jueves, 11 de agosto de 2016

Por Bruno Lima Rocha: Brasil: gorilismo (golpismo) mediático e imperialismo televisivo


 

Brasil: gorilismo (golpismo) mediático e imperialismo televisivo

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Por Bruno Lima Rocha

El Brasil vive un momento de gobierno interino o golpista – entiendo que es un golpe blanco, de media y semi parlamentarista donde el papel de los medios fue muy importante, junto al aparato judicial, del Ministerio Público y policial (delegados federales). Como es sabido hoy, el “Proyecto Puentes”, iniciativa de la representación diplomática de Estados Unidos (EUA), intentó – y consiguió – aproximarse a elementos-llave de la Justicia Federal, del Ministerio Público Federal y policías federales (con énfasis en delegados) y centrando el trabajo en Curitiba (ciudad en el sur de Brasil), conforme revelado por el “Wikileaks” (confiera en el link:  https://wikileaks.org/plusd/cables/09brasilia1282_a.html).

La producción comunicacional mediática, presiona a los grupos de la clase media, a entrar en sintonía con las operaciones, incluyendo la narrativa de cine y el clima de incertidumbre permanente, sobre los que deciden  en el  país, genero el peso político de la hegemonía, quien interna transitar por una frágil gobernabilidad de centro-izquierda con aliados de la oligarquía, conservadores y mercenarios, para un discurso difuso, que tomaba el juez federal Sergio Moro (responsable por ordenar a los juicios de la operación “Lava Jato”) como héroe vivo, y redentor del país. Creo el espacio para la acción diplomática y los enlaces sociales de la inteligencia con los EUA, aunque que actuando de forma indirecta y dentro de los límites de la ley existente.

La exposición selectiva y la punición ilimitada, actúa como pilar de una alineación del imaginario colectivo del brasileño medio de clase media alta  con el ideario de los Estados Unidos. Esta proyección de representaciones colectivas, como si estuviéramos haciendo política en Brasil a partir de las posiciones estadunidenses, viene ampliada con la enorme exposición en los canales de televisión vía satélite y en la propia internet. La fuerza de los grupos de clase media, y específicamente la pauta de los debates marcada por el canal “Globonews” (que pertenece a la Red Globo, principal grupo de comunicación en Brasil), refuerzan tanto el “viralatismo” (complejo de inferioridad de la élite brasileña) como el “entreguismo” (entrega de nuestro patrimonio estratégico al capital transnacional). En términos de Latinoamérica, podemos afirmar que es lo mismo que vende patria y gorilismo.

Los embates de esta clase media y la guerra de versiones, en temas de la política nacional se hicieron una constante. Al contrario del que pueda interpretar una lectura rasa o vulgar de las relaciones de fuerza entre los distintos sectores de la sociedad, los medios operan sobre el ciudadano común, siendo parte dela llamada guerra de 4ª generación. Nuestro país es, visiblemente, blanco de una operación muy bien orquestada, donde incide la acción de la clase media y marketing digital, juntas con la cobertura de los grandes grupos de comunicación, en especial las cuatro mayores compañías: “O Globo”, “Estado de São Paulo”, “Folha de São Paulo” y “Grupo Abril”.

La cultura del lujo, el universo individual, marcado por bienes de consumo envasados en el soporte simbólico estadunidense y la mundialización robaron corazones y mentes, reforzando estereotipos y terminando por juguetear con la apropiación cultural. Imitamos quién nos domina sin disfrazar la oposición interna de los propios sistemas simbólicos y culturales desafiando el imperioso en su propio territorio.

El nuevo arreglo geopolítico del planeta no tiene estructura de los medios de soporte
En términos de proyección de poder de los BRICS (el bloque informal compuesto por Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica), la guerra de los medios es lamentable, siendo devastadora la acción de los grupos de media pro-EUA. La inteligencia es una arma de uso permanente de las embajadas, con intereses en países con posibilidad de acumulación de fuerza en el Sistema Internacional (SI). De forma indirecta y a través de la ampliación de las redes cibernéticas, las televisiones internacionales vía satélite, se hacen una herramienta común – como el acto de presencia clásica de los grupos operacionales -, actuando sobre amplios sectores de la sociedad y, en un último análisis, actuando en consonancia con el gobierno del país que la apoya, o al menos reforzando la política de un relevante sector político de este país.

Luego, la intención de las televisiones internacionales, es intentar abrir espacio y vínculos directos con importantes, con sectores de audiencia de nuestros países – en el caso, latino-americanos – tuteando directamente en la formación de elecciones e influencias. En el área de inteligencia, tales operaciones están en la rúbrica de operaciones psicológicas y psicosociales en la tradición brasileña, también conocidas como de tipo “corazones y mentes”. En el caso brasileño, la situación es contradictoria. Tiene más Influencia una red en inglés, como la CNN, del que redes que transmiten en castellano, como la “RT” en español.

El desafío es aterrador, pues la mentalidad de la clase media del país – a que predomina el consenso forjado en términos políticos y culturales – nos coloca de culo para los países vecinos latino-americanos, así como de culo al Océano Atlántico, luego, distante de África, mismo de los países de lengua portuguesa, como Angola, Cabo Verde, Mozambique, Guinea-Bissau, Guinea-Ecuatorial y Son Tomé y Príncipe.

Finalmente, mientras más distantes de América Latina y de los países africanos, más distantes quedaremos de nosotros mismos, reforzando el dominante (EUA), dentro del universo simbólico de aquí, generando así una pareja o triple lealtad, asociando la defensa de la mayoría como usurpación de un limitado poder concedido por la democracia representativa.

Los canales de TV de los países de los BRICS, así como sus medias complementarias, no obtuvieron éxito en fortalecer tanto la resistencia contra el golpe y menos aún una agenda del contra-golpe. Infelizmente, al no penetraren en la sociedad brasileña, tales canales no llegan a hacer ningún daño severo al imperialismo cultural y periodístico.

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