Un estudio de Cifras & Conceptos para EL PAÍS muestra el impacto de la deriva de Maduro para la sociedad del país vecino
Bogotá 25
ABR 2018 - 07:36
Numerosos venezolanos intentan cruzar
la frontera con Colombia, en Cúcuta. Carlos Garcia Rawlins Reuters
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La
grave crisis económica e institucional que con creciente
intensidad golpea a Venezuela se ha instalado en los últimos meses
en el debate público de Colombia. La
deriva del régimen de Nicolás Maduro no solo es uno de los
principales temas de la campaña de las elecciones presidenciales que
se celebrarán el próximo 27 de mayo, sino que ya repercute en el
día a día de los ciudadanos, o al menos en su percepción. La
firma Cifras & Conceptos ha elaborado un estudio que muestra
el alcance de este fenómeno. EL PAÍS empieza a desgranar este
miércoles su posible impacto en la sociedad.
La huida
masiva de venezolanos, que
entran sobre todo por Cúcuta, la ciudad más poblada de los
cerca de 2.200 kilómetros de frontera, hizo saltar todas las alarmas
ya a principios de año por el incremento del flujo migratorio. Hace
tres semanas las autoridades comenzaron el censo de más de 800.000
personas para tratar de ofrecer una respuesta humanitaria a los que
llegan. La Administración colombiana no está acostumbrada a recibir
oleadas de esas características, nunca tuvo que hacerlo. El Gobierno
de Juan Manuel Santos pidió ayuda a la ONU, mientras que Estados
Unidos destinó recientemente 2,5 millones de dólares a la
asistencia de los migrantes.
En otras
palabras, la situación que atraviesa Venezuela, donde según el
Fondo Monetario Internacional (FMI) los precios aumentarán un
1.800.000% en dos años, tiene consecuencias dramáticas para su
población y al mismo tiempo unos efectos aún desconocidos para
Colombia, sus servicios públicos y el mercado laboral. En febrero,
el Ejecutivo reforzó la frontera y el mandatario ordenó castigar
cualquier tipo de abuso, ya que este éxodo puede alentar la
explotación y afectar también al empleo de los colombianos, un
pueblo que en el pasado emigraba al país vecino en busca de trabajo.
Cifras &
Conceptos mide en su estudio, realizado en abril, lo que piensan los
ciudadanos al respecto. Es decir, cómo lo viven en su vida
cotidiana. El punto de partida no deja lugar a dudas sobre la
relevancia de lo que está ocurriendo. El
63% de los encuestados afirma conocer algún venezolano de
nacimiento que haya tenido que emigrar como consecuencia de la
crisis. Ese deterioro democrático ha llevado a cientos de miles de
personas, de distintas franjas socioeconómicas, a huir de la miseria
y, por otro lado, ha forzado el exilio de opositores, periodistas y
otros profesionales críticos con el régimen. Bogotá, por ejemplo,
se ha convertido en una de las principales bases de operaciones de la
oposición, empezando por la exfiscal rebelde Luisa Ortega Díaz.
La
mitad de la población, además, conoce a algún colombiano que
se fue a Venezuela -que entre los años setenta y la pasada década
recibió a cientos de miles de emigrantes- y que ahora ha regresado a
la expectativa de oportunidades.
Con esta
premisa, la sociedad colombiana afronta un nuevo tipo de relación
con los ciudadanos que cruzan la frontera. Y
lo hace en unos meses marcados por un debate electoral que
considera una prioridad la deriva del chavismo y, en medio de un
fuerte clima de polarización ideológica entre el uribismo y la
izquierda, sacudido por el fantasma de lo que allí ocurrió. La gran
mayoría de los candidatos - de Iván Duque a Germán Vargas Lleras,
pasando por Sergio Fajardo o Humberto de la Calle- condena el modelo
de gestión y el autoritarismo del Gobierno de Maduro. Pero también
el exalcalde de Bogotá Gustavo Petro tuvo que desmarcarse del camino
emprendido por el sucesor de Hugo Chávez ante las constantes
acusaciones de populismo.
Todos
piden una salida a la crisis, aunque con distinta intensidad y
apelando a distintas vías. Y todos miran con preocupación hacia esa
frontera, con unas zonas azotadas por el narcotráfico y la guerrilla
del Ejército de Liberación Nacional (ELN), cuyos cabecillas se
refugian en el país vecino, según las fuerzas militares.
El
presidente Santos
aseguró esta semana durante su visita a Nueva York para
participar en una reunión de alto nivel en Naciones Unidas que el
flujo migratorio se encuentra de momento bajo control. "Hasta la
fecha hemos logrado manejar la situación y estamos aprendiendo para
ver cómo manejarla mejor en el futuro", dijo. El premio Nobel
de la Paz considera que Venezuela "está al borde de la
implosión" y confió en que el conflicto tenga un desenlace sin
violencia. "Estamos haciendo todo los posible por lograr
una transición en Venezuela", afirmó. Mientras tanto, las
consecuencias de las decisiones de Maduro siguen determinando buena
parte del debate también en Colombia.
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