1
Libia, apura hasta las heces el cáliz de saber una vez más que civilización es saqueo, Derecho es pretexto, humanitarismo es coartada.
2
Libia, bebe hasta el fondo la mentira que llama a la mejora de condiciones del pueblo tiranía, al control sobre los propios recursos Eje del Mal, al patriotismo fanatismo, a la decencia fundamentalismo.
3
Libia, paladea 17.300 operaciones aéreas desde el 31 de marzo, el sabor del uranio empobrecido que mata lentamente y la ejecución a control remoto que aniquila al instante.
4
Saborea por nosotros la certidumbre de que toda reserva internacional se embargará, todo intento de sustituir el papel sin valor del dólar será masacrado, todo recurso natural se saqueará.
5
Libia, aleja de nosotros el sumidero donde las potencias se lavan las garras y los hermanos se enjuagan las conciencias esperando que serán los últimos en probar el hierro que te hiere.
6
Libia, sufre por todos que la No Intervención de la Carta de las Naciones Unidas murió porque según Gareth Evans el “derecho de intervenir” en asuntos internos se ha vuelto “responsabilidad de proteger” (Foreign Policy, 2002), y según George Soros “la soberanía es un concepto anacrónico, originado en tiempos que ya se fueron (…) Si los gobiernos abusan de la autoridad a ellos confiada, y los ciudadanos no tienen oportunidad de corregir estos abusos, la intervención externa está justificada” (Foreign Policy, 2004).
7
Ahórranos, Libia, la certidumbre de que los más incondicionales, el embajador Dabbashi, el funcionario Nuri al Mesnari, el ministro de Relaciones Interiores Younis serán los primeros en traicionar para luego traicionarse y asesinarse entre ellos; de que quienes más tiempo estuvieron con el poder serán los mismos que se ofrecerán al Imperio como garantes de cambio.
8
Libia, bebe el trago largo de saber que quien inventa diferencias de matices, etnias, regiones y tribus entre hermanos afila el cuchillo que te clavará en la espalda el imperio extranjero.
9
Libia, no limpies de tus mejillas el beso de los Judas que te abrazaron, la saliva de los Iscariotes a quienes financiaste las elecciones, la hez de tus ministros que te adularon y ahora abren cabezas de playa para los invasores.
10
Libia, no bebas hasta la última gota el veneno de la doctrina del asesinato humanitario. Deja suficiente para que saboreemos el bombardeo contra hospitales, la destrucción teleguiada de medios informativos, el homicidio de no combatientes, la aniquilación filantrópica de acueductos para provocar la piadosa muerte por la sed.
11
Libia, bebe la copa del silencio que el prostíbulo de los medios extiende por el mundo mientras te degüellan: aspira la cortina de humo que sofoca mientras 18 comunicadores mueren en los bombardeos y las televisoras son pulverizadas.
12
Hermana, paladea el vinagre del tribunal extranjero que te sentencia sin juicio y el gusto de hiel del árbitro foráneo que confisca tus reservas sin proceso y el acíbar del policía apátrida que quiere secuestrarte sin derecho y la carroña del juez compatriota que intenta entregarte en sus manos.
13
Libia, con tu sacrificio aparta por instantes de nuestros labios la copa del atropello, el trago de la amenaza, el cáliz de la invasión venidera.
14
Libia, en cuyas arenas la luna abre del 1 al 29 de agosto el Ramadán del año 1432 de la Hégira: enséñanos a ayunar no sólo de comida y bebida, sino también de la mala palabra, el mal acto y el mal pensamiento: por un instante aparta de la angustia de los hambrientos del mundo la sombra de la mentira, la vileza de la codicia, el insulto de la muerte.
15
Libia, haz que no olvidemos la sangre del huérfano, la lágrima de la viuda, el silencio del ultimado.
16
Libia, prueba por nosotros la verdad amarga de que sólo lo que sabemos defender nos pertenece.
(TEXTO/FOTO:LBG)
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