Por: Sergio
Rodríguez Gelfenstein. Yo me muero como viví. El inicio del fin de
una etapa tenebrosa
Enviado por Barometro
Internacional el sábado, 20 diciembre, 2014 a las 17:23
Muy
temprano en la mañana, los medios de comunicación comenzaron a
estremecerse con la noticia, se pasaba del estupor y la incredulidad
a la fanfarria y la confirmación de que lo que se escuchaba era
cierto: Cuba y Estados Unidos habían acordado un mecanismo de
negociación para el restablecimiento pleno de sus relaciones
diplomáticas.
Las
reacciones no se hicieron esperar, desde la euforia comprensible, a
veces excesiva de algunos, hasta el rechazo cavernario de otros,
sobre todo los de Miami. A primeras horas del día, varios amigos
inquirieron mi opinión, e invariablemente dije que antes, se debía
escuchar a los cubanos y al gobierno de Estados Unidos de manera
directa.
Entonces,
vino la voz pausada, la lectura precisa del Presidente Raúl Castro
seguramente meditada por mucho tiempo y redactada en el colectivo de
dirección del partido y del Estado. La conexión con su pueblo
era evidente, los periodistas de todos los medios internacionales que
hacían entrevistas en las calles de La Habana nos permitían
escuchar invariablemente el orden de prioridades que le daban los
ciudadanos de la isla a la noticia: Primero, la felicidad por el
retorno de sus Héroes injustamente detenidos durante 16 años en las
cárceles del imperio. Segundo, la posibilidad cierta de la
reunificación de la familia cubana y en tercer lugar, la esperanza
de que el anuncio del restablecimiento de relaciones diplomáticas
conduzca al fin del criminal bloqueo económico y comercial que ya
dura más de medio siglo.
En
palabras de Raúl, “Esto no quiere decir que lo principal se haya
resuelto. El bloqueo económico, comercial y financiero que provoca
enormes daños humanos y económicos a nuestro país debe cesar.
Aunque las medidas del bloqueo han sido convertidas en Ley, el
Presidente de los Estados Unidos puede modificar su aplicación en
uso de sus facultades ejecutivas”. Perfecta sintonía con lo que el
pueblo manifestaba en las calles. Tan larga espera ha enseñado a los
cubanos el valor de la mesura, la discreción, la paciencia y la
cautela. No se puede bajar la guardia ante un adversario tan
poderoso.
Pero,
¿qué puede decir un observador externo ante tal trascendental
hecho? Las evidencias indicaban que esta decisión se iba a concretar
más temprano que tarde. Apenas hace 10 días, el 7 de diciembre
pasado le escribí una carta a un amigo que vive en La Habana en la
que en una de sus partes le decía “...Todo indica que al bloqueo
le queda poco, pero no sé cuánto demore en restablecerse un
funcionamiento pleno... “. Sin embargo, ello no obsta para que una
vez superada la emotividad inicial del momento, sin dejar de
manifestar la felicidad compartida con millones de cubanos al ver a
los tres héroes regresando a casa, resulta tarea complicada intentar
un análisis, dada la magnitud y el impacto de la multi noticia.
En
el marco de las relaciones internacionales, tal vez lo primero sería
decir lo obvio: la medida clausura definitivamente la guerra fría en
el hemisferio occidental, 25 años después de la caída del Muro de
Berlín. No había soporte ni validez jurídica en los argumentos
estadounidenses para mantener una situación creada en un momento
de bipolaridad rígida del sistema internacional. Valdría sí, decir
que los intentos de Estados Unidos por apoderarse de Cuba se remontan
hasta 1801 cuando era presidente de ese país Thomas Jefferson.
En
su discurso, el presidente Obama dijo algunas cosas interesantes.
Empezó reconociendo que el bloqueo y la ausencia de relaciones
diplomáticas eran un “enfoque obsoleto” que “fracasó” en el
intento de promover los intereses de Estados Unidos. Aunque recordó
a Playa Girón, dijo que su país ha apoyado la democracia y los
derechos humanos en Cuba. Debe ser por eso, que tan pronto conocerse
la noticia, renunció a su cargo Rajiv Shah, administrador de la
Agencia estadounidense para el Desarrollo Internacional
(USAID), organismo del gobierno de Estados Unidos que tras la
pantalla de la cooperación para la democracia, financia acciones de
desestabilización e injerencia en el mundo, fracasando en Cuba una y
otra vez.
El
presidente estadunidense hizo una relación de medidas adoptadas por
los gobiernos de su país durante más de medio siglo, reconociendo
que ningún otro país ejecuta tal tipo de acciones y aceptando que
todas ellas fracasaron, si se considera que la revolución bajo la
conducción de Fidel y Raúl Castro continúa en el poder. En
paralelo, habría que decir que el fracaso de estas medidas, no
impide que el gobierno de Estados Unidos las implemente hoy contra
Irán y Rusia.
Obama
reconoció el desarrollo de Cuba en materia de salud y valoró
altamente la posibilidad de que estadounidenses y cubanos trabajen
juntos en materias como salud, inmigración, antiterrorismo, tráfico
de drogas y respuesta a catástrofes. Encomió el trabajo conjunto de
ambos países en la lucha contra el ébola.
A
continuación, planteó su nueva política para tratar de torpedear
la revolución cubana a través de métodos “light” que no causen
tanto rechazo en la comunidad internacional, “…podemos hacer más
para apoyar al pueblo de Cuba y promover nuestros valores mediante la
participación”, considerando que el “aislamiento no funcionó”.
Informó
que revisara la presencia de Cuba en la lista de países que
promueven el terrorismo, a todas luces una aseveración absurda y sin
fundamento y enumeró las primeras medidas de liberalización
económica de las relaciones, todo lo cual significan importantes,
pero aún insuficientes pasos en el camino hacia el fin del bloqueo.
Con
el cinismo y la soberbia típica de los presidentes
estadounidenses dijo que no dudaba que seguían existiendo “…barreras
continuas para la libertad de los cubanos comunes. Los Estados Unidos
creen que ningún cubano debe enfrentar acosos, arrestos o golpizas
simplemente porque ejerce un derecho universal de expresar su
pensamiento, y continuaremos apoyando a la sociedad civil en ese
asunto”: Debe ser que no ha tenido tiempo de leer los noticieros de
su país y tal vez no sepa lo que ha ocurrido en Ferguson, Cleveland
o Nueva York. Como dice la jerga popular “Debería arreglar
la casa, antes de predicar en hogar ajeno”.
Pero
bueno, a pesar de los alertas necesarios, en el marco de comprensión
de las limitaciones de un presidente estadounidense, es bueno aceptar
la valentía de Obama, cavando la fosa para enterrar el cadáver de
una política de agresión, violatoria del derecho internacional que
no funcionó.
Muchos
se preguntan, ¿por qué el presidente de Estados Unidos toma tal
decisión en este momento? Pienso que las respuestas están en el
análisis de la situación geopolítica internacional, sin obviar
algunos elementos de la política interna de Estados Unidos. Daremos
algunas opiniones al respecto.
Las
nuevas generaciones de cubano americanos rechazan mayoritariamente el
bloqueo, tal como el propio presidente reconoció en su discurso, en
ese sentido el tradicional lobby cubano de Miami se ha debilitado en
términos de apoyo financiero y electoral a las campañas de los
partidos políticos. Obama, ha estimado que hoy, puede prescindir de
quienes en el pasado jugaban un papel decisivo en las elecciones de
Estados Unidos como se manifestó en el colosal fraude electoral que
le dio el triunfo a George Bush frente a Al Gore. Por otro
lado, empresarios de todo tipo, pero, de manera particular del sector
agrícola del sur de Estados Unidos, han incrementado sus vínculos
con Cuba. Son estados que se caracterizan por su alta producción de
alimentos y consideran a Cuba un mercado natural para una
producción que está siendo desplazada sobre todo por Brasil
Argentina y otros países. Finalmente, el peso de 10 editoriales del
New York Times, demostrando la obsolescencia del bloqueo, eran
expresión de un poderoso sector que no representa sólo a los
magnates de los medios de comunicación, también a algunos de
los más poderosos lobbystas vinculados al sector empresarial y
financiero que ningún presidente puede obviar.
En
el plano internacional, la votación anual en el seno de la Asamblea
General de la ONU mostraba a un Estados Unidos aislado, solo apoyado
por Israel. Pero, se debe recalcar que ha sido trascendental en los
últimos años el soporte unánime de una América Latina y
Caribe unidos que una y otra vez, de manera colectiva a través de
los mecanismos multilaterales o de forma individual manifestaron al
presidente de Estados Unidos la inconveniencia de seguir manteniendo
el bloqueo.
En
este contexto, influyó el incremento de la relación mutuamente
ventajosa de América Latina y el Caribe con Rusia y China. Mientras
los presidentes de esos países Vladimir Putin y Xi Jinping se
paseaban por la región manteniendo y elevando los vínculos
multilaterales y bilaterales, Obama debía dar cuenta en cada
reunión, del bloqueo a Cuba y las migraciones. En el último mes, le
apuntó a ambos temas, avanzando en la desactivación de dos
conflictos que le permitirán desplegar una alfombra suave por donde
podrá caminar más seguro a la Cumbre de las Américas de Panamá en
el venidero abril de 2015. Tal vez, sea ésta la manera
que Obama ha decidido para volver a una región que tradicionalmente
ha sido su aliado seguro en el tablero global.
En
los tiempos modernos, frente al desatado individualismo, el
consumismo desenfrenado y las prácticas putrefactas de la democracia
corrupta, una vez más, Cuba se yergue enhiesta enarbolando sus
principios, valores, su dignidad y honor. Que nadie le arrebate esta
victoria, que nadie se haga dueño de un combate que los cubanos han
librado por décadas al precio de su sacrificio y de la sangre de
algunos de su mejores hijos.
Tal
vez hoy, los cubanos canten una vez más junto a Silvio: “Dicen que
me arrastrarán por sobre rocas cuando la revolución se venga abajo,
que machacarán mis manos y mi boca, que me arrancarán los ojos y el
badajo, será que la necedad parió conmigo, la necedad de lo que hoy
resulta necio: la necedad de asumir al enemigo, la necedad de vivir
sin tener precio. Yo no sé lo que es el destino, caminando fui lo
que fui allá dios que será divino. Yo me muero como viví”
sergioro07@hotmail.com