domingo, 29 de noviembre de 2015

Por Bruno Lima Rocha: Un Califato terrorista, con dominio territorial y apoyo de los Estados wahabit


Por Bruno Lima Rocha: Un Califato terrorista, con dominio territorial y apoyo de los Estados wahabit

Enviado por Barometro Internacional el domingo, 29 noviembre, 2015 a las 16:09


El Estado Islámico 
Mucho se ha  especulado, acerca de la financiación del llamado Estado Islámico (EI, ISIS o Daesh). Lo que se sabe, es que el tiene una circulación de venta de petróleo que gira en torno a US 1 millón de dólares diario,  teniendo posibilidad de alcanzar 3 millones de dólares. ¿La duda no es como extrae petróleo, ya que domina territorios con refinerías, pero sí como compensa estas ventas?.
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Ciertamente hay operadores financieros, y como ellos son una derivación  de Al Qaeda, ciertamente tiene contacto con operadores, como era la red de Bin Laden. Sobre el territorio que domina, se sabe que sí, cobran impuestos, tienen una propia moneda y aplican a  la población, en la forma de aranceles en moneda o en servicios. También se acusa de extorsión y secuestro, además de venta de mujeres en mercados específicos para este crimen. Hoy hay un consenso al afirmar que el *(EI, ISIS o Daesh).  es una suma de apoyo externo con autofinanciamiento.
Es lógico que el tema del apoyo financiero directo, y de la compensación de estas divisas, llaman por demás la atención. Así, el primer problema es de circulación. Los países de Golfo, como Arabia Saudita y Qatar, durante los últimos años, apoyaron los “rebeldes moderados”, lo que en el frente sunita anti-Assad incluyó el (EI, ISIS o Daesh).

Hoy la mejor opción para las monarquías árabes de Golfo es el Frente Al-Nusra, una filial de la Al Qaeda en la Siria, muy parecida con la Al Qaeda en la Península Arábica (AQAP), que opera en Yemen, con el apoyo de los sauditas. Luego, este apoyo queda difuso y los mismos donantes, que envían recursos para una red jihadista, cuando esta era parte de la Al Qaeda (y el rompimiento con el sultanato comandado por el Al Zawahiri, ocurrió en el inicio de 2014) desde entonces, el ISIS habría tomado 80% de los voluntarios extranjeros de la Al Nusra (Al Qaeda en la Siria), obviamente incluyendo sus recursos.

Es preciso entender que las franquicias de la Al Qaeda, componen una sofisticada red de inteligencia, montada por los servicios paquistanís y sauditas con el apoyo de la CIA, aún en la guerra contra la URSS en Afganistán. Esas redes se fueron se solidificando y ganando inserción en las instituciones de “caridad” que hacían el apoyo de las escuelas de formación, de ahí el Partido de los Estudiantes, el Talibán. Además, estamos hablando de volúmenes substanciosos además del dominio territorial que es siempre relevante.

Estos Estados que señalamos arriba, comparten el credo ultra conservador sunita, pero a la vez, evitan la implicación directa -  al menos en  Siria y en Irak  al contrario del  que hacen en el Yemen, cuando los sauditas dan apoyo directo a las bases de la Al Qaeda en la Península Arábica (AQAP) y la filial del Daesh allá operando también. En el caso específico del Levante, Arabia Saudí y Qatar tienen interés directo en derrumbar el presidente de la Siria Bashir Al Assad y para eso cuentan con la fuerza de los rebeldes sunitas.
Las redes sunitas también se manifiestan, para apoyar la población sunita en Irak, que era gobierno con Sadam y se vio en posición de minoría. Quién controla la lealtad de las tribus, que acaban controlando los flujos en el territorio, (que serían las arterias del territorio, haciéndolo generar cohesión, según los manuales de geopolítica) se den sobre un desierto.

Debido al clamor internacional, luego de  más de 100 días de cerco a la ciudad curda de Kobani (en el norte de la Siria, territorio del Curdistán Oeste), se formó una coalición anti-ISIS, lo que género que la aviación militares, de los países árabes aliados de los EUA´ hayan  atacado bases y trenes del ISIS. Eso favoreció la resistencia de la izquierda curda en Kobani, pero no fue, lo que ha  definido la guerra allí. Las misiones militares realizadas por pilotos qatarís y sauditas, por ejemplo, tenían la contradicción de muchas veces, atacar blancos que habían sido construidos por ellos mismos., denotando la presencia estratégica de agentes externos.

Es preciso entender que hasta el final de 2014, la guerra de la Siria estaba internacionalizada, pero se manifestaba como una contingencia local, expandido, una guerra indirecta también entre Arabia Saudí e Irán, proyectar la hegemonía de sunitas conservadores,  por chiitas conservadores. En el inicio de 2013, con la autonomía del Curdistán Sirio y el establecimiento de los tres cantones en Rojava, una nueva forma de vida en sociedad creó una especie de segundo frente de guerra, entre el ISIS y el guardia-lluvia del PKK en la región, con el partido PYD y las milicias del YPG y YPJ.

La denuncia contra el ISIS y la presencia reciente de Rusia pusieron contra la pared las operaciones de inteligencia en el apoyo de los “rebeldes moderados”, siendo que el propio ISIS ya formó parte de esta lista, aún después de haber se separado de la Al Nusra. Las relaciones con la OTAN, a través de los intereses directos de los EUA, son muy anteriores a la existencia de la Al Qaeda y aún anteriores la Guerra de Afganistán contra la URSS.

Esto forma parte de la llamada guerra fría del mundo árabe, donde el pan-arabismos (baathistas y socialistas), confrontaron las monarquías conservadoras y acabaron siendo derrotados. A partir de 1979, comienza la lucha entre el Estado Persa (el Irán chiita) y los aliados de Arabia Saudí (árabe, sunita). Súmese a esta rivalidad el papel estratégico de Turquía, como país miembro de la OTAN, el segundo mayor contingente militar de la Alianza y que apunta, como enemigo estratégico al PKK, aunque el PKK desde el 2000, haya renunciado al separatismo y adoptar un programa de tipo federalismo político con democracia directa y emancipación plena de la mujer. En este ajedrez, es que se mueven los aliados de los EUA y apoyadores indirectos (o directo) del ISIS.

Como sería, posible hipotéticamente dar el combate al Daesh

Es posible combatir el ISIS materialmente. Primero, es preciso sancionar y frenar, las operaciones de apoyo al ISIS, tanto en las operaciones directas o indirectas. Luego, es preciso sancionar a Turquía y no dar aval, para que la potencia regional ataque los enemigos estratégicos del ISIS. A la vez, y como consecuencia, fortalecer la izquierda del Curdistán (el llamado guardia-lluvia del PKK) o al menos dejar luchar, sin tener que combatir su retaguardia;

Segundo, es preciso bombardear incesantemente las refinerías controladas por ellos, así como las colas de camiones que llevan el óleo crudo por la frontera. Nuevamente se observa que Turquía, tiene una fuerza terrestre impresionante y poco o nada hace contra el ISIS en esta zona.

Tercero, sería fundamental, establecer una área de dominio en medio del territorio por ellos controlado, y eso puede darse si el YPG/YPJ, venza militarmente en el norte de la Siria, cerrando esta frontera para los terroristas integristas e impidiendo la acción de la inteligencia turca,  siga apoyando al ISIS. Si los tres cantones logran  integrarse en Rojava, hay la posibilidad concreta de cerrar la frontera turca, la más importante para el ISIS, y dificultar también la llegada de voluntarios extranjeros venidos de Europa por ejemplo.

En el largo plazo, veo tres alternativas que son complementarias. Primero y más urgente: La victoria militar de las fuerzas del Con federalismo Democrático, expulsando el ISIS de todo el Curdistán Sirio y de Iraq,  estableciendo bases societarias, que van a frenar la base del patriarcado y del integrismo. Esto realmente puede ocurrir a partir de las acciones integradas contra el ISIS y la garantía del buen desempeño de las fuerzas de la izquierda curda, pero para que eso ocurra es preciso que a Turquía pare de atacar los enemigos del ISIS.

Segundo y en la secuencia: Un nuevo arreglo en la región, creando formas de cogobierno  en  Siria y en Irak, o mejor en el Levante, en la Mesopotamia y en el Curdistán. Si eso no ocurra, con igualdad de posibilidades para el conjunto de grupos étnico-comunitarios y étnico-religiosos, la guerra volverá todo el tiempo. Para eso es necesario frenar, las pretensiones de las potencias occidentales, en intentar derrumbar Assad, como condicionante para combatir el ISIS de forma directa e intensiva.

Con la posible aproximación de Francia y Rusia, es probable que la condición de permanecer con Assad, para una solución negociada sea más fácil. Es importante afirmar que la izquierda curda salió victoriosa en Kobani (Siria) y en Shinjar (Irak), liberando los Yazidis y ampliando las bases sociales con democracia directa y sin la reproducción del patriarcado en la forma de la taifyya (el concepto de taifyya el comunalismo sectario basado en clanes que forman tribus. Y estos son unificados por identidades comunes, comandadas por hombres dando como base en el patriarcado ancestral de la región, fue redescubierto para la lengua portuguesa por mi alumno de Relaciones Internacionales, Enrique Taborda), luego las fuerzas en el suelo - victoriosas - ya existen, o mínimamente necesitan poder quedar “sólo luchando” contra el ISIS y sin preocuparse con ataques de la OTAN a través de Turquía. 

Tercero y a largo plazo: Es realmente necesario emerger un nuevo Islam político, que sustituya el papel que ya fuera ejercido por el pan-arabismo de izquierda, o sea, una alternativa de vida en sociedad, para los pueblos de Oriente Medio de modo que puedan convivir con sus ancestros, pero sin reproducir el horror del sectarismo, del patriarcado y de la apostasía.

Si no emerger una nueva forma de existencia en sociedad de los pueblos islamizados (en su mayoría, árabes, curdos, persas y turcos, además de decenas de otros), el Islam político, va a manifestarse tanto a partir de la teocracia iraní (previsible, pero conservadora) o a través del peor del sunismo, el wahabismo, y su posibilidad permanente, de usar el argumento político-religioso. Por su parte el “occidente” quiere “occidentalizar” la región la fuerza. Pero, las fuerzas transformadoras en la región, deberían ser apoyadas y no combatidas, como viene ocurriendo hace décadas.  
 (www.estrategiaeanalise.com.br / blimaroocha@gmail.com

Por Sergio Rodríguez Gelfenstein: Quiénes son los terroristas!


Por Sergio Rodríguez Gelfenstein: Quiénes son los terroristas!

Enviado por Barometro Internacional el domingo, 29 noviembre, 2015 a las 16:29


El terrorismo es la acción política violenta que puede ser usada por el gobierno o por la oposición a éste. Paradójicamente el concepto surgió para caracterizar la política de terror durante la Revolución Francesa, es decir que su nacimiento está asociado al poder y a la aplicación del mismo por la burguesía contra sus oponentes.  Rápidamente el mismo se asoció con cualquier sistema de opresión violenta basada en el miedo.
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El terrorismo de Estado consiste en la aplicación sistemática de la violencia por parte del aparato estatal a fin de amedrentar a los opositores, afectando en algunas ocasiones a la mayoría de la población como ocurrió en la América Latina de los años 70 y 80 del siglo pasado. Pero el terrorismo de Estado puede tener una proyección externa cuando las acciones violentas se ejercen en otros países, vulnerando el soporte jurídico que ofrece el Derecho Internacional para las relaciones pacíficas entre naciones.
Desde el punto de vista ético, la práctica del terrorismo plantea el dilema entre los fines y los medios, expuesto por Albert Camus en su obra “Los Justos” cuestionando a aquellos que colocan su causa por encima de los preceptos morales. Eso es lo que hoy ha permitido a Estados Unidos, -en el caso de Siria- afirmar que hay “terroristas buenos y malos”, toda vez que los primeros sirven a sus propósitos de derrocar al gobierno legítimo de ese país. Es la misma concepción que llevaba a la potencia imperial a  caracterizar a la Contra nicaragüense como luchadores por la libertad, así como proteger en su territorio a Luis Posada Carriles, Orlando Bosch, Félix Rodríguez y otros terroristas confesos de cometer crímenes de lesa humanidad.

Esto es mucho más que un mero debate académico, si se considera que las sociedades exigen respuestas frente a estas tenebrosas actuaciones sobre las que la Organización de Naciones Unidas ni siquiera posee una definición aceptada por todos. Tal vaguedad conceptual es la que permite cometer atrocidades en nombre de “la libertad y la democracia”, estas si delimitadas axiomáticamente por las potencias globales a fin de actuar impunemente en cualquier rincón del planeta. De esa manera, se caracteriza como terrorista la respuesta del pueblo palestino a la brutal represión del Estado de Israel, de la misma manera que  hicieron con los luchadores anti apartheid de Sudáfrica. Cabe recordar que el propio Nelson Mandela fue considerado como terrorista por Estados Unidos hasta el año 2008, 18 años después de salir de prisión y 14 de ser elegido presidente de su país. En un sin sentido propio de las imposiciones imperiales, Mandela ejerció todo su período presidencial siendo considerado como terrorista por la mayor potencia mundial. Si nos atenemos a esto, Mandela sólo vivió los últimos cinco años de su vida, sin ser calificado como tal. Algún despistado diría que antecedió a Barack Obama como el primer terrorista que ganó el Premio Nobel de la Paz.

Si aceptamos que el terrorismo es conceptualmente el sacrificio deliberado de víctimas inocentes,  así como la transgresión de derechos superiores a los que se dicen defender y la vulneración de valores o su imposición por la fuerza, no nos queda más que afirmar que los mayores terroristas del planeta son los gobiernos de Estados Unidos y los países de la OTAN. Ello, no sólo por su actuación directa, sino también por su participación inmediata en la construcción de organizaciones terroristas a lo largo del mundo, las que lo están sembrando de violencia, miedo, persecución hasta llegar a niveles de deshumanización tales que deja disminuido hasta al régimen nazi, caracterizado como el peor horror del planeta durante el siglo XX.

En reciente vista a Kenia, el papa Francisco apuntó que “La experiencia demuestra que la violencia, los conflictos y el terrorismo que se alimenta del miedo, la desconfianza y la desesperación nacen de la pobreza y la frustración. En última instancia, la lucha contra estos enemigos de la paz y la prosperidad debe ser llevada a cabo por hombres y mujeres que creen en ella sin temor, y dan testimonio creíble de los grandes valores espirituales y políticos que inspiraron el nacimiento de la nación”. En estas palabras, el máximo representante de la iglesia católica pone el énfasis en la búsqueda de las causas del terrorismo y las ubica en “la pobreza y la frustración”. Si acogemos esta prédica, lamentablemente tendremos que aceptar que va a ser difícil eliminar este flagelo si no se suprimen los móviles que le dan origen. En esa medida, la pobreza, un engendro mucho peor que el terrorismo porque ocasiona más muertos y pesares a la humanidad, no va a tener solución en los marcos del capitalismo que intrínsecamente es depredador, marginador y excluyente.

Digo esto porque la única respuesta (necesaria a estas alturas) que se ha escuchado de parte de los mandatarios que dirigen las operaciones anti terroristas es la acción bélica, las cuales,  incluso cuando son efectivas, -como lo demuestran las llevadas a cabo en conjunto por el ejército sirio y la aviación rusa- y llegaran a obtener un éxito contundente, así como la supresión de los grupos terroristas que hoy operan en Siria e Irak, no darán solución definitiva al problema.

La ola de terror en el Medio Oriente, que también ha afectado a Estados Unidos, Rusia, China y Europa, fue iniciada a partir de la creación, financiamiento, dotación de armas y adiestramiento de los talibanes y con ellos de Al Qaeda por parte de la CIA en Afganistán en los años 80 del siglo pasado. Sin embargo, cobró fuerza a partir de los atentados del 11 de septiembre de 2001 –conocidos de antemano por el gobierno de Estados Unidos si nos atenemos a las declaraciones de diez jefes de inteligencia que comparecieron a una comisión especial del Senado que investigó los hechos-. Ello condujo a la utilización, -por parte del Presidente Bush- de la lucha contra el terrorismo como elemento ordenador de las relaciones internacionales y el establecimiento por la fuerza de un mundo unipolar como modelo organizacional en el planeta.

Los intentos de imposición de valores, de una cultura distinta y de un modelo de democracia que siendo mejor que el dictatorial, no ha funcionado en ningún lugar del mundo, sobre todo en aquellos países del Medio Oriente, gobernados por monarquías putrefactas en las que no existe el menor atisbo de democracia y se violan cotidianamente los derechos humanos, bajo la mirada cómplice de Occidente, ha sido el caldo de cultivo para que miles de jóvenes musulmanes excluidos, marginados y violentados en su humanidad y sus creencias, terminen aceptando ideologías extremistas (ajenas y usurpadoras del islam) que han comenzado a actuar en territorios cada vez más extensos y con una saña superlativa.

En el contexto actual, caracterizado de una parte, por el inaudito incremento de las migraciones de ciudadanos que escapan de la guerra y que huyen a Europa como tabla de salvación para lo que Occidente ha transformado en una existencia miserable. Y de la otra,  por la continuidad de atentados contra ciudadanos inocentes e inermes en un avión comercial civil ruso en Egipto, en un barrio de Beirut,  en centros de recreación en París y en un hotel de Bamako, capital de Mali, ese mismo Occidente sólo ha reaccionado cuando el terror ha golpeado la capital francesa, pareciera que las otras víctimas no tienen importancia. De tal dimensión es la deshumanización capitalista que le da valor distinto a la vida humana, dependiendo del lugar donde se haya nacido sometiendo al desprecio y al olvido a aquellos que habiendo sido también inmolados por la barbarie terrorista, no han tenido la fortuna de nacer en alguna de las ciudades de un “territorio privilegiado” al que consideran la médula del planeta.

Ante esta barbarie, ha reaccionado Rusia, para establecer una alianza con Irak, Siria e Irán a fin de enfrentar de manera real al terrorismo, sin ambigüedades;   sin campañas que se hacen en los medios, pero de las que no hay constancia en el terreno de los combates; sin decir que se ataca al comercio petrolero ilegal de los terroristas mientras se les da protección aérea a los mismos; sin fomentar un supuesto “terrorismo bueno” que eufemísticamente llaman “oposición armada”, como si ello fuera posible de manera legal en algún lugar del planeta, en carencia de apoyo y financiamiento de una o varias potencias globales; sin entregar armas a ese sector calificado de oposición, que a su vez las cede a los que ellos mismos califican de terroristas.

Todo eso, lo que ha hecho es poner en evidencia que lejos de combatir el terrorismo, Estados Unidos y sus satélites de la OTAN lo que hacen es  sostenerlo y luchar junto a él, como lo demuestra claramente el derribo de un avión ruso en Siria, de manera artera, alevosa y traidora de parte de la aviación de Turquía, un país que debería estar en el podio mundial entre aquellos gobiernos que fomentan y desarrollan el terrorismo.

No existe un terrorismo bueno como pretenden hacernos creer los medios transnacionales de comunicación, sus principales aliados y propagandistas. El terrorismo es uno solo y su origen está en las entrañas de la sociedad de clases que margina, excluye y humilla y que pretende universalizar valores, por vía de la fuerza, llevando a la impotencia y desesperación de miles de jóvenes que se incuban en sus propias sociedades, desde las que emanan la fuente de la rabia que utilizan mentes criminales para encauzar un enfrentamiento contra toda la humanidad.  No hay que olvidar que, como dijo el Papa Francisco, “el terrorismo nace de la pobreza”.
sergioro07@hotmail.com