Norma Estela Ferreyra: ¿Qué es la democracia? -parte 2
Enviado por Barometro
Internacional el domingo, 19 octubre, 2014 a las 11:22
Como
dije en la primera parte, entender el concepto de democracia no
resulta sencillo, pero es imprescindible que lo hagamos, para que
dejen de manipularnos y engañarnos, descaradamente. Nadie
puede negar, que se realizan matanzas con la falsa idea de
restablecer la democracia, en regímenes que ellos “llaman”
gobiernos totalitarios.
Y
había comentado sobre no confundir la democracia con el acto
de elegir.
Hoy
me referiré a otro tema, que es el de la “publicidad del
escrutinio”-Sabemos que el voto electrónico, las encuestas previas
y “la boca de urna” ya han enrarecido demasiado al escrutinio,
cuyo resultado, se conoce antes de que los últimos votantes lleguen
a su casa. Pero no obstante, las nuevas tecnologías serían
bienvenidas, si se cotejaran “posteriormente”, con los resultados
parciales de cada unidad de votación, en un doble sistema de voto
electrónico y de sobres tradicionales, cuyo resultados deberían
publicarse en los diarios, para que los fiscales de los partidos,
puedan corroborar, si fueron computados todos los votos, tal como
estaban registrados en sus planillas. Y esto debería hacerse, aunque
se convalidara el resultado electrónico y después de un tiempo, el
resultado de los sobres, para saber si hubo o no fraude.
Porque la publicidad es la base de cualquier acto democrático. Y conocer la verdad es un derecho de todo ciudadano. Principalmente, porque la informática, suele ser un arma que facilita el fraude eleccionario, pues sabemos que esto sucede en países como los Estados Unidos, donde ellos mismos denuncian fraudes.
Pasando a otro tema, vamos a hablar del “electoralismo”, que es otro de los peligros de la democracia moderna, o sea, es la tendencia actual. “que pretende usar plebiscitos” para todo. Y para hablar de esto, me referiré sólo a mi país.
En primer lugar, tengamos en cuenta que la Constitución Argentina, dice: que “el pueblo no delibera ni gobierna sino por medio de sus representantes” Por lo tanto, el gobernante, representa y decide por el pueblo, pero gobierna a través de los tres poderes (Ejecutivo, Legislativo y Judicial). De manera que los plebiscitos tienen sentido, cuando son convocados, por una cuestión importante y que “todos puedan entender claramente” como sería, por ejemplo, un plebiscito revocatorio del mandato presidencial, como ocurre en la mejor democracia del mundo, como es la de Venezuela.
Pero, está claro que en mi país, la Constitución no incluiría la reelección ilimitada, con un plebiscito revocatorio, porque hay quienes quieren servirse de la patria y no viceversa ¿Y saben por qué? Porque si hoy pedimos la revocatoria del mandato de un presidente, también este derecho se puede ejercer contra todos los que pretenden sucederle. Algo que al imperialismo global, no le conviene, cuando quiere sostener en el poder, a un presidente obediente con el Imperio. Y creo que éste sería el único plebiscito posible y aceptable, en una república democrática. Porque no se puede gobernar en base a plebiscitos sobre otras decisiones de gobierno. La administración del Estado, debe hacerla el gobernante, porque el pueblo no es un experto ni en temas políticos, ni legislativos, ni judiciales o administrativos y no tiene por qué conocer sobre “todos los temas”, como para decidir sobre cualquier acto de gobierno. Para eso, votó a quienes creyó aptos para esa tarea y son ellos, los que tienen el deber de conocer, profundizar y estudiar, para decidir lo más conveniente.
El
electoralismo, es muy peligroso, como todos los “ismos” porque no
se puede gobernar mediante opiniones, sino en base a profundos
análisis técnicos y con conocimientos sobre el tema de que se
trate.
Los
demagogos de la democracia, suelen impulsar plebiscitos para
cualquier decisión gubernamental, que no conviene a sus intereses.
Así, los opositores pueden realizar propagandas intensas sobre un
determinado tema, en los medios de comunicación que, como sabemos,
tergiversan la verdad para tratar de “cogobernar” Y esta
manipulación es, precisamente, lo que buscan los sectores
minoritarios, para impedir que se tomen decisiones, que no les
convienen.
Sin
embargo, no estoy en contra de los plebiscitos cuando la grave
situación del país lo requiriere, como cuando tratamos de resolver
temas de soberanía con otro país, como ocurrió con Chile por el
canal de Beagle. Los plebiscitos pueden hacerse a solicitud del
gobernante, para decidir sobre algo puntual, que no requiera de
conocimientos técnicos ni profundos. Porque de otra manera, pueden
ser útiles a intereses que pretenden desestabilizar al
gobernante legítimo y ser usados para dividir y cogobernar, sin
haber sido elegidos. Por eso, pienso que es democrática la
reelección indefinida, para poder mantener a un
presidente, que el pueblo considere capaz, las veces que los
ciudadanos quieran, como en el caso del presidente de Bolivia, Evo
Morales, recientemente reelecto y que ha llevado a su país a niveles
culturales y económicos, realmente asombrosos. En cambio, a pesar
del avance logrado por Argentina en el gobierno de Cristina Fernández
de Kirchner, los ciudadanos nos vemos impedidos de poder reelegirla y
por lo tanto, habrá una mayoría que no estará representada por
nadie en las urnas.
En
mi país, los gobiernos, por lo general, han durado un solo período
y no por esa causa, resultaron más honrosos ni eficaces. De
modo que, cuando un mandatario responde a las expectativas del
pueblo, el hecho de no poder reelegirlo, resulta una proscripción
injusta y antidemocrática.
Pero
la reelección siempre debe acompañarse de la posibilidad de
revocatoria, porque lo que resulta injusto y antidemocrático es
cuando el gobernante no cumple con lo que prometió al pueblo y la
única forma de hacer justicia, es revocando su mandato.
Por
último, me referiré al “Constitucionalismo” como otro “Ismo”
muy bien explotado por los poderes de dominio mundial. La
Constitución, fue llamada “ley primera de una nación”,
porque a través de ella, se organizaron por primera vez, los
pueblos. Pero, lo que ocurre, es que contienen partes pétreas o
inamovibles, que sirven a intereses de la oligarquía local y
foránea. Y se predica, constantemente, que a esa ley fundamental, no
hay que reformarla con frecuencia, para conservar los valores que la
patria quiere custodiar. Algo tan absurdo, como pretender cocinar con
leña en el siglo XXI.
Lo
que sucede, es que nadie quiere que se modifiquen los “privilegios”
establecidos en ella, aunque en sus preceptos se diga que se han
abolido todos ellos. Y entonces, la prédica de la no reforma
de la Constitución, resulta un agravio para quienes no resultan ser
“los privilegiados” en la misma. Y por eso, habría que quitarle
todo carácter pétreo, para poder adaptarla a la democracia y a la
evolución de las Naciones.
Un ejemplo de contradicciones en la Constitución Argentina, es el siguiente, por un lado, se instituye una religión por parte del Estado y se la mantiene económicamente, mientras que por el otro, se establece la libertad de cultos.
Otro ejemplo, es que aún tenemos dos Cámaras Legislativas (Senadores y Diputados) que tienen su origen, en la “Cámara de los Lores” y la de “los Comunes” de Inglaterra y que, de alguna manera, están avalando la desigualdad ante la ley, ya que la primera, defendía los intereses de los Lores y la segunda, los del pueblo raso.
Lo
cual, viene a ser contrario a lo que dice la letra de la
Constitución, que habla “pueblo” sin referirse a clases
sociales, aunque se hable de que una cámara representa a las
provincias y la otra, a todos los ciudadanos, cuando sabemos que en
la práctica, no representan al pueblo, que es uno sólo. Por lo
tanto, el Parlamento debería ser unicameral y los legisladores
deberían ser representantes del pueblo y no de los partidos
políticos, como lo son en mi país, cuyo sistema parlamentario, más
que una democracia, es una partidocracia.
Pero
esto tiene una solución muy fácil que propondré en el próximo
artículo. Porque repito, que la democracia sería el mejor sistema,
si la dejaran existir. (Continuará).
normaef10@hotmail.com
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