Leandro
Albani: ¿Quiénes comandan al Estado Islámico?
Orígenes,
composición y proyección del Estado Islámico, el nuevo factor de
desestabilización en Medio Oriente. Su rol como flamante “enemigo
útil” de Estados Unidos en el marco de la reconfiguración de la
estrategia imperial de la Casa Blanca en Medio Oriente.
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La
obtención de los recursos energéticos, el control geopolítico, la
destrucción de los últimos gobiernos nacionalistas y díscolos a
Washington, la preocupación creciente del avance de la guerrilla de
izquierda del Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK), la
desestabilización y el terror como forma de hacer política,
conforman el actual panorama de Medio Oriente, atravesado nuevamente
por los bombardeos de Estados Unidos sobre Irak y Siria.
Desde
hace cuatro años, la Casa Blanca comenzó la reconfiguración de una
región que siempre consideró estratégica. Bajo el manto de la
“Primavera árabe”, Washington inició una política de dualidad,
en la que profundizó su enfrentamiento contra los gobiernos de Irán
y Siria, mientras buscó poner paños fríos en las naciones aliadas
que vivieron (y viven todavía) revueltas populares, como los casos
de Egipto, Yemén y Bahrein.
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El
nuevo factor de desestabilización en Medio Oriente ahora se denomina
Estado Islámico de Irak y el Levante (EIIL), organización
terrorista conformada por mercenarios y que levanta las banderas del
Islam más ortodoxo. Su avance sobre el norte de Irak y Siria,
dejando miles de muertos, confirma el doble discurso estadounidense.
En Siria, organizaciones similares al EIIL todavía son financiadas y
protegidas por Washington y sus aliados; en Irak, el gobierno de
Barack Obama decidió “combatir” al Estado Islámico con una
lluvia de bombardeos que también caen sobre territorio sirio.
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El
EIIL se convirtió en el “enemigo útil” de Estados Unidos, hecho
que se repite a lo largo de la historia de la principal potencia
mundial. Los gobiernos de Rusia, Siria e Irán vienen denunciando las
fluidas relaciones entre el Estado Islámico y Washington. Esta
situación ya fue constatada en diversas investigaciones, tanto de
grandes medios de comunicación como de medios alternativos. Una
lectura diaria de noticias en las cadenas HispanTV, Russia Today o Al
Manar muestra que Estados Unidos, las monarquías del Golfo Pérsico,
Turquía y las potencias europeas son los financistas del EIIL. Y ese
dinero inyectado al Estado Islámico es el responsable de la
violación masiva de mujeres y los asesinatos masivos que perpetran
los mercenarios que Estados Unidos dice combatir.
El
Califa
Detrás
del senador estadounidense John McCain, con los ojos entrecerrados
por el sol, Abu Bakr Al Baghdadi – o el ahora conocido Califa
Ibrahim -, se mantiene en un segundo plano de la foto. En otra
imagen, ya con los ojos bien abiertos, Al Baghadadi es parte de la
comitiva que recibe al ex candidato presidencial de Estados Unidos.
McCain, miembro del partido Republicano, el año pasado viajó de
forma ilegal a Siria y mantuvo reuniones con jefes e integrantes de
grupos terroristas como el Frente Al Nusra y el Ejército Libre Sirio
(ELS). En la última foto difundida, Al Baghadadi, que por estos días
comanda con mano de hierro al Estado Islámico de Irak y el Levante
(EIIL), escucha atentamente las palabras del senador. Una oficina
iluminada, con cómodos sillones, es el lugar de encuentro de los
jefes terroristas con el ex candidato, ocurrido en mayo de 2013. Más
allá de cierta conmoción mediática, el hecho de que un
representante de Washington ingresara a un país de forma clandestina
para entrevistarse con terroristas no generó demasiada condena
internacional. El senador McCain continúa ejerciendo su puesto en el
Parlamento estadounidense y operando juntos a los terroristas de
Medio Oriente.
Por
ese entonces, Al Baghdadi, que ostentaba su verdadero nombre Ibrahim
Al Badri, figuraba desde de 2011 en la lista de los cinco terroristas
más buscados por la justicia estadounidense (Rewards for Justice).
Según lo detalla el investigador Thierry Meyssan, a partir del 5 de
octubre de 2011 Al Badri también había sido incluido en la lista
del Comité de Sanciones de Naciones Unidas por ser integrante de Al
Qaeda. Meyssan agrega que un mes antes del encuentro con el senador
republicano, Al Badri ya había conformado el EIIL, mientras
continuaba siendo “miembro del estado mayor del ‘moderado’
Ejército Sirio Libre”. En ese momento, el ahora autoproclamado
Califa se responsabilizó por el ataque contra las cárceles de Taj y
Abu Graib, en Irak, hecho en el que se fugaron entre 500 y 1000
yihadistas que se unieron al EIIL.
Al
Baghdadi, considerado el hombre más peligroso del mundo, está
doctorado en estudios islámicos por la Universidad de Bagdad. Nacido
en Samarra en 1977, el Califa se unió a grupos yihadistas en 2003,
luego de la invasión de Estados Unidos a Irak en 2003. Un año
después, fue capturado y estuvo 11 meses prisionero en el centro de
detención Camp Bucca, controlado por las fuerzas estadounidenses.
Liberado en 2004, y luego de establecer relaciones con ex militares
que respondían a Saddam Hussein, Al Baghdadi se enroló en Al Qaeda
y comenzó la creación del Estado Islámico. La unión entre ambas
organizaciones se rompió cuando el Califa cuestionó Aymán Al
Zawahirí, líder de Al Qaeda y sucesor de Osama Bin Laden.
Al
Baghdadi asumió el control del EIIL en abril de 2010 y el 29 de
junio de 2014 se autoproclamó Califa, denominación que se le otorga
al monarca absoluto del Estado Islámico. A principios de julio de
2014, el ex miembro de Al Qaeda realizó su primera aparición
pública en la Gran Mezquita de Mosul, ciudad iraquí tomada por los
mercenarios del EIIL. Ataviado de con ropa negra y ostentando una
larga barba, Al Baghdadi llamó a sus seguidores a implementar la
Sharia (Ley islámica) y a combatir a los enemigos de Alá. Esos
enemigos, para el EIIL, son tanto los cristianos, yezadíes y kurdos,
como también los árabes de Siria y los iraníes que rechazan la
interpretación del islam que impulsa el Califa.
Los
interrogantes sobre Al Baghdadi se acrecentaron cuando el ex
integrante de la Agencia de Seguridad Nacional de Estados Unidos
(NSA), Edward Snowden, reveló los servicios de inteligencia
británicos y estadounidense, junto al Mossad israelí, trabajaron
juntos para crear el EIIL. Según documentos filtrados, Al Baghdadi
recibió entrenamiento militar durante un año por parte del Mossad,
además de cursos de teología y el arte de la palabra. También se
difundió que la verdadera identidad del Califa es Elliot Shimon y se
desempeña como agente de la inteligencia israelí.
El
pelirrojo
El
“yihadista pelirrojo” es el alias que le endilgan los medios de
comunicación. Omar Al Shishani es uno de los principales comandantes
del EIIL y en las últimas semanas sus fotos se difundieron
profusamente. Sus características sobresalientes son una frondosa
barba roja que resalta su piel blanca y, por lo escuchado hasta
ahora, su capacidad en estrategia militar. Entre sus “galardones”
se encuentran la organización de la toma de la ciudad iraquí de
Mosul en junio pasado y los ataques a varias bases castrenses en los
alrededores de la ciudad de Aleppo, en el norte de Siria.
Nacido
en Georgia bajo el nombre de Tarkhan Batirashvili, hijo de madre
musulmana y padre cristiano, el comandante pelirrojo del EIIL se
pasea rodeado de guardaespaldas que portan los clásicos fusiles
AK47. Desde el avance del Estado Islámico sobre Irak, Al Shishani
–un ex sargento de la inteligencia georgiana-, fue apareciendo cada
vez más e imponiéndose como uno de los líderes de la organización
que busca implementar un Califato en Medio Oriente. Hasta su ingreso
al EIIL, el comandante pelirrojo lideraba la milicia Jaish Al
Muhajirin Wal Ansar, compuesta por ciudadanos del Cáucaso Norte y
que operaba en Chechenia. Se calcula que la milicia de Al Shishani
estaba compuesta por unos 3.000 mercenarios provenientes del Cáucaso
Norte, Crimea y Ucrania, además de algunos ciudadanos árabes. En
una entrevista concedida al portal Beladusham, Al Shishani confirmó
que el EIIL recibió financiamiento del líder del Emirato del
Cáucaso, Doku Umarov, uno de los terroristas más buscados por
Rusia.
La
escasa información dispersa sobre Al Shishani señala que ingresó
al Ejército georgiano para cumplir el servicio militar entre 2006 y
2007, y en 2008 participó en los combates de la guerra
ruso-georgiana, por lo cual fue ascendido a sargento. Abandonó las
Fuerzas Armadas luego de sufrir tuberculosis, enfermedad que le
permitió salir de prisión sin cumplir su condena, en la que estuvo
16 meses presos por portación ilegal de armas.
Nuevamente
en libertad, el comandante del EIIL pasó por Egipto y Turquía, y
finalmente llegó a Siria para encabezar los planes de
desestabilización contra el gobierno del presidente Bashar Al Assad.
Se
estima que Al Shishani es uno de los lugartenientes fundamentales de
Al Baghadadi y su capacidad de influencia dentro del Estado Islámico
crece día a día. Medios internacionales citaron una entrevista al
comandante pelirrojo en la cual asegura que sus motivaciones para el
combate es debilitar a “un país amigo de Rusia”, en referencia a
Siria. Al Shishani también afirmó que su odio hacia Estados Unidos
se debe a que es un país “enemigo de Alá”. Su crudeza militar
contra las poblaciones de Siria e Irak le valió ingresar en la lista
de 14 yihadistas y jefes terroristas más buscados por Estados
Unidos.
l
segundo y los demás
Quienes
también aparecen en la lista difundida por Estados Unidos se
encuentran Tariq Al Harzi, segundo jefe del EI, y Amru Al Absi, quien
a mediados de julio el Estado Islámico nombró líder en la
provincia siria de Homs, cuya capital es la tercera ciudad en
importancia en la nación árabe.
Al
Harzi, de origen tunecino, es acusado de planear cientos de ataques
suicidas en todo el mundo y organizar el ataque contra el
personal de Naciones Unidas en Líbano. El segundo del Califa, con
apenas 32 años, tiene la virtud de las buenas relaciones, ya que
recaudó dos millones de dólares en donaciones de patrocinadores
provenientes de Qatar, hecho que confirma la relación intrínseca
entre la monarquía del Golfo Pérsico con el EIIL.
Por
su parte, Al Absi es imputado de organizar secuestros en la ciudad
siria de Aleppo, una de las más afectadas por las masacres y
atentados cometidos por el Estado Islámico, como también por el
Frente Al Nusra.
Otros
de los terroristas que operan junto al EI son Entre Salim Benghalem,
un ciudadano francés condenado a muerte que realiza “ejecuciones”
en Siria; Lavdrim Muhaxheri, un albanés de Kosovo que publicó
imágenes de sus decapitaciones; y Murad Margoshvili, un compañero
checheno de Shishani que creó una base de entrenamientos terrorista
cerca de la frontera con Turquía.
Según
una investigación de Ana Sánchez Resalt, publicada en el portal
Observatorio Eurasia, Margoshvili integró las fuerzas aéreas
de defensa de la entonces Unión Soviética (URRS) en Mongolia. Al
desintegrarse la URRS, Murad se trasladó a Chechenia y en 1995 se
unió a las milicias de Al Khattab, compuesta por muyahidines
extranjeros, mayoritariamente árabes. En 2003, Margoshvili fue
capturado el Ejército ruso y encarcelado durante dos años y medio.
Para 2008, el miembro del EIIL organizó un grupo de milicianos en
Daguestán y en 2012 llegó a Siria, donde creó Jund Al–Sham,
vinculado al Frente Al Nusra. En la investigación, Sánchez Resalt
señaló que Margoshvili está “conectado con varios atentados
ocurridos en Osetia del Norte, en Mozdok”.
La
participación de extranjeros en el EIIL, tanto en Siria como Irak,
es una verdad que desde hace cuatro años se conoce. Sobre este
método, denunciado en el seno de la ONU en varias oportunidades, se
conoció una nueva confirmación difundida por el diario inglés
Mirror. El periódico afirmó que la británica Samantha Lewthwaite,
apodada “la viuda blanca”, entrena a mujeres del Estado Islámico.
Hija de un ex soldado británico, Lewthwaite brinda sus conocimientos
para perpetrar actos terroristas y enseña técnicas de comunicación.
El Mirror agregó que se sospecha que la mujer habría estado
involucrada en la decapitación de los periodistas estadounidenses
James Foley y Steven Sotloff, y del miembro de la
Fuerza Aérea
británica David Haines.
Lewthwaite
se casó con Jermaine Lindsay, uno de los terroristas de los
atentados del 7 de julio de 2005 en el metro de Londres, que dejó un
saldo de al menos 52 personas muertas y cientos de heridos. En 2011,
la policía de Kenia realizó un operativo en un departamento
alquilado por la mujer, en la cual se encontraron explosivos
similares a los utilizados durante el ataque al metro de Londres. La
británica está considerada como la instigadora de la masacre
perpetrada por el grupo Al Shabab en el centro comercial Westgate de
Nairobi, capital de Kenia, donde fallecieron al menos 72 personas.
Aunque no se conoce con exactitud la cantidad de británicos que
integran el EIIL, se estima que entre 500 y 1000 ciudadanos ingleses
actúan como mercenarios en Siria e Irak.
leandroalbani@gmail.com