Por Ernesto Wong Maestre: Rusia y el acero de Damasco
Enviado por Barometro
Internacional el miércoles, 18 noviembre, 2015 a las 21:31
 “El
 acero de Damasco” es una de esas expresiones comunes en el otrora
 Ejército Rojo soviético de elogio al buen acero para construir
 fusiles, cañones, proyectiles o aviones que se puede encontrar en
 obras literarias como esa de Alexander Bek “Los hombres de
 Panfilov” donde se narran las peripecias de un batallón soviético
 formado por rusos, kasajos, kirguises, entre otras nacionalidades y
 que en el sureste de Moscú mantuvieron a raya a varios batallones
 de nazis durante los cruentos combates de la 2da guerra mundial.
Hoy,
 a setenta años de aquella epopeya antifascista, “el acero de
 Damasco” y la tecnología militar rusa siguen vinculadas
 intensamente, como nunca antes, por la necesidad imperiosa de hacer
 sobrevivir a una sociedad aliada como la siria y evitar a toda costa
 la consolidación de un proyecto expansionista del imperialismo
 yanqui usando el poder de una fuerza político-militar-seudoreligiosa
 muy parecida en sus métodos y fines a las hitlerianas, como lo es
 el Estado Islámico (Daesh o EIIL), formado como consecuencia del
 desastre social causado por EEUU en Irak, Afganistán, Libia y la
 propia Siria.
Ayer
 los fascistas usaron las cámaras de gas y otros métodos para matar
 en masa a sus víctimas, mientras que el Ejército Rojo cuando
 vencía a los alemanes, los detenía y luego los soltaban con vida,
 como ocurrió al concluirse la batalla de Stalingrado que los
 soviéticos apresaron a doscientos mil soldados y oficiales
 hitlerianos y le preservaron sus vidas hasta el fin de la guerra en
 que les dieron la libertad a los que no cometieron crímenes de
 guerra. Ese contraste entre la concepción socialista de la vida y
 la visión fascista continúa estando vigente.
Hoy
 los terroristas del Estado Islámico se jactan de degollar a
 personas inocentes delante de las cámaras de televisión o a violar
 a las jóvenes que no desean servir de objeto sexual, mientras que
 la aviación rusa emplea millones de rublos para poder eliminar la
 base tecnológica y de avituallamiento de ese demonio llamado EIIL ó
 Daesh y este quede en igualdad de condiciones ante “el acero de
 Damasco” que anda limpiando de terroristas a las ciudades sirias
 invadidas.
Las
 consecuencias de la precisión artillera aeroespacial rusa con que
 se han abatido los blancos seleccionados dentro del área de control
 del Daesh ya son temibles para los adversarios de Rusia y
 alentadoras para sus aliados estratégicos y para los que aspiren a
 serlo.  Hay que imaginarse un disparo de un misil Kalibr, como
 esos que volaron los cielos de dos países y destruyeron los
 objetivos a 1500 kms con margen de error de 3 metros, para darse
 cuenta del poderío efectivo con que cuenta Rusia, no solo para
 defender su territorio sino también para cumplir con su última 
 Doctrina Militar que autoriza a las fuerzas armadas rusas a asistir
 y apoyar con armas y hombres a sus aliados amenazados o invadidos
 por otros países.
De
 manera que ahora “el acero de Damasco” está fortalecido y su
 empuñador principal, Bashard Al Assad, podrá seguir dándole curso
 a los caminos independentistas que abrió su padre Hafez Al Assad
 allá por los inicios de la década de los setenta, quien después
 de formarse como militar en la antigua URSS, asumió el poder en
 Siria y enfrentó quizás una de las operaciones encubiertas mas
 sangrientas, que echó a andar la inteligencia estadounidense a
 inicios del gobierno ultraconservador de Ronald Reagan: la masacre
 de Hama, donde murieron más de 20 mil seres humanos después de
 haber comenzado la hoy llamada “pelea de perros” con el
 protagonismo central de los Hermanos Musulmanes que ejecutaron un
 día antes a grupos de sirios partidarios de Al Asad y encendió la
 pelea entre los sirios para dejar huellas imborrables que hoy sigue
 explotando a su favor las fuerzas de la OTAN con EEUU a la cabeza.
¿Y
 qué esperaban de Rusia los halcones de la Casa Blanca? ¿qué
 podían esperar de Vladimir Putin los adversarios occidentales?.
 Rusia tiene una amplia gama de expertos analistas internacionales,
 no solo arabistas sino también de estudios judaicos y persas, así
 como de altos especialistas en geopolítica defensiva. Es profunda
 conocedora metro a metro de Siria, donde los niños y niñas
 estudian el idoma ruso con carácter obligatorio en las escuelas, y
 es muy experimentada en la dinámica sociopolítica del país y del
 Medio Oriente en general. Con la potenciación que le significa su
 alianza con China  y los fantásticos acuerdos del 2014 con el
 gigante asiático, así como el convenimiento nuclear con Irán y la
 entrada de la India y Pakistán en la Organización de Cooperación
 de Shanghai (OCS) liderada por China y Rusia, el panorama
 estratégico estaba bien claro para Moscú para revertir la
 inminente conquista del “Acero de Damasco” por la alianza
 Pentágono-Daesh-CIA.
Los
 pueblos del mundo, y especialmente los árabes, persa, turco, kurdo,
 afgano, libanés y musulmanes en general, entre otros, incluso
 europeos, vuelven a tener una gran deuda moral y ética con el
 pueblo ruso a quien debe rendírsele altos honores en la
 Organización de las Naciones Unidas y en todos los organismos de
 integración del mundo por la gesta que están librando en beneficio
 de la humanidad.
@ProfeWong
profewong.blogspot,com 
 
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