sábado, 25 de octubre de 2014

Norma Estela Ferreyra: La justicia en las falsas democracias ? Parte 3


Norma Estela Ferreyra: La justicia en las falsas democracias ? 
Parte 3
Enviado por Barometro Internacional el sábado, 25 octubre, 2014 a las 21:39


Cuando la Justicia funciona, es independiente, rápida, gratuita e igual para todos  y cuando no, es lenta, costosa y sólo existe para los que tienen poder o dinero.

En las mal llamadas “democracias”, el Poder Judicial sirve de base a la corrupción, ya que ésta no existe sin una justicia cómplice. Porque si funcionara, los corruptos estarían en la cárcel. En mi país, Argentina, la Justicia es mala, costosa y lenta. Los jueces,  permanecen en el poder hasta que la muerte los separe, con privilegios inaceptables, como el estar eximidos de pagar el impuesto a las ganancias, como cualquier trabajador, cuyo sueldo excede de un monto determinado. Acceden al poder mediante el Consejo de la magistratura, que no deja de estar bajo a influencia de los partidos políticos y de la Corporación Judicial, lo que no garantiza objetividad en cuanto a las designaciones, al igual que el Tribunal de Enjuiciamiento, cuando actúa por el mal desempeño de los magistrados.
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Y así tenemos una “Justicia” donde el ciudadano común, puede pasar más tiempo esperando ser sentenciado, que el que le hubiera tocado de resultar culpable, por el delito que se lo pretende juzgar. Mientras que aquellos que tienen mucho dinero o poder, jamás son juzgados por sus delitos y si lo son, consiguen que se les dicte sentencia en poco tiempo, porque la “falta de mérito”, la “falta de pruebas” y las “extinciones de las causas” fueron pensadas para esa gente.

Por supuesto, que nunca habrá pruebas para la corrupción porque, precisamente, éstas se pueden ocultar, utilizando el poder del cargo que ostentan. Por eso,  los delincuentes proliferan en ambos extremos  de las clases sociales. Por un lado, están los que delinquen desde el poder y por otro, los “delincuentes comunes” (que se laman así para diferenciarse de aquellos). ¿Y contra quiénes delinquen ambos? Contra la clase media, que está ubicada entre los delincuentes que no tienen poder y aquellos de traje y corbata, que se benefician al estar eximidos de impuestos, o por la falta de controles, o por su inmunidad parlamentaria.

Y en Córdoba Capital, es “vox populi” en los pasillos de los Tribunales  Civiles y Comerciales, que algunos jueces, sólo firman las sentencias que son redactadas y fundamentadas por  sus subalternos. Algo que no me consta, pero que podría deducirse por la gran actividad de las Cámaras de Apelaciones. Si esto no es así, al menos debemos suponer que, en general, los jueces están muy desprestigiados. Y que algo anda mal en ese ámbito. Lo que sí me consta, que en un acto arbitrario el Tribunal Superior de Justicia Cordobés, decidió mediante una acordada reglamentaria realizar subastas online, a través de un intermediario. Un acto autoritario, violatorio de la ley que regula el trabajo profesional de los Martilleros. Y quién sabe, para quien resulta el negocio. Porque todos sabemos que el fraude por Internet es cosa de niños.

Así está la Justicia en mi país. Y cobrar impuestos por brindarla, es algo que resulta insólito. Es lo mismo que si quisiéramos ponerle impuestos a la vida. Claro que se podrá argumentar, que hay modos de lograr un litigio sin abonar los gastos. Y es cierto, pero no debería ser por vía de excepción que se obtenga ese derecho, sino que la administración de Justicia, no debería tener impuestos, como no los tiene el dictado de las leyes por el Congreso. Simplemente, tener Justicia es un derecho primordial y debería ser totalmente gratuito para el ciudadano.

La lentitud de los procesos judiciales, se ampara en la falta de controles.  Porque se puede saber si en un Juzgado se trabaja con eficiencia, ya que hay fechas de inicio en los expedientes, hay cantidades de causas que ingresan y que se registran, hay fechas en que se dictan sentencias. De modo que con una simple computadora, la eficiencia judicial podría hasta fotografiarse.
¿Pero quién le pone el cascabel al gato? Si hasta los “Tribunales de enjuiciamiento de magistrados” están integrados por legisladores que reciben directivas de los partidos políticos o por la Corporación Judicial y en el caso de los abogados que lo integran, nadie puede pensar que vayan a votar en contra de los Jueces, si piensan seguir litigando.

Hay que reformar la Constitución para ponerles límites y renovar el plantel de jueces cada 5 o 6 años, para lograr que el pueblo controle a ese Poder del Estado,  a través de un informe del nuevo juez, sobre si el funcionario saliente, cumplió con su tarea en la forma debida. Y así poder demandarlo por  mala praxis o  inacción. Pero para eso, los jueces, tienen que nombrarse por sorteo y no tener compromisos con nadie, ni con los partidos políticos, ni con la Corporación.

¿Acaso no nos regocijamos hablando de la alternancia de los poderes? Aquí sí que haría falta, pero de eso nadie habla, porque se  amparan en  el “constitucionalismo”, de las partes pétreas de la Carta Magna. No nos olvidemos que a estas Constituciones las hicieron los Poderosos para que las cumplan, todos los demás. Ellos nunca.

El poder  Legislativo,  también debería renovarse en un determinado tiempo y  por sorteo ¿Y el judicial? ¿Por qué no? Porque es intocable, inamovible y por lo tanto, lo único que lo diferencia de una monarquía constitucional, es que sus cargos no son hereditarios. Y todo esto, sucede dentro de un sistema que llamamos “democrático”

Todos los poderes del gobierno deberían ser renovados. Por eso, hay que modificar las leyes y la Constitución. Establecer la reelección indefinida con derecho a plebiscito revocatorio, para el Presidente, para que el pueblo pueda quitarle la representación, por incumplimiento de promesas electorales o mal desempeño. Tengamos en cuenta que el Poder Ejecutivo es unipersonal (El vicepresidente no corresponde al Ejecutivo, aunque pueda reemplazarlo en ausencia).

Y formar un Poder Legislativo no electivo, sino con legisladores nombrados por sorteo desde un padrón de ciudadanos que cumplan con ciertos requisitos (Ej: tener completo el secundario) y donde puedan inscribirse, voluntariamente, para  participar. (No nos olvidemos que cuentan con asesores)

También el Poder Judicial debe renovarse, mediante sorteo, utilizando un padrón donde se inscriban los que rindieron y aprobaron un post grado para ser jueces. Única forma de asegurarse de que el elegido, no lo sea a dedo, ni por concursos donde siempre hay “recomendados”, ni a través de Consejos de magistraturas, donde  se filtra la cuestión política y no goza de buena reputación entre los ciudadanos. Este sistema confiable, que es el sorteo debería hacerse por acto público y  por la Lotería Nacional. El sorteo es el acto más equitativo que existe y menos contaminado por la política. Como  también debería emplearse para los cargos públicos, con la exigencia de tener el secundario completo, para que estos empleos no sean un reservorio de nombramientos políticos y de votos cautivos. De este modo, se terminan los privilegios de la estabilidad en el cargo. Y siempre está la posibilidad de capacitación para el cargo.

El juzgamiento de los jueces debería hacerse por un Tribunal de 10 o más Jueces, sorteados para tal efecto y que pertenezcan a distintas provincias a la que pertenece el juez involucrado. Y el Juicio político a cualquier funcionario de Gobierno, debería ser de idéntico modo. Este juicio garantizará el derecho de defensa y no podrá apelarse. ¿Acaso, no sería democrático?

Por otra parte, debería haber una reforma constitucional que permita fijar por ley un tope máximo para las jubilaciones de los funcionarios, a los fines de que estos cargos, que son transitorios y muy onerosos, para evitar la corrupción, no generen las jubilaciones de privilegio, como sucede actualmente. Y está probado que dichas retribuciones, tampoco evitan la corrupción. Y eso es, porque la honestidad no depende de esa lógica casi infantil.

Tampoco se debería admitir, en este nuevo sistema, la reelección de jueces, diputados y senadores, para evitar que se hagan eternos en esas funciones.  Y como ya dije, debería haber una sola Cámara Legislativa.

Para terminar, diré que la democracia puede ser pensada por cualquier ciudadano y repito, que sería el mejor sistema, si lo dejaran existir.

normaef10@hotmail.com

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