"Las
conspiraciones son reales": Por qué duró tanto la guerra fría
y por qué EE.UU. quiere otra
Publicado: 4 feb 2016 11:08 GMT |
Última actualización: 4 feb 2016 11:10 GMT
Flickr/ Official U.S. Navy Page
30518
En
su nuevo artículo,
el analista y exasesor económico de Ronald Reagan, Paul
Craig Roberts, recuerda cómo se despidió de la nación quien
fuera general y presidente de Estados Unidos durante dos mandatos,
Dwight D. 'Ike' Eisenhower, en 1961. En su discurso, el exmandatario
advirtió que "la combinación de la inmensa clase dirigente
militar y una gran industria armamentística" era "una
experiencia nueva" en EE.UU. y que su "influencia total
—económica, política, incluso espiritual—" se sentía "en
cada ciudad y cada dependencia estatal", con lo cual los órganos
de Gobierno deberían evitar que el peso de esa asociación pusiera
en peligro "nuestras libertades o nuestros procesos
democráticos".
El
analista lamenta que a Eisenhower, quien estuvo "a cargo de la
invasión de Normandía", hoy en día le llamarían "un
'teórico de la conspiración'". Así, los republicanos
conservadores le hubieran criticado por poner en duda los motivos de
"la industria patriótica que protege nuestra libertad",
mientras que los neoconservadores preguntarían por qué el
presidente avisaría sobre su propio rubro militar en lugar de sobre
"la amenaza que presenta el Ejército soviético" y los
medios de comunicación insinuarían que 'Ike' "se había vuelto
un poco senil".
Cuando la Unión Soviética colapsó en 1991, la 'amenaza soviética' se sustituyó por la 'amenaza musulmana' y la 'guerra contra el terrorismo' ocupó el lugar de la Guerra Fría
Roberts
explica que, cuando Eisenhower emitió esta señal de alarma, era
demasiado tarde: la guerra fría ya había arraigado en la sociedad
estadounidense y la industria militar se había convertido en el
sector de interés "más venerado" del país, debido a que
"las fábricas de armamento y las bases militares se extendieron
por todo el territorio y eran importantes para cada senador y en
muchos distritos".
"Hemos vuelto a la guerra fría con Rusia"
Este
economista revela que "nunca existió un peligro real de que el
Ejército Rojo invadiera Europa" y que "la guerra fría fue
un negocio rentable para muchos, por eso duró tanto tiempo".
Para reforzar este punto de vista, cita al diplomático, escritor y
consejero gubernamental estadounidense George Frost Kennan,
quien predijo en su momento que "si mañana la Unión Soviética
se hundiera" en el océano habría que inventar otro adversario,
porque cualquier otro panorama supondría "un choque
inaceptable" para la economía local.
Efectivamente,
cuando ese derrumbe se produjo en 1991, "la 'amenaza soviética'
se sustituyó por la 'amenaza musulmana' y la 'guerra contra el
terror' ocupó el lugar de la guerra fría", detalla Roberts,
pero recuerda que, a pesar de algunos ataques con banderas falsas y
las advertencias sobre "una guerra que duraría 30 años",
miles de yihadistas poco armados eran insuficientes para sustituir a
una potencia con un gran arsenal de misiles balísticos nucleares
intercontinentales, con lo cual "hemos retomado la guerra fría
con Rusia".
La guerra fría fue un negocio rentable para muchos, por eso duró tanto tiempo
El
analista destaca que "la propaganda es rápida y furiosa" y
las graves acusaciones contra Vladímir
Putin y su país "se convierten en titulares, a pesar de que
el gasto militar de EE.UU. es 12 o más veces superior que el gasto
militar de Rusia", que "no ha manifestado aspiraciones
hegemónicas".
"Estas conspiraciones son reales"
Estas
conspiraciones gubernamentales "son reales", "hay
muchas más de las que la gente conoce" y están documentadas
por los propios autores, confirma el escritor, quien insiste en que
los Estados realizan muchos ataques con bandera falsa con el fin de
lograr los objetivos que no pueden reconocer públicamente.
Leer
más
Para
Paul Craig Roberts, "cualquier observador con un poco de
educación puede reconocer" estas maniobras, pero pocas personas
prestan atención a lo que hay "más allá de lo que cuentan los
medios oficialistas —"que ya no investigan sino que,
simplemente, repiten la historia oficial"—, con lo cual "solo
unos pocos se dan cuenta de lo que sucede en realidad y, cuando abren
sus bocas, se les desacredita como 'teóricos de la conspiración'",
una etiqueta que se emplea para impedir que se investiguen los
hechos.
"Si
desean vivir con la libertad que se logró en Occidente tras siglos
de lucha, despierten, empleen el tiempo que dedican a actividades
menos significativas para tomar conciencia de lo que les están
robando. Queda poco partido por jugar. Si no defienden la verdad, no
tendrán libertad, ya que no existe libertad sin verdad",
concluye este experto.
No hay comentarios:
Publicar un comentario