Una dosis de surrealismo
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Por
Carolina Vásquez Araya
Si
algo tenemos que agradecerles a los nuevos funcionarios y también a
los viejos políticos es haber despertado, con sus prejuicios y
desatinos, el debate siempre acallado sobre la sexualidad. Hoy, como
pocas veces se ha visto, los medios y las redes abundan en certeras
reflexiones tendentes a desvelar los conceptos y quitar telarañas
allí en donde se han acumulado por los siglos de los siglos.
La
mirada paternalista hacia una juventud y una niñez carentes de
oportunidades de desarrollo, debe sustituirse por la definición
correcta de políticas públicas destinadas a reducir las
desigualdades y las inconsistencias de los programas emanados desde
las instituciones del Estado, los cuales se elaboran a partir de una
visión sesgada sobre los derechos de esos sectores vulnerables.
Cuando
un funcionario de Gobierno sugiere en su discurso la validez de la
autoridad del hombre por sobre la vida de la mujer, automáticamente
plantea una posición de Estado, como hizo hace algunos días el
viceministro de Diseño y Verificación de la Calidad Educativa
(¡nada menos!) en un acto de graduación, en donde dejó bien
sentadas sus ideas sobre los (no) derechos de la mujer, entre otras
perlas de una alocución que ha corrido por las redes y puede
encontrarse en YouTube.
Pero
eso, al final de cuentas, refleja un estereotipo social sólidamente
asentado en el imaginario colectivo, el cual se replica con fuerza en
todas las capas sociales como parte de los discutibles valores que la
sustentan. Un marco cuya prevalencia ha provocado, además de
horrorosos crímenes de lesa humanidad y un ambiente de extrema
violencia, muchos de los problemas que actualmente frenan el
desarrollo de la niñez, la juventud y el gran sector de mujeres,
cuyo estatus de marginación se mantiene in crescendo.
La
actitud y las palabras del viceministro están mal, muy mal. Y aunque
el funcionario pretenda desmentirlas, ahí están las grabaciones
para sostenerlas. Pero no es el único que resbala fuertemente en su
propio caldo de prejuicios, ahí están los diputados tránsfugas y
otros nada transparentes, elaborando discursos sobre valores como si
la ciudadanía a la cual afectan con sus manipulaciones hubiera
perdido la memoria.
Pero
la cereza sobre el pastel en esta tierra de Nunca Jamás, es la
publicación de la Brigada Fuerzas Especiales Kaibil en Facebook, en
donde aparece un soldado impartiendo una conferencia sobre prevención
de embarazos ante una audiencia de niñas, niños y adolescentes, en
una escuela de Poptún, Petén. Este hecho no tendría mayor
importancia ¡todo lo contrario! si las clases sobre el tema de la
sexualidad fueran parte de la currículo escolar y todos los maestros
contaran con abundante material y la posibilidad de compartirlo con
sus alumnos.
Sin
embargo, las políticas públicas de educación sexual y reproductiva
han sido engavetadas administración tras administración, con el
consiguiente abandono de la iniciativa y del mandato derivado de los
acuerdos internacionales sobre el tema. Guatemala, como muchos otros
países, pero aún con mayor incidencia, presenta grados ascendentes
de embarazos en niñas y adolescentes, violaciones sexuales desde el
seno familiar y el entorno cercano, trata de personas especialmente
niñas y niños y una multiplicidad de formas de violencia sexual que
convierten al país en uno de los más riesgosos para el desarrollo
de la infancia. Y considerando su sistema democrático, es una total
contradicción que la enseñanza de un tema tan sensible provenga de
uno de los cuerpos más represivos del Ejército.
elquintopatio@gmail.com
@carvasar
Blog
de la autora: El
Quinto Patio