martes, 5 de abril de 2011

Sobre Pocaterrerra y el mundo de nuestro porvenir


 Mario Torrealba Lossi
        José Rafael Pocaterra, ilustre escritor nacido en Valencia en 1889, y fallecido en Montreal, en 1955, hubo de distinguirse entre las personalidades más ilustres de la nacionalidad, debido a sus múltiples  condiciones de narrador, poeta, ensayista, historiador y diplomático, como antes no los hubo a través del proceso nacional.
        Como hubo de ocurrir con Juan Vicente Gómez el valenciano fue un acérrimo opositor a su larga y cruel dictadura, como les ocurriera a los más diversos personajes de fines de siglo XIX. La Muerte de Gómez ocurriría el 17 de diciembre de 1935. Por una desgracia  para nuestro Libertador, el célebre personaje de La Mulera, también habría de nacer y morir en las mismas fechas, cuestión que hubo de acontecer en las situaciones relacionadas con el creador de nuestras repúblicas.
        Si hablamos de los personajes que aparecen en la amplia bibliografía de Pocaterra, y tuviéramos que mencionar a los más ilustres, entre quienes aparecen los más destacados, como Enriqueta Arvelo Larriva, Antonio Arráiz , Rufino Blanco Fombona, Pedro Emilio Coll, José Gil Fortoul, Enrique Bernardo Núñez, Teresa de la Parra, Arturo Uslar Pietri y muchísimos sobrantes, mediante los cuales por lo que deberíamos hacer una inmensa lista que supere, la época de Cipriano Castro. La obra publicada exalta a Política Feminista (1913), Cuentos Grotescos (1922), El Doctor Bebé (1913), La Casa de los Abila (1946) y sin lugar a dudas, Memorias de un Venezolano de la Decadencia (1927), de mayor significado, producido por Pocaterra para enfrentársele a Cipriano Castro y mucho tiempo después a Juan Vicente Gómez. Con este hubo de sufrir entre los personajes más funestos que pudieran señalarse en la historia más ingrata de los últimos siglos del ser nacional.
II
        Además de Memorias de un Venezolano de la  Decadencia (varias ediciones) esta gran obra escrita por Pocaterra  tuvo mucho eco para su tiempo y fueron muy distinguidos los críticos que escribieron – elogiándola – por su calidad y contenido.
        Empezando por el comienzo – dejamos dicho que los Prólogos – fueron muchos, muchísimos y los personajes – la crítica, entiéndase, que habría de elogiar a dicha obra tan dolorosa y tan cargada de genialidad.
        Además de las cartas que le escribieron a Pocaterra, Francisco Tosta García – su gran amigo- podríamos citar muchísimas en las cuales, no solo nos hallamos con venezolanos de sumo valor, sino de extranjeros, como Robert Bontini, Cuninghan Graham y muchos más, de gran personalidad  intelectual, como muy pocos.
        Entre los grandes, además de los elogios que le hicieron, un fuerte número de personajes, cruzabanse misivas, entre otros, Aldo Baroni, Luz Machado, Teresa de la Parra, Francisco García Calderón, Julio Planchart, Eduardo Santos, Rómulo Gallegos, Diego Córdoba, Enrique Bernardo Núñez, Mario Briceño Iragorry, Jesús Antonio Cova, Luis Fernando Álvarez,  Enrique Labrador Ruiz, Juan Liscano – muy joven todavía –Régulo Burelli y centenares de firmas provenientes de América y del mundo.
        Había cartas provenientes de Barcelona (España), de Portugal, de Madrid, del Marqués de Sabur, Ricardo León y de distintas procedencias. En una de esas cartas, Régulo Burelli Rivas nunca se cansó de elogiar al carabobeño, al que escribía de diversas formas; al destacarlo por otros escritores un estilo sin igual, muy distinto al de los escritores de otro continente. En cuanto a Pocaterra, sus amigos, como Gil Fortoul,  nunca se cansaban de elogiarlo.
        En lo referente a Blanco Fombona, el estilista caraqueño, nunca dejaba de preguntar: ¿Y porqué llama Ud. A su novela "La Mitra en la Mano", de ese modo tan raro?  Pienso que Ud. escribía con gran rapidez, con un estilo parecido al de nuestro Libertador. A veces me lo pierdo de vista, y me pregunto ¿Qué se hizo nuestro amigo? ¿Sería que se le torció un dedo o una mano, ¿O será que le dieron un martillazo por el meñique, para que no escribiera mas?
III
        Tanto las cartas que escribió Pocaterra, como las que le escribieron a su persona, no todas fueron de suma importancia, no sólo en su época sino en la actualidad.
        Este escritor dominaba todos los estilos y siempre gozó de mucha fama. Por la calidad de otro estilo que lo enaltecia sabia demasiado y siempre hubo de ser respetado por todos los de su generación, puesto que, además de ser conocido por toda América sus viajes elevaron mucho su calidad de escritor y de pensador. Aunque discrepó bastante del compadre de Capacho, fue mucho más distante del gomezalato, cuya crueldad no solamente habría de perjudicarlo, como ocurriera con Blanco Fombona, sino con la mayor parte de la juventud del 20 y del 28.
        Casi todas las esquelas que Pocaterra recibiera de sus amigos que tuvieron necesidad de peregrinar por el exterior, destacaban por el talento que hubo de darle una extraordinaria inteligencia, que hubo de superar a todos los escritores de su tiempo.
        Cuanto libro escribía Pocaterra como Vidas Oscuras y los demás, era recibido con suma admiración. "Le Confesare" – escribía el escritor hispano don Ricardo León – cómo su obra además de lo dolorosa que hubo de ser tenía una fuerza grande, que no sólo lo exaltó y vigorizó su espíritu, sino que se caracterizaba por la calidad de estilo que lo enaltecía.
        "Por lo demás le insisto que nada tiene usted que aprender de los nuevos escritores, porque además, tiene grandes dotes de analista y de observador.
        La fidelidad de las destrucciones son garantías de su capacidad como las tienen otros valiosos intelectuales.
        Huelga decir cómo al igual de León Lameda, Enriqueta Arvelo y tantos otros personajes extraordinarios, éstos mantuvieron y seguirán manteniendo, después de muertos, una expresión viva de su género como escritor, entre los que lo elogiaron, venezolanos y extranjeros de todas las partes del mundo.
        Así pues que para concluir sobre este genio de la prosa, algún día volveremos sobre un  tema tan importante que hubo de interesarnos a todos nosotros, los connacionales y también los otros grandes del continente. Seguiremos próximamente.

      

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