domingo, 30 de marzo de 2014

Por: Miguel Guaglianone, La Guerra de 4ª Generación

Miguel Guaglianone

Venezuela  De la “violencia civil” al terrorismo

La definición teórica de un modelo de injerencia e intervención que viene siendo aplicado en el mundo a partir de la Segunda Guerra Mundial para desestabilizar naciones y tumbar gobiernos no afectos a los intereses de los países centrales (EEUU y la Unión Europea) se realizó en 1989, cuando desde el Pentágono oficiales del Ejército y la Infantería de Marina de los Estados Unidos generaron un documento titulado "El rostro cambiante de la guerra: hacia la cuarta generación".
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A partir de allí se desarrolló la teoría de la Guerra de Cuarta Generación, asociándose a la idea de Guerra Asimétrica y a la “lucha contra el terrorismo” decretada por el gobierno de George W. Bush. En 1991, dos años después del primer documento, el profesor Martín Van Creveld de la Universidad Hebrea de Jerusalem publicó el libro “La transformación de la guerra” que recogía y completaba la teoría de la Guerra de Cuarta Generación. En este modelo preveía la sustitución de las bases militares tradicionales por escondites y depósitos. El control de la población se realizaría ya no a través de la ocupación militar, sino a partir de una mezcla de propaganda y terror. Predijo además la desaparición de los sistemas de combate tradicionales (ejército contra ejército) y su transformación en conflictos de baja intensidad (también llamados Guerras Asimétricas).

En la Guerra de Cuarta Generación: “Las tácticas y estrategias militares, son sustituidas por tácticas y estrategias de control social, mediante la manipulación informativa y la acción psicológica orientada a direccionar la conducta social masiva. Los blancos ya no son físicos (como en el orden militar tradicional) sino psicológicos y sociales. El objetivo ya no apunta a la destrucción de elementos materiales (bases militares, soldados, infraestructuras civiles, etc.), sino al control del cerebro humano…Las grandes unidades militares (barcos, aviones, tanques, submarinos, etc.) son sustituidas por un gran aparato mediático compuesto por las grandes redacciones y estudios de radio y televisión. El bombardeo militar es sustituido por el bombardeo mediático: Las consignas y las imágenes sustituyen a las bombas, misiles y proyectiles del campo militar…El objetivo estratégico ya no es el apoderamiento y control de áreas físicas (poblaciones, territorios, etc.) sino el apoderamiento y control de la conducta social masiva.”  

El formato de Guerra de 4ª generación fue empleado en todo el mundo desde antes de su definición “teórica” (por ejemplo en Chile en 1973), pero en los últimos años y frente a los fracasos sucesivos del método de la guerra convencional para ocupar países (Irak, Agfanistán) ha sido la forma preferida de intervención imperial. Ha sido aplicado entre otros contra Irán, Siria y Libia, y en nuestra Latinoamérica contra Honduras, Paraguay, Bolivia, Ecuador y Venezuela, con resultados diversos.

El caso de Venezuela
Desde el propio inicio del proceso bolivariano, cuando en 1998 el Presidente Hugo Chávez asumiera por elección popular la conducción del país, Venezuela ha sido objeto del ataque continuo para producir desestabilización y lograr a un cambio de gobierno que nunca lograron conquistar por vía electoral, propiciado desde Washington en asociación con sectores de la oligarquía nacional. Este ha sido un proceso continuo, sobre todo con la utilización del poder de la hegemonía mediática de las grandes corporaciones transnacionales, abastecidas por el sistema de medios local propiedad de los factores de oposición, que han generado sistemáticamente desinformación y matrices de opinión de demonización y desprestigio del proceso bolivariano y de sus principales dirigentes.
La intensidad del conflicto en estos casi 17 años ha sido variable. Tuvo notables incrementos en 2002 y 2003 cuando se intentaron un Golpe de Estado y un “Golpe petrolero” y en 2007 cuando se intensificaron las “protestas” caracterizadas por las “guarimbas” , al haber ido perdiendo la oposición la presencia masiva en las calles que había tenido en los años anteriores.

La última etapa del proceso
El 12 de febrero de 2014 Venezuela festejó el Día de la Juventud. Ese mismo día fue el elegido por la extrema derecha de oposición para comenzar un movimiento de calle contario al gobierno que bautizó como “La Salida”. En Caracas, además de una manifestación de unos dos mil estudiantes de las universidades privadas, entraron en acción comandos entrenados en agitación civil que destruyeron edificios públicos, atacaron a las fuerzas de vigilancia y comenzaron una serie de hechos de violencia que se han continuado en todo el país. Junto a verdaderas manifestaciones aisladas de estudiantes, estas acciones se llevan a cabo por grupos pequeños que provocan guarimbas, destrozos en instituciones y servicios del estado (quema de vehículos, estragos de instalaciones, etc.), actuando cada vez más clandestinamente, desplazando sus acciones a las noches y madrugadas en la medida que las fuerzas policiales han ido deteniendo a los que actúan a la luz del día. Este ha sido el “estado de agitación” que viene viviendo Venezuela, producido por  hechos puntuales de violencia, con el agravante que en el Estado fronterizo de Táchira esos actos de violencia han tenido desde el principio un más alto nivel, producidos por elementos paramilitares armados y apoyados por alcaldes electos de oposición.

En un artículo anterior analizamos las características de esa “violencia civil” aplicada a Venezuela  y mostramos como a) Responde a una táctica de “focos” puntuales realizados en forma de comando por grupos de 10 a 15 personas enmascaradas y bien entrenadas  b) Responde a una estrategia de ubicación geográfica c) Dispone de un compleja logística de transporte, comunicaciones e infraestructura d) Cuenta con una importante financiación que sustenta esa logística y cubre el pago a aquellos que participan en los eventos violentos.
Esa violencia civil ha ido perdiendo intensidad progresivamente. En principio a partir que han sido detenidos muchos de los participantes –pero también en la medida que los propios vecinos se han vuelto en contra de las “guarimbas”, ya que estas se desarrollan sobre todo en las urbanizaciones de clase media con mayoría de votantes de la oposición, quienes son los más perjudicados por las acciones violentas– esa “violencia civil” mantiene entonces la tendencia a disminuir.

Si a eso agregamos las conversaciones de paz iniciadas por el gobierno, que han logrado sentar a dialogar a una parte de la oposición (sobre todo a los empresarios a quienes la situación les duele en el bolsillo) y el gran apoyo internacional recibido sobre todo por los países latinoamericanos (la OEA decidió en votación de 29 a 3 el respaldo al gobierno venezolano y la UNASUR no sólo dio su respaldo unánime –incluido el de los gobiernos de derecha del continente– sino que envió a Caracas a una delegación de alto nivel –integrada por casi todos sus cancilleres– para apoyar las conversaciones de paz); la violencia ha quedado totalmente aislada y disminuida, a pesar de la “ayuda” recibida por los medios corporativos que la han invisibilizado o han distorsionado su origen a nivel internacional.

De la violencia civil al terrorismo
La respuesta de los “factores ocultos” que promueven y dirigen la violencia en Venezuela ha sido sorprendente: incrementar el nivel de los ataques hasta una nueva etapa. En un conversatorio realizado en el Complejo Cultural del Estado Vargas organizado por Barómetro Internacional, algunos de sus participantes analizaban con gran preocupación el nuevo nivel al cual están llegando los hechos violentos en el país. Se decía que ni aún en las peores dictaduras habidas en el Cono Sur (Brasil, Uruguay, Chile, Argentina) se habían dado las formas de violencia que se están presentando en la Venezuela de hoy. Un par de días antes, el mismo día del incendio provocado en el parque nacional del Ávila que destruyó dos subestaciones de electricidad y que dejó a grandes zonas de Caracas sin energía eléctrica durante varias horas, en una conversación con otros analistas nos preguntábamos ¿Y ahora que sigue, carros-bomba?.
No tenemos ningún empacho entonces en describir los sucesos como terrorismo, ¿de qué otra manera pueden clasificarse los siguientes hechos?:
1)      La quema y destrucción de camiones de transporte de alimentos y combustible.
2)     El incendio de recintos universitarios (con saldo en el caso de la Universidad Bolivariana de la completa pérdida de sus instalaciones).
3)      La destrucción física y/o incendio de locales públicos tanto de instituciones estatales como privadas.
4)     El incendio y total destrucción del piso artificial recién instalado de una locación deportiva en el Sur del país.
5)    La destrucción de cientos de hectáreas del Parque Nacional Guaraira Repano del Ávila, con un incendio destinado a destruir dos subestaciones eléctricas de CORPOELECT
6)     El envenenamiento en Valencia de un lago desde el cual se surte a la población del agua potable
7)    La utilización de francotiradores utilizando rifles de precisión para proteger las barricadas (sistematizados sobre todo en el Estado Táchira, concretamente en la “zona liberada” de su capital), quienes han sido responsables de un alto porcentaje de los 39 muertos registrados desde que comenzara la violencia (hecho probado por los peritajes balísticos).
8)   El allanamiento de arsenales que abastecen la violencia, algunos de ellos hasta con explosivo C-4 de uso militar, o con lo encontrado en la residencia del padre de una actriz de televisión, un taller de producción de silenciadores para rifle y rellenado de cápsulas de proyectiles de alto poder (que fuera descubierto a raíz de la intercepción de una llamada de teléfono de un ex periodista de RCTV intentando comprar silenciadores y al cual se le ofertaba el “juguete completo”).
9)   La detención de participantes en la violencia entrenados en el exterior (algunos en lugares tan exóticos como la Europa del Este) o requeridos por la INTERPOL.
Mientras estamos escribiendo estas líneas nos muestran en Internet, a través de la red Zello (utilizada por la violencia para sus comunicaciones) la publicación de un Manual de Operaciones Insurreccionales, que entre otras cosas explica cómo utilizar a los perros callejeros para convertirlos en portadores de bombas y material incendiario (una técnica que la CIA utilizó al principio de la Revolución Cubana para quemar los plantíos de caña de azúcar).

Todo nos indica entonces que estamos entrando en una nueva fase del proceso de desestabilización: la violencia terrorista que no tiene ninguna intención política o de protesta, cuyo único objetivo consiste en sembrar el terror en la población, Lo más grave de todo esto es, no solo que estos actos inevitablemente llevan a la muerte de ciudadanos inocentes, sino que son muy difíciles de combatir ya que actúan en la total clandestinidad, y son originados por profesionales entrenados. Por más labor de inteligencia que se utilice, los gobiernos (y las poblaciones que los sufren) se encuentran bastante inermes ante ellos. Los mejores servicios de inteligencia del planeta logran escasos resultados en la prevención de estos sucesos.
Sin el ánimo de producir zozobra, lo que parece venir en el futuro inmediato –en la medida que esta absurda y desenfrenada estrategia de desestabilización mantenga estas características– es que tendremos que estar dispuestos a resistir nuevas agresiones. Corresponde prepararnos colectivamente para enfrentar esta nueva fase de la guerra que nos han declarado (a todos los venezolanos sin importar su posición política). 

miguelguaglianone@gmail.com

viernes, 21 de marzo de 2014

¿CRIMINALIZACIÓN DE LA PROTESTA ? Lo nuevo para desestabilizar...

MUESTRA EXQUISITA DEL PRIMER DÍA DE PROTESTAS PACÍFICAS

Por: Henry Escalante | Jueves, 20/03/2014 10:09 AM |

La estrategia de Washington, consistente en criminalizar y desprestigiar al Gobierno legítimo del Presidente Maduro, continúa en su matriz de juzgarlo por la violación de los Derechos Humanos. Una vez que se ha derrotado su intención violenta de salir del Gobierno de Maduro por la vía insurreccional (güarimbas), ahora retoman la vía “pacífica” como una manera de restablecer la conexión perdida con las bases oposicionistas, afectadas con la violencia desatada por mercenarios y paramilitares contratados bajo el seudónimo de “estudiantes”.

El rescate de la Plaza Altamira y sus alrededores para la convivencia ciudadana, ha tenido el mismo efecto demoledor de lo que fuera el rescate del tanquero petrolero Pilín León, el 21 de diciembre de 2002. Para quienes no recuerdan o eran unos niños o niñas en ese entonces, les explicamos que dentro de la estrategia golpista, representada por el paro-sabotaje petrolero, - los mismos que han emprendido las güarimbas como metodología de guerra para deshacerse del Presidente Maduro y su Gobierno, - pues, en diciembre de 2002, implementaron un paro-sabotaje contra nuestra industria petrolera, el cual, según explicaba uno de sus elaboradores, Luis Giusti, ex presidente de Pdvsa, en cuestión de pocos días derrumbaría el gobierno presidido entonces por nuestro Comandante Infinito, Hugo Chávez Frías. 

Como tecnócratas que se jactan de sus conocimientos, los cálculos no le dieron el resultado esperado. Allí, en el Lago de Maracaibo, fondearon un buque cargado con 44 millones de litros de gasolina, como una bomba que amenazaban explotar si el Presidente Chávez no accedía a su solicitud de que renunciara a la Presidencia de la República. "En el Zulia era un secreto a voces que desde la Gobernación le llevaban diariamente alimentos a la tripulación del Pilín en pequeñas embarcaciones privadas. En las lanchitas les llevan manjares, el premio por seguir apoyando a la 'Gente del Petróleo', sarcásticamente a mi modo de ver llamada también Coordinadora Democrática, y así la tripulación se mantuvo por unos 16 días, aproximadamente, fondeada en el Lago; un espacio que ellos se adueñaron, prácticamente, porque mirar esas aguas con un buque con tanto cargamento de combustible no resultaba nada grato", destacó el historiador zuliano Edwin Meza, el peligro que representaba tamaño cargamento de combustible frente a la ciudad”. Continua Meza en su disertación: "Querían salir del 'dictador', el dictador que todo le consultaba al pueblo y que promovió la mayor cantidad de jornadas electorales, el dictador que rescató a Pdvsa y la puso al servicio del pueblo y no de Norteamérica. Pues bien, una vez más pudo el hombre bueno, la conciencia de un pueblo, y aquellos que hinchaban su pecho porque le devolverían el petróleo a Estados Unidos tuvieron que huir. Los fracasados no pudieron con este pueblo enorme que no se dejó manipular".

El paro-sabotaje petrolero representó, tan igual como hoy lo son las güarimbas, una acción bélica del imperio de los EEUU y sus agentes apátridas en territorio patrio contra todo un Pueblo, su Gobierno, su FANB  y sus Instituciones. Mientras el buque Pilín León se mantuvo en las aguas tranquilas de nuestro lago de Maracaibo, toda la mediática burguesa se dedicaba a crear terror en la población, so pretexto que, si se movía estallaría con sus 44 millones de litros de gasolina y el responsable no sería otro sino el Presidente Chávez, por las muertes que causara. “Tal cual partes de guerra, todos los días se ofrecían ruedas de prensa encabezadas por los líderes del paro para hablar de los avances del plan. 

La situación no fue indiferente para Carlos López Peña. Un marino mercante nacido en Falcón, curtido en los mares, y que hacía apenas seis meses había sido el capitán del Maritza Sayalero, un tanquero similar al Pilín León. Su primer intento fue ponerse a la orden en la Capitanía de Puerto de Punto Fijo. “Entregué mi currículo y me lo desaparecieron en la propia Capitanía de Puerto de Punto Fijo, luego me fui a Pdvsa al departamento de reclutamiento y no había nadie. Lo que me tocó a mí y a los poquitos que nos presentamos fue ir a la base Juan Crisóstomo Falcón, en Punto Fijo. Después de varios intentos fallidos, la nueva tripulación logró embarcarse el 15 de diciembre. El ambiente a lo interno del buque era tenso. La tripulación sumada al paro se negaba a compartir la comida con los nuevos tripulantes. Hablaban en secreto. Eran cerca de las 4:00 de la tarde del 21 de diciembre. Transcurrían 16 días con la imagen de aquel tanquero anclado. Ante los ojos del mundo puestos, el capitán López Peña dio la orden de levar anclas. La mole de 47 mil toneladas métricas comenzó a moverse, pero apenas unos minutos después la tripulación advirtió que algo anormal pasaba. De inmediato se dio la orden de dar media vuelta, en sentido contrario a la dirección del Puente sobre el Lago.  “La famosa vuelta que dio el barco fue una vuelta que hubo que hacer de emergencia, porque ellos se metieron con los controles de la máquina principal, unas válvulas que siempre han debido estar abiertas y estaban cerradas. Cuando llegamos a media velocidad se fueron los controles y casi se apaga el buque. Mientras dimos la vuelta poquito a poco se pudo controlar y averiguar que las válvulas estaban manipuladas”. Fueron diez minutos de tensión, pero la pericia de los hombres de mar le salió al paso.  “Ellos sabían que el barco estaba a 20 minutos del puente, y el puente hay que pasarlo con media velocidad, a unos 8 nudos. Con menos de 8 nudos no es recomendable por las corrientes de la zona y hay que pasar más o menos rápido para que el barco no tenga riesgo de quedarse e impactar sobre el puente. Esas válvulas son las que hacen posible la inyección de combustible hacia la máquina. Actúan electrónicamente para que el buque tenga su nivel de maniobra”. En la narración del capitán López Peña se puede escuchar emoción. Luego de superar esos diez minutos de vértigo el barco retomó su dirección y atravesó el coloso de concreto rumbo al muelle de Bajo Grande alrededor de las 4:50 minutos de la tarde. En las orillas había gente que aplaudía. Otros, por el contrario gritaban consignas en contra de la hazaña. 

En el Lago, además del Pilín León, fueron fondeados el Morichal y Moruy. Mientras que en las costas de Amuay, en Falcón fueron parados el Caura, Paramacay y Maritza Sayalero. A la lista se sumaron el Susana Dujim en Higuerote y Yavire, Bárbara Palacios, Ambrosio y Paria en Puerto La Cruz. De los 13 buques de PDV Marina 11 fueron paralizados. Lo que se había pintado como algo imposible se logró. Desde esa tarde el sabotaje petrolero que ya sumaba 20 días tras ser convocado para el 2 de diciembre, comenzaba a desmoronarse. Mover el Pilín León —hoy Negra Matea— con sus 44 millones de litros de combustible, no solo representó un alivio para la escasez que agobiaba a los zulianos, si no que marcó un respiro moral para el Gobierno”. (Panorama.Com.Ve, 23-12-2012). Esa misma actitud criminal que mostraron en 2002, es la misma que  nos  han mostrado en estos días de febrero y marzo de 2014, siendo los objetivos los mismos: la salida del gobierno electo democráticamente por la mayoría de las y los venezolanos, por vías NO democráticas.

Los efectos de aquella acción criminal, en lo económico, no pudieron ser más catastróficos para la Patria: una contracción de 9,2% del Producto Interno Bruto, la actividad económica cayó en un 27,7%; y los datos de Pdvsa indican pérdidas por $2.598 millardos (crudo no exportado), $267 millardos (ventas internas no realizadas) y $841 millardos (importación de combustible). Un hecho, de los ocurridos en esos tiempos de fascismo exacerbado, lo narra la hoy Fiscal Luisa Ortega Díaz: “Un señor que tenía un negocio en Los Dos Caminos, a quien lo emplazaron sus vecinos, con quienes compartió durante años, para que cerrara su establecimiento, les dijo que no, que no iba cerrar porque necesitaba trabajar, pues de lo contrario no produce, no puede tener dinero para mantener su familia. Bueno, la noche de ese día le quemaron el negocio y lo saquearon”. (Paro Petrolero, Ministerio Público, Diciembre 2009).

Transcurridos 17 años de aquella aventura golpista, el imperio de los EEUU y sus agentes en territorio patrio intentan, de nuevo, derrocar al Gobierno legítimo del Presidente Maduro. El reporte de funcionarios militares es detallado por la Ministra de Defensa, Carmen Meléndez: “Van 79 heridos hasta la fecha y cuatro fallecidos y los cuatro son de la Guardia Nacional Bolivariana. De los 79 (heridos) 76 son de la Guardia Nacional Bolivariana y tres son del Ejército” (Correo del Orinoco, 19-03-2014). El reporte general lo da el propio Jefe de Estado, Presidente Nicolás Maduro: “Señaló que diversos organismos del Estado han atendido más de 16 mil eventos violentos durante las últimas seis semanas, donde han perdido la vida 29 ciudadanas y ciudadanos venezolanos y sólo un caso está vinculado a un funcionario de la Guardia Nacional Bolivariana (GNB), quien se encuentra privado de su libertad. “Yo he atendido personalmente el 95% de las denuncias que se han hecho por Twitter he comprobado que son falsas, fotos trucadas, de represión en otros países del mundo y los colocan como si fueran en Venezuela, videos y fotos antiguas y las colocan como si fueran hoy”, destacó. (Correo del Orinoco, 19-03-2014). Y, a quienes han enarbolado la denuncia de las torturas y desapariciones, típicas de la cuarta república, les ha retado: “Si hay un sólo caso de tortura que se haga la denuncia y como Jefe de Estado me comprometo a investigarlo y a castigarlos con todo el peso de la ley, esto no es un gobierno de torturadores ni represores”, expresó durante la segunda emisión de su programa radial En contacto con Maduro. Agregando palabras más adelante: “Yo creo que quienes han violado los derechos humanos en el país no están en el gobierno”.

El derecho a la Protesta, y lo colocamos en mayúsculas, está garantizado por nuestra Constitución Bolivariana en su Artículo 68; no obstante, no es un derecho ilimitado, absoluto,  exento de regulaciones, pues, no puede alguien, basándose en el ejercicio de ese derecho, violentar el derecho a la vida de sus compatriotas, el derecho al libre tránsito; por lo demás, la propia Constitución regula el ejercicio de dicho derecho, estableciéndole como condicionantes a la protesta que, la misma debe ser “pacífica”, “sin armas” y ejercerse “cumpliendo la Ley”. Requisitos que, de no cumplirse, colocan a la protesta al margen de la Ley. Esto ha venido ocurriendo con las protestas de la oposición, que lejos de ser “pacíficas”, “en cumplimiento de la Ley” y “sin armas”, la realidad de las güarimbas es que, las mismas se encuadran en una especie de guerrilla urbana o según la clasificación que les otorga el Pentágono en sus Manuales de Operaciones, una Guerra de Baja Intensidad. De allí que hablar de “criminalización de la protesta”, no es más que una necedad de una minoría descerebrada y disociada de la realidad. Un libreto más que deben seguir los empleados del imperio de los EEUU, para justificar los dólares por servicios prestados contra la Patria que los vio nacer. “El gobierno de Venezuela debe cesar la "campaña de terror" contra sus ciudadanos y comenzar a respetar derechos humanos, en el marco de las protestas en ese país, dijo este jueves el secretario de Estado norteamericano, John Kerry. "Tratamos de encontrar una forma de hacer que el gobierno de (Nicolás) Maduro se comprometa con sus ciudadanos, que los trate con respeto, que cese esta campaña de terror contra su propio pueblo y tratar de respetar derechos humanos", dijo Kerry ante la Comisión de Relaciones Exteriores de la Cámara de Representantes del Congreso”. (http://www.laprensa.com.ni/2014/03/13/planeta/186577). Quisieran, los ciudadanos y ciudadanas estadounidenses, poder gozar de las garantías constitucionales y legales, para ejercer su derecho a la protesta en los EEUU.

Quienes acusan al Gobierno legítimo del Presidente Maduro de “criminalizar la protesta”, practican un doble rasero que no aguanta el menor análisis. A manera de ejemplo, veamos lo ocurrido estos últimos días en la UCV, donde a  partir de los hechos violentos ocurridos el pasado miércoles 12, en que una marcha no permisada pretendieron encauzarla hacia la Defensoría del Pueblo, en Bellas Artes, en cuyas inmediaciones se encontraba otra marcha, conformada por estudiantes patriotas. El objetivo macabro es más que evidente, llevar una masa humana para enfrentarla contra la otra, hermanos/hermanas contra hermanos/hermanas. La actuación impecable de la GNB y la PNB, impidió esa funesta pretensión criminal. A lo interno de la UCV, se sucedieron situaciones que conllevaron a la destitución de los directivos de seguridad de esa casa de estudios, hechos que describimos en artículo aparte (http://www.aporrea.org/educacion/a184390.html). Como era de esperar, esa actuación de la rectora de esa casa de estudios, traería el repudio de miembros  de esa comunidad, tal es el caso de los sindicatos de obreros y empleados, quienes se concentraron en las inmediaciones del rectorado para manifestar su rechazo a esa destitución de los funcionarios de seguridad, quienes actuaron apegados a las normas de seguridad de dicha institución.

En cabeza del vicerrector académico de esa universidad, se activa un operativo de estigmatización de los funcionarios despedidos, así como de los sindicatos que defendieron su actuación, llegando al extremo el político oposicionista en funciones de vicerrector, Nicolás Bianco, de acusar a los dirigentes del sindicato obrero, camaradas Carlos Suárez y Guillermo Rodríguez, de “homicidio en grado de frustración”, por el solo hecho de disentir de su decisión y manifestarlo públicamente. (http://ead.ucv.ve/moodle/file.php/1/MensajeVicerrector_Academico-16-3-2014.pdf). No contento con esa mala actuación, el “académico” y político de oposición, Nicolás Bianco, ante la convocatoria a los medios de comunicación por parte de los sindicatos de trabajadores y trabajadoras de la UCV, en ejercicio a su derecho a la libre expresión, responde con una convocatoria a través de los medios internos de esa institución, estigmatizando la figura de los funcionarios destituidos: “Existen fuertes rumores entre el personal administrativo y obrero de que mañana, lunes 17 de marzo, el grupo violento que lidera el exdirector de Seguridad de la Universidad Central de Venezuela (UCV), José Cruz, atacará nuevamente la institución tras ser destituido por entregar a cuatro (4) estudiantes de la Universidad Santa María (USM) a la policía política, Servicio Bolivariano de Inteligencia Nacional (SEBIN), después de que participaran en la marcha de los estudiantes del miércoles 12 de marzo. Estudiantes, profesores, personal administrativo y obrero están convocando a una concentración mañana en las puertas del Rectorado a partir de las 8:00 am con el fin de repudiar esta clase de actos”. (http://eluniversitario.net/ucv-grupo-violento-liderado-por-exdirector-de-seguridad-atacara-nuevamente-la-institucion/). El objetivo, el mismo al atravesar la marcha por la UCV, enfrentar unos contra otros; mentecita criminal la de ese político de oposición metido a “académico”. Y esos son, los que acusan al Gobierno del Presidente Maduro de “criminalizar” las protestas.

Recordar al Rector Magnífico, Dr. Jesús María Bianco, en horas como estas de intolerancia y odio, es siempre benefactor: “La mutua tolerancia y respeto por las opiniones ajenas son absolutamente indispensables para preservar y afianzar el régimen de autonomía universitaria”. (Luces entre Sombras: la UCV, el CDCH y la Investigación Universitaria, José Luis Bifano). Sin duda, el Dr. Jesús María Bianco fue un hombre de Diálogo, un Humanista, no por casualidad las instituciones educativas de las y los trabajadores de la UCV le honran con su nombre. Esa intolerancia que hoy muestra uno de sus descendientes, es la misma que mostró uno de los académicos egresados de esa institución universitaria: el Dr. Rafael Caldera, quien el 31 de octubre de 1969, ordenó el allanamiento  de la Universidad que lo formó. La llamada “operación canguro” dirigida por el Gral. Homero Leal, con cerca de 3 mil efectivos entre policías y militares de las Fuerzas Armadas de Cooperación, Infantería de Marina, Cuerpo de Cazadores, Policía Metropolitana, Disip, PTJ y hasta funcionarios de Tránsito Terrestre. Con todo, ingresó Caldera a la Universidad Central de Venezuela.

En un discurso pronunciado el 03 de septiembre de 1970, el irreductible Rector Magnífico, Jesús María Bianco, señalaba que la violación de la autonomía universitaria era “un objetivo irreductible de la estrategia de dominación foránea (…) Se trata de un primer paso hacia la neocolonización que ya está en curso y que tiene como objetivo último implantar un orden institucional en que no haya condiciones para luchar contra la subyugación de nuestro pueblo”. 45 años después, esas fuerzas neocolonizadoras, parecieran provenir desde dentro de la institución universitaria, criminalizando las protestas de aquellos que piensan distinto al pensamiento único instaurado por las autoridades ucevistas. Solo la instauración de un régimen Democrático verdadero, podrá impedir que tal crimen se concrete; la Sala Constitucional del TSJ debe pronunciarse, ya basta de dilaciones. La LOE es Constitucional, el 34 debe dejar de ser letra muerta!!!!