Por Sergio Rodríguez Gelfenstein: ¡Ahora si comenzó la guerra contra el terrorismo!
Enviado
por Barometro
Internacional el domingo, 11 octubre, 2015 a las 18:30
A
pesar de lo que se ha querido construir a través de las grandiosas
súper producciones hollywoodenses, lo verdaderamente cierto es que
Estados Unidos ha fundado sus victorias en la mentira y en la
apariencia de una efectividad militar que no pasa de ser una
quimera. Ello lo atestiguan varias de sus actuaciones durante
el transcurrir de la historia: la explosión del acorazado Maine en
la Bahía de la Habana, Cuba en 1898, la intervención en Filipinas
ese mismo año, Pearl Harbor en 1941, el Golfo de Tonkin, Vietnam en
1964, Granada en 1983, hasta las más recientes falacias referidas a
la posesión de armas nucleares por Irak que devino en la invasión
a ese país en 2003 y la supuesta represión del gobierno de
Libia contra manifestantes que dio cabida a los bombardeos de la
OTAN, el derrocamiento y asesinato de Muamar Gadafi, la
transformación de ese país en un Estado fallido y la crisis de
migrantes que hoy enfrenta Europa.
Sin
embargo, en Siria, no han podido edificar una farsa cinematográfica
de tal estilo. Las acciones emprendidas por Rusia en alianza con
Irán, Irak, Siria, Hezbollah y las organizaciones que representan
al pueblo kurdo, lo han impedido poniendo en evidencia la
incapacidad militar de Estados Unidos, mostrando su verdadero
talante, el cual obstruye el sostenido discurso de combate al
terrorismo. Al contrario, en días recientes, la potencia
norteamericana y sus adláteres en la región, armados y financiados
por el Pentágono, el Departamento de Estado y la CIA se han visto
obligados a dar explicaciones por fallidas acciones llevadas a cabo
por sus fuerzas armadas, las que son expresión de un extravío
estratégico, una mediocridad operativa y una táctica imperfecta.
Los tres niveles están fallando, lo cual es manifestación de una
debacle, sólo comprensible por su subordinación única a la
tecnología, mientras se subestima el factor humano y su capacidad e
inteligencia como elemento decisivo para la toma de decisiones.
Por
un lado, Estados Unidos bombardeó un hospital de Médicos Sin
Fronteras en Afganistán causando 22 víctimas fatales y decenas de
heridos. Como ya va siendo habitual, el presidente estadounidense
pidió perdón y asunto resuelto. A esperar el próximo “error”
y los venideros “daños colaterales” que ya se cuentan por
miles en los países invadidos por Estados Unidos en el Medio
Oriente. Para no ser menos, la fuerza aérea de Arabia Saudita atacó
una fiesta de matrimonio en Yemen asesinando 130 ciudadanos que
participaban de la ceremonia. Nada de ello ha impedido que los
rebeldes huties sigan avanzando en territorio saudita donde ya
ocupan la mayor parte de las provincias de Jizán y Najrán, -con un
territorio superior a los 100 mil kilómetros cuadrados- las cuales
pertenecieron históricamente a Yemen, y fueron ocupadas por Arabia
Saudita, aunque la mayoría de su población perpetúan su identidad
chiitas y ¬¬¬yemenita. Así mismo, las fuerzas armadas de la
monarquía, continúan sufriendo cuantiosas pérdidas materiales y
humanas, incluyendo altos jerarcas militares del régimen de Riad,
que fueron aniquilados en un ataque con cohetes a una importante
base militar, todo lo cual ha sido ocultado por la prensa
occidental. En otro ámbito, en Egipto fueron asesinados 12
ciudadanos, 8 de ellos mexicanos, también por un “error”
de las fuerzas armadas de ese país, asesoradas y entrenadas por
Estados Unidos. Tres países, tres deslices producidos por una
obsesión anti terrorista que no ha producido resultados positivos
tangibles. Por el contrario, 14 años después del inicio de dicha
cruzada por el presidente Bush, ni en Afganistán, ni en Irak, mucho
menos en Libia o Siria la coalición occidental ha logrado éxitos
que puedan justificar los multimillonarios presupuestos invertidos
en ello. Todo ha sido una gran farsa cuyo principal
protagonista es el sistema imperial de Estados Unidos y sus actores
más relevantes, sus ineficientes fuerzas armadas que sólo en
Hollywood, CNN y Fox pueden logran ser transformados en héroes.
Como
dije antes, en Siria quisieron construir la misma trama y ¡Oh
sorpresa!, la denuncia vino esta vez desde las propias entrañas de
las fuerzas armadas imperiales. Según informa el investigador
español Enrique Montánchez quien a su vez, cita al diario New York
Times, medio centenar de analistas de inteligencia del Mando Central
de las Fuerzas Armadas de Estados Unidos, encabezados por Gregory
Hooker el analista de más alto nivel sobre Irak en el Mando Central
(CENTCOM, por sus siglas en inglés), “han acusado a militares de
alta graduación por obligarles a manipular sus informes para
presentar un escenario optimista de la guerra que la coalición
internacional libra contra los terroristas del Estado Islámico en
Siria e Irak”, que comenzaron en agosto de 2014.
Hooker
afirmó que sus jefes les exigieron cambiar los datos sobre el
estado real de preparación de las fuerzas armadas iraquíes y
presentar una imagen favorable del resultado de las acciones aéreas
de Estados Unidos en Irak y Siria. Se trata, dijo, de “politizar”
los resultados para mostrar a las altas autoridades políticas y de
inteligencia del país, éxitos que no se han obtenido. Ante esto,
David Faulkner antiguo director de objetivos en CENTCOM quien
trabajó con los analistas sobre Irak afirmó que no había
objetivos estratégicos, “Esto no es más que la guerra por la
guerra”, dijo, todo lo cual ha hecho estallar la ira entre los
miembros del Congreso de Estados Unidos.
Esta
situación contrasta con las acciones concretas que Rusia ha
comenzado a ejecutar en la lucha contra el terrorismo. En su
comparecencia en la Asamblea General de la ONU, el pasado 2 de
octubre, el presidente Vladimir Putin expuso que su país
consideraba un enorme error el rechazo a cooperar con las
autoridades sirias y con su Ejército, tomando en cuenta que sólo
estas fuerzas y la milicia kurda eran las únicas que estaban
luchando realmente contra el EI y otras organizaciones terroristas.
Por
otro lado, el mandatario ruso, afirmó que "Es hipócrita e
irresponsable hablar sobre la amenaza terrorista internacional y al
mismo tiempo, hacer la vista gorda ante los canales de financiación
y el apoyo que se brinda a los terroristas o intentar manipular a
los grupos extremistas para alcanzar objetivos políticos
propios". En ese sentido, propuso crear una amplia coalición
de fuerzas, en la que los países musulmanes deberían jugar el
papel preponderante en el combate al terrorismo, para lo cual es
clave apoyar al gobierno legítimo de Siria.
Antes,
ya se había dado el primer paso. El 25 de septiembre se anunció la
creación en Bagdad de un centro de coordinación de operaciones
militares conformado por Irán, Rusia, Siria y el país sede. Así
mismo participan en el Centro, representantes de Hezbollah de Líbano
y de las milicias kurdas. Según el Canciller ruso, Serguei
Lavrov dicho estamento servirá para coordinar las acciones contra
el Estado Islámico.
A
pesar de la falta de voluntad de Estados Unidos y la OTAN de
involucrarse realmente en las acciones contra el grupo terrorista,
Rusia y sus aliados pasaron de inmediato de las palabras y los
aprestos orga¬¬¬nizativos que evidentemente se venían
disponiendo con mucha anterioridad, a los hechos concretos: las
fuerzas armadas rusas comenzaron a realizar ataque¬¬s aéreos
contra objetivos seleccionados del Estado Islámico. A continuación,
decenas de misiles fueron lanzados contra blancos fijos y móviles,
principalmente puestos de mando y control, centros de aseguramiento
logístico y campos de entrenamiento, con el fin claro de debilitar
la capacidad de dirección, capacitación y abastecimiento de la
organización terrorista. Posteriormente, cuatro buques de la Armada
rusa dispararon 26 misiles Kalibr contra 11 objetivos, logrando la
destrucción de todos los blancos. Estas acciones fueron coordinadas
con los aliados de los países musulmanes y planificadas con
antelación.
En
otra faceta de los hechos, vale destacar la transparencia
informativa que caracteriza las acciones bélicas. El propio
ministro de defensa ruso Serguei Shoigú ha dado a conocer los
resultados de las operaciones. Los daños causados han sido
verificados a través de satélites y por observación directa de la
aviación militar. El vocero del ministerio de defensa de ese país
informa puntualmente de las acciones combativas. No hay, en este
caso, falsos informes de analistas, a fin de “hacer felices” a
los generales, a los senadores y al presidente.
En
la primera semana de operaciones en Siria, fueron destruidos además
32 vehículos blindados y golpeados 112 objetivos. Los éxitos
logrados han servido como preparación para una ofensiva terrestre
que adelanta el Ejército Árabe Sirio, la cual ha producido la
desbandada de los combatientes y mercenarios al servicio del EI, que
en número de 3000 han cruzado la frontera hacia Jordania. Así
mismo, las autoridades iraquíes están estudiando la posibilidad de
que las operaciones también se realicen en su territorio, poniendo
en duda, -en la práctica- la efectividad de las acciones de la
coalición dirigida por Estados Unidos. Ello ha conducido a que
sectores influyentes de las monarquías árabes intenten disuadir a
Irak de tal decisión.
Entre
tanto, Rusia ha insistido en la solicitud a Estados Unidos y los
países occidentales de incorporarse a la coalición. La
contradicción de fondo es que Estados Unidos ha planteado que las
acciones deben estar encaminadas a derrocar el gobierno de Bashar el
Assad, mientras que Rusia sostiene que la única forma de derrotar
el terrorismo es contando con la participación activa y protagónica
de Siria, su gobierno y sus fuerzas armadas. Por el contrario,
Estados Unidos se ha negado a facilitar a Rusia los datos de
inteligencia que posee sobre los grupos terroristas, convirtiéndose
de esa forma en protector, cómplice y salvaguarda de dichas
organizaciones a las que dice combatir.
En
el trasfondo, las acciones de una y otra coalición han puesto en el
tapete del debate internacional las intenciones reales de cada
alianza en su lucha contra el terrorismo. El nerviosismo del
gobierno de Estados Unidos surge de que las acciones realizadas por
Rusia y sus aliados le conducen a perder la bandera de lucha contra
el terrorismo que izaron a partir del 11 de septiembre de 2001 y que
tanto al gobierno republicano como al demócrata les ha servido como
eje estructurador de las relaciones internacionales a nivel global,
bajo su hegemonía. Aquel discurso del presidente Bush del 20 de
septiembre de ese año cuando dijo “O están con nosotros o están
con el terrorismo” ha perdido total validez. La cercanía de
Estados Unidos con los terroristas se ha hecho evidente, hoy los
protegen evitando que otros les puedan dar golpes efectivos, a fin
de causarle pérdidas reales a su máquina de muerte y destrucción.
Al perder la bandera de adalid en la lucha contra el terrorismo,
Estados Unidos está destruyendo el principal instrumento que había
utilizado en su intención de configurar un nuevo mapa del Medio
Oriente, creando territorios y naciones que sirvan a sus intereses
imperiales. Esto, evidentemente tendrá trascendentales
repercusiones en la región y en todo el mundo.
sergioro07@hotmail.com