Por
Bruno Lima Rocha: A través de la reproducción interna en Brasil
Enviado por Barometro
Internacional el domingo, 15 noviembre, 2015 a las 14:58
La presencia de los EEUU en América
Latina
En
artículos anteriores con esta misma temática, abordé el Tratado
Transpacífico (TPP) y la necesidad de la superpotencia, en intentar
un contra-ataque a la expansión china y su alianza, que se
solidifica con a Rusia. En el caso latinoamericano, tenemos
actualmente una interdependencia, de todos nuestros países con China
y su enorme capacidad de inversión.
Además
de la eterna “enfermedad holandesa”, cuando nuestros países,
Brasil al frente, insiste en operar como plataforma agro-exportadora
y de extracción natural, poniendo sus ojos en el mercado chino e
indiano como nuevas fronteras comerciales.
Ya
fue debatido en este espacio, la absurda opción primaria de las
estructuras productivas brasileñas y de los países Hermanos, así
como al equivocarse, en apostar en soluciones transitorias del pacto
de clases, donde el “populismo” (o el concepto de liderazgo
carismático poli clasista) casi siempre termina por abrir, el poder
delante del desafío reaccionario. Hay raras excepciones y en este
preciso sentido, nos parece existir una real capacidad de pronta
respuesta del pueblo venezolano después de los sucesos de 2002 y
2003.
Volviendo
al tema del Tío Sam entre nosotros, si ya no tenemos la presencia
ostensiva del Imperio, las amenazas de la aplicación de la Doctrina
*Monroe, no se hacen tan presentes como en el periodo de la Guerra
Fría, es un terrible engaño subestimar la proyección de poder de
Washington sobre nuestras sociedades. México es un caso, un país
lacerado por la expansión sub-imperialista aún en el periodo del
Destino Manifiesto y hoy tiene gran cuota de su economía legal e
ilegal vinculada al flujo de capitales de los EUA. Los países del
sistema Caribe-Antillas, incluyendo los centro-americanos, aún
tienen toda su historia el tiempo presente vinculada a los designios
y posicionamientos del Mando Sur del Imperio.
En
América del Sur, a través del Plan Colombia y del Diálogo
Interamericano y su programa de “prevención a las drogas” (ver:
dialogo-americas.com) las agencias de espionaje y las fuerzas
regulares realizan uno cerco estratégico sobre la Amazonia,
específicamente cercando la Amazonia Brasileña, con tropas
terrestres. Ya en Paraguay, aún con la alegatos de combate contra
ilícitos y a través de acuerdos bilaterales, dos bases
estadunidenses están asentadas sobre el Acuífero Guaraní. A todo
este potencial de agresión sumemos lo cerco a Atlántico Sur (EUA e
Inglaterra) y la agresividad de la Alianza del Pacífico, cosida con
Tratados de Libre Comercio (TLCs) de sus miembros con los Estados
Unidos.
Aún
con todo el poderío militar y la tradición imperial, podría
afirmar que el mayor daño de los EUA sobre nuestros países no está
hoy en su dimensión económica o bélica, y sí en el ámbito
financiero (por el reglamento y el esquema de fraude estructural
articulado en el eje Nueva York-Londres) y, en escala superior, en el
plan de la cultura y proyección ideológica.
El
concepto de soft power – poder blanco o suave - delineado por
el profesor de Harvard Joseph Nye, forma la mejor definición de
dominio, difuso de Estados Unidos en el Continente. No habría
concordancia total y por veces siquiera parcial con la política
externa de Washington, pero es tamaña la difusión de valores,
cultura, presencia institucional y educacional (incluyendo el sistema
universitario), además de la obligatoriedad del dominio de la lengua
inglesa que es perceptible esta omnipresencia simbólica del Imperio.
El
Imperio está presente en todas las clases
La
omnipresencia acaba por influenciar en la formación de mentalidades,
con especial efecto en el mayor país latinoamericano. Aunque exista
una mayor aproximación en los últimos doce años, estructuralmente
la sociedad brasileña (a través del colonialismo interno y
subalterno de la élite dirigente y de las fracciones de clase
dominante), aún reproduce las formas más perversas de colonialismo,
colocándose de culo para el Continente.
Algunas
evidencias de este enfermo alejamiento de Brasil, para los países
Hermanos pueden ser fácilmente verificadas: tenemos elevada
desinformación de nuestras coyunturas comunes; buena parte de la
clase media y casi toda la clase alta brasileña habla inglés, pero
siquiera araña el castellano; el consumo cultural en lengua española
de América es ínfimo, se comparado con la basura cultural en lengua
inglesa, incluyendo todas las subculturas de este periodo de la
internet.
Infelizmente
el fenómeno atraviesa todas las clases, incorporando en la masa de
la periferia y subalterna los códigos de las juventudes del Imperio,
pero sin traer los elementos de rebeldía y antirracismo de latinos y
afroamericanos. Los jóvenes nacidos, en la era de la comunicación
cibernética, están con menos frenos para incorporar las marcas y la
cultura del consumo suntuoso, que marcan la vida cotidiana en las
metrópolis de los EUA. Esto puede ser tristemente evidenciado,
observando la presencia de la juventud de periferias, en centros
comerciales brasileños, vistiendo ropas con mímicas y gestual
estadunidenses.
Aculturación
y colonialismo de mentalidades, forman el binomio que estructuran el
piso de cima latino-americano y su complejo. Para desgracia
colectiva, el país que más adhiere al código simbólico y
proyección cultural eurocéntrica y anglo-sajona es justamente
Brasil. Parece que vivimos bajo la eterna maldición del golpismo de
1964 y general del Ejército Brasileño (la fuerza terrestre forjada
a través de la presencia portuguesa y de la esclavitud), general
Juracy Magalhães al proferir la absurda sentencia: “lo que es
bueno para los Estados Unidos, es bueno para lo Brasil!”.
Más
estratégica que la sentencia del vende patria y entreguista clásico,
es la definición del Pentágono y de la Casa Blanca acerca del peso
relativo de Brasil para el Continente: “para donde se va Brasil,
irá América del Sur y tal vez toda la América Latina”. Los
análisis nombrados mas arriba, son de dominio común y ultrapasando
el terreno sólo de especialistas en historia y geografía política
y relaciones internacionales, indican el obvio. La formación de
mentalidades de los brasileños, es el permanente embate estratégico
para todos los latino-americanos.
(www.estrategiaeanalise.com.br
/ blimarocha@gmail.com)