Por Leandro Albani: Algo huele mal en Líbano
Enviado por Barometro
Internacional el domingo, 06 septiembre, 2015 a las 13:32
Etiquetas: acechando
bi
en
Beirut protestas
masivas
de
Israel conflictos
en la región y
con el peligro constante
barometro
“Apestan”.
Esa es la palabra que desde hace semanas se escucha en Beirut,
capital de Líbano. Y esa palabra, que resuena cargada de incógnitas
y denuncias, tiene en vilo a buena parte de su población.
En
el Líbano actual, asediado por los conflictos en la región y con el
peligro constante de Israel acechando, las protestas desatadas desde
hace varios días generan incertidumbre y peligros latentes. A la
demanda original, que es una solución definitiva a la falta de
recolección de la basura, se sumaron las denuncias por corrupción
del actual gobierno.
Las
masivas protestas en Beirut tuvieron como consecuencias una sostenida
represión en la que cientos de personas fueron heridas. Los
manifestantes, que también exigen la renuncia del ministro de
Ambiente, se encuentran en las calles desde el 17 de junio, cuando el
gobierno del primer ministro Taman Salam decidió el cierre del
vertedero de basura de Naame, ya que rescindió el contrato a la
empresa Sukleen, encargada de la recolección de desechos sólidos.
Líbano
atraviesa una crisis política desde hace meses, en la cual todavía
no se pudo designar al nuevo presidente. A esto hay que agregar que
el territorio desde hace cuatro años sufre las consecuencias de la
guerra de agresión contra Siria, por lo cual cientos de miles de
refugiados de esa nación llegan a Líbano. Además, en la frontera
sirio-libanesa, la poderosa organización política Hezbollah,
liderada por Hasan Nasrallah, se encuentra combatiendo junto al
ejército sirio contra los grupos terroristas que operan en la zona.
Los
ataques y atentados del Frente Al Nusra (al que se lo vincula
fuertemente con Israel) mantiene en vilo esa porción de territorio.
Una
crisis dentro de la crisis
La
“crisis de la basura” en Líbano se suma a una crisis más
profunda, que afecta a todo el sistema político del país. El martes
pasado, el Parlamento aplazó por vigésimo octava vez consecutiva la
elección de un nuevo Jefe de Estado. Así lo anunció el titular del
Poder Legislativo, Nabih Berri, quien explicó que ante la falta de
quórum “por la inasistencia deliberada de diputados” la nueva
audiencia para definir el futuro del país se llevará a cabo el 30
de septiembre. En esta nueva sesión se intentará votar al sucesor
de Michel Sleiman, el último presidente de la nación que culminó
su gestión el 25 de mayo de 2014.
Según
informaron medios de comunicación, la sesión fue boicoteada por los
legisladores del movimiento 8 de Marzo, que responde a Hezbollah. En
la audiencia suspendida se intentó votar por las candidaturas de
Michel Aoun, líder del Movimiento Patriótico Libre (MPL), y de
Samir Geagea, jefe del partido Fuerzas Libanesas (FL), avalados por
las bancadas 8 de Marzo y 14 de Marzo, respectivamente. Los diputados
que responden a Hezbollah se negaron a apoyar a Geagea, al que acusan
de sus vínculos con Estados Unidos y Arabia Saudita.
Al
tener 18 confesiones étnico-religiosas, en Líbano se aplica un
sistema de repartición de poderes en el que la presidencia del país
se reserva para un cristiano maronita, mientras la jefatura del
Parlamento corresponde a un musulmán chiita y la del Gobierno
(primer ministro) a uno sunnita.
Las
protestas y Hezbollah
Con
una lucha encarnizada en el plano institucional y sus fuerzas
militares combatiendo en la frontera con Siria, Hezbollah se
pronunció frente a las protestas en la capital del país. En un
comunicado difundido el 26 de agosto pasado, la organización expresó
que el “derecho a manifestarse pacíficamente y a protestar de
manera constructiva es completamente legítimo. Sólo soluciones
justas pueden calmar los espíritus y trazar líneas de acción que
sirvan los intereses de los ciudadanos en este importante tema”.
Hezbollah
convocó a adoptar “soluciones razonables y transitorias que den
paso a un plan estratégico a largo plazo”. A su vez, manifestó
que “hace falta luchar contra la corrupción en este peligroso tema
para la salud pública y para el futuro de nuestros hijos y nuestra
sociedad.
Cuando
la situación alcanza este nivel de explosión popular, que exige un
arreglo de este tema en todo el Líbano, esto constituye un signo de
la amplitud de la catástrofe medioambiental, societaria y moral que
resulta de los malos resultados alcanzados por las medidas y
reglamentos adoptados por los gobiernos que se han sucedido”.
En
el plano militar, se conoció que el Ejército sirio junto a los
milicianos de Hezbollah tomaron el control total de la ciudad de
Al-Zabadani luego de dos meses de combates contra el Frente Al Nusra
y Ahar Al Sham, grupos terroristas que operan en Siria.
¿Una
nueva Primavera Árabe?
Las
masivas manifestaciones en Beirut, sin un liderazgo claro y con una
fuerte carga de indignación colectiva, remiten a las protestas que
desencadenaron lo que Occidente denominó “Primavera Árabe”:
demandas iniciales legítimas que luego fueron cooptadas o
capitalizadas por fuerzas, tanto internas como extranjeras, que
permitieron la desestabilización de países o el mantenimiento de un
status quo funcional a Estados Unidos, Israel y las monarquías del
Golfo Pérsico. Libia, Egipto, Túnez e Irak son ejemplos concretos.
La
crisis política que atraviesa Líbano y la situación crítica en su
frontera con Siria podrían conformar, junto a las manifestaciones
actuales, un caldo de cultivo para la injerencia de los enemigos de
Medio Oriente. Si a esto sumamos el crecimiento político y social de
Hezbollah –que con el correr del tiempo se posicionó como fuerza
capaz de enfrentar a Israel y sostener una política independiente de
Occidente-, la “crisis de la basura” podría funcionar como un
globo de ensayo para propiciar la desestabilización de Líbano.
leandroalbani@gmail.com
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