martes, 14 de agosto de 2018

¿DE CAOS Y REGATEO A NEGOCIACION INTERSTICIAL GLOBAL? - Lecciones de las recientes negociaciones internacionales -


Omar Villanueva Olmedo
Director OLIBAR Consultores Lic. Ing. FEN Universidad de Chile

villanueva.comunica@gmail.com 99 57 945 69

Coocrea contenidos Team Publishing OLIBAR x RSP (Responsabilidad Social Profesional)


I.- LA NEGOCIACION Y A ¿LA CREACION DEL CAOS DE TRUMP?

En la actualidad vivimos un panorama internacional con la confrontación de varios países, con sus respectivas culturas: China comunista, Rusia y USA con sus nacionalismos, Unión Europea con su estilo tradicionalista, India con su silencio y cada uno con sus respectivos negociadores: Yi Jinping, Putin, Trump, Juncker y Modi y con la participación de otros líderes como: Corea del Norte, Irán, Siria e Israel. Esta es una oportunidad única para conocer y anticipar el tipo de comportamiento que se puede esperar por parte de ellos. Aunque lo más difícil sea: anticipar las respuestas de las respectivas contrapartes como lo decimos en dos artículos: “El no sorprendente gran revuelo mundial de Trump”1 publicado al inicio de su gobierno y el año anterior “Los límites de la negociación o negociación sin límites…”2
 
1.- Cada negociador tiene sus características que se expresa en los diferentes escenarios posibles. A comienzo del 2017, anticipábamos entre otros un escenario en el que Trump iba a dar sorpresas a los norteamericanos en la conducción del país y de sus relaciones exteriores, con acciones que eran desconocidas para su cargo y para los observadores, partidarios o no de sus ideas y actos. Se prevé en dicho documento de divulgación que iba muy probablemente a ser un actor controversial. Por otro lado, sus contrapartes (las que podrían en algún momento incluso llegar a ser sus aliados) en diferentes negociaciones son personalidades, también, controversiales: Putin que ha tomado el control de Crimea, tiene una fuerte posición militar en Siria en una guerra interna feroz y mantiene un control férreo sobre su país. Xi Jinping, con su comunismo dentro del país y su capitalismo extremo en el mercado internacional externo, ha continuado con una política de competencia mundial por los mercados, en su avance imperial silencioso por el control de la economía mundial, y que no quita su respaldo al sub-negociador coreano del Norte. Juncker, de una UE que se debate por muchos años entre liderazgos lentos y poco claros y que se desmiembra en micro nacionalismos de países de tamaño menor. Modi, de una India que ya supera los 1.200 millones de habitantes y un PIB que sobrepasa al de Francia. Merkel, que sigue a la gira aspirando a mantener una hegemonía, en espera de los escenarios post Brexit, temiendo la salida de Italia, o la división de la monarquía española. Y Shinzo Abe, de Japón, manteniéndose como una alicaída y conservadora potencia.

2.- ¿Por qué Trump? Se elige, para esta nota, a Trump porque paradójicamente de todos los actores en juego es sobre el cual hay más información pública para analizarlo y criticarlo. Sobre los otros negociadores existen pocas y meras especulaciones, vetos a la prensa y censura por tratarse de para dictaduras

autoritarias o democracias imperfectas o crípti
cas. En este caldero de tantas negociaciones en curso y negociadores Trump es el iniciador de muchas controversias, lo que ha significado que sea uno del presidente de USA más criticado, dentro y fuera de sus fronteras. Pero que desde que asumió el cargo el mundo ya no es el mismo en términos de relaciones comerciales, políticas, militares y culturales. Cómo que se llega al extremo que en pocos meses de gobierno sean muchos los que preferirían que no siguiera. Cómo es que Trump logre mover tantas pasiones - de adversarios y partidarios- para lograr sus fines.
Hemos llegado a un estado de las relaciones entre países muy importantes y poderosos, que no se conocía desde fines de la segunda guerra mundial y cuyas consecuencias o resultados pueden ser muy diferentes puesto que algunas amenazas se transformarán en soluciones, otras amenazas se mantendrán latentes y algunas seguirán un largo camino hasta que queden en el olvido. En estas circunstancias: ¿No es que en las actuales circunstancias sería indispensable el uso de mas de un escenario alternativo de negociación para anticipar los posibles resultados?

II.- ¿PODRIA TRUMP TRANSFORMARSE DE UN REGATEADOR SINGULAR A UN NEGOCIADOR INTERSTICIAL?

1.- Algunos distingos iniciales. Y veamos entonces ¿Qué es lo que hace y distingue al negociador Mr. Trump? Lo primero crea diferencias porque: (a) tiene el carácter, (b) el poder, (c) la información, (c) el tiempo para hacerlo, (d) a partir de la necesidad de restituir a su país lo que supone es la pérdida de su supremacía económica en las últimas décadas. Nos guste o no, y (e) sorprende al cumplir o intentar cumplir cabalmente sus promesas electorales.  Segundo establece objetivos breves y más o menos claros... con ambigüedad, a partir de la creación de esas diferencias. Tercero usa modalidades negociativas enunciadas ya en los años 80, como el poder de las palabras entre otras. Sus twits son: al principio sólo palabras. Palabras que irritan a sus “detractores” (más bien ellos se irritan con ellas), probablemente porque saben que, si se logra el resultado que ese negociador espera, algo muy querido se les deteriorá y, por otra parte, curiosamente deja silenciosos a los que creen que se pueden “beneficiar” si se cumplen sus propuestas.

2.- Negocio luego existo, si te exaltas yo me empodero. Pero deberíamos esperar que quienes se sienten perjudicados, por sus palabras, entendieran, ¡Si han negociado por años!, especialmente como debería ocurrir con los líderes de gobiernos, de empresas, de la prensa y de los medios de comunicación que es gracias a esas “diferencias creadas” es que se podría llegar a resultados muy superiores para todos. Lamentablemente, no es posible dar en esta nota todos los argumentos necesarios para conseguir comportamientos racionales en una negociación intempestiva, aunque a continuación se enuncian más luces sobre el tema.
Como primer análisis que se avanza entonces es que: la negociación está pasando de "el arte de resolver diferencias" a entenderse que "es al arte de crear y o amplificar diferencias… para luego resolverlas".
En consecuencia, hemos estado apabullados por los ataques y quejas de muchos líderes mundiales, de diferentes posiciones y sectores, y de analistas y comentaristas internacionales que contestan o intentan interpretar las frases del magnate y presidente, debido a las repercusiones negativas que podrían tener en el futuro y, por eso, se llega a una crítica generalizada de que: ese no es el estilo que debe tener el Presidente de la nación más poderosa del mundo. Como si eso, conservadoramente, nunca se pudiera alterar.

3.- Pretéritas lecciones de negociación. Hoy al parecer se olvidan viejas lecciones de cómo llegar a acuerdos de calidad: “¿Negociar basado en posiciones o en principios?”, o “No mirar las posiciones o afirmaciones sino los intereses que hay detrás de las posiciones, acciones y reacciones en el complejo y serio juego de negociar” incluidas las de los comentaristas, analistas, consultores y medios de comunicación, etc. Se olvida que el uso de los estilos y contra estilos de negociación es parte de una estrategia y sus tácticas con un cierto fin, como ya enseñábamos en las academias de negociación ochenteras en tiempos del clásico: “Si, de Acuerdo”3 o el clásico best seller “The Art of the Deal”4 de Donald J.Trump, Tony Schwartz. Pero el mayor olvido en medio de todos estos juegos negociativos y de regateos internacionales es que la principal negociación del Sr. Trump es: hacia el interior de su propio país.

4.- El uso del poder, astucia, tiempo, in(des)formación y la tensión es inherente a la negociación. Lo esencial en negociación a veces es invisible a los ojos de un negociador nublado por el incordio y la animadversión cuando las razones se mezclan con las emociones, o cuando las negociaciones se llevan al límite o después del límite, y cuando después de la ruptura viene muchas veces el mejor acuerdo, bajo un “enfoque singular”, como se observa hacia el interior de USA y Corea del Norte y China sobre armas nucleares. Sin olvidar eso sí, que China fue la que inició hace “la mayor guerra económica de los últimos 50 años”, en forma silenciosa para copar el occidente con sus productos y compra de empresas y otras prácticas, en busca de convertirse en la primera potencia mundial, o bien que Rusia está al mando, por décadas, de un frío ex director de la KGB o una silente India - en modo tecnología - que avanza día a día, mientras seguimos a la espera del desenlace de la Desunión Europea.

5.- Los procesos: ¿Cuál es la lógica y conocimientos operando tras el aparente caos? El complejo escenario de negociaciones múltiples permite analizar hallazgos, sintetizar conclusiones y ver el nacimiento de nuevos paradigmas en materia de negociación global y local. Lo anterior es posible, porque como consultores independientes podemos tener una posición un poco más abierta al apoyarnos con sistemas expertos de negociación que permiten objetivar y enfriar los análisis, o con uso de perfiles negociadores de diferentes culturas y países. Así que como consultores estamos en contacto con centros de excelencia y hacemos intercambio con otros destacados profesionales de diferentes formaciones en estas complejas materias desde hace décadas que tenemos presente cuando entramos al terreno de los métodos, las estrategias, las tácticas, las modalidades, los estilos y el seguimiento de los procesos de negociaciones nacionales e internacionales para interpretar y anticipar los intrincados procesos y dinámicas que hoy están en acción en el escenario mundial.

6.- La ventaja de negociar con aquellos que saben negociar. Durante décadas hemos trabajado, escrito sobre el tema5 y entrenado a cientos de universitarios, ejecutivos, innovadores y empresarios, además de asistir a directivos en muy diferentes procesos negociativos reales. Como resultado - y sumado a una abundante literatura hoy disponible - hemos acumulado una amplia experiencia propia e indirecta en el tema d de negociación. Consideramos vale el esfuerzo compartirla a nuevas generaciones para que: las asimilen, apliquen, enriquezcan y cuestionen ampliando así el capital y know how negociativo del país y la capacidad analítica de los procesos negociativos en marcha y por venir. Lo anterior bajo el convencimiento que: “siempre se negocia mejor con aquellos que saben negociar en vez de regatear” y que un país con mayor talento negociador tiene menos riesgos, una mayor rentabilidad e incluso puede acrecentar su PIB para acercarse al desarrollo.

III.- LECCIONES SOBRE LO QUE ESTÁ OCURRIENDO Y MISAS EN ESCENA
Por todo lo anteriormente expuesto es que se puede hacer un intento por esquematizar y sacar algunas lecciones de las negociaciones que ha impulsado de manera muy decidida el señor Trump:
1.- Primero crea una diferencia. La base de la negociación de Trump es crear una diferencia - e ir al límite en ella - en temas en los cuales hay una cierta calma, o no está en los temas prioritarios de las contrapartes que se verán involucrados: gobiernos, líderes de empresas, sectores industriales, medios de comunicación, inmigrantes, defensores de derechos y grupos de diversas naturalezas y otros constituyentes.

2.- El propósito es obtener una ganancia. Suponemos que la gran mayoría de quienes critican públicamente los dichos y decisiones de  Trump saben de “negociación singular” si han llegado a puestos de influencia que ocupan en la política, en el empresariado, en el periodismo y medios de comunicación o en grupos humanos,  es porque han tenido múltiples oportunidades de crear o resolver conflictos, y regatear y negociar con nacionales y con extranjeros, para resolver una o más diferencias y lograr un resultado mejor que el de ese momento inicial. Asimismo han podido distinguir que: la cultura, la formación y la experiencia, la actuación y otros aspectos, tiene una gran influencia en los estilos de negociación empleados y en sus impactos.

3.- A continuación, trata de obtener un resultado superior al presente. Es decir, si no se desea conseguir un resultado superior entonces no habría que iniciar estos procesos de negociación. Y lo que ha hecho Trump es pedir algo, que no va a nacer por iniciativa de sus oponentes. Por eso, ¿qué es lo que podría querer lograr con sólo decir que va a construir un muro - en parte ya construido -  o que va revisar tratados, o que va a subir tarifas aduaneras, o que impedirá la entrada de inmigrantes, o que va a bajar los impuestos o que va a ahorrar en sus gastos defensa para con sus propios aliados, etc.?

Sin duda que las solas frases grandilocuentes hacen reaccionar y descontrolan a quienes están hasta entonces en una “zona de confort” con el “status quo”. Pero lo más curioso es que la mayor parte de las veces los afectados o los presuntamente afectados, se desconciertan, “se enganchan” y sólo entregan respuestas reactivas que: tratan de desprestigiar los anuncios o los atacan anticipando los graves daños que tales medidas producirán en diferentes sectores: productivos, poblaciones, naciones, seguridad, exportación, salud, etc. Es decir, las respuestas que recibe el inefable negociador Trump es que sus medidas son inoportunas, o producen grandes riesgos y pérdidas para determinados sectores o que violan acuerdos anteriores, etc. Son respuestas reactivas en la misma variable, emotivas y casi obvias, pero al mismo tiempo faltas de perspectiva más ganadora (win/win) y muy derrotistas, cuando responden solo en la misma materia en un clásico tira y afloja (el regateo).

4.- Pero… ¿se puede aspirar a un objetivo superior en que todos ganen? Los rimbombantes y atacantes anuncios que se mencionan tienen implícito el deseo de ganar, pero eso no significa que lo que hay que repartir en cada negociación esté clara y fijamente delimitado. Lo que delimita el “Total a ganar por las partes (tamaño de la torta) lo puede, lo debe y lo tiene que incorporar la contraparte, más solo si es que ésta logra imaginar: ¿cuáles podrían ser esas nuevas ganancias? Y esta es la propuesta que está implícita como oferta para las contrapartes, sobre todo cuando no han sido ellas las que han originado la diferencia.


5.- Una experiencia que se pueden extraer de estos 18 meses. Si se menciona, por ejemplo, que hay que hacer cambios en las fronteras singulares, y las respuestas y críticas se refieren al mismo tema y variable: se sigue entrampado. Si es el tratado de clima, se contesta con clima; los de dineros para el Nato con dinero más o menos. Este tipo de respuesta, que denominamos “singular” porque ataques y contraataques de refieren al mismo tema, es muy pobre, poco innovadora y abisma que líderes internacionales y analistas caigan en esas situaciones como si fueran aficionados y no profesionales de la negociación, a menos, no seamos ingenuos, que sean respuestas y tácticas para ganar tiempo, desviar la atención o esperar que el atacante se desista.

IV. BASES DEL CONOCIMIENTO INTERSTICIAL6 UTIL PARA SACAR MAS PROVECHO AL CAOS
1.- Las propuestas de respuestas tradicionales singulares y exponenciales en la negociación. Cuando se hace una propuesta sobre “tarifas aduaneras” y se contesta con el mismo tema: esto es común y se trata de una relación singular. Las tarifas tienen: montos, fechas, productos o servicios, flujo, control, origen y destino de los bienes y servicios, etc. A veces se es capaz de incorporar al tema tarifas algunas de las nuevas tecnologías de crecimiento exponencial, como IA (inteligencia artificial) y en ese caso la propuesta o la solución es por el poder de reproducción que tienen estas tecnologías. Pero no obstante sigue siendo una respuesta de carácter singular, seguimos tratando el mismo único tema de “las tarifas con las tarifas”. No se sale de él. Suponemos que este comportamiento es la consecuencia de la formación y conocimientos especializados que tiene la mayoría de los negociadores, con o sin experiencia, en diferentes actividades nacionales y globales, y en particular cuando se tiene profesiones que condicionan con clara singularidad sus preferencias y actuaciones como son: abogados, científicos, políticos, ingenieros, economistas, arquitectos, u otras profesiones tradicionales. Como decía el poeta Huidobro: “Títulos de esto o de lo otro… títulos de limitación”.
Se reconoce que Trump crea diferencias que molestan, y mucho, en un mundo donde hay tantas dificultades y de diversa índole entre regiones, países, culturas y habitantes y que al plantear temas y que al recibir respuestas singulares, es decir, respondiéndole de buena o mala manera al mismo tema planteado por este negociador, solo se está respondiendo con el conocimiento singular muy sesgado que se dispone ya sea personal, local o globalmente. Y esa es una manera de negociar (o mejor dicho de regatear), que pronto se declarará inoperante, no sólo para tratar este tipo de diferencias, sino que será una base para un nuevo desarrollo del conocimiento mundial.

2.- La Innovación que nace del conocimiento intersticial en negociación para crear más saberes y obtener más valor en los acuerdos. Si a las propuestas de subir las tarifas se contesta con tarifas es posible que al final las partes en conflicto ganen más de lo que obtenían al comenzar. Pero será un resultado que no escala a valores muy superiores. Estos valores solo se obtendrían si las partes opositoras se abrieran a incluir elementos adicionales independientes de las tarifas, que aunque no se hayan tratado anteriormente en la propuesta original, que les proponen negociadores tipo Trump, permitan escudriñar si es posible llegar a llenar vacíos entre las tarifas y esos elementos independientes. A esto se refiere el conocimiento intersticial aplicado a la negociación, es decir, al nuevo conocimiento que nace de llenar los vacíos que se producen cuando se trata de que dos o más elementos independientes produzcan, por medio de sus atributos   un nuevo conocimiento, no existente hasta antes de ese momento, que permita soluciones muy superiores a las que es posible con el conocimiento que está disponible hasta ese momento solo con soluciones singulares. ¿Es posible de aplicar este paradigma a la negociación?

3.- Aprender a negociar con conocimiento intersticial. Hoy es posible aprender a negociar con un curso tradicional, presencial o por e-learning incluso gratis, pero también es posible mejorar mucho más cuando se trabajan las negociaciones con la búsqueda de conocimiento intersticial, porque se amplía el saber al desarrollar planteamientos innovadores que permiten resultados muy superiores a los habituales en la negociación y con crecimiento de gananciales más allá de los que se logran con un enfoque singular exponencial.
¿No sería conveniente que los gobiernos, las universidades, los grupos económicos, los sectores industriales, diplomáticos y las organizaciones de diversa índole utilizaran los métodos de la “inteligencia intersticial” al tener que negociar? Ciertamente es una manera para mejorar las capacidades para lograr resultados muy superiores en negociación a nivel local, nacional y mundial. Es decir, que en vez de denostar las propuestas disruptivas, agresivas o provocadoras, se puede crear condiciones de ganancias mutuas muy superiores y probablemente desconocidas hasta este momento en dichos espacios intersticiales disponibles entre las partes.  

4.- Final: los riesgos detrás de un negociador singular como Trump y de sus contra(otras)partes. No obstante lo dicho en los puntos anteriores, no cabe duda de que un negociador singular tan arriesgado como Trump, que abre diferentes flancos en forma simultánea se puede ver enfrentado a muchas críticas y a tomar acciones que parezcan retrocesos importantes, lo cual no aminorará sus comportamientos.
Pero lo que siga en estas negociaciones y con el análisis de los otros escenarios y comportamientos de los negociadores (Yi Jinping, Putin, Merkel, Juncker y Modi en juego a nivel internacional que son contrapartes de Trump), así como con las aplicaciones y detalles de los nuevos paradigmas de negociación intersticial, cuyas bases se han expuesto, pueden ser parte de un futuro artículo u opinión de otros autores.
Asimismo exponer en otra nota las posibles propuestas que podría hacerse para la negociación de un país en otra materias, por ejemplo: diferencias fronterizas, acuerdos políticos, emprendimientos de innovación global, explotación de recursos abandonados, nuevas industrias, problemas sociales raciales o ambientales, exploración espacial, etc. que contribuyan a que un país negociando - plural e intersticialmente - disminuya sus riesgos frente a crecientes amenazas externas e internas y, finalmente crezca lo suficiente como para alcanzar su desarrollo junto a los otros.
Ninguna negociación, ya sea de enfoque tradicional o intersticial tiene asegurado su éxito, pero ningún éxito se puede lograr sin negociar. Por esto vale prepararse para enfrentar negociadores aún más complejos e “impredecibles” que el inefable Mr. Trump, y que es probable que innoven negociando en forma intersticial.

OLIBAR Consultores Int´l desde 1972

Estudios futuros, estrategia e innovación para el desarrollo y la empresa

Preside: Don Carlos Olavarría Aranguren, Master of Science M.I.T / U.S


Referencias:


1.- “El no sorprendente gran revuelo mundial de Trump: ¿quién lo creó logrará controlarlo a favor de su país y cómo anticiparse al siguiente revuelo?” En www.Critica.cl, 23 de enero de 2017

2.- “Negociación para el Siglo XXI: los límites de la negociación o negociación sin límites” Diario
Radio Universidad de Chile 22/01/2014
http://radio.uchile.cl/2014/01/22/negociacion-para-el-siglo-xxi-los-limites-de-la-negociacion-o-negociacion-sin-limites/

3.- “Si… de acuerdo! negociar sin ceder” Roger Fischer, Bruce Patton, William Ury original “Getting to Yes The Secret of the Successful Negotiation”.

4.- “The Art of the Deal”: “I like thinking big. I always have. To me it’s very simple: If you’re going to be thinking anyway, you might as well think big.” Donald J. Trump.

5.- “¿Conflictos ?: negociar innovando, con ética y creando diferencias”, en www.Quintopoder.cl, 22/03/2015

6.- Interstitial Innovation: nuevo paradigma mundial más allá de la innovación serial y exponencial. 05/05/2018 http://critica.cl/economia/innovacion-intersticial-nuevo-paradigma-mundial-mas-alla-de-la-innovacion-serial-y-exponencial Lectura recomendada por creador Crystal Lagoons científico, innovador y empresario F. Fischmann.








sábado, 11 de agosto de 2018

Resistencia ante la eliminación







Mirla Margarita Pérez / Efecto cocuyo
11 de agosto de 2018

Es inevitable no pensar en la muerte que genera un régimen que quiere imponerse, a como de lugar, sobre toda una sociedad. Eliminar, para los sistemas totalitarios, es matar con gran sufrimiento, infringir el mayor daño posible hasta desaparecernos como sociedad, incluso, como cultura. Una experiencia tan cruel no la habíamos tenido en nuestro país.

Hoy, después de 18 años de un sistema que está pasando de la eliminación individual al exterminio, deja a su paso un dolor extremo en quienes vivimos en este país. Sin el totalitarismo no hubiera sido posible la experiencia histórica del mal, para decirlo junto a Arendt. Ahora bien, el mal va aconteciendo de a poco, su misión es crecer, expandirse a expensas de las culturas que se propone eliminar.

En un primer momento estos sistemas totalitarios se valen de gobiernos despóticos, de las dictaduras, de las tiranías, pero deben avanzar en la imposición más absoluta. Inicialmente se quedan en el terreno de lo público, de la política, de la organización social hasta intentar meterse en la vida privada, la conciencia y el sentido de la vida de los distintos sujetos.

El paso de la tiranía al totalitarismo implica posiciones extremas, radicales, una de ellas es la animalización o destrucción de los referentes afectivos y culturales. El paso de la tiranía al totalitarismo implica posiciones extremas, radicales, una de ellas es la animalización o destrucción de los referentes afectivos y culturales. Es necesario hacer que el otro sea totalmente vulnerable para dominarlo. En una cultura relacional, como la venezolana, el aislamiento es uno de estos mecanismos imprescindibles, el sistema tiene que romper la trama y así someter la afectividad convivencial.

En Venezuela este camino ya está señalado por el régimen totalitario, entendió que debe meterse en las estructuras más fundamentales para despojar a las personas del sentido fundamental de la vida y erigirse como el gran referente. ¿Es esto posible?

En nuestro país pareciera que estamos cerrando una primera fase en la dominación, la que va del despotismo al totalitarismo, de las formas al fundamento, de la eliminación al exterminio. La buena noticia es que todavía no la hemos cerrado porque “todavía existe una oposición política”, por un lado, y por el otro: el sistema de vigilancia no ha llegado al supremo grado de maduración. Arendt, en Los orígenes del totalitarismo, hace una importante descripción de ese momento: “Durante esta fase es cuando, para aquel que resulte tener «pensamientos peligrosos», un vecino se convierte en un enemigo más mortal que los agentes policíacos oficialmente designados. El final de la primera fase llega con la liquidación de la resistencia abierta y la secreta en cualquier forma organizada”.

No haber cerrado la primera fase de dominación es esperanzador, todavía el régimen no ha logrado el dominio absoluto de la población. Los mecanismos de control sobre sus adeptos no generan la fidelidad que los lleve a un sapeo de los más cercanos en las comunidades populares. Todavía necesitan un quiebre mayor de la estructura relacional afectiva del venezolano. ¿A qué costo?

En este tipo de regímenes es necesario tener bien diferenciados a los sujetos, sus sistemas de vida y racionalidad. Una cosa es el intento del régimen y otra, los logros en los sujetos que buscan ser dominados. Una de las cosas con las que tienen que lidiar los sistemas totalitarios es con la inseguridad del poder, pueden ser o no derrotados, pero su realización está en haber podido proyectar el camino con independencia del resultado final, lo importante es someter, eliminar, quebrar los sistemas relacionales y la voluntad de la persona. Han puesto en peligro el modo mismo del convivir venezolano y eso es muy peligroso.

Este es uno de los caminos que transitamos en Venezuela, en la voz de una petareña escuchamos: “…aparte de eso que tenemos que subí en esas perreras [con énfasis y tono de desprecio], que yo subí en una de esas perrera y me caí…” El problema del transporte no es un “simple error” o falla técnica por no haberlo previsto. No. Es la puesta en marcha de un sistema de animalización, de eliminación de toda dignidad.

Tenemos muchas señales totalitarias en nuestro país y eso es muy importante reconocerlo porque permitirá organizar estrategias políticas que impidan su estabilización.
Otro de los elementos que señalan el tránsito del despotismo al totalitarismo es la policía: “La tarea de la policía totalitaria no consiste en descubrir delitos, sino en hallarse disponible cuando el Gobierno decide detener a cierto sector de la población…” Su finalidad es la represión y eliminación de la libertad de las personas que se atreven a pensar distinto. Con razón vemos que en las comunidades hay una carencia casi absoluta de cuerpos de seguridad que regulen la delincuencia. Es fácil escuchar de parte del vecino: “Estamos secuestrados por los malandros…”

Desde los signos históricos va quedando claro que en Venezuela tenemos una tiranía totalitaria en camino a la dominación absoluta, todavía no logra imponerse como único modelo. La relación convivial es uno de los principales enemigos de este sistema, quebrar la voluntad centrada en la relación afectiva es una tarea difícil, pero lo están intentando.

Si el régimen ha logrado identificar el punto de quiebre, ¿por qué no hemos tenido una oposición que encauce la relación popular hacia el restablecimiento de la relación amenazada? ¿Podemos pensar en un modo de hacer política que busque el restablecimiento de la trama? El tiempo que invirtamos en la relación será tiempo ganado para la lucha contra un sistema que busca imponerse. Resistir y avanzar.




@MIRLAMARGARITA

Por Mirla Margarita Pérez:


DOCTORA EN CIENCIAS SOCIALES Y LICENCIADA EN TRABAJO SOCIAL. PROFESORA TITULAR DE LA UNIVERSIDAD CENTRAL DE VENEZUELA. INVESTIGADORA EN ANTROPOLOGÍA CULTURAL DEL PUEBLO VENEZOLANO Y SOBRE EL FENÓMENO DE LA VIOLENCIA EN VENEZUELA.

viernes, 3 de agosto de 2018

Consideraciones profundas sobre el rentismo petrolero (análisis especial)




 Por: Franco Vielma
 
Las particularidades de la coyuntura económica venezolana ha colocado consistentemente en el tapete la discusión sobre el modelo político que ha regido la economía, concretamente en la concepción y actuación sobre el histórico manejo de la renta petrolera.

Como es de esperarse, el debate sobre el rentísmo como falla de fondo en la economía venezolana durante los últimos 100 años supone la revisión de un conjunto de reflexiones anteriores y otras que se están formulando, que han llovido sobre mojado, advirtiendo la inviabilidad de ese modelo. Una trama en la estructura económica que, en el presente, está atravesada por un boicot interno y externo inspirado en la intención de desplazar al chavismo como instancia política en el poder, la situación de guerra económica que el pueblo venezolano ha conocido, ahora capitaneada por medidas de asfixia financiera y comercial ejecutadas por la Casa Blanca desde 2017.


Algunas aproximaciones

Oscar Battaglini en su libro Betancourismo, 1945-1948: rentismo petrolero, populismo y golpe de Estado develó que el modelo rentista no estuvo modulado exclusivamente desde la economía. También hubo un ingrediente político, inspirado por una clase empresarial aspirante alineada en el golpe de Estado adeco contra Rómulo Gallegos y que se estaba perfilando alrededor de las mieles que el rentismo perpetuaría para una élite construida alrededor de ella.
Eran tiempos aquellos en los que los séquitos alrededor de la renta emprendían una disputa, pues ocurría en simultáneo el desmembramiento de la estructura económica que precedió al siglo petrolero, el cual fenece ante el frenesí de los petrodólares. Testigo de excepción de esta época fue Domingo Alberto Rangel (padre), quien vio el preludio del ciclo adeco señalando que "Venezuela padeció una borrachera de plaza pública… Jamás se ha hecho tanta demagogia en la historia nacional…".
El rentismo petrolero a ultranza sobrevino desde ese período. Quizás algunas de las consideraciones más desoídas vienen planteadas desde los años 60 y venían de la mano del mismo Domingo Alberto Rangel, quien caracterizó la evolución del "capitalismo rentista petrolero" como una entidad en permanente "metástasis", asumiéndolo como un entramado de relaciones económicas condensadas alrededor de la "transferencia de capital generado por la renta" a factores específicos de la economía privada, generando con ello una fuerte relación de dependencia.
El problema de la renta en Venezuela, señalado por Bernard Mommer en su libro Petróleo, renta del suelo e historia venía desde la segunda mitad del siglo XX, en una vorágine expansiva aupada por los beneficios del desarrollo y la expansión de la industria petrolera venezolana desde ese período, viniendo a transformar las relaciones sociales, culturales y políticas en el país alrededor de este recurso. 

Estos factores, ampliamente conocidas por el país, han consistido en la configuración de un modelo de "riqueza expedita", instantánea, generada por la conjunción de relaciones no asociados al trabajo, ni al desarrollo del potencial tecnológico, ni tampoco asociadas a la acumulación del conocimiento. La lucrativa industria extractiva claramente transnacionalizada y dependiente, relegó al país no solo a la perpetuidad de "factoría petrolera", sino que además abrió paso a que se inhibieran y debilitaran todas las estructuras alternativas al petróleo y las que existieron hasta el fin del ciclo de la Venezuela agroexportadora, que vio su ocaso a mediados del siglo pasado.
El reconocimiento de estas realidades no viene señalado por Hugo Chávez ni es descubierto por Nicolás Maduro. La realidad venezolana actual viene precedida por monumentales fracasos en el intento de revertir las estructuras consolidadas alrededor de la dependencia petrolera.

Ejemplos emblemáticos fueron la política del "Gran Viraje", acompasado a la creación de las empresas básicas de Guayana como una fórmula para sustituir un modelo extractivo por otro. El VIII Plan de la Nación propuesto durante el ciclo adeco-copeyano venezolano, supuso también la colocación del potencial del país en un esfuerzo para aupar mecanismos sustitutivos de la dependencia de la renta, tiempos en los que el Ministerio de Fomento (hoy extinto) colocó ingentes recursos generados por la renta a factores privados para favorecer alternativas orientadas a la sustitución de importaciones y diversificación de las exportaciones venezolanas, terminando en fracaso.

Otro intento de ciclo regresivo del rentismo fue el de la "Agenda Venezuela" del segundo gobierno de Rafael Caldera. Este vino al unísono de la entrada a Venezuela del neoliberalismo a ultranza que afinaba la política regional. Más bien consistió en una regresión de la (chucuta) nacionalización petrolera de los años 70, generando una pérdida enorme de la soberanía y vino a agudizar profundos estragos sociales.

Un factor relacionado con estas experiencias ha sido la posición del sector privado en esas instancias. El vinculo entre el gran capital privado y el Estado se efectuó gracias al cordón umbilical de la renta y la transferencia (por diversos mecanismos) de la riqueza captada o generada por el Estado. Una permanente relación de "ganar-ganar" (favorable al sector privado) que ha tenido ciclos.

La política cambiaria y monetaria ha sido un signo de ello, si entendemos que, bien sea en tiempos de control de cambio o en tiempos de libre cambio, es decir, un ciclo de casi 40 años, donde los mecanismos de transferencia se han perpetuado generando una relación centrípeta, la economía en la que prevalecen quienes más cerca queden del epicentro de la renta y más empobrecidos quedan quienes más lejos están de él. La relación histórica de desigualdad en Venezuela y las asimetrías que generó, con el auge de una petro-burguesía y un enorme caudal de población marginada.

Tan grave como las asimetrías sociales que se generaron, vinieron las relaciones de dependencia estructurada. La construcción de un "capitalismo anómalo", o lo que ha sido para algunos, la "ausencia de una burguesía nacional" como la llamó Chávez. Las relaciones paternales entre el Estado y el sector privado se traducen concretamente en que, por mera matemática elemental, es evidente que el sector privado venezolano no produce, no exporta.

Según cifras del Banco Central de Venezuela (BCV), hay una relación matemática que desnuda la anterior afirmación: en las últimas décadas se ha construido una relación en la que, de cada 10 dólares que ingresan a la economía venezolana, solo 1 es generado por exportaciones privadas.

Para hablar de tiempos recientes, entre 1999 y 2015 el sector privado exportó bienes para ingresar al país unos 121 mil 40 millones de dólares, no obstante, sus importaciones fueron de 680 mil 164 millones de dólares. Generando un diferencial en la balanza de 559 mil 124 millones de dólares. Sabemos que durante ese periodo predominó el control de cambio, que puso en manos de los privados dólares preferenciales.

En términos netos, el financiamiento del Estado a la importación de la actividad privada en ese período fue superior al monto que Estados Unidos invirtió para la reconstrucción de Europa durante el Plan Marshall luego de la Segunda Guerra Mundial.

El problema no sólo se reduce a que el sector privado es improductivo y no exporta, es que además es sumamente costoso de sostener. No es esa una relación política construida en tiempos de chavismo. El investigador Luis Salas, empleando cifras del BCV, señala que entre 1950 y 1998 el sector privado venezolano exportó 41 mil 464 millones de dólares y durante el mismo período importó 220 mil 547 millones de dólares. "Eso quiere decir que importó 5,3 veces más de lo que exportó".

La explicación a la cobertura de este déficit está en los mecanismos de transferencia de renta, que, sabemos, se produjeron en el período anterior a Chávez no sólo mediante el control cambiario, también en períodos de libre cambio, allanando con ello el camino para que los grandes tenedores de bolívares accedieran a la compra discrecional de dólares generados por la actividad petrolera.

Los señalamientos sobre el país que "no debe volver"

Los señalamientos contra el capitalismo rentista petrolero han sido un componente del imaginario de la izquierda emergente en Venezuela durante décadas. No obstante, desde sectores de pensamiento neoliberal existen afirmaciones que van en la misma dirección. Una de ellas, bastante sobresaliente, viene de la mano de Pedro A. Palma, quien en 2010 y desde la presidencia de la Academia Nacional de Ciencias Económicas de Venezuela, publicó el trabajo denominado Riesgos y consecuencias de las economías rentistas. El caso de Venezuela.
"Las experiencias vividas durante las últimas décadas en la economía venezolana han demostrado una y otra vez que las bonanzas económicas generadas por las políticas procíclicas que se aplican en los periodos de altos precios petroleros son insostenibles. Éstas, que se caracterizan por intensos aumentos de la demanda, particularmente del consumo, son seguidas por situaciones de crisis que se presentan cuando los precios bajan, máxime si existen restricciones a la explotación petrolera. Al no contarse con recursos ahorrados durante los años de bonanza, la reducción abrupta de los ingresos tiene efectos devastadores, ya que la brecha es difícilmente cubierta con financiamiento, el cual, de estar disponible, es altamente costoso para una economía afectada por una caída abrupta de la renta de la que depende…".

Palma agrega: "Las economías rentistas no pueden experimentar un proceso de desarrollo sustentable, ya que al depender de actividades económicas cambiantes, como la exportación de un commodity, están sujetas a una serie de realidades internacionales cambiantes y fuera de su control que las hace vulnerables y riesgosas. Esto es particularmente cierto en economías rentistas que dependen de la exportación de productos cuyos precios son altamente volátiles, como es el caso del petróleo".

Los espasmos y tragedias de la economía petrolera, más allá del feliz desenfreno ocasionado por sus bonanzas, son un lugar común en el pensamiento económico venezolano. Todos coinciden en el "qué", pero pocos en el "cómo".

Para el pensamiento económico neoliberal, la "solución" siempre se orientó a la reproducción del modelo fracasado de emplear la riqueza petrolera para financiar las alternativas al petróleo. Una relación que convirtió en mecanismos de transferencia de la renta al sector privado, o más bien, la legalización del robo del patrimonio nacional y que sucesivamente fue despilfarrada en el hedonismo económico y la fuga masiva de divisas de los privados.

Apenas la economía venezolana logró consolidar un "esquema de ensamblaje", donde las cadenas de valor se pegaron a la "teta petrolera" feneciendo o desmembrándose con las caídas del ingreso petrolero. Ejemplo de ello fueron los casos del fracaso de la política de fomento y "viraje" que conocimos en la Cuarta República y que vemos retratada hoy, en una economía privada que detiene su producción de muchos bienes esenciales dado que casi toda su cadena de insumos se compone de bienes importados.

El chavismo, por otra parte, desarrolló durante los tiempos del presidente Chávez un conjunto de intenciones para superar estas circunstancias, sólo que el denominador venía del fomento de empresas estatales que, se suponía, harían esfuerzos significativos para sustituir importaciones. Al no lograr desarrollar una base de insumos nacionales, quedaron rezagadas al sobrevenir la coyuntura a expensas de la caída del ingreso petrolero, la falta de una dirección eficiente y la corrupción que típicamente campea sobre la cosa pública.

Para nombrar ejemplos: el inventario de empresas ensambladoras de vehículos, maquinaria agrícola, textiles, computadores y hasta teléfonos celulares, bajo el "esquema de ensamblaje", productos "hechos en socialismo" y con una alta dependencia en la importación, que se vinieron a pique o que están semi-paralizadas.
¿Ante qué estamos? Unas aclaratorias indispensables sobre el país que no debe continuar, o el país que "ya se fue" y que "no debe volver", vienen cimentadas desde las circunstancias actuales de Venezuela, que desnudan las deficiencias estructurales del modelo capitalista rentista.

Hay que señalar también el cuadro de vulnerabilidad que este ofrece frente a otras variables sobrevenidas tanto en el ámbito interno como externo. Nos referimos a los acelerantes del conflicto económico y la disputa por el poder político que ha caracterizado la época del presidente Maduro. Las situaciones inéditas de "tormenta perfecta" sobre la vida venezolana, desde ataques al valor nominal y signo físico monetario, hiperinflación, especulación desatada, caotización de los sistemas de abastecimiento y precios, etcétera, a las cuales se les suman las acciones de bloqueo contra el país. Todas ellas imponiendo otro momento de particularidad política.

Maduro ha llamado no sólo a romper con la carga de la renta por sentido común económico. Es un asunto ya de emergencia política nacional, frente a las realidades que está imponiendo el frente político. En su discurso ante el país frente a la Asamblea Nacional Constituyente a inicios de 2018, así como en su alocución miércoles 24 y sábado 28 de julio de este año, ha tenido un tono particularmente enfático en golpear la mesa al proponer un reinicio a la economía venezolana, dado que las estructuras económicas viejas y las disfiguraciones que está poniendo el conflicto político y económico lo están ordenando así.

Esto implica emprender un tortuoso camino o quedar consumidos (junto a grandes aspiraciones nacionales) en la sinergia del conflicto económico, cuyos desmanes se ven amplificados por las estructuras económicas de fondo.

El sentido de reconocimiento de las circunstancias actuales es un elemento denominador. Hay un amplio reconocimiento que este (como el país entero) es insostenible e inmanejable sin las mieles de la renta petrolera. Por lo tanto, la mella en toda la estructura económica da cuenta de un Estado (y en consecuencia un país) en crisis, en etapa de estertor, que colapsa en cámara lenta y en diversas instancias simultáneas.

La ruptura es palpable en la pérdida de la regularidad de las cadenas de suministro del sector privado dependiente de la renta, en la calidad decreciente de los servicios públicos, en la pérdida del apresto de los servicios de salud y educación, en la capacidad de gestión y respuesta del Estado en escalas regionales y locales, en los efectos de la caída de la inversión pública en diversos frentes de obras, en fin.

Es Venezuela hoy un país en el que hasta un particular transportista privado (prestador del servicio mal llamado "público") dice no poder realizar su actividad de pequeño empresario del transporte si el Estado no le ofrece cauchos para su unidad vehicular, para nombrar un ejemplo minúsculo que representa cientos de miles.

Las interrogantes sobre el "cómo" da cuenta de un entramado que se está quebrando y que no es viable continuar perpetuando. Una circunstancia que impone, en primer lugar, la resolución histórica del problema de transferencia de la renta petrolera al capital privado. El nudo crítico de la política y la economía venezolana en los últimos 100 años. Una aspiración que demanda construir otra subjetividad sobre el modelo de Estado y sociedad, y que atraviesa a grandes sectores de la vida nacional.

Quizás para esa discusión que debe darse, lo peor que puede ocurrir es que súbitamente aumente el precio petrolero y sobrevenga una bonanza. Y es difícil que tal cosa suceda.

El país que "no debe volver", el sistema rentista que no debe relanzarse, viene cocinándose desde el Estado con una ruptura a las modalidades de sistema de cambio monetario que conoció el país. Ilustra lo difícil que es para el directorio económico idear alternativas que superen la trampa histórica de superar los mecanismos binarios de asignación de renta mediante las políticas de control de cambio o libre cambio, como históricamente las hemos conocido.

El anuncio de anclaje del bolívar al Petro supone un bypass evident sui generis, instrumentado desde un obvio pragmatismo y una señal que Maduro envía a la vieja elite rentista: las reglas del juego están cambiando y todo lo que se ha estructurado alrededor de la formación económicamente parasitaria y dependiente de la renta petrolera, tendrá que adaptarse o perecer en esta trama de circunstancias.
Si en ciertas instancias este proceso debe decantarse y acelerarse desde las mismas estructuras del Estado, podríamos estar en el umbral de un verdadero giro económico. La necesidad está planteada pero el resultado está por verse.






miércoles, 1 de agosto de 2018

Las últimas medidas del gobierno de Maduro



 Por Luis Fuenmayor Toro
 29/07/2018

Los deseos no empreñan, dice un refrán popular. No bastan los buenos deseos, es otra forma de decirlo. Y estos dichos de la sabiduría popular los traigo a colación dándole al gobierno el beneficio de la duda, pensando que realmente quiere arreglar la gravísima situación que atraviesa el país, pero que no se ponen de acuerdo en el qué hacer, ni tampoco en el cómo ni en el cuándo. Están totalmente presos de 19 años de errores, de ideologizaciones absurdas, de mentiras mantenidas incluso hasta el presente; de sectarismo y prepotencia, que unidos a la ignorancia y el desprecio por el conocimiento y la codicia, los han llevado a sólo ser una fábrica de pobres, de desdichas y de expatriados. No son paños tibios los que requiere la tragedia social actual, y eso son hasta ahora las medidas de Maduro. La tragedia que vivimos requiere un cambio radical de las políticas hasta ahora seguidas.


Las medidas económicas, si es que podemos llamarlas así, no contemplan algo que es fundamental si se quiere salir de la crisis: la bajísima producción petrolera, que ha dejado al gobierno sin las divisas necesarias para adquirir todo lo que necesitamos para vivir. Esta caída de la producción es de total y absoluta responsabilidad del gobierno, no de la cuarta república ni de las sanciones de Trump ni de las oposiciones existentes. Acabaron con PDVSA y de 3,2 millones de barriles diarios producidos en 1999 hemos caído a 1,3 millones de barriles y seguimos bajando. Para 2019, no habrá petróleo ni para el uso interno como combustible: unos 700 mil barriles. O se atiende esto o no hay salida posible. Y la forma inmediata de hacerlo es reactivando los pozos que han dejado de producir por falta de mantenimiento y ulterior desmantelamiento. Olvídense del oro, los diamantes y el coltán del Arco minero, pero preocúpense por su control territorial. Si no se eleva la producción de petróleo terminaremos de colapsar como nación.



Hipotecar los 29.298 millones de barriles de petróleo del bloque Ayacucho 2 de la Faja del Orinoco, mediante su entrega al BCV para que éste cree instrumentos financieros que generen divisas es, además de ilegal y contrario a los intereses y el futuro de la patria, una necedad de marca mayor. Al petro no lo sacan del pantano en que se encuentra ni que lo respalden con toda la Faja. La confianza es la propiedad casi única de toda moneda, y su logro lleva, entre otras cosas, mucho tiempo y una gestión gubernamental sería, que no siga financiando el déficit fiscal con la impresión de dinero. Bailar salsa o reguetón en actos públicos está muy lejos de producir confianza. Más rápido se apuntalaría al bolívar, a pesar de lo destruido que lo han dejado, que al inexistente Petro, que no tiene ningún valor de mercado.

La despenalización de la tenencia y del uso comercial de las divisas, la apertura de cuentas bancarias en el país en dólares, el establecimiento de una equivalencia real bolívar/dólar, el cese inmediato de la emisión de dinero inorgánico, la devolución de las empresas expropiadas inactivas o con baja producción, seguridad jurídica de las inversiones, eliminación de los controles compulsivos y, tres cosas muy importantes pues tiene que ver con las necesidades de la población, el aumento mensual de sueldos y salarios y pago semanal de los mismos, proposición adelantada por el economista José Guerra; solicitar ayuda internacional en medicamentos, insumos médicos en general, vacunas y otros biológicos, fórmulas lácteas infantiles, y extender el carnet de la patria al 90 por ciento de la población, para que funcione como tarjeta solidaria sin exclusiones, como programa social que debe ser para todos y no para un grupo privilegiado de venezolanos, pues se financia con el dinero de todos y no de Maduro ni del PSUV; debemos acabar con el apartheid absurdamente instalado por este nefasto gobierno.    
 
@LFuenmayorToro