Por
Niko Schvarz: Tel Aviv como Baltimore
Enviado por Barometro
Internacional el miércoles, 20 mayo, 2015 a las 22:06
Persecución a judíos
negros
Yo
vi la grabación que muestra a un joven negro (que resultó ser un
judío de origen etíope) que espera en una calle de Tel Aviv, cuando
aparecen de improviso varios policías israelíes que lo derriban a
puñetazos y lo siguen atacando en el suelo. La escena fue grabada
por una cámara de vigilancia y acabó colgada en la web. En pocas
horas el video se hizo viral y exacerbó a la comunidad etíope en
Israel, que desde hace años es víctima de abusos y humillaciones.
La población israelí de ascendencia etíope salió a las calles
para protestar contra lo que definen como “varias décadas de
racismo”. Así ocurrió en Jerusalén y luego, en mayor escala, en
Tel Aviv., donde la policía reaccionó con violencia, lanzando gases
y chorros de agua contra los manifestantes.
Una
nota de Pilar Cebrián del 12 de mayo, de la que tomo el título de
esta nota, señala como antecedente de este caso el de Yosef Salamsa,
joven de origen etíope víctima de la brutalidad policial en marzo
de 2014. Estaba sentado en un parque con sus amigos cuando unos
policías israelíes lo acusaron de haber realizado un delito, lo
atacaron con porras eléctricas hasta dejarlo inconsciente, luego fue
sometido a abusos, golpes y torturas en una dependencia policial,
donde sus padres lo encontraron posteriormente atado de pies y manos.
Poco tiempo después un helicóptero halló su cadáver en un
acantilado.
La
nota mencionada, bajo el subtítulo de “El Baltimore israelí”,
señala que la brutalidad policial contra los judíos etíopes es,
desde hace años, una realidad en las calles de Israel. Los
testimonios relatan palizas a la salida de una fiesta, inculpaciones
de delitos no cometidos y persecuciones en la madrugada. Asimismo, se
informa que el 40% de los reclusos jóvenes en las cárceles
israelíes son de origen etíope, una comunidad que apenas representa
el 2% (135.000) del total. También en ese sentido establece un
paralelo con lo que sucede en la ciudad de Baltimore, en los Estados
Unidos, donde en el último período se han multiplicado los
asesinatos de jóvenes negros a manos de las fuerzas policiales.
La
persecución a los judíos etíopes en Israel se suma a la que se
viene practicando sistemáticamente contra los palestinos, tanto en
territorio israelí como en los territorios palestinos. En los
últimos días Israel volvió a atacar por aire y por tierra a la
Franja de Gaza, que ya ha quedado reducida a escombros en virtud de
los intensos bombardeos anteriores, que se concentraron contra las
viviendas, los hospitales, las escuelas, los centros de Naciones
Unidas, en violación de las leyes internacionales. El nuevo gobierno
de Benyamin Netanyahu se está comportando en esta materia con el
mismo afán colonizador y destructivo que en el período anterior.
Las imágenes que hemos visto en estos días del calamitoso estado
actual de la Franja de Gaza hielan la sangre y son un llamado a
multiplicar la solidaridad con su martirizada población.
Lo
mismo sucede con la construcción de nuevos asentamientos en los
territorios palestinos, que una vez más ha sido condenado por
Naciones Unidas. Apenas se afirmó en su nuevo período de gobierno,
el jueves 14, Netanyahu reiteró su decisión de construir nuevos
asentamientos en territorios palestinos. El secretario general de la
ONU, Bank ki-moon, instó a Israel a abandonar estos planes y
“deploró fuertemente la continuación de las actividades de
repoblamiento conducidas en las tres últimas semanas en tres
ocasiones por las autoridades israelíes en Cisjordania
ocupada, incluida Jerusalén oriental”. El secretario general de la
ONU “reafirma que esas implantaciones son ilegales para las leyes
internacionales y pide al gobierno israelí que las abandone de
inmediato y revoque las decisiones de este tipo, en función del
interés de la paz y de una solución final equitativa del conflicto
en Medio Oriente”.
Sobre
este tema hay más aún. Un informe de la ONG Human Rights Watch
(HRW) revela que los colonos judíos hacen trabajar a menores
palestinos en los asentamientos agrícolas israelíes en los
territorios ocupados, donde son sometidos a jornadas laborales de
hasta 12 horas en condiciones peligrosas para la salud. De esta
manera se están violando las leyes internacionales, que prohíben
hacer trabajar a los niños, especialmente en las penosas condiciones
en que lo hacen en los casos señalados. Centenares de niños
palestinos de hasta once años se ocupan de las tareas de campo
en las colonias del Valle del Jordán, cultivando, recogiendo y
empaquetando productos agrícolas que en gran medida se exportan
luego hacia la Unión Europea y Estados Unidos. Según el informe de
74 páginas publicado estos días, los niños palestinos reciben a
cambio de su trabajo “salarios bajos y están sujetos a condiciones
de empleo peligrosas que violan los estándares internacionales”,
debiendo trabajar a elevadas temperaturas sobre todo en los meses de
verano. Los niños deben acarrear pesados fardos y maquinaria y se
exponen a pesticidas peligrosos y “en algunos casos deben costearse
el tratamiento médico derivado de accidentes laborales o a causa de
enfermedades”, señala HRW, cuya sede está en Nueva York. Agrega
que niños de comunidades que se han empobrecido a causa de la
discriminación que practica Israel y de las políticas en los
asentamientos israelíes no van a la escuela y aceptan trabajos
peligrosos porque sienten que no tienen otra alternativa. HRW señala
en conclusión que “Israel debería desmantelar los asentamientos
en territorio palestino y, mientras tanto, prohibir a los colonos que
utilicen a los niños, de acuerdo a las obligaciones emanadas de los
tratados internacionales sobre derechos de los niños y leyes
laborales”.
Por
varias vías la causa del pueblo palestino y del Estado palestino se
ha reforzado considerablemente en el último período. Por una parte,
desde el pasado 1º de abril la Autoridad Nacional Palestina (ANP)
pasó a ser miembro pleno de la Corte Internacional de Justicia de la
ONU, el Tribunal de La Haya, lo que consolida el frente diplomático
para la constitución del Estado Palestino independiente y soberano,
que ya tiene desde noviembre de 2012 el status de observador no
miembro de Naciones Unidas. De paso sea dicho, Israel no integra el
Tribunal de La Haya. Hasta el momento, 134 países reconocen a la
Autoridad Nacional Palestina. Recientemente lo hizo Suecia, mientras
que un conjunto de países europeos como República Checa, Hungría,
Bulgaria, Malta, Chipre, Polonia, Bulgaria y Rumania tomaron esta
determinación antes de pasar a integrarse a la Unión Europea.
Mahmud
Abbas con el Papa Francisco
Por
otra parte, el Vaticano ha reconocido oficialmente al Estado
Palestino, por resolución fundada del Papa Francisco. Lo hizo el
miércoles 13 de mayo, en preparación de la visita del presidente de
la Autoridad Nacional Palestina, Mahmud Abbas, prevista para el
sábado 16 de mayo. El documento contiene pautas sobre religión y
lugares de culto. Entre las actividades pautadas, se destaca la
canonización de dos monjas palestinas: Sor María de Jesús
Crucificado (Mariam Baouardy), nacida cerca de Nazareth en 1846, y
Sor María Alfonsina (Mariam Sultana Danil Ghatas), nacida en
Jerusalén en 1943, antes de la creación del Estado de Israel. Se
estima que el Vaticano firmará con el Estado de Palestina un acuerdo
sobre los derechos de la iglesia católica en los territorios
palestinos, confirmando así su pleno reconocimiento de esta nueva
entidad, en tanto que las negociaciones de uno similar con Israel se
encuentran estancadas. El Vaticano está en conformidad con la
formulación decidida por la ONU, que admitió en 2012 a Palestina
como Estado observador, lamentando que el Estado en cuestión no
exista a plenitud. Ya el 12 de diciembre de 2013 Francisco
había recibido a un embajador de Palestina, Kasisié Isa, quien
figura en el anuario pontificio como “embajador extraordinario y
plenipotenciario, representante del Estado de Palestina ante la Santa
Sede”.
En
estas condiciones, el encuentro del Papa Francisco con el presidente
palestino Mahmud Abbas, verificado el sábado 16 de mayo en el
Vaticano, revistió el carácter de un acontecimiento histórico.
Francisco lo calificó como “un ángel de la paz” y ambos
líderes formularon un llamado a combatir el terrorismo
en el Oriente Medio y a favorecer el diálogo interreligioso. Según
un comunicado difundido por la Santa Sede, Francisco y el presidente
Abbas conversaron sobre el proceso de paz bloqueado con Israel,
deseando ambos que se produzcan negociaciones bilaterales directas
con el fin de encontrar una solución justa y duradera para el
conflicto. Ambos expresaron también su satisfacción por el
acuerdo alcanzado sobre los derechos de la iglesia católica en
los territorios palestinos, que se viene negociando desde hace 15
años. El día anterior, el presidente Abbas se había reunido con el
presidente de Italia y con su canciller.
Estas
actitudes del presidente palestino y el Papa inciden positivamente en
la dramática situación que atraviesa el Oriente Medio, plagada de
peligros para el destino mismo de la humanidad. A este tema se
refirió recientemente el destacado analista internacional Noam
Chomsky. Se le interrogó acerca del acuerdo nuclear con Irán, al
cual se mostró favorable (porque la doctrina estratégica de Irán
es defensiva), señalando que el gobierno israelí de Netanyahu se
opone al citado acuerdo. Luego extendió su visión a la región
en su conjunto, en estos términos: “Hay dos estados que devastan
Oriente Medio, llevando a cabo agresiones, violencia, terrorismo,
actos ilegales constantemente Son ambos enormes estados nucleares con
sus grandes arsenales. Esos dos estados son los Estados Unidos e
Israel”.
nikomar@adinet.com.uy
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