Por Ilka Oliva Corado: Las maras en Centroamérica
Enviado por Barometro
Internacional el miércoles, 07 octubre, 2015 a las 20:25
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información acerca de las maras, pandillas o delincuencia juvenil
puede ser un arma de dos filos, en la mayoría de textos
tratan el tema con una postura clasista que discrimina por su
condición social a las mocedades de arrabal, precisamente muy poco
de objetividad en estos estudios que buscan sancionar con apelativos
como “clicas criminales.” Pero realmente dónde, cómo y porqué
se origina este fenómeno en Centroamérica.
No
hay que olvidar la violencia institucionalizada, la crueldad con la
que actuaron los gobiernos en el Conflicto Armado Interno que atacó
países como El Salvador y Guatemala, y es inadmisible dejar
por un lado las limpiezas sociales que vienen realizando los
gobiernos de turno en el Triángulo del Norte (Guatemala, El
Salvador y Honduras). Las maras nacen de las discriminación
con que trata el sistema a la infancia y adolescencia de arrabal,
son marginadas por la sociedad clasista y racista, son el escombro
de un sistema de castas. Se les niega toda oportunidad de
desarrollo, el acceso a la educación formal, a una alimentación
balanceada, el acceso a áreas recreacionales, se les niega lo
vital para un desarrollo integral.
¿Qué
hacen estos niños que en la mayoría de casos trabajan como adultos
para ayudar en sus hogares con los gastos? ¿Qué hacen si no tienen
un espacio propicio para desarrollar sus destrezas, sus habilidades,
su creatividad, sus talentos? ¿Si no hay programas que se
enfoquen en las carencias de esta parte de la sociedad? ¿Qué hacen
estos niños que la mayor parte del tiempo están solos porque sus
padres trabajan todo el día? ¿Qué hacen si ahí a la vuelta de la
esquina hay alcohol, drogas y todo tipo de peligro? No hay que
olvidar que quienes propagan las drogas en las periferias son las
verdaderas bandas delictivas que pululan en el gobierno. Las clicas
criminales son las que infestan el gobierno y el sistema.
Hay
que tener mucho nervio, cautela, respeto y objetividad para
tratar el tema de la violencia juvenil que no es más que el rezago
de la violencia institucionalizada.
Tema
esencial el del patriarcado, el de marginación. La pobreza extrema.
Las maras nacen como un grito sonoro de las áreas marginadas para
que el resto de la sociedad las escuche, un grito de ayuda, de
existencia. La forma en la que actúan y los códigos que
manejan son encasquetados porque está intrínseco el pacto de
lealtad y compañerismo. Las maras se fecundan en un amor de hermano
que no se ven en otros niveles de la sociedad. Son generadas
por la rebeldía propia del marginado, de ahí viene su fuerza, su
pureza, su solidaridad. Responden a la violencia del sistema, la
violencia no son las maras, es el sistema que margina y oprime. Se
les criminaliza por su condición social.
La
década de los años 80 es vital para el nacimiento de las
pandillas, época en la que el Conflicto Armado Interno obligó a
emigrar a miles que buscaron refugio en países como México y
Estados Unidos, se dice que la Mara Salvatrucha nació en los
barrios marginales de Los Ángeles, California, Estados
Unidos, Estados Unidos a principios de los años 90 comienza a
deportar centroamericanos y es así como llegan con nuevas
modalidades que implementan en su resistencia contra el sistema.
Responden a la violencia institucionalizada. Son estigmatizadas por
su forma de vestir, por los tatuajes con los que decoran sus
cuerpos. Caer en los focos de violencia que genera el sistema es muy
fácil cuando no se tiene el apoyo familiar, el de la comunidad y
las herramientas que brinden una formación integral.
En
los centro de detención se viola sistemáticamente los Derechos
Humanos. Las Reglas Mínimas para el Tratamiento de Reclusos de la
ONU, las cárceles deben diseñarse de acuerdo a ciertas
especificaciones para optimizar la rehabilitación de los reclusos.
En el papel se habla de programas de yoga y meditación en las
cárceles; porque promueven la salud, el desarrollo de la
personalidad, mejoran la conducta y reducen la reincidencia. Se
habla de clases de computación. Programas que funcionan muy bien en
las cárcesles de Estados Unidos pero que en Centroamérica no
porque no se cuenta con los espacios físicos ni con los recursos
materiales. En las cárceles se vive en una sobrepoblación que los
reclusos no alcanzan ni a comer los tres tiempos al día.
Por
el contrario se les abusa, se les obliga a participar desde ahí en
operaciones delictivas que están al mando de grupos criminales que
están muy bien apoyados por el gobierno. Las órdenes de
secuestros salen desde las cárceles por órdenes de gente que
cuenta con todos los recursos para delinquir desde la impunidad. No
hay programas gubernamentales que ayuden a los jóvenes a
reinsertarse a la sociedad cuando salen de la cárcel. Son las ONGs
las que hacen este trabajo, buscan empleadores que estén dispuestos
a contratar ex convictos. Es vital reconocer que los diferentes
sectores (basándose en la edad por ejemplo) tienen necesidades
diferentes. En Guatemala los jóvenes en las correccionales reciben
el mismo trato que un reo de edad adulta. Los programas de
rehabilitación solo funcionan en papel. No se incluyen programas
para la rehabilitación a los drogadictos, y mucho menos se trabaja
en cada droga específica. Esto debe ser vital para lograr la
regeneración de los jóvenes. Los programas de desintoxicación de
drogas son valiosos porque estos ayudan a evitar la reincidencia.
Los programas de salud mental, la salud cognitiva y la conducta, la
atención médica. Todo esto es carente en las correccionales en
Centroamérica en donde se trata a los reclusos adolescentes como
criminales. Para nada salen rehabilitados, la cárcel en la mayoría
de los casos se encarga de destruirles la vida por completo.
En
el Informe de la Alta Comisionada de las Naciones Unidas para los
Derechos Humanos sobre las actividades de su Oficina en Guatemala
2014, se indica que: El sistema penitenciario continuó enfrentando
serios retos. Con una capacidad para 6.492 personas había 18.204
personas privadas de libertad, de las cuales casi la mitad la mitad
se encontraba en detención preventiva.
Como
se ha informado anteriormente. Se mantuvo la falta de control
dentro de los centros penitenciarios y la actividad delictiva de
estructuras involucradas en graves violaciones de los derechos
humanos dentro y fuera del sistema penitenciario. Esto se vio
reflejado en el inicio de la persecución penal, en una
investigación, liderada por la CICIG, contra altas autoridades del
Sistema Penitenciario, reclusos (entre ellos, el ex capitán del
ejército Byron Lima Oliva, quien cumple condena por el asesinato
del obispo Juan Gerardi en 1998) y particulares, por tráfico de
influencias, asociación ilícita y lavado de dinero.
El
panorama es poco alentador, sin un sistema que se enfoque en el
desarrollo integral de la población en los sectores más golpeados,
es poco probable o nulo que la propagación de las maras se detenga,
estas son manipuladas por clicas criminales que ordenan desde el
poder del gobierno y la oligarquía. Sin un sistema penitenciario
que ofrezca una verdadera rehabilitación y respete los Derechos
Humanos es imposible evitar la reincidencia. Poco futuro tienen la
niñez y la adolescencia de las periferias porque a quienes no se
los lleva la hambruna, se los lleva la limpieza social o el
crimen organizado. Al final perdemos todos como país, porque cada
vida es única e invaluable.
@ilkaolivacorado
cronicasdeunainquilina@gmail.com
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