viernes, 19 de marzo de 2010

SINOPSIS HISTÓRICA DEL IMPERIO OTOMANO

Para comprender al mundo árabe e islámico
SINOPSIS HISTÓRICA DEL IMPERIO OTOMANO
Mariano  Crespo

Para entender los problemas contemporáneos del oriente medio y el mundo árabe, es necesario pasearse por la historia del imperio otomano.  Dicho imperio tuvo su origen por allá en los años 1300 de nuestra era. Surgió al este de la capital de Bizancio. Constantinopla, era para aquel entonces tan sólo uno de los muchos principados  surgidos en Anatolia durante las dos últimas décadas del siglo XIII, Era un territorio que antes formaba parte del imperio bizantino. El Imperio Otomano no era exclusivamente islámico, ni exclusivamente turco, más bien era un imperio dinástico, en el cual la única lealtad que se exigía a sus variados habitantes era la fidelidad al Sultán, es decir que era la persona del Sultán, y no la identidad religiosa, étnica o de otra índole, la que mantenía el imperio unido, dicho imperio fue multinacional
Los grupos lingüísticos eran tan diversos y solapados y de igual manera las comunidades religiosas. En la península Balcánica se hablaban diferentes lenguas: eslavo, griego, albanés, y turco, esta última principalmente en Anatolia. La economía del Imperio Otomano era abrumadoramente agrícola, por lo que los Sultanes explotaban a su antojo al campesinado. En menor medida se desarrollo la ganadería.
         Las instituciones del Imperio Otomano evolucionaron y se transformaron en el trascurso de tres siglos y medios. Es decir desde el año 1300 hasta 1650, a mediados del siglo XVII se profundiza su declinación en tanto imperio, cuya degeneración ya se había iniciado hacia el año 1600 por continuas guerras intestinas.  En el año 1650, el imperio otomano ocupaba tierras en Europa, Asia y África. El territorio Otomano, abarcaba la mayor parte de la península balcánica, al sur de los ríos Danubio y Saba, y las tierras de Hungría central, los principados de Transilvania, Valaquia Moldavia y Crimea, que se extienden entre Hungría y el mar negro, eran tributarios del Sultán Otomano.
          En Asia, el imperio se extendía desde Bósforo hasta la frontera montañosa de Irán, al sur hasta la cabecera del golfo Pérsico, llegando hasta Yemen, en el sur oeste de la península Arábiga, y en África comprendían el litoral occidental del mar rojo, la provincia de Egipto, y los territorios de Trípoli, Túnez y Argel, en el mediterráneo abarcaba a Chipre, y la mayoría de las islas del archipiélago egeo. Ello nos da una idea de cuán grande fue este Imperio, y cuál fue la magnitud de su disolución. La historia nos señala, una vez más, que todo imperio está condenado a desaparecer, pues sus bases de sustentación dependen de la explotación y la subordinación de los pueblos a factores de poder.
Como dijimos antes, la población del Imperio Otomano era sumamente heterogénea desde los puntos de vistas religioso y étnico, así como en cuanto a su estructura social.
El Imperio Otomano, era un estado dinástico, cuya existencia dependía de la capacidad del Sultán para engendrar hijos varones, en consecuencia las cuestiones de reproducción dinásticas , la estructura familiar y la secesión eran asuntos de suma importancia política. Como hecho curioso cabe destacar que las mujeres podían tener un solo marido, y el mismo debía tener la misma condición social de la familia de la mujer, pero el hombre podía casarse hasta con cuatro mujeres simultáneamente, y sus esposas podían ser de cualquier condición social, e incluso para mantener la estructura dinástica, existía una norma que autorizaba al varón a poseer y mantener relaciones sexuales con tantas esclavas como su bolsillo se lo permitiera.
La disolución del Imperio Otomano trajo como consecuencia que los diversos grupos étnicos  fueran rescatando su acervo histórico, y fue así como las religiones, las costumbres y las diversas expresiones autóctonas se fueran reestructurando, y en lo que hoy en día constituyen toda la diversidad del mundo Islámico que conocemos.      




CAMBIAR AL CAPITAN DEL BARCO EN LA MITAD DEL RIO…¡ A PROPOSITO DEL COMPATRIOTA EDUARDO SAMÁN.
Mariano Crespo


La remoción, el desplazamiento, o la solicitud de renuncia del Ministro Eduardo Samán del cargo que venía desempeñando desde hacía relativamente poco tiempo para acá, frente a la cartera de Comercio, ha sido sorpresiva y desagradable para la opinión pública afecta al proceso revolucionario bolivariano, soy de la posición de que no hay hombres o mujeres imprescindibles, y mucho menos en gestión de gobierno, pero si creo que el desempeño, es decir la actuación enmarcada en los propósitos y en el cumplimiento del deber y de las expectativas del soberano, tiene un valor insoslayable para la permanencia o no de un funcionario en un determinada cargo así sea este parte integrante del alto gobierno
A nuestra manera de saber y entender el ex Ministro Eduardo Samán venía dando una lucha sin cuartel contra la especulación y el desabastecimiento en los productos de primera necesidad en las diferentes áreas del comercio, y pensábamos que tal actuación contaba con todo el apoyo del jefe de estado y de la estructura de gobierno, si había diferencias de enfoque o de rivalidades de grupos de opinión en las altas esferas gubernamentales, no lo sabíamos, y además pensamos que en caso de haberse dado tales circunstancias, no son lo suficientemente relevantes como para “cambiar al capitán del barco en la mitad del río”.
Hasta donde sabemos el compatriota Eduardo Samán es un hombre de izquierda, comprometido con la revolución bolivariana y resteado con el proceso revolucionario bolivariano, tuvimos la oportunidad de conocerle personalmente cuando se desempeñaba como Docente en la Escuela de Química de la UCV, cuando enfrentaba la mafia rectoral en contubernio con el lacayismo opositor agrupados en la llamada “Mesa de la unidad”, de esa Casa de estudios, mucho antes de ser Ministro y figura pública, a grado tal que el Consejo Universitario de la Casa que vencía la sombras, propuso la destitución de su cargo como docente, ante la actitud de este profesor en la defensa de la verdad y la objetividad ante posiciones asumidas por el gobierno nacional ante determinados aspectos relacionados con su área de conocimientos, y también de su actuación cuando estuvo al frente del Instituto de Defensa del Consumidor, el coraje y la entereza de este Samán quedó demostrada en dicho escenario.
Creemos humildemente que la opinión pública venezolana y en particular la opinión afecta al proceso bolivariana debe ser informada de las razones que llevaron al Comandante y Presidente Hugo Chávez a tomar dicha decisión, por cuanto involucra a uno de los Ministros más destacados y de apoyo popular del gabinete y pivote fundamental en un área tan neurálgica como lo es el comercio, signado por las aberraciones de la especulación, la adulteración de precios y el desabastecimiento, fundamentalmente alimentario y farmacéutico.

mcrespo48@yahoo.es

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