Por Bruno Lima Rocha: Escenario complejo de la crisis política brasileña en 2015
Enviado por Barometro
Internacional el lunes, 30 marzo, 2015 a las 9:42
En
este texto seguimos profundizando el debate, para hacer un esfuerzo
analítico, en el sentido de ser más didáctico, y así instrumentar
el debate con la izquierda del gobierno brasileño. Para los y las
lectoras desde afuera, es necesario mostrar la situación compleja en
la cual hoy vive Brasil, como la crisis política generada a
partir de las denuncias de corrupción estructural en Petrobrás. El
no cumplimiento de las promesas de la campaña, por la presidenta
reelecta Dilma Rousseff (PT), como la política de calle de la
derecha neoliberal, maniobrando con recursos publicitarios y bastante
inspirada en los escuálidos de Venezuela, pero aún sin guarimba. En
este primero texto vamos a comenzar con el tema de la Legitimidad y
en su secuencia, para el inicio del debate en cuanto a calidad del
liderazgo Político.
Veamos
al concepto clásico y después con la materialización de este,
analizaremos con ejemplos del Brasil actual. La legitimidad política
es una meta a ser alcanzada cada día, necesita ser conquistada,
reconquistada y asegurada. Supera en relevancia las reglas del juego
institucional, perteneciendo al universo del Juego Real de la
Política. Pues bien, la fragilidad del actual gobierno federal
brasileño estaría, en este quesito, fragilizado en dos frentes.
Primero,
por la proximidad de los proyectos estratégicos del gobierno
(Pre-sal), con la sospecha y evidencias de corrupción, donde
los partidos oligarcas, las mayores empresas de construcción civil y
operadoras de contractos con la gigante brasileña del petróleo. Me
parece obvio, porque eso no comenzó ahora, pero para el escenario
político, se necesita de hecho un elemento concreto @fato. La misma
ausencia de una denuncia, que no alcanza a presidente - o "aún
no alcanza" como constantemente habla el líder del bloque de
derecha. Que opera como chantajista del Poder Ejecutivo, Eduardo
Cunha (diputado federal por el PMDB del estado de Rio de Janeiro),
hoy es un actor-llave en la política nacional – que impide la
relación. O sea, entra como elemento de discurso, con la sospecha de
corrupción en los gobiernos de Fernando Henrique Cardoso (del PSDB,
de 1995 a 2002) en la misma Petrobrás, jamás fueron investigadas.
Lo que importa al escenario actual es que hay esta sospecha y de esta
participan partidos de la base del gobierno. Ahí entra el segundo
problema.
Segundo,
la fragilidad de un gobierno bajo ataque, con la sospecha de
corrupción, no puede convivir con el duro discurso plebiscitario del
2do turno (la segunda vuelta o balotaje) de la campaña presidencial
(en 2014) y después, aún en el año de 2014, el hecho concreto de
que la presidenta ha rasgado el mismo discurso, para tener
condiciones de superar la crisis económica, sin arriesgar las
ganancias de los capitales rentistas y especuladores (el presupuesto
de Brasil de 2014, el gobierno nacional ha gastado el 45% de su
presupuesto pagando ganancias y parcelas de la deuda pública que
nunca termina). Luego, se hace difícil llamar el pueblo para la
calle para defender este gobierno, siendo que el mismo hubo
traicionado a sus electores aún a finales de 2014.
De
esta ausencia plena de legitimidad, la derecha ideológica y
neoliberal se aprovecha para fecundar el conservadurismo, el estilo
anticuado y golpista (convocando por el impedimento de la presidenta)
y lanzar la opción chilena en la clase media brasileña, a la vez
retroalimentada por los mayores grupos de medios de Brasil,
transformando la justa indignación anticorrupción, en histeria
colectiva distribuida en la internet, expandida en el Brasil
urbano y metropolitano. En la ausencia de este periodístico
mediático, con el refuerzo del poder de agenda, a través de
la investigación de la Policía Federal y de la Fiscalía Federal en
Petrobrás, la derecha ideológica está estructurando un peligroso
espacio autónomo, sin depender de los líderes de carrera. En este
escenario, Aécio Neves (senador por el PSDB de Rio y candidato
derrotado por pequeña margen de votos en la carrera presidencial) se
preserva como opción, siendo una especie del venezolano Henrique
Capriles del país.
Calidad
del liderazgo político y los caminos cruzados del Brasil actual
La
calidad del liderazgo político anda de brazos, con la soledad
del ejercicio del poder. Se engaña quién imagina que la titular del
Poder Ejecutivo, todo lo puede y todo sabe. Y, se engaña más aún
quien supone que esta titular pueda gobernar sin un actualizado y
verificado sistema de informaciones, y obviamente, un sistema de
inteligencia. Por el visto, el Palacio del Planalto (sede del Poder
Ejecutivo de Brasil) está como una queso suizo, lleno de huecos para
fuera, teniendo de esa manera que garantizar, una base "aliada"
a fórceps (el Ejecutivo tiene una base aliada frágil en el
Congreso, en su mayoría compuesta por oligarcas que tienen como
primer instinto la preservación de los propios intereses.
Esto
determina que el gobierno nacional sea atropellado, por
distintos enemigos internos y externos, todos atacando a la vez. La
calidad del liderazgo de Dilma Rousseff es incontestable, para su
sistema de creencias (la presidenta de Brasil cuando era guerrillera
fue víctima de una salvajada cuando en la tortura y no delato ni
siquiera a nadie de los miembros de su organización, Dilma
tenía entonces solo 19 años), pero no se puede decir de su carisma
(o la falta de este).
Para
suerte de la presidenta reelecta, la derecha que no gobierna con
ella, no posee alguien con el carisma de un Carlos Lacerda (temible
periodista, diputado y gobernador de la derecha civil golpista en
1954 y en 1964) y tampoco hombres-bomba como el liderazgo escuálido
de Venezuela (me refiero a los golpistas que están presos por
atentar contra el orden constitucional en Venezuela). Por suerte de
América Latina, tampoco tenemos más las Fuerzas Armadas,
operando como Poder Moderador; pero para desgracia de nuestra
población brasileña, la flaqueza del liderazgo y la inconsistencia
programática, lleva a la actual titular del gobierno, de la séptima
economía capitalista en el mundo, a ser en parte rehén de sus
acuerdos por la tal de la gobernabilidad y - en paralelo - para la
opción preferencial por los bancos.
Infelizmente
la derecha está en las calles, de cara lavada y lenguaje
publicitario, caminando en la búsqueda de un peligroso
desenlace, el fin de las políticas sociales compensatorias (tímidas
y con presupuesto mínimo) a través de un lenguaje de "unión
nacional" y unidad de los brasileños; esta derecha no
partidaria, pero neoliberal y con una línea chilena, ya ha ocupado
más de 50 ciudades en actos públicos, pidiendo el enjuiciamiento de
la presidenta reelecta, es bastante peligrosa.
Los
neoliberales operan con un lenguaje condenatorio al debate de las
acciones afirmativas (como la política de cotas para negros y
familias pobres para vagas del servicio público y locales de
enseñanza superior), están contra el debate de las
reparaciones étnico-raciales, se oponen a cualquier política de
renta mínima y acciones afines. Hoy el peligro de la sociedad
brasileña, es la alianza de los neoliberales, con la de gente
de ultra-derecha que desea “el volver de la ultraderecha”,
para clamar por el retorno de las FFAA, pidiendo una intervención
militar ya!
A
manera de una corta conclusión
En
el país vivimos el costo, de haber mejorado la vida de 44 millones
de brasileños sin la organización social necesaria para garantizar
estos mismos derechos. En la ausencia de protagonismo de clase, casi
todo recae en la acción distributiva del aparato de Estado. Este es
el blanco a atacar de los que se movilizan en el ala derecha de la
política hoy en Brasil. Esta es la capacidad mínima de defensa que
los sindicatos restantes, deberían estar peleando para asegurar, la
capacidad de ejecución de las políticas distributivas a través del
aparato del Estado Nacional. Ante el capital transnacional financiero
que hace chantaje al gobierno, que ha traicionado su propio programa
lo hace con tapas de revistas como The Economist o periódicos como
Financial Times. La cancha en Brasil está abierta, pero hay drama y
problemas por parte del movimiento popular ara seguir adelante.
blimarocha@gmail.com
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