viernes, 8 de julio de 2016

Vicky Pelaez: Barack Obama resucita la doctrina de Monroe


 

Barack Obama resucita la doctrina de Monroe

© REUTERS/ Jonathan Ernst
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Desde hace más de cinco años, el Gobierno norteamericano ha estado tratando de convencer a la opinión pública latinoamericana y caribeña de que la "era de la doctrina de Monroe terminó" y que EEUU y Latinoamérica ahora son "socios" con iguales derechos.

América para los americanos
(James Monroe, 1823)
Así lo anunció el secretario de Estado, John Kerry, en 2013 y, posteriormente, lo confirmó Barack Obama en 2015, en el Fórum de la Sociedad Civil, declarando que EEUU ya no puede "intervenir con impunidad" en el continente. Sin embargo, aquellos "días del pasado" han sido restaurados por el mismo autor de esta frase, el señor Obama, quien hizo resucitar la vieja doctrina de Monroe (1823), le sacudió el polvo y la adoptó para deshacerse de todos los gobiernos progresistas en el continente sin necesidad de una intervención militar.
Pedro Pablo Kuczynski, presidente electo de Perú
© REUTERS/ Mariana Bazo

En condiciones del actual nivel de globalización que confirmó el rol de los países latinoamericanos como simples extractores y exportadores de recursos naturales en el Sistema Económico Mundial, la manipulación del mercado internacional por Wall Street y por el Sistema Financiero Mundial es suficiente para poner de rodillas a cualquier país latinoamericano y poner fin al populismo y progresismo. Como dijo el recientemente elegido presidente de Perú, Pedro Pablo Kuczynski, quien asumirá sus funciones el próximo 28 de julio, "lo que necesita la gente no son ideas y promesas, sino billetes" (dinero).

Precisamente, esta idea de "falta de billetes para el pueblo latinoamericano", la lanzó el departamento de Estado norteamericano bajo la dirección de Hillary Clinton (2009-2013), aprovechándose de la crisis económica mundial que hizo bajar drásticamente el precio de la materia prima y haciendo "chillar" a las economías latinoamericanas. Aquella consigna fue acogida inmediatamente por los medios de comunicación globalizados, tanto norteamericanos como internacionales, en especial los latinoamericanos a su servicio, que intensificaron la guerra mediática contra los gobiernos progresistas en la región, acusándolos de corrupción y de incapacidad para ofrecer el prometido bienestar a su pueblo.
Hillary Clinton, precandidata a la presidencia de EEUU
© REUTERS/ Joshua Roberts

En este contexto, el Gobierno de Barack Obama está usando la variante "suave" de la neo-doctrina Monroe, aprovechando la nueva coyuntura política que se vive en América Latina debido, según The New York Times, a la "pérdida de popularidad de los gobiernos de izquierda". Este periódico constata que "el cambio en el panorama político abrió la puerta para que una nueva generación de líderes definan un discurso distinto para América Latina. Esto ofrece una buena oportunidad a EEUU para reiniciar su relación con varios vecinos que, históricamente, han considerado a Washington como la intervención imperial".

Lo que no quiere reconocer The New York Times, como el resto de los medios de comunicación globalizados, es que "el cambio del panorama político en América Latina" fue propiciado precisamente por el Gobierno norteamericano por medio de la "agresión interna y externa", como lo denunció Evo Morales. Esta operación ha sido dirigida y financiada por Washington para desprestigiar, debilitar, desestabilizar y tratar de sacar del poder a los presidentes de los países progresistas legítimamente elegidos por su pueblo, refiriéndose a Cristina Fernández de Argentina, Dilma Rousseff de Brasil, Nicolás Maduro de Venezuela, Rafael Correa de Ecuador, Daniel Ortega de Nicaragua y sin olvidar al boliviano Evo Morales.
Mural en la Casa por la Identidad con imágenes de padres y madres desaparecidos durante la última dictadura militar argentina

Los intentos de estos golpes de Estado "blandos", como los definió el papa Francisco, fueron ensayados sin lograr el éxito esperado en Bolivia en el 2008, Ecuador en el 2010, Venezuela en 2002, 2014-2015. El principal patrón para el golpe fue llevado a cabo en Honduras, donde el presidente Manuel Zelaya, por promover un referéndum a favor de los más necesitados, fue arrestado por los militares y llevado a Costa Rica. Inmediatamente después de esta intervención, el Parlamento hondureño aprobó una resolución de la renuncia de Zelaya nombrando con la venia de Washington al presidente del Congreso, Roberto Micheletti, un nuevo jefe del Gobierno. Posteriormente, organizaron las nuevas elecciones presidenciales y eligieron en 2010 a un hombre de Washington, Porfirio Lobo como el nuevo presidente.

Así de simple, Hillary Clinton, quien organizó aquel golpe "blando" de Estado a través de su hombre de confianza, Lanny Davis, de la Trident DMG, mandó un mensaje a Latinoamérica indicando que Washington siempre defenderá los intereses de sus transnacionales y lo que tanto les gusta repetir a los políticos estadounidenses, actuarán siempre para proteger su seguridad nacional inventando los peligros que en realidad nunca han existido. Los nuevos tipos de golpe para sustituir a los presidentes progresistas o populistas recibieron el nombre de "cambios constitucionales". Tres años después, en 2012, el presidente de Paraguay, Fernando Lugo, que era un exsacerdote católico y seguidor de la Teología de la Liberación, sufrió "un golpe constitucional" violando los golpistas impunemente el orden constitucional también a instancias del departamento de Estado norteamericano.
Mauricio Macri, candidato presidencial argentino
© AP Photo/ Victor R. Caivano

El periodista norteamericano Wayne Madsen escribió en 'Intrepid Report' que el "neofascista Mauricio Macri", protegido de EEUU, venció a Daniel Scioli en las elecciones cuya "votación se vio empañada por reportes de fraude electoral en Buenos Aires. Enseguida adoptó una drástica política neoliberal de ajuste estructural, implantación de tarifazos y reducción de los programas sociales. Ya es de conocimiento público también la interferencia de EEUU en las elecciones en la Asamblea Nacional de Venezuela, donde la oposición de extrema derecha ganó la mayoría con el apoyo abierto de la empresa del clan Clinton, Greenberg Carville Shrum, sin olvidar las donaciones de las fundaciones dirigidas por Álvaro Uribe, José María Aznar y las de los disidentes venezolanos en Miami.

Durante el referéndum en Bolivia, celebrado en febrero pasado y que perdió Evo Morales, numerosas Organizaciones No Gubernamentales, el Instituto Open Society de George Soros y la agencia para el Desarrollo internacional (USAid), usaron la tecnología virtual para desinformar a la opinión pública boliviana. En Ecuador, el presidente Rafael Correa declaró hace poco que "las campañas de desinformación son parte del nuevo Plan Cóndor. Sabemos quiénes eran comprados por la CIA y ahora son políticos que van a las marchas. Hay financiamiento para grupos opositores, hay estrategias articuladas, redes sociales y supuestos analistas e investigadores para generar escándalo".
Barack Obama, presidente de EEUU
© REUTERS/ Jonathan Ernst

En total, la Fundación Nacional para la Democracia (NED) gastó, en 2015, para fomentar la oposición en Ecuador 1.052.818 dólares y, en especial, financió, según el secretario de Comunicación, Patricio Barriga, plataformas digitales "con el único propósito de desprestigiar mediáticamente al actual Gobierno". La Fundación Freedom House y la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP) también están participando activamente en la desestabilización de la revolución Ciudadana ecuatoriana.

La oposición brasileña recibió un fuerte apoyo financiero y moral de la Fundación Albright Stonebridge Group, de la exsecretaria de Estado, Madeleine Albright (1997-2001), para destituir a la presidenta legítimamente elegida Dilma Rousseff. Madeleine Albright se convirtió en una persona tristemente famosa cuando declaró que la muerte de 500.000 niños iraquíes durante la guerra de EEUU contra Irak fue un "precio que valía la pena de pagar". Hilary Clinton siempre ha sido su seguidora y admiradora. Los líderes opositores brasileños estaban permanentemente consultando a Washington como proseguir con la destitución de la presidenta. No le importó a la Casa Blanca la participación de la mayoría de los golpistas en las redes de corrupción y el lavado de dinero. Lo que valía era terminar con el populismo de Lula da Silva y Dilma Rousseff para asegurar el acceso de las transnacionales norteamericanas a los recién descubiertos 100.000 millones de barriles de petróleo.
Dilma Rousseff, presidenta suspendida de Brasil
© REUTERS/ Ueslei Marcelino

La neo-doctrina Monroe, incorporada por Barack Obama para América Latina, tiene también su parte militar dura, que fue definida por el exjefe del Comando Sur, general John F. Kelly (2012-enero 2016), en los siguientes términos: "Estados Unidos tiene nuevas amenazas en Latinoamérica, como el narcotráfico, terrorismo, la migración, la ayuda humanitaria y la protección de los recursos naturales. Todo esto justifica la intervención del Pentágono en cualquier lugar". Para este general, Honduras, El Salvador y Guatemala se aproximan a la categoría de estados fallidos y, como no son capaces de gobernarse por sí mismos, necesitan ayuda de EEUU.
Para los líderes norteamericanos, esta 'ayuda' no puede ser otra que la instalación de bases militares.
Se calcula que, actualmente, el Pentágono tiene más de 70 bases militares conocidas en América Latina y no menos de 20 bases clandestinas, especialmente en Amazonía. Brasil y Venezuela están prácticamente rodeados por estas instalaciones militares estadounidenses. Actualmente, el nuevo presidente de Argentina, Mauricio Macri, está negociando la instalación de dos bases militares norteamericanas en zonas estratégicas de gran importancia de Argentina. Una se edificará en la provincia sureña de Tierra del Fuego para apoyar "tareas científicas" en la Antártida, según anunció el presidente de Argentina. Pero es de conocimiento público que las bases militares en el extranjero no tienen nada que ver con las tareas científicas, sino con el control geoestratégico y geoeconómico de la zona de su interés.
Soldado estadounidense en una base militar
© AFP 2016/ Pool/Michelle Shephard

La otra base se instalará en la Triple Frontera (Argentina, Paraguay y Brasil), donde está ubicado uno de los acuíferos más grandes del mundo, Acuífero Guaraní. Tanto los presidentes Néstor Kirchner como Cristina Fernández jamás permitieron la instalación de las bases norteamericanas en su territorio. Ahora están corriendo tiempos nuevos en América Latina, donde las élites están logrando dominar a las "masas ignorantes", en expresión de James Traub, del Consejo de Relaciones Exteriores (CFR), quien alguna vez llamó a las élites a "sublevarse contra las masas ignorantes", simplemente aplicando la neo-doctrina de Monroe.

Después de terminar de desmontar los gobiernos progresistas, los globalizadores tratarán de hacer desintegrar al MERCOSUR, la UNASUR, la CELAC, la CARICOM y el ALBA. Para cumplir con sus metas, los 'iluminados' globalizadores siempre encontrarán políticos prestos a ser sus servidores, como fue alguna vez Alan García, de Perú, quien lanzó en 2010 la idea norteamericana como si fuera la suya de que "no hay que crecer para adentro, como soñaron en el Pacto Andino y el Mercosur. Hay que hacer el bloque para crecer hacia afuera", afirmó al revelar que "quisiera que la historia me recuerde como promotor de la Alianza del Pacífico (AP)". Es cierto que el expresidente de Perú fue uno de los promotores de la AP por encargo de EEUU, pero no su creador, pues AP fue la obra de Washington para facilitar la creación de la TPP (Acuerdo Transpacífico de la Cooperación Económica), cerrando el pase al avance comercial de China tanto en América Latina como en Asia y Oceanía.

Así funciona la neo-doctrina de Monroe, que combina la fuerza "blanda" y la brutal para proteger y expandir los intereses norteamericanos en América Latina, haciendo retornar poco a poco a sus "hijos" extraviados y desinformados por completo a su "patio trasero".





jueves, 7 de julio de 2016

Por Ricardo Daher:Turquía, Siria la OTAN y las reivindicaciones kurdas


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Turquía, Siria la OTAN y las reivindicaciones kurdas

Por Ricardo Daher
El atentado terrorista en el aeropuerto de Estambul, Turquía, reivindicado por el Estado Islámico, ha vuelto más complicado la situación en ese país, puerta de entrada a Europa desde el Medio Oriente y Asia.

La presencia en ese país de cientos de miles de refugiados sirios, la presencia de grupos armados insurgentes en la región, y la política de Estados Unidos y Europa apostando a quienes buscan derrocar al presidente sirio Bashar El Asad, y Rusia en respaldo al gobierno de Damasco, crean un coctel explosivo.

Algunos datos
 El Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK) lleva más de 30 años combatiendo al Estado turco por la independencia. La organización es considerada “terrorista” por el gobierno turco, por Estados Unidos y la Unión Europea, y en Suecia se la quiso vincular, son prueba alguna, al asesinato del entonces primer ministro, Olof Palme.

En los últimos años hubo un intento de negociación entre los guerrilleros kurdos del PKK y el gobierno, pero las mismas no prosperaron, y entre los kurdos surgió una división, los “Halcones de la Libertad del Kurdistán” (TAK) que ha radicalizado su lucha contra el gobierno turco y ha llevado a cabo sangrientos atentados.

Los kurdos se extienden a través de las fronteras de varios países. Ya hay un gobierno autónomo kurdo en Irak, surgido tras la colaboración de los insurgentes kurdos enfrentados al entonces presidente Sadan Hussein, con las tropas invasores de Estados Unidos en 2003. Dentro de Irán también hay grupos insurgentes kurdos pero que no han logrado consolidar una resistencia firme al gobierno de los ayatolás.

En los últimos meses ha aparecido en toda la prensa de occidente, en cadenas de televisión, despertando hacia ellos la simpatía de millones de personas, las llamadas “Unidades de Protección Popular” (YPG) que combaten con el Estado Islámico.

Documentales de mujeres combatientes kurdos se distribuyen por las redes sociales y parece que el único objetivo de la organización es detener a los extremistas islamistas.
Sin embargo el YPG es el brazo armado del Comité Supremo Kurdo sirio que pretende establecer una región autónoma en ese país.

El YPG cuenta con el apoyo occidental y especialmente de Estados Unidos. El gobierno de Barack Obama, que en un principio estrenó y armó a los combatientes del Estado Islámico en Libia contra Kadaffi, y los alentó a derrocar a Asad en Siria, financia también a los combatientes kurdos del YPG.

En tanto Turquía, tradicional aliado de la OTAN y Estados Unidos (fue bases de los misiles nucleares norteamericanos con la ex Unión Soviética) protesta por este apoyo occidental al YPG, ya que lo considera una ramificación más del PKK.  Todos los gobiernos de la región temen que un fortalecimiento de las milicias kurdas en sus países, termine por imponer un estado autónomo kurdo que recorte sus territorios y se apropie de los recursos naturales.

Más allá de la legitimidad o no de las reclamaciones por un estado kurdo, eliminado tras el caprichoso trazado de fronteras realizado por los imperios coloniales en el siglo pasado, sus reclamos son recibidos con desconfianza en la situación de inestabilidad en Medio Oriente.

Turquía se ha manifestado siempre por derrocar al presidente sirio y en los últimos meses, ha estado bombardeando posiciones del YPG en Siria, lo que beneficiando al Estado Islámico, curiosamente, el grupo que reivindicó el atentado terroristas en el aeropuerto de Estambul.


Publicación Barómetro -07-07-16



Por Ilka Oliva Corado:La burla de Obama a los indocumentados


 indocumentados

La burla de Obama a los indocumentados


Por Ilka Oliva Corado.
En su visita a Cuba, Obama tuvo el descaro de decirle en su propia casa a Raúl Castro que la diáspora cubana en Estados Unidos sufría el mal de la añoranza, con esto tratando de culpar a la Revolución Cubana de la migración; no mencionó la Ley de Ajuste Cubano con la que Estados Unidos le da golpes bajos para buscar hacer desaparecer todo lo hermoso de aquel poema.

En otro lugar muy distante a Cuba está la migración latinoamericana, en específico la del triángulo norte de Centroamérica y la mexicana, donde miles se ven obligados a dejar su país de origen y buscar en Estados Unidos los recursos básicos para la sobrevivencia.

Todo esto a consecuencia de esa injerencia estadounidense en la región y de la corrupción de gobiernos neoliberales que no invierten en programas de desarrollo social. Yéndonos un poco más hacia la historia, esa migración forzada es el rezago del Plan Cóndor que ha sido catastrófico para el desarrollo de los países golpeados por semejante máquina capitalista. Un deterioro que avanza a pasos agigantados.

El constante saqueo de empresas transnacionales y las firmas de convenios que benefician a las oligarquías de siempre, han arreciado la migración de latinoamericanos hacia Estados Unidos. Migrantes en tránsito que solo buscan techo y comida. Hondureños, guatemaltecos, salvadoreños y mexicanos que dejan la vida en la frontera; entre las montañas, en los desiertos, en las aguas ensangrentadas del río Bravo. Cuerpos sin reconocer, identidades que no interesan a las autoridades y que los tiran como bolsas de basura en las fosas de cementerios clandestinos en Texas.

Infinidad de vidas marcadas por la tragedia de la migración forzada, voces silentes por la agonía de la depresión post frontera. El agobio de los recuerdos que duelen, el tormento de las pesadillas que se sumergen en el inconsciente en las pocas horas de sueño. La explotación laboral, la burla del empleador que se aprovecha de su condición en el país. La burla del sistema, las remesas que tienen que enviarse puntual. El vaivén de emociones contrariadas. La angustia de la deportación. ¿Pensará Obama en la nostalgia y la agonía de los migrantes latinoamericanos que no son cubanos?

La burla del gobierno del país de origen que sigue obligando a la migración a miles de niños, adolescentes y adultos que no ven otra salida más que la de abandonar el nido para lanzarse al vacío, y si tienen suerte sobrevivir en la diáspora que le arranca el alma a cualquiera.

Un país de llegada que se convierte en el de residencia, Estados Unidos nunca fue la tierra del sueño americano. A estos migrantes Obama no ofrece una modalidad de la Ley de Ajuste Cubano que bien podría ser la Ley de Ajuste Latinoamericano. Mucho menos hablar en palabras mayores de una Reforma Migratoria que beneficie a los más de 25 millones de indocumentados que estamos viviendo en Estados Unidos.

Obama ofreció esa reforma dos veces mientras buscaba el voto latino sabiendo que no cumpliría con su promesa, no solo eso, también se convirtió en el presidente que más indocumentados ha deportado en la historia del país. Un nivel de doble moral que deshonra a sus ancestros afro descendientes que en la lucha por los Derechos Civiles y Humanos dejaron la vida.

En su segundo mandato se lavó las manos con más descaro y firmó la Acción Ejecutiva con la que prometió beneficios laborales a cinco millones de indocumentados, a sabiendas que todo era una farsa. Un engaño del tamaño del descaro de un presidente negro que es negro por gusto. Un afro descendiente afín a la doctrinas caucásicas del Ku klux klan.

Que la Corte Suprema negara la Acción Ejecutiva no sorprende, fue una treta desde que Obama la proyectó como opción con el único objetivo de mover a las masas hacia Hillary Clinton en las votaciones presidenciales, repitiendo la estrategia que el partido Demócrata utilizó con él.

Es tan culpable él por mentiroso como los cinco millones de indocumentados que aceptaron las migajas que dejaban fuera a la mayoría, el golpe traidor viene de Obama como de los Soñadores que solo buscaron beneficios para sus padres y no para todos.

¿En dónde están los beneficios para esos millones de jornaleros que están aquí muriendo en la soledad de la explotación laboral y tienen a sus familias en sus países de origen? ¿Acaso ellos no tienen derechos? ¿Por qué los Soñadores no levantaron la voz por ellos solo por sus padres? ¿Por qué esos Soñadores no crearon un movimiento que se estructurara en las manifestaciones masivas de hace 10 años y que involucrara a todos?

¿Por qué la mediocridad de un convenio que beneficie solo a los suyos?

¿Por qué esos “defensores de derechos de migrantes” no han alzado la voz por los más de 25 millones y en cambio aplaudieron la Acción Ejecutiva para unos cuántos? ¿Por qué se silenciaron cuando Obama la firmó y dejaron de luchar por la Reforma Migratoria? ¿En dónde están ahora esos personajes, por qué no han abarrotado las calles cuestionando la falsa promesa de Obama? ¿Por qué ahora vuelcan todas sus fuerzas en movilizar las masas hacia Hillary Clinton y no en su momento por Sanders? ¿Doble moral?

Aceptaron las migajas y ni siquiera se las dieron, ojalá aprendan la lección y sepan que las luchas por la igualdad social, por la documentación y los beneficios laborales se hacen por todos no por unos cuántos. Que no pretendan que actuando así el sistema estadounidense los escuche, más bien se burla de ellos y merecido se lo tienen por la injusticia de dejar fuera a millones.

Somos una comunidad y debemos alzarnos en una sola voz, en una sola lucha, beneficios para todos, sin privilegios para unos cuantos. Ahora van pues, como ganado al matadero: en su plan B que es votar por Hillary Clinton, que hace dos años estuvo de acuerdo en las deportaciones masivas de niños, niñas y adolescentes que entraron en el 2014 huyendo de la violencia gubernamental, del hambre y de la opresión por parte de los gobiernos de sus países de origen.

Ojalá que un día despierte la masa, la multitud, los millones de indocumentados y tomen las calles y no vuelvan a sus casas hasta haber logrado una Reforma Migratoria Integral para todos. Y que no se fíen de palabras de presidenciables.

Entre otras cosas cabe aclarar que la mayoría de la comunidad latina que puede votar en Estados Unidos es esa que llega al país en avión y con visa, esa clase media latinoamericana que no votará por Hillary Clinton pensando en los indocumentados, sino en la continuidad de la injerencia estadounidense en Latinoamérica. Esa comunidad latina que está en contra de Cuba y de los gobiernos progresistas. También en su voto hay doble moral y desamor.

También hay desamor en los perfumados “luchadores sociales y defensores de migrantes” que solo utilizan a las masas indocumentadas y a traidores como los Soñadores, para lograr beneficio personal. Muchos de ellos están involucrados directamente en la campaña de Clinton, que al ganar tendrán su puesto de trabajo en el gobierno. La mayoría aborrece Cuba, y pide una invasión estadounidense en la isla, aprueban que continúe la injerencia en Latinoamérica.

De conciencia, de identidad, de lealtad y de humanidad esta parvada de oportunistas no tiene ni idea. Y son ellos los guías, los mentores, los que arman, desarman y manipulan los movimientos de migrantes indocumentados en el país. No sorprende entonces que el sistema estadounidense se burle constantemente de los indocumentados.

¿Qué decir de quienes siendo latinoamericanos apoyan la candidatura de Trump, precisamente por su postura contra la migración indocumentada? No hay xenofobia más grande en Estados Unidos que la del latinoamericano con documentos que menosprecia, humilla y explota al indocumentado. ¿Será por el gran temor a ver su propio reflejo?
 

martes, 5 de julio de 2016

Por: Antonio Guillermo García Danglades:La “Masacre de Curuguaty” y el golpe de Estado en Paraguay – PARTE I


BAROMETRO golpe de Estado en Paraguay IMAGEN

La “Masacre de Curuguaty” y el golpe de Estado en Paraguay – PARTE I

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Por: Antonio Guillermo García Danglades

La Policía Nacional masacró a la gente, y es una verdadera vergüenza porque esta tierra le pertenece a los campesinos”, decía un habitante de Curuguaty, al este de Paraguay, junto a los cuerpos abandonados de dos dirigentes campesinos asesinados en los sucesos violentos conocidos como la “Masacre de Curuguaty”, donde 11 campesinos y 6 policías fueron asesinados y decenas de personas resultaron heridas.

Por estos hechos fue juzgado y destituido una semana más tarde, el 22 de junio de 2012, el presidente de izquierda Fernando Lugo, en un “juicio exprés” que llevó a cabo congreso de ese país dominado por los partidos de la oligarquía conservadora paraguaya, y que con el apoyo de la prensa corporativista y el auspicio de Washington, emulaba el golpe de Estado “bueno” ejecutado tres años antes en Honduras.

Conociendo el largo historial de autoatentados y campañas mediáticas de Washington para justificar sus intervenciones extranjeras y, particularmente, su participación en las experiencias golpistas en Venezuela (2002), Haití (2004) y Honduras (2008), la escenificación de una emboscada que propiciara un enfrentamiento entre las fuerzas de orden público y familias campesinas, con un saldo lamentable de muertes en ambos grupos, constituía un evento trágico ideal para la ejecución de un golpe de Estado “bueno” en Paraguay.

Un cable oficial de la Embajada de Estados Unidos en Asunción de fecha 28 de marzo de 2009, revelado por Wikileaks (28 de noviembre de 2010), implicaba al fallecido general golpista y líder del partido reaccionario Unión Nacional de Ciudadanos Éticos (UNACE) Lino Oviedo, y al ex presidente Nicanor Duarte, en la preparación de un plan conspirativo para derrocar al presidente Lugo, que consistía en capitalizar cualquier paso en falso que éste diese para inhabilitarlo en el Congreso y “asegurar su propia supremacía política”. No obstante, era muy poco lo que estos siniestros personajes habían podido conseguir porque, a juicio del Departamento de Estado, “Lugo había sido cuidadoso en no proveer una soga política o legal para que fuera ahorcado, lo que había despojado a Oviedo y Duarte de los números en el Congreso para su supuesto golpe democrático”. Sin embargo, la Embajada advertía que “nada es imposible en Paraguay” y, en lugar de seguir esperando por ese “paso en falso” que no llegaba, los golpistas forzaron el evento para provocarlo.

Dos contundentes informes, uno elaborado por la FIAN Internacional y La Vía Campesina (2014), y el otro por el activista de derechos humanos Aitor Martínez (Octubre de 2012) para la Plataforma de Estudio e Investigación de Conflictos Campesinos (PEICC), revelan de manera detallada y descarnada lo que realmente ocurrió en Curuguaty.

El 15 de junio de 2012, a las siete de la mañana, 11 campesinos y 6 policías (1) fueron asesinados durante un operativo de desalojo ejecutado por unas 324 fuerzas militares y policiales contra poco más de 50 hombres, mujeres y niños de familias campesinas que habían ocupado tierras del distrito de Curuguaty, reclamadas por la familia del terrateniente paraguayo Blas N. Riquelme, empresario y ex presidente del Partido Colorado. Siendo que esta ocupación no se producía en las tierras en disputa, el juez del caso había impartido una orden de allanamiento, la cual fue desoída por la policía y fuerzas militares que procedieron más bien a ejecutar un desalojo, utilizando para ello una fuerza descomunal y desproporcionada.

Agentes policiales del grupo antimotines emplazaron a estos campesinos a que se retiraran de las tierras de manera pacífica, como había ocurrido en otras ocasiones, pero en medio de la negociación, se desató una ráfaga de balas creando el caos y la muerte.

Imágenes de video filmadas por la propia policía muestran minutos antes de la masacre, al grupo antimotines de la policía dando la orden de sólo llevar “balines de gomas” y “agresivos químicos” durante el desalojo, y garantizar los derechos humanos de los campesinos. Sin embargo, estas mismas imágenes revelan que algunos agentes de la policía que ejecutaban el desalojo sí estaban armados. Asimismo, las imágenes muestran a las fuerzas policiales y militares organizadas en dos columnas ofensivas en forma de tenazas que sirvieron para rodear a los campesinos, dejándolos sin salida, por lo que era imposible que éstos fueran a emboscar a las fuerzas de orden público, aunque la versión oficial asegure que un helicóptero que sobrevolaba la zona antes de la masacre, pudo divisar a unos 17 campesinos armados, sin identificar el tipo de armas. Las imágenes que debió tomar la aeronave sobre este hallazgo nunca aparecieron, supuestamente porque la cámara no funcionaba.

Las mismas imágenes y testimonios de policías sobrevivientes demuestran que al menos 10 efectivos tácticos estaban armados con fusiles automáticos de asalto y en posición de ataque apuntando a los campesinos. Incluso, varios policías y campesinos aseguran en declaraciones tomadas por la fiscalía que habían francotiradores apostados en lugares estratégicos que dispararon “metralletas” indiscriminadamente contra las fuerzas policiales y campesinos por igual.

Precisamente, el video captado por la propia policía revela que luego de unos tres tiros aislados, posiblemente de escopetas de salva, se produjo una ráfaga de disparos continuados con una cadencia perfecta de 15 tiros por segundo, provenientes de armas automáticas, específicamente, según expertos en armas, M16 o M4 estadounidenses.
Diversas fuentes incluso relatan que inmediatamente después de los sucesos, se produjeron torturas y ejecuciones, y una cacería humana contra los sobrevivientes de la masacre, aprovechando que no existía ningún operativo oficial para custodiar la zona, presuntamente para permitir la fuga de los verdaderos responsables.

Llegados a la capital Asunción los primeros reportes de Curuguaty, el presidente Lugo se apresuró a manifestar en un breve comunicado su “absoluto respaldo” a las fuerzas de seguridad, extendiendo el pésame a los familiares de los policías caídos. Sin embargo, en la medida en que los detalles de la matanza comenzaban a ser conocidos, crecía la indignación de la opinión pública.

Abrumado por los irrefutables hechos, Lugo designó a un nuevo ministro del Interior, el ex Fiscal General del Estado, Rubén Candia Amarilla, y reemplazó al comandante de la Policía Nacional. Asimismo, anunció la creación de una comisión especial para investigar lo ocurrido en Curuguaty con el apoyo a la OEA. Pero no fue suficiente. Al igual que sucedió en Honduras, Lugo fue sometido a un proceso de inhabilitación parlamentaria exprés que culminó con su destitución el 22 de junio de 2012.

Esto provocó el rechazo abrumador de toda América Latina. La Unión de Naciones Suramericanas (Unasur) lo condenó categóricamente, al tiempo que el Mercado Común del Sur (Mercosur) suspendía al Paraguay de su participación en este esquema de integración. Por su parte, los países del ALBA, conjuntamente con Argentina y Brasil, no dudaron en calificar lo sucedido en Paraguay como un claro golpe de Estado.

Como era de esperarse, Estados Unidos evitó condenar el golpe en Paraguay, expresando de manera muy tibia su preocupación por el “rápido” proceso de inhabilitación de Lugo. La portavoz del Departamento de Estado, Victoria Nuland, dejó claro que Estados Unidos no condenaría el golpe ni tomaría acciones apresuradas, sino que evaluaría la situación “lenta y cuidadosamente”. No por casualidad, la misma posición fue asumida por el entonces Secretario General de la Organización de Estados Americanos (OEA), José Miguel Insulza, quien manifestó que, a diferencia de Unasur y Mercosur, la OEA no condenaría el golpe ni suspendería a Paraguay de la organización porque “crearía más problemas en el país y lo aislaría regionalmente”, aunque la ruptura de su orden democrático y constitucional fuera más que evidente.

En su trabajo “Un Golpe por la Tierra”, el periodista británico Benjamin Dangl (16 de julio de 2012), asegura que detrás de los acontecimientos de Curuguaty que condujeron al golpe de Estado, “hay un conflicto por el acceso a la tierra, la cual representa el poder y el dinero para las elites, la supervivencia y la dignidad para los pobres, y ha estado en el centro de importantes batallas políticas y sociales en Paraguay durante décadas”, y que para entenderlo, “hay que echar un vistazo a la historia de la guerra por los recursos naturales de Paraguay, por la tierra (…) y a la historia de la resistencia de una comunidad agrícola (…)”.

Dangl afirma que desde los años ochenta, grupos militares y paramilitares vinculados a terratenientes y grandes empresas habían desalojado por la fuerza a más de 100 mil pequeños agricultores e indígenas, y asesinado a cientos de líderes campesinos con total impunidad en el país más pobre de Suramérica y con las más altas tasas desigualdad, particularmente en lo correspondiente a la tenencia de la tierra.(2)

En este contexto de exclusión y desigualdad, el ex sacerdote de izquierda y defensor de la Teología de la Liberación, Fernando Lugo, llegaba al poder con la promesa de realizar una necesaria reforma agraria. Fue democráticamente electo presidente en 2008, poniendo fin a más de seis décadas de dominación del oligárquico y reaccionario Partido Colorado. No obstante, el ex sacerdote nunca contó con el apoyo de una organización política estructurada, lo que incidió a que se aislara progresivamente de las decisiones políticas de gran envergadura.  A diferencia de los procesos constituyentes que se realizaron en Bolivia, Ecuador y Venezuela, que garantizaron la continuidad de un proyecto de desarrollo volcado hacia la justicia social, Lugo mantuvo intacta la estructura del Estado burgués y permitió la participación en el gobierno de la vieja clase política conservadora encarnada en su vicepresidente Francisco Franco y en los ministros del Partido Liberal Cándido Vera Bejarano en Agricultura y Ganadería, Blas Llano en Justicia y Trabajo y Martín Heisecke en Industria y Comercio, los socialdemócratas Alejandro Hamed como Canciller del Partido del Movimiento al Socialismo (PMAS) y Rafael Filizzola en Interiores del Partido Democrático Progresista (PDP), y el general Luis Nicanor Bareiro Spaini en Defensa y Horacio Galeano Perrone en Educación, ambos del Partido Colorado que además gozaba de la mayoría absoluta en el Congreso.

El aislamiento de Lugo en el ejercicio efectivo del poder, conllevó a que su gobierno siguiera los lineamientos del Fondo Monetario Internacional y Banco Mundial y continuara con los procesos de privatización, entre otras medidas de corte neoliberal. Incluso llegó a dictar una “ley antiterrorista” bajo el asesoramiento del gobierno colombiano dirigido por el entonces presidente Álvaro Uribe, conocido por sus nexos paramilitares. En este contexto, Lugo solo estuvo en capacidad de maniobrar para evitar que algunas nuevas políticas neoliberales pudieran ser aplicadas en detrimento de la población. En este sentido, rechazó el uso de pesticidas, agroquímicos y semillas transgénicas por parte de corporaciones multinacionales, particularmente del gigante corporativo Monsanto, lo que algunos analistas atribuyen como el disparador que finalmente activó el golpe en su contra.

Entretanto, la prometida reforma agraria se estancaba en un letargo burocrático que le impedía avanzar, al tiempo que la derecha enquistada en el gobierno comenzaba a ejercer una política de represión y criminalización de los movimientos campesinos, haciendo que Lugo también se alienara de la clase social que lo había llevado al poder con los votos.

Las abrumadoras evidencias demuestran que, efectivamente, la “Masacre de Curuguaty” no fue un montaje. La misma tuvo su origen en la confrontación histórica entre la clase oligárquica paraguaya y los “condenados de la tierra” como bien los llamaba el pensador revolucionario martiniqueño Frantz Fanon. No obstante, sería un error afirmar que esta disputa de tierras fue el motivo principal del golpe, aunque sí constituyó el evento catalizador de la derecha oligárquica paraguaya para sacar del poder a un presidente soberano que representaba un obstáculo a la creciente ocupación militar de Estados Unidos en América Latina y el Caribe en su ofensiva hegemónica.
Notas
 (1) Entre los 6 policías asesinados, se encontraba el comisario Erven Lovera, hermano del teniente coronel Alcides Lovera, jefe de seguridad del presidente Lugo.
(2) De acuerdo al experto brasilero João Pedro Stedile (18 de Julio de 2012), del Movimiento Sin Tierras, “Paraguay es el país de mayor concentración de la tierra en el mundo. De sus 40 millones de hectáreas, más de 31 millones son de propiedad privada, donde apenas el 2% de los propietarios son dueños del 85% de las tierras, mientras que la población campesina solo cuenta con el 6%. El informe “Sector Rural Paraguayo: Una visión general para un diálogo informado” del Programa para el Desarrollo de Naciones Unidas (PNUD), indica que el coeficiente Gini de concentración de tierras en Paraguay es del 0.94, lo que se traduce en prácticamente total desigualdad de la tierra.
Referencias
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 Fuentes, Federico (15 de julio de 2012) “Paraguay: US makes gains from coup against Lugo”. Green Left Weekly. https://www.greenleft.org.au/node/51636
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 Méndez Grimaldi, Idilio (27 de junio de 2012) “Monsanto golpea en Paraguay: Los muertos de Curuguaty y el juicio político a Lugo”. Pagina 12/Rebelion. http://www.rebelion.org/docs/151721.pdf
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Publicación Barómetro 04-07-16