías a precios regulados por el Estado y luego la revenden al precio más alto posible.
[xiv] Banco Central de Venezuela. Base Monetaria. Disponible hasta 2015 en: http://www.bcv.org.ve/








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