Bruno
Perón Loureiro: Brasil - Lazos indisolubles
Enviado
por Barometro
Internacional el domingo, 28 septiembre, 2014 a las 11:10
Cuando leo
las principales noticias sobre Brasil, quedo impresionado con la
manera como los medios de comunicación (des)informan sobre la
coyuntura macroeconómica de nuestro país. El escenario más
preocupante es el de recesión, que acompañaría a la inflación
que ya flagela nuestra economía y que ningún político ni ministro
podrá esconder de los brasileros.
Es más que
evidente que los precios de los productos están altísimos y
continúan subiendo en Brasil, que sus industrias tienen pérdidas
en competitividad, y que la hinchazón de la Maquinaria enreda el
desarrollo del sector productivo en Brasil. Todavía nuestros
jóvenes sueñan con la admisión en concursos públicos en vez de
dar alas a la creatividad emprendedora que los haga promover a
nuestras industrias.
En las
circunstancias de incertidumbre económica y política en que
estamos viviendo, el aumento de la burocracia es la piedra en el
zapato de los empresarios innovadores, de la gente de ideas y de los
pocos que contribuyen a generar riquezas en Brasil. Mientras tanto,
la mentalidad “concursera” inherente a nuestra cultura reduce el
aliento de jóvenes esperanzadores y nos convierte en soldados
chupadores de pezones, los de la Maquinaria.
Para
dificultar todavía más esta situación, la batalla que se libra
entre los candidatos a la Presidencia de Brasil es casi la de quien
será el próximo títere que fingirá que gobierna. Ahora, si
los candidatos de la izquierda radical no se fatigan de denunciar
que el gobierno brasilero tiene lazos indisolubles con banqueros e
inversionistas extranjeros, no estoy convencido de que el próximo
presidente(a) romperá tales lazos por más persuasivos que los
candidatos(as) a la Presidencia parezcan en sus campañas.
Ni los
discursos a favor de prácticas sustentables de desarrollo me suenan
como una tentativa bien intencionada de corregir los caminos
macroeconómicos tortuosos en Brasil. Tenemos que agregar tecnología
e innovación a lo que hacemos. Sólo así dejaríamos de ser
trabajadores intermediarios que apenas compran por diez y venden por
veinte, pero que no agregan tecnología. Para eso es preciso
instruir a nuestros jóvenes y darles la libertad de expresar su
creatividad a favor del Brasil.
No es por
azar que muchos jóvenes agotan sus sueños en presidios. Estos
serían la culminación de la falta de libertad que ellos ya tenían
antes de estar presos, una vez que la Maquinaria asfixia sus
anhelos. La Maquinaria les da educación inadecuada, los convierte
al consumismo al que la televisión los induce y todavía los
reprime cuando ellos se vuelven en contra de esa sociedad que
deforma a los recién nacidos.
Es preciso
dar otro impulso a las esperanzas que los trabajadores tienen en
Brasil a fin de no apostar todas las fichas a los políticos ni a
las personas que ganan mensualmente 15 mil Reales para vivir en
Brasilia. Las propuestas de quien conoce bien a Brasil están
distantes de ser mesiánicas y milagrosas. Ellas afectarán las
conciencias de los seres que, como usted lector, asumen el trabajo
porque éste es dignificante y no solamente porque es obligatorio
para sobrevivir.
En este
viaje de descubrimientos, hemos visto que Brasil es un país
acogedor donde su gente está dispuesta a rectificar sus
equivocaciones, errores y engaños. Así, millares de extranjeros
han apostado su vida a Brasil, que es un laboratorio de
convergencias étnicas e instituciones trasplantadas donde se
avizora la promesa de un modelo civilizatorio.
Hasta que
Brasil se consolide en el mundo como una nación fuerte y ejemplar,
sin que para eso tenga que espiar o se imponga a los demás (como
los forajidos Estados Unidos) tenemos que preservar el bien. Por lo
tanto una de nuestras tareas es pensar la manera de promover modos
de trabajo que realicen nuestra creatividad y generen riquezas para
Brasil.
La casa
brasilera está embrujada por la inflación, la inseguridad y la
negligencia en relación a los jóvenes. Aunque se haya hablado cada
vez más sobre economía y sustentabilidad, es preciso rever nuestro
modelo de desarrollo para que la Maquinaria promueva las industrias
nacionales e incentive a los jóvenes a liberar su creatividad
latente.
El resultado
puede ser glorioso para todos los brasileros.
http://www.brunoperon.com.br
Bruno Perón Loureiro: Brasil - Lazos indisolubles
Enviado
por Barometro
Internacional el domingo, 28 septiembre, 2014 a las 11:10
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Cuando leo
las principales noticias sobre Brasil, quedo impresionado con la
manera como los medios de comunicación (des)informan sobre la
coyuntura macroeconómica de nuestro país. El escenario más
preocupante es el de recesión, que acompañaría a la inflación que
ya flagela nuestra economía y que ningún político ni ministro
podrá esconder de los brasileros.
Es más que
evidente que los precios de los productos están altísimos y
continúan subiendo en Brasil, que sus industrias tienen pérdidas en
competitividad, y que la hinchazón de la Maquinaria enreda el
desarrollo del sector productivo en Brasil. Todavía nuestros jóvenes
sueñan con la admisión en concursos públicos en vez de dar alas a
la creatividad emprendedora que los haga promover a nuestras
industrias.
En las
circunstancias de incertidumbre económica y política en que estamos
viviendo, el aumento de la burocracia es la piedra en el zapato de
los empresarios innovadores, de la gente de ideas y de los pocos que
contribuyen a generar riquezas en Brasil. Mientras tanto, la
mentalidad “concursera” inherente a nuestra cultura reduce el
aliento de jóvenes esperanzadores y nos convierte en soldados
chupadores de pezones, los de la Maquinaria.
Para
dificultar todavía más esta situación, la batalla que se libra
entre los candidatos a la Presidencia de Brasil es casi la de quien
será el próximo títere que fingirá que gobierna. Ahora, si
los candidatos de la izquierda radical no se fatigan de denunciar que
el gobierno brasilero tiene lazos indisolubles con banqueros e
inversionistas extranjeros, no estoy convencido de que el próximo
presidente(a) romperá tales lazos por más persuasivos que los
candidatos(as) a la Presidencia parezcan en sus campañas.
Ni los
discursos a favor de prácticas sustentables de desarrollo me suenan
como una tentativa bien intencionada de corregir los caminos
macroeconómicos tortuosos en Brasil. Tenemos que agregar tecnología
e innovación a lo que hacemos. Sólo así dejaríamos de ser
trabajadores intermediarios que apenas compran por diez y venden por
veinte, pero que no agregan tecnología. Para eso es preciso instruir
a nuestros jóvenes y darles la libertad de expresar su creatividad a
favor del Brasil.
No es por
azar que muchos jóvenes agotan sus sueños en presidios. Estos
serían la culminación de la falta de libertad que ellos ya tenían
antes de estar presos, una vez que la Maquinaria asfixia sus anhelos.
La Maquinaria les da educación inadecuada, los convierte al
consumismo al que la televisión los induce y todavía los reprime
cuando ellos se vuelven en contra de esa sociedad que deforma a los
recién nacidos.
Es preciso
dar otro impulso a las esperanzas que los trabajadores tienen en
Brasil a fin de no apostar todas las fichas a los políticos ni a las
personas que ganan mensualmente 15 mil Reales para vivir en Brasilia.
Las propuestas de quien conoce bien a Brasil están distantes de ser
mesiánicas y milagrosas. Ellas afectarán las conciencias de los
seres que, como usted lector, asumen el trabajo porque éste es
dignificante y no solamente porque es obligatorio para sobrevivir.
En este viaje
de descubrimientos, hemos visto que Brasil es un país acogedor donde
su gente está dispuesta a rectificar sus equivocaciones, errores y
engaños. Así, millares de extranjeros han apostado su vida a
Brasil, que es un laboratorio de convergencias étnicas e
instituciones trasplantadas donde se avizora la promesa de un modelo
civilizatorio.
Hasta que
Brasil se consolide en el mundo como una nación fuerte y ejemplar,
sin que para eso tenga que espiar o se imponga a los demás (como los
forajidos Estados Unidos) tenemos que preservar el bien. Por lo tanto
una de nuestras tareas es pensar la manera de promover modos de
trabajo que realicen nuestra creatividad y generen riquezas para
Brasil.
La casa
brasilera está embrujada por la inflación, la inseguridad y la
negligencia en relación a los jóvenes. Aunque se haya hablado cada
vez más sobre economía y sustentabilidad, es preciso rever nuestro
modelo de desarrollo para que la Maquinaria promueva las industrias
nacionales e incentive a los jóvenes a liberar su creatividad
latente.
El resultado
puede ser glorioso para todos los brasileros.
http://www.brunoperon.com.br
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