Por:
Ernesto Wong Maestre. Bastiones de la Cubanía ante el ¿smart power?
de Obama
Enviado por Barometro
Internacional el sábado, 20 diciembre, 2014 a las 17:09
Etiquetas: comercial
y financiero barometro
bi
restablecimiento
de las relaciones diplomáticas entre
Después
de violar por cinco décadas y media los principios y normas del
derecho internacional público, con el férreo bloqueo económico,
comercial y financiero impuesto por diez gobiernos delincuentes de
Estados Unidos contra el pueblo cubano, sin haber podido vencerlo,
doblegarlo o subordinarlo, el actual gobernante estadounidense Barack
Obama ha decidido emprender una nueva estrategia de relacionamiento
con el gobierno revolucionario y socialista de Cuba que ha asumido el
reto. Esa dinámica alcanzó su máxima expresión este miércoles 17
de diciembre en horas del mediodía cuando desde la Casa Blanca en
Washington y desde el Palacio de la Revolución en La Habana sendas
alocuciones del más alto nivel político, cautivaron la atención
mundial, desde las cumbres bolivianas hasta las estepas siberianas.
La
sorpresa para la gran mayoría de los millones de habitantes que se
asombraron del anuncio del “restablecimiento de las relaciones
diplomáticas entre Cuba y Estados Unidos” es resultado directo de
la asimetría y desequilibrio histórico entre el caudal de mentiras
que las transnacionales imperiales de las noticias y las
informaciones han vertido sobre Cuba y la difusión modesta,
pero creciente, de la “verdad verdadera”, como nos decía el
Comandante Supremo Hugo Chávez, que la Isla de la Libertad logró
mostrar sistemáticamente, aunque con reducidos recursos, por todo el
mundo, junto a millones de amistades y cientos de movimientos
sociales, en los últimos veinticinco años, practicando la
solidaridad internacional mutua y mostrando por diferentes vías la
realidad concreta de la sociedad cubana y sus posiciones de
principios inclaudicables.
A
pesar de la asimetría y del desequilibrio mediático, del vigente
bloqueo anticubano, y de las presiones de las fuerzas
ultraderechistas estadounidenses partidarias del “poder duro” en
política exterior, la voluntad política de las fuerzas progresistas
mundiales se impusieron parcialmente en la larga batalla, y todas
apreciaron el retroceso y reacomodo imperial ante la resistencia y
avance de Cuba y de sus aliados estratégicos, como Venezuela, China,
Rusia, los hermanos del ALBA, y los aliados del Caricom, de los
africanos de la SADC y de otras lejanas tierras.
A
partir de 2015 Cuba se seguirá enfrentando también a otras y
diversas operaciones generadas por el “smart power” o “poder
inteligente” de Obama con el cual continúa desconociendo el
derecho del pueblo cubano a la autodeterminación y pretende seguir
inmiscuyéndose en los asuntos internos cubanos, ahora
“diplomáticamente” desde la Isla, como él mismo lo expresó el
pasado 17 de diciembre cuando trató de justificar su decisión de
reestablecer las relaciones diplomáticas con el gobierno cubano.
Solo le faltó decir públicamente que para introducirse abiertamente
en Cuba debió liberar a los tres Héroes cubanos a quienes debió
haberle pedido perdón por haberles hecho pasar prisión sin haber
cometido los delitos imputados en juicios amañados y corruptos,
donde las propias autoridades del ejecutivo estadounidense expresaron
que ninguno de los Cinco cometieron espionaje ni causaron daños a
esa Nación.
Esas
cinco décadas de prepotencia imperial, de sabotajes, terrorismo y
asesinatos contra el pueblo cubano; de bloqueo que le ha costado a
Cuba un millón de millones de dólares, y los más de medio millar
de intentos de magnicidio contra el máximo líder cubano, son ahora
objeto del olvido de las transnacionales de la noticia y tratados de
minimizar en la campaña diseñada por el equipo del “smart power”
para alcanzar sus renovados objetivos contrarrevolucionarios desde
Cuba, sobre todo en esta época de pérdida acelerada de la hegemonía
estadounidense y de condiciones económicas inapropiadas para aplicar
unilateralmente “el poder duro”..
La
fortaleza con que Cuba arriba a la incipiente normalización de
las relaciones con EEUU tiene su gran base en esa cubanía, síntesis
de la cultura cubana revolucionaria y socialista, rescatada y
fortalecida por la Revolución, la cual ha sido el componente
principal del bastión defensivo para vencer a ese Complejo
Militar-Financiero-Comunicacional imperial.
La
cubanía junto a la extraordinaria inteligencia del pueblo, han sido
y serán escudos y lanzas de la revolución socialista, en la
“Llave del Golfo” como antaño se le decía a Cuba. Sin dudas,
esa posición de alto significado geopolítico, tanto para Cuba como
para Estados Unidos lo es también para Rusia y para China, para
Brasil y para México, para el resto de las Antillas Mayores y
Menores, en fin, para todo aquel actor interesado en que Cuba siga
siendo la independiente “Cubita la Bella”, soberana y libre como
la logró convertir el Comandante en Jefe Fidel.
Los
tres maravillosos atributos de la cubanía en el campo de la
política: la unidad integral pueblo-gobierno, la solidaridad
internacionalista y los principios justos, constituyen lo esencial de
ese bastión inexpugnable para que “el monstruo revuelto y brutal”
no caiga –como alertó José Martí- con esa fuerza más, sobre el
resto de las naciones hermanas de América Latina y el Caribe.
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