Por Roso Grimau: Venezuela -Guerra de sexta generación y procesos electorales
Enviado por Barometro
Internacional el domingo, 23 noviembre, 2014 a las 13:27
El
análisis estratégico sobre los planes del imperialismo en materia
de guerra de sexta generación nos llama a reflexionar profundamente,
desde la dialéctica marxista podemos inferir los planes que desde
los tanques pensantes se ciernen desde ya sobre el mundo entero,
¿serán en el futuro próximo acaso los planes de aprobar en la ONU
un nuevo concepto difuso de una tal Integridad Electoral, la nueva
táctica de combate sin uso de armas?.
Si
las Naciones dejan que la propuesta de “integridad electoral”
introducida por el Centro Carter se apruebe en la próxima Asamblea
General de Naciones Unidas; tal vez desaparezcan las guerras que hoy
se escenifican por medio de la manipulación mediática, inventando
nuevos enemigos necesarios como el difuso “estado islámico”,
para justificar la destrucción por cualquier medio de los recursos
logísticos de las naciones soberanas e independientes como en el
caso de Siria, donde ya sin intervenir con tropas propias utilizando
a mercenarios y terroristas como ejércitos difusos, se comparten
gastos y responsabilidades con los países aliados y países lacayos
en un esfuerzo de reducción de los altos costos políticos y
económicos de las guerras de cuarta, quinta y sexta generación.
Desde
la red internacional “Ace Proyect” (http://aceproject.org/) han
creado un completo basamento de lo que para los intereses
imperialistas sería la mal llamada “integridad electoral”
(http://aceproject.org/main/espanol/ei/index.htm); es muy lógico que
ante la crisis global que vive el capitalismo y ante la cual tampoco
encuentra éxitos ante ninguna salida bélica, tengan ahora la
urgente necesidad de cambiar a como dé lugar las prácticas
electorales democráticas que gozan de una alta credibilidad por sus
altos niveles de transparencia.
En
el caso específico venezolano además por asegurar por medio de un
Poder Electoral independiente despolitizado, y a través de procesos
tecnológicos de punta la identificación del elector, reduciendo la
posibilidad de usurpación de identidad; asegurando la relación de
un solo voto por cada elector, el secreto del voto, la eliminación
del conteo de votos impidiendo su manipulación intencional, la
actualización y depuración constante del registro electoral que es
permanente, la realización de más unos 20 procesos de auditorias
antes, durante y después del acto electoral, la participación de
auditores externos de las universidades nacionales y de auditores de
todas las opciones electorales en cada proceso de auditoria.
El
imperialismo viene perdiendo su poder hegemónico en el mundo, ya no
cuenta con sus gobiernos títeres para el control de las decisiones
económicas, políticas y sociales que le permitían la dominación
absoluta para la expoliación de sus recursos naturales; ya no puede
colocar las dictaduras a su antojo cuando las democracias afectan sus
intereses, no puede frenar las victorias populares con el invento de
balotajes o segundas vueltas, y tampoco los partidos lacayos tienen
ya los viciados mecanismos de fraude electoral que aplicaban en otras
épocas, donde manipulaban el registro electoral, usurpaban la
identidad de los electores, ponían a votar a los muertos, y cuando
aun así no les daban las cuentas adulteraban las actas en las mesas
de votación, en los centros electorales, en las juntas electorales e
incluso en propio organismo electoral.
Agentes
internacionales lacayos del imperialismo cumplen la función de ser
opinadores de oficio bajo una falsa imagen de expertos electorales,
se dedican hoy a presentar el nuevo concepto difuso de “integridad
electoral” como la panacea perfecta, sin embargo detrás de todo
este esfuerzo se esconde la verdadera intención de imponer desde los
organismos internacionales que todos los países cambien sus sistemas
jurídicos, realizando reformas a sus leyes electorales y de ser
necesario incluso reformar su norma suprema (su constitución),
obligando a cambiar sus organismos y procesos electorales según lo
que ellos han construido como camisa de fuerza.
Desde
instancias intervencionistas internacionales como el Centro Carter,
el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) y el
Departamento de Asuntos Económicos y Sociales de Naciones Unidas
(UNDESA), han estructurado esta estrategia del proyecto de
“integridad electoral” desarrollada por intermedio del Proyecto
ACE de Red de Conocimientos Electorales (antiguo acrónimo de
Administración y Costo de Elecciones); utilizando las redes de
organismos no gubernamentales de observación electoral que financia
el imperialismo en América, África, Asia y Europa, así como a
universidades privadas opuestas a los intereses de los pueblos.
Estos
opinadores electorales de oficios basan sus propuestas en los
supuestos ejemplos exitosos en países como nueva Zelanda y
Filipinas, en los que afirman la patraña de que sus “estados
fallidos” han pasado del autoritarismo a la democracia, o las
reformas electorales en México donde lograron frenar el avance
popular con fraudes electorales que han colocado al país en manos de
la parapolítica narcotraficante culpable de la desaparición de los
normalistas de Ayotzinapa; además de elogiar a los EEUU, donde ha
sido evidente, público y notorio el fracaso de su sistema electoral
fraudulento, del cual aún no se atreven a opinar los medios de
comunicación debido a que aún no se saben a ciencia cierta cuáles
serán los resultados que se anuncien en las recientes elecciones de
las cámaras del congreso y el senado, y de gobernadores.
Urge
analizar estos hechos para frenar los planes de controlar al mundo
imponiéndonos la locura de reformas electorales a su medida, de
engendrar entes electorales bajo sus patrones de falsa democracia y
falsa integridad, de sistemas electorales poco confiables bajo normas
dictadas por sus estándares electorales; no podemos entregar
nuestras democracias en pleno proceso de perfeccionamiento a los
intereses foráneos que nos quieren pisotear.
Para
hablar de estándares electorales deberían de aprender de los
avances que hemos logrado en Venezuela, nos quieren dar clases de
democracia cuando avanzamos del viejo sistema clásico de Estado con
3 poderes públicos a un moderno sistema de 5 Poderes Públicos,
donde uno de ellos es el Poder Electoral, nosotros dejamos así de
tener un simple organismo electoral, nadie en el mundo puede venir a
darnos lecciones en este tema.
Aquí
soberanamente a través del voto popular, en elecciones universales,
libres y secretas aprobamos la redacción de una nueva Constitución,
en elecciones populares, universales, libres y secretas elegimos a
los constituyentistas, y en ese mismo tipo de elecciones aprobamos la
nueva norma suprema, creando el Poder Electoral bajo una concepción
de un nuevo Poder Público independiente, aprobando en esa misma
norma constitucional su estructura, sus atribuciones y el sistema de
elección y nombramiento de sus Rectores, así como las bases para la
nueva Ley Orgánica de Procesos Electorales, que tuvo su obligado
proceso de consulta pública siendo aprobada por mayoría calificada
de dos terceras partes de los Diputados.
Con
que falsa moral vienen a criticar a la Comisión de Postulaciones
Electorales, a la selección de los nuevos Rectores, a nuestro Poder
Electoral, a nuestros procesos electorales, o a nuestra democracia;
por favor, no vean la paja en el ojo ajeno, sino la viga en el suyo
propio.
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