Por Sylvia Ubal: Empresas mineras trasnacionales saquean a los países de América Latina
Enviado por Barometro
Internacional el martes, 17 febrero, 2015 a las 0:13
80
millones de litros de agua y 8 toneladas de explosivos diarios dañan
el ecosistema
Cientos
de conflictos ambientales aquejan a varios gobiernos de
Latinoamérica: la devastación de los bosques en el Amazonas, los
proyectos de inversión, en especial en megaminería, la
contaminación, y la escases del agua son los principales
temas, que vienen enfrentando desde Uruguay hasta el Ecuador los
cuales han tenido que sostener una serie de dificultades en los
temas del Medio Ambiente que se han traducido en fuertes estallidos
sociales ante emprendimientos mineros, petroleros o agrícolas.
Empresas
mineras saquean a los países de América Latina con el
consentimiento de los gobiernos y dejan una estela de contaminación
irreversible por el uso de sustancias como el arsénico, cianuro de
sodio o el ácido sulfúrico para la concentración de metales, por
el método de extractivo a cielo abierto.
Estos
empresas están asociados, por vías directas e indirectas, con
empresas transnacionales como por ejemplo Chevron, con convenios
firmados en Argentina, para explotar hidrocarburos vía fracking en
la Patagonia. Brasil con la gran desforestación en la selva
amazónica para la explotación de los recursos en la
madera El gobierno de Bolivia con carreteras en las tierras
bajas tropicales para liberar espacios en la extracción de Mineral
de hierro que perforan superficies más grandes que las propias
canteras, a los llamados embalses que acumulan las aguas
contaminadas un problema crónico en Perú, Bolivia y Chile y en
Ecuador y enfrentan múltiples resistencias locales en temas de
territorio, minería y aguas.
Organizaciones
No Gubernamentales informan que al día se utilizan 80 millones de
litros de agua para el lavado de la molienda de la montaña tras la
aplicación 8 toneladas de explosivos. La pulverización de los
cerros libera partículas de metales pesados que se introducen al
organismo del ser humano, y afecta los tejidos y el metabolismo de
los habitantes de las zonas cercanas niños nacen deformes, brotan
úlceras en las retinas y la piel sufre de hiperqueratosis.
En
Uruguay sigue promoviendo la minería a cielo abierto con una
“amputación ecológica” con la transformación radical de
los ecosistemas originales, de gran extensión y larga permanencia.
Es una remoción total del suelo, con todo su perfil orgánico,
la flora y fauna que allí se sostiene
Toda
esta problemática desemboca en que varios países estén comenzando
a subir el umbral del deterioro que están dispuestos a aceptar a
cambio de los beneficios económicos de exportar minerales. La
novedad es que algunos entienden que esos impactos pasan a ser
intolerables y deciden prohibir la minería a gran escala a cielo
abierto (por ejemplo, Costa Rica acaba de hacerlo). Es más común
que sean las autoridades subnacionales las que están imponiendo
moratorias a la minería, como sucede con varios departamentos en
Perú o provincias en Argentina. En esos casos el factor clave es
que, después de la bonanza de la inversión inicial, son los
gobernadores, alcaldes o intendentes los que terminan sufriendo los
impactos y el descontento social y, por ello, optan por rechazar
nuevos emprendimientos.
En
una nota del Economista EDUARDO GUDYNAS dice “Paralelamente, se
debaten los aspectos económicos, los que también tienen una cara
ambiental. En Uruguay parece estar dándose la curiosa confusión
donde se trata el pago por la apropiación del mineral (canon o
regalía), como si fuera un impuesto más. Esa es una posición
equivocada. El canon minero responde a otra perspectiva conceptual,
ya que es un pago que recibe una nación por un desprendimiento neto
de un tipo de patrimonio que no es recuperable” y donde los
recursos naturales perdidos no se regeneran ni resucitan Por
ejemplo, en Perú ya se contabilizan más de 5 mil minas fuera de
operación, donde casi el 85% ya no cuentan con propietarios
conocidos, y su costo de remediación ambiental puede ser estimado
en más de 200 millones de dólares.
En
Uruguay existen desde hace mucho tiempo minería a cielo abierto,
canteras de extracción de piedras, arena, etc. En general, no se ha
realizado el mejor manejo de estas explotaciones.
Si
se decide realizar la extracción de minerales como hierro o vanadio
que existen en estos suelos, esta debe ser debidamente planificada y
con un estricto control estatal. Debe ser una política de Estado y
no del Gobierno de turno.
Y
el Estado debe realmente tener injerencia y beneficios, la riqueza
del subsuelo corresponde al Estado. Pero también se debe tener suma
atención en no perjudicar ni a los propietarios de la tierra de la
explotación, ni a los propietarios de tierras cercanas a la
explotación, ni a los habitantes de la zona de influencia.
Se
deberá establecer mecanismos para que el costo del daño de
infraestructura nacional (carreteras, caminos vecinales, puentes,
etc) esté a cargo de las empresas que realizan dichas
explotaciones.
sylviaubal@gmail.com
No hay comentarios:
Publicar un comentario