Bruno
Peron Loureiro: Brasil - En busca de una nación
Enviado
por Barometro
Internacional el martes, 28 octubre, 2014 a las 22:55
Brasil
muestra un momento de agitación ciudadana que se debe al furor
electoral y a las circunstancias inestables e inciertas que afligen
al país, principalmente la inflación y la inseguridad. En este
texto desarrollo el argumento que nuestra búsqueda de una nación
justifica tal energía.
Resultamos de
una imposición institucional que busca la concretización íntima de
una nación. De ese modo, antes de encontrar un culpable de nuestros
males, no deberíamos mirarnos al espejo como individuos sino como
comunidades en busca de una nación.
Por eso hay
tantas desavenencias entre los discursos programáticos de candidatos
a cargos importantes de gobierno que o ven a Brasil o como necesitado
de una mayor participación del Estado o como de un mayor compromiso
con el mercado. Así se sintetizaron los programas de gobierno los
dos candidatos a la presidencia en Segunda Vuelta.
Mientras
tanto, la necesidad de Brasil es antes que otra, el encontrarse como
nación en vías de ciudadanizarse. Con este argumento no tengo duda
de que el país necesita una guiñada en la manera en que su
población se instruye para que tomemos el gusto por el desarrollo
del Arte, la Cultura y la Educación.
Luego, en un
escenario ideal en que los brasileros valoricemos las artes, las
culturas y las educaciones tendríamos un impulso de desarrollo
humano que no partiría primero ni del Estado ni del mercado. Este
impulso tendría origen en nuestro deseo de progresar y ayudar a
también a aquellos que crecen en nuestro medio y en nuestro país.
Con este
argumento, no imagino que Brasil esté todavía preparado para ser
una potencia mundial, como creen muchos estadistas. Ellos hablan de
“potencias emergentes”, de grupos de los países más influyentes
del mundo en los que Brasil aparecería con China e India. Con todo,
la crisis de gobernabilidad en Brasil les pasa desapercibida.
Tal vez
tengamos motivos para ser ejemplares. Creo que ese día vendrá,
aunque todavía queda mucho trabajo por delante. Mientras tanto hay
que resolver males graves de negligencia artística, cultural y
educativa que colocan al país en un escenario de atraso económico
(donde los productos tecnológicos llegan tarde y caros) y de atraso
cívico (donde la ciudadanía se confunde con el recatado acto de
votar cada dos años)
El Ser
brasilero tiene sed de transformación y no medirá esfuerzos para
hacer su reforma íntima, cultural y educativa. Es preciso para este
fin que los agentes responsables por la instrucción vean el poder
como una herramienta benéfica para el progreso de una nación, tal
como indiqué al inicio de este texto, y para la formación de
ciudadanos.
Mientras
tanto vemos que los responsables por la orientación en todo Brasil
se debaten a través de los medios de comunicación como si el poder
fuese un hueso que ningún can rabioso quiere soltar. La población
mientras tanto asiste atónita e impotente ante tantas impurezas de
la mente.
La función
instructiva en Brasil es extremadamente importante para la fase de
transición del país a una nación concreta, debido al elevado
número de habitantes sedientos de arte, cultura y educación.
No tengo
dudas que más pronto o más tarde Brasil encontrará su camino
frente a tanta incuria y desinformación, pero creo que la
instrucción será el primer gran paso en ese camino.
Tenemos que
aprender a unir lo útil a lo agradable. Así aprovecharemos los
avances científicos y tecnológicos a favor de nuestro crecimiento
como ciudadanos y del progreso de Brasil en su consolidación como
nación.
http://www.brunoperon.com.br
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