Por Niko Schvarz: Syriza en el centro de la escena
Enviado por Barometro
Internacional el miércoles, 04 febrero, 2015 a las 14:49
Grecia
se ha situado en el centro de la escena mundial. La espléndida
victoria de Syriza ha conmovido hasta las raíces a la vieja Europa.
Ha sembrado en la conciencia de millones de ciudadanos la convicción
de que es posible cambiar la dramática situación a que lo han
conducido las políticas de austeridad de sus gobiernos
neoliberales. Las repercusiones del triunfo de Syriza el domingo 25
de enero han sido inmediatas y profundas. El sábado 31 la Marcha
del Cambio, una imponente manifestación convocada por Podemos
sacudió Madrid y fue señalada como otra demostración palmaria de
los nuevos vientos que soplan en Europa.
Hemos
visto las filmaciones y un extenso video al respecto, y es realmente
impresionante por su masividad y por el entusiasmo y la convicción
que reflejan los manifestantes. Con la particularidad de que el
líder de Podemos, Pablo Iglesias, participó en la victoriosa
campaña electoral de Syriza en Grecia, con Alexis Tsipras al
frente, lo que revela cómo se van anudando los movimientos de
cambio. Resumió su opinión en esta frase: “¡Comienza la
esperanza, termina el miedo! Syriza, Podemos, venceremos”.
En
el video que me envían desde Madrid se escucha el Adagio en mi País
de Alfredo Zitarrosa, adaptado a la actual situación española, que
nos hace revivir las emociones de la fundación del Frente Amplio,
44 años atrás.
En
las manifestaciones de Madrid se hizo presente también Jean-Luc
Mélenchon, dirigente del Frente de Izquierda en Francia y actual
eurodiputado, en otra demostración del entrelazamiento de los
movimientos avanzados. En un reportaje declaró que “la victoria
de Syriza es un evento histórico, de primera magnitud, y el
siguiente será España. No sabemos en qué forma, pero todos
sabemos que se va a producir. Y la victoria en Grecia, y si hay
victoria en España, eso será muy bueno para nosotros en Francia.
Debemos aprender cómo se maneja cada país en esa dirección
política. Para eso vengo a apoyar la marcha de Podemos este
sábado”.
Fijó
además su posición sobre el camino de soluciones para los países
europeos. “Hay que denunciar a la “troika” –señaló- que es
una delegación del poder de la Comisión Europea y del Consejo
Europeo. Además no es neutral, quien maneja la troika es un alemán.
Además, los alemanes tienen que pagar la deuda a los griegos (por
la ocupación nazi del país en la según da guerra mundial). Hay
que buscar un camino razonable, porque la deuda griega es impagable
y la deuda española también”. Recordó en ese sentido que en el
próximo mes de agosto Grecia necesita 17.000 millones de euros y el
Banco Central Europeo le va a entregar a los bancos privados nada
menos que un billón de euros. “¿No se puede sacar esa cantidad
para todo un pueblo?, se pregunta. “¡Si no es nada!”.
Pero
las respuestas han sido negativas en todo sentido. Angela Merkel se
apresuró a declarar, cuando apenas se habían iniciado las
negociaciones con el nuevo gobierno griego, que no habrá ninguna
reducción de su deuda y que su gobierno deberá seguir con medidas
de reducción del déficit, es decir, aplicando el plan de
austeridad. Que es lo que el nuevo gobierno no va a hacer, de ningún
modo. Entre otras cosas, porque la aplicación de esos planes,
además de provocar sufrimientos inauditos a las grandes masas de la
población (en materia de salarios, atención a la salud, viviendas,
servicios básicos como la electricidad) ha elevado en forma
vertical la propia deuda, que llega al 175% de su PBI.
Así
está planteada la confrontación desde el inicio mismo del nuevo
gobierno. Es una lucha a brazo partido, como lo demostraron las
primeras reuniones de sus representantes con autoridades de los
organismos europeos con sede en Bruselas y con el gobierno de
Alemania. Sin hablar de la resistencia opuesta por el gobierno
saliente, integrado por Nueva Democracia y el socialdemócrata
PASOK, que negaron el más mínimo apoyo al nuevo gobierno. Al
contrario: vaciaron totalmente los organismos gubernamentales antes
de mandarse mudar, algo realmente insólito.
Las
primeras medidas
En
estas condiciones, la primera reunión del Consejo de Ministros del
nuevo gobierno puso claramente sobre la mesa las prioridades y
directrices de la presente legislatura, con el objetivo de restaurar
la dignidad y la soberanía del país y de cumplir los compromisos
asumidos durante la campaña electoral.
En
dicha reunión inicial, el primer ministro Alexis Tsipras planteó
la necesidad de ofrecer una respuesta inmediata a la crisis
humanitaria que sufre Grecia, producto de las durísimas medidas de
austeridad aplicadas durante casi 5 años, y de llevar a cabo una
negociación con los acreedores para reducir la deuda. En este
aspecto, como ya señalamos, se encontró de inmediato con una
posición negativa e intransigente.
Al
día siguiente de asumir, Tsipras dispuso la reducción de los
ministerios de 18 a 10, coordinando a sus responsables en distintas
áreas para mejorar la gestión y agilitar el funcionamiento. De esa
forma el área económica, responsable de negociar con los
acreedores, incluirá al ministro de Finanzas, al de Economía, al
viceministro de Relaciones Económicas Internacionales, estando a su
frente el viceprimer ministro Yanis Dragasakis. Los responsables
enfatizaron la necesidad de “pasar la página de las políticas de
austeridad”, que en nada benefician a la economía y a las cuentas
del país.
Desde
el ministerio de Trabajo se adelantaron cuatro medidas de aplicación
inmediata, consistentes en la retirada de la norma sobre contratos,
la derogación de la actual ley que permite los despidos colectivos,
la restauración del salario mínimo en 751 euros y de los convenios
colectivos.
Desde
el ministerio de Reconstrucción Productiva, Medio Ambiente y
Energía, se anunció la paralización del proceso de privatización
de la compañía de electricidad DEI, que pasará a ser “una
empresa de interés público que funcionará en base a criterios no
lucrativos”. El plan prevé otorgar electricidad gratis a 300 mil
familias que se ubican bajo el umbral de la pobreza.
El
ministerio del Interior anunció que se concederá la ciudadanía a
los niños extranjeros nacidos o criados en Grecia, y a los
inmigrantes de segunda generación, al tiempo que se decretó el
cierre de las cárceles de máxima seguridad (tipo C) por vulnerar
los derechos humanos.
En
política exterior, el ministro Nikos Kotzias expresó su disenso
con la Unión Europea al aprobar ésta una declaración contra
Rusia sin informar ni acordar la posición con el gobierno griego.
El ministro asistirá en Bruselas al Consejo extraordinario de
Asuntos Exteriores para tratar el tema del conflicto con Ucrania.
En
el terreno educativo se anunció, por parte del ministro de Cultura,
Educación y Asuntos Religiosos, una profunda reforma en todo el
sistema. Por su parte, el responsable de Sanidad y Seguridad Social
anunció que el sistema público de salud volverá a ser gratuito y
universal.
El
gabinete se completa con el ministro de Justicia, en tanto el único
ministerio otorgado al socio de coalición, el conservador ANEL
(Griegos Independientes) corresponderá a su líder Panos Kammenos
que ocupará el ministerio de Defensa.
De
esta forma echó a andar el nuevo gobierno griego. Enfrentando
grandes dificultades, pero con un pulso firme, una orientación
clara, objetivos muy concretos, un sólido respaldo popular y una
creciente solidaridad de todos los movimientos avanzados en Europa y
en el terreno internacional, que miran con esperanza una experiencia
con rasgos inéditos en el continente. No olvidemos que Grecia fue
(aún con sus limitaciones) la cuna de la democracia.
nikomar@adinet.com.uy
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