Venezuela, como tal, nació como un producto moderno de la conquista española, por ello tenía que existir como entidad política y cultural mestiza para que existiesen los primeros venezolanos
Reproducido de El Universal
Alberto Navas
La conquista de Caracas en el siglo XVI partió de dos ejes fundamentales
de población y de acumulación de capital, siendo el primero, desde el Oriente,
el que partió desde la Isla Margarita (perlas y tráfico de esclavos) principalmente
con el capitán mestizo Francisco Fajardo, quien llegó a las costas y al valle
de Caracas, realizando las primeras fundaciones en esa región. El segundo eje,
partió desde el núcleo occidental del Tocuyo, Barquisimeto y Valencia (oro y
agricultura), con posteriores expediciones fracasadas sangrientamente, hasta
que en 1567 el capitán don Diego de Losada fundó definitivamente lo que hoy,
casi cinco siglos más tarde es la ciudad de Caracas, eterna capital de
Venezuela.
Francisco Fajardo, como muchos mestizos de aquel siglo XVI, puede ser
considerado como el primer prototipo del venezolano propiamente dicho, tanto
por su mezcla de sangre de conquistadores y conquistados, como por su
relevancia de conquistador, fundador y autoridad criolla en medio de un sistema
colonial hostil y violento. Nació en la Isla de Margarita entre 1527 y 1528,
como lo señala el Cronista Dr. Juan Ernesto Montenegro, hijo de la india
Principal Isabel nieta del gran Cacique Charaima, importante líder supra
tribal, que dominaba dicha isla y a bastantes posesiones en la costa de tierra
firme, que llegaban hasta las costas de Caracas. La India Isabel, al parecer
muy hermosa e influyente, mantuvo una relación “amorosa” con el teniente de
Gobernador don Francisco de Fajardo, un español adicto al oro, las mujeres y al
tráfico de esclavos, quien se aprovechó de las relaciones de su mujer para
incursionar en el comercio de esclavos entre Margarita, Cubagua y costra
Caribe, amasando riquezas que luego se llevó a España de manera semiclandestina
y sin pagar los impuestos correspondientes al Rey.
Venezuela, como tal, nació como un producto moderno de la conquista española,
por ello tenía que existir como entidad política y cultural mestiza para que
existiesen los primeros venezolanos, por ello, la población indígena era más
bien la cultura Caribe o Arawac, etc. prevenezolanos o precolombinos, quienes
lucharon fieramente contra un enemigo que no entendieron, para terminar
asimilados o exterminados, según el caso. Fajardo, en su tercer viaje de
conquista pacífica de la costa y del santuario inexpugnable indígena del Valle
de Caracas, hacia 1560, obtuvo la autorización de la Real Audiencia de Santo
Domingo (La Española), apoyado con armas y caballos, saliendo finalmente de
Margarita con una expedición de 200 indios guaiqueríes y once españoles,
quienes se presentaron y asentaron en tierra firme en la costa de Caruao,
entendiéndose pacíficamente con el Cacique Guaimacuare. Instalados ya en la
costa de Caracas, Fajardo se desplazó hacia el Tocuyo, donde el Gobernador de
la Provincia de Venezuela, Pablo Collado, le invistió con el rango de teniente
general suyo, con poderes para fundar pueblos y repartir encomiendas. Del
Tocuyo partió con treinta hombres más y aprovisionándose de ganado vacuno en Valencia,
subió desde El Consejo hacia los altos de la cordillera central, en tierras de
los Meregotos donde se entendió pacíficamente con el Cacique Terepaima,
siguiendo luego el camino hacia la tierra de los Toromaimas, el valle del río
Guaire, donde fundó la primera “Caracas”, en el pueblo de “San Francisco” y el
hato ganadero adyacente.
Francisco Fajardo fue el primer criollo venezolano en detentar autoridad
política superior en nuestro territorio, un mérito suficiente como para darle
su nombre a un Estado como el de La Guaira, y no a una destartalada autopista,
como lo fue hasta hace poco. Finalmente, la perdición de este conquistador
mestizo, nacido en Venezuela, fue el descubrimiento de placeres auríferos en
los cursos de agua de las montañas del suroeste de Caracas, lo que hizo
explotar la codicia del Gobernador Collado, quien traicioneramente arrestó a
Fajardo, lo degradó de cargo y le sustituyó por Pedro Miranda, en cargado de
confianza para depredar directamente el oro recién encontrado; desatándose así
el inicio de una etapa violenta de conquista, que provocó el levantamiento
indígena que duraría, al menos, unos siete años hasta ser posteriormente
sofocado por Diego de Losada.
Un indigenismo trasnochado ha pretendido olvidar esos grandes méritos de
Fajardo, también opacado por la fundación definitiva de Caracas por Losada y
por los errores historiográficos de José de Oviedo y Baños, todo ello hoy
heredado, por “uso y tradición” (como lo señaló Carrera Damas), por
“historiadores” contemporáneos, no profesionales e ideológicamente orientados a
inventar un pasado fantasioso, concordante con sus confusos intereses del
presente.
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