Por Rafael A Ugalde Quirós* Costa Rica un país sin rumbo
Enviado por Barometro
Internacional el domingo, 20 septiembre, 2015 a las 16:46
La
percepción generalizada es que Costa Rica, país de poco más de
cuatro millones de habitantes, ya tocó fondo y que urgen remedios
para la retornar a la “gobernabilidad” dejada desde siglos atrás
por próceres como Juan Rafael Mora, José María Castro Madriz,
Braulio Carrillo, Ricardo Jiménez: una pléyade de hombres ilustres
con estrategia y acción a la hora de ejercer el poder.
Las
más recientes encuestas de opinión (Diario Extra 8 set 2014) dan
cuenta de que el 89.1% asegura que la gestión del gobernante Luis
Guillermo Solís está equivocada; mientras que un 6,8% sostiene que
avanza correctamente.
Para
los costarricenses, vivir en el “país más feliz del mundo”,
según versión mediática, no calma la preocupación por el
desempleo, seguida por la situación económica, la corrupción, el
costo de la vida y los problemas de seguridad ciudadana; esta última
angustia de la gente a pesar de los altos presupuestos nacionales
destinados a vigilancia, que en buen porcentaje está dirigido al
combate del tráfico de drogas hacia Estados Unidos.
El
diario citado- más los noticieros de televisión orientaron igual su
información- indicó que la percepción sobre Solís desmejoró,
pues en mayo pasado el 41,1% pensaba que su gestión era muy mala,
mientras que en agosto se elevó a un 44,5%.
A
manera de consuelo para el mandatario, cabe recordar que su
antecesora, Laura Chinchilla (2010-2014), a sus tres años de gestión
fue calificada como la peor gobernante de las últimas seis
administraciones. Según el conservador diario La Nación
(www.nacion.com/…/Chinchilla-saca-peor-ultimos-gobiernos_0_1352464780.
html; 8 de julio 2013) solo nueve de cada 100 encuestados por la
empresa Unimer creían que la administración Chinchilla era buena o
muy buena.
Que
entendemos por País
Para
entender qué nos quieren decir los medios de comunicación o los
gestores de opinión cuando hablan que Costa Rica tocó fondo por la
falta de gobernabilidad hay primero que indagar qué entendemos por
“país”. El ultraconservador periódico La Nación ahora también
en la cola Telenoticias y Noticias Repretel, con menos gracia, pero
el mismo fin- ofrece todos los días una noción de “país”,
desde que el actual gobierno tuvo la ocurrencia de amenazar con una
reforma fiscal que buscara aminorar la enorme brecha social.
Palabras
menos, palabras más, para estos tres medios, a los que se unió una
larga lista de diputados y pseudos analistas locales, el “país”
recuperaría su pujanza si el Ejecutivo costarricense eliminase a los
trabajadores una serie de privilegios, que los hay en las altas
jerarquías de la Administración Pública local, a fin de que cuente
con más recursos para los distintos sectores privados, desde hace 30
años disfrutando de la victoria incuestionable por la “canonización”
del libre mercado.
De
este manera, los “ángeles” del “país” dejan la sensación
de que un salario en la administración pública que permita reponer
las calorías diaria necesarias del empleado, así como que alcance
para comprar pañales u otros productos requeridos para la
reproducción de sus genes, es más que suficiente, dada la crisis
del déficit fiscal.
Posiblemente
por la dinámica que impone el ejercicio directo del poder en su
“país”, estos sectores olvidaron que gracias a que el desempleo
se disparó a casi un 9%, el porcentaje más alto en todos sus
gobiernos neoliberales, cuentan hoy con una reserva de mano de obra
barata.
No
se percatan que gracias a que, según ellos, si se imponía el
neoliberalismo, la seguridad social sería más barata, eficaz y
competitiva; hoy hay cientos de “ticos” que se mueren esperando
salud.
La
educación pública elemental es un hazmerreír; más de un millón
de personas no tienen techo o sus casas están deterioradas; su
“país” tiene las peores vías de Centroamérica y nadie puede
negar el tráfico de influencias, bajo el alero de un empequeñecido
Estado que ya casi nada controla, y ellos mismos disminuyeron para
que el vaso se rebalsara y todos “seamos prósperos”.
La
realidad es que las proyecciones de riqueza solo salieron para unos
pocos que en nombre del “país” evidencian su crisis moral,
política, ideológica y estratégica. El prócer Juan Rafael Mora
gobernó con dos Constituciones Políticas, un grupo importante de
sucias familias en su contra y en la adversidad forjó la identidad
latinoamericanista en la frontera con Nicaragua desde 1856.
En
Mora había integridad, estrategia y acción en el ejercicio del
poder, el cual en un 99 por ciento, señores, su contenido es de
índole moral.
rafaelangelu@yahoo.com
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