Por Leandro Alabani "Erdogan no está loco, es un dictador"
Enviado por Barometro
Internacional el miércoles, 07 octubre, 2015 a las 19:48
Turquía - Entrevista Mehmet Alid Dogan
El
1º de noviembre se realizan nuevas elecciones en Turquía. El
intento de Erdogan por perpetuarse en el gobierno y el surgimiento
del movimiento kurdo como factor de poder, son analizados por el
antropólogo y documentalista kurdo Mehmet Alí Dogan.
El
poder que todavía ostenta el presidente de Turquía, Recep Tayyip
Erdogan, está basado en una fórmula simple: polarizar a la sociedad
y empujarla a un enfrentamiento, amenazar a los pobladores sobre el
“peligro” del terrorismo que, según el mandatario, encarna el
Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK) y, al mismo tiempo,
aplicar una política represiva que en el último mes creció de
forma exponencial, principalmente contra el pueblo kurdo y la
militancia del Partido Democrático de los Pueblos (HDP, por sus
siglas en turco).
Esta
situación que atraviesa Turquía, país en el cual el próximo 1 de
noviembre se realizarán elecciones presidenciales, fue analizada por
el antropólogo y documentalista kurdo Mehmet Alí Dogan, en un
diálogo con Marcha y Resumen Latinoamericano. “El 7 de junio pasó
algo histórico en Turquía: los kurdos crearon un frente amplio
(HDP), con una parte de la sociedad turca y otras minorías, como
armenios, asirios-caldeos, griegos, y obtuvo 80 diputados a la
Asamblea Nacional, de los cuales 40 por ciento son mujeres”,
explica Dogan.
Los
comicios de julio fueron un duro golpe para Erdogan y su partido, el
AKP, de neto corte islámico y neoliberal. El actual mandatario
pretendía alcanzar la mayoría absoluta en el Parlamento y así
tener el poder para reformar la Constitución con el objetivo de
perpetuarse en el gobierno, como denuncian sus opositores. Pero al no
alcanzar la mayoría, el AKP inició negociaciones con los demás
partidos para formar un gobierno de coalición. Tanto el Partido
Republicano del Pueblo (CHP, nacionalista) como el Partido de Acción
Nacionalista (MHP, ultraderechista) y el HDP rechazaron esa unidad y
forzaron a nuevas elecciones.
Como
el gobierno de coalición no funcionó, Erdogan “rompió con el
proceso de paz entre el gobierno, el PKK y Abdullah Öcalan”, el
líder máximo de la guerrilla kurda, encarcelado desde hace 16 años
en la isla-prisión de Imrali. “Entonces son cometidos atentados en
Diyarbakir, en Suruc y provocaciones para que el PKK retome las
acciones armadas, porque el PKK estaba en el proceso de paz desde
hacía más de dos años”, señala Dogan.
“Paqustanizar”
Turquía
Aunque
Erdogan llegó al gobierno turco con una imagen de dirigente que
buscaba modernizar al Estado y posicionarlo en el concierto
internacional, en sus diez años de administración su corrimiento
hacia la derecha quedó demostrado. “Yo llamo a lo que sucede la
‘paquistanización’ de Turquía y la ‘afganización’ de
Siria, porque sabemos que Erdogan apoya al Estado Islámico en Siria,
transformando a Siria en Afganistán; no sólo él, sino los países
de la OTAN, Arabia Saudí y Qatar”, sintetiza Dogan.
“Paquistanizar” al Estado turco, para el antropólogo kurdo
significa “afirmar el poder de hecho de los islamistas de Erdogan,
que es parecido al movimiento de los Hermanos Musulmanes o a Al
Qaeda. ‘Paquistanizar’ Turquía quiere decir crear una situación
de violencia y legitimar la represión y el terror del Estado”.
Con
la represión desatada, principalmente en el sureste del país donde
se asienta la mayoría kurda, desde el HDP se llamó a “la
autogestión pacífica, que quiere decir que no iban a dejar entrar a
los pueblos y ciudades a la policía para generar un estado de
terror”.
Aunque
con los ataques policiales y parapoliciales Erdogan intenta ganar
seguidores, “el AKP pierde votos, porque el pueblo turco está
cansado de esta política negacionista”, sentencia Dogan. “La
semana pasada, en menos de tres días quemaron 400 locales del HDP
–advierte el antropólogo-. Se está creando una histeria
nacionalista, al igual que se hizo antes del genocidio armenio, es la
misma política. Matan a los kurdos en las calles porque son kurdos.
En Turquía están aplicando un nuevo modelo que genera polarización
interétnica. Erdogan no está loco y hace esto porque es un dictador
que va a hacer lo posible para no dejar la presidencia”.
¿Una
telaraña de alianzas?
Si
en las elecciones de noviembre no se concreta la conformación de un
nuevo gobierno, nuevamente se iniciarán negociaciones entre los
partidos. Según las últimas encuestas, el AKP podría obtener el
43% de los votos, cifra que no le alcanza a Erdogan para sus planes
de perpetuidad. En los próximo comicios, alerta Dogan, “van a
hacer todo lo posible para cometer fraude”, sobre todo en las
ciudades y poblados kurdos, muchos de los cuales están bajo toque de
queda. “Hay posibilidades de que el HDP, si no hay fraude, pueda
llegar hasta el 16 o 17 por ciento de los votos. Según estimaciones
realistas la potencia del HDP puede llegar al 20 por ciento. Pero lo
que van a hacer es tratar de concretar el fraude”, afirma el
antropólogo.
“Vamos
a vivir dos meses muy densos –agrega Dogan-, por eso el PKK
respondió a las llamadas de dejar de lado la violencia pero si
participa un comité de observación internacional. Esto no lo creo
posible, por eso no vamos a vivir un cese el fuego”. Una de las
razones del frágil panorama es la negativa del gobierno turco para
que Öcalan reciba visitas o, al menos, envíe mensajes a sus
seguidores. “El Estado turco está hablando de manera permanente
con Öcalan, pero como ven que su posición no ayuda a Erdogan no lo
dejan hablar”, denuncia Dogan.
Pero
a la ahora de proyectar un análisis del futuro de Turquía nada está
dicho. Según Dogan, el “HDP mandó un mensaje para formar un
gobierno con el CHP, pero el CHP no quería. Y el HDP también dijo
que si el CHP fundaba un gobierno con el MHP no iba a ser parte, pero
que lo apoyaría para relanzar el proceso de paz”.
Luego
de los comicios pasados, el AKP tuvo posibilidades de conformar una
administración con el CHP, pero Erdogan rechazó esta posibilidad.
Dogan recuerda que “si el CHP aceptaba esta coalición, una de sus
condiciones era impulsar procesos jurídicos contra la corrupción,
que quiere decir que se va a investigar a la familia de Erdogan, como
es el caso de su hijo, que se hizo multimillonario en menos de 10
años”. Al ser consultado por las posibles alianzas del HDP, Dogan
negó que se establezcan con el MHP o el AKP, pero “con el CHP sí,
porque en la base de ese partido hay un sector socialdemócrata y un
30 por ciento de sus votos pueden ir al HDP”.
La
incógnita del HDP
La
conformación del HDP el año pasado no fue espontánea ni casual.
Desde principio de la década de 1990, el movimiento kurdo junto al
PKK buscó crear expresiones políticas para participar en las
decisiones del país. Estos intentos organizativos, una y otra vez,
fueron perseguidos por el Estado turco y sus militantes encarcelados.
Una cifra muestra el nivel represivo: en la actualidad existen 18 mil
presos políticos en Turquía, en su mayoría de origen kurdo; de ese
total, 2.000 mil fueron encarcelados en el último mes, cuando el
gobierno ordenó los ataques contra la militancia del HDP.
El
HDP se construyó en un proceso particular como es la lucha por
liberar Kurdistán. Sus vínculos con el PKK son reales, pero también
su independencia de esa organización armada. En el HDP se pueden ver
puntos de contactos con experiencias como la Podemos, en España, y
Syriza en Grecia, pero también con el Partido Socialista Unido de
Venezuela (Psuv), el Movimiento al Socialismo (MAS) de Bolivia, o
Alianza País en Ecuador.
“Cuando
el PKK empezó en 1984 con la lucha armada no tenía otra manera de
luchar, porque había una dictadura militar –explica Dogan-. En
1986 nació un movimiento democrático, que pagó muy caro con
desapariciones y muertes. En 1990 se logró fundar un partido que
siempre fue prohibido y cambió de nombres. Ahora el HDP es
complementario para transformar al PKK en un movimiento democrático.
Sus pensamientos ideológicos son muy cercanos, los dos están en
contra de la independencia de Kurdistán y defienden el
confederalismo democrático como modelo. Lo que no hay es una
relación directa de jerarquía: la montaña no decide la política
del HDP, y el HDP tampoco lo hace sobre el PKK. A pesar de las
acciones militares del PKK, el HDP está llamando de una manera
insistente a dejar la violencia desde ambas partes. E HDP se puede
definir como una mediación entre el PKK y el Estado turco,
defendiendo la lucha democrática”.
Para
el antropólogo, el HDP logró “salir de la clásica política de
polarización izquierda o derecha. Por supuesto, tiene un programa de
socialismo comunitario y confederal, a través de diversos grupos
étnicos y religiosos, basado en la descentralización no solo del
poder político sino económico”.
leandroalbani@gmail.com