Por Bruno Lima Rocha: Palestina en la Corte de La Haya y su nueva opción estratégica
Enviado por Barometro
Internacional el domingo, 03 mayo, 2015 a las 15:59
Etiquetas: La
coyuntura internacional y del escenario en Oriente Medio
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134
países reconocen a la ANP.
A
partir del primero de abril la Autoridad Nacional Palestina (ANP)
pasó a ser miembro pleno de la Corte Internacional de Justicia de la
ONU, el Tribunal de La Haya. Aunque no haya poder coercitivo, la
corte de La Haya refuerza tanto el frente diplomático como la guerra
de propaganda por la constitución de un Estado Palestino. La
participación de la ANP es parte del derecho internacional refuerza
la legalidad, al reconocimiento de hecho de este Estado inicial.
Hasta
el momento, 134 países reconocen a la ANP. De estos, Suecia
reconocio, que ya siendo miembro pleno de la Unión Europea, por otra
parte la República Checa, Hungría, Bulgaria, Malta, Chipre,
Polonia, Bulgaria y Rumania ya tenían este reconocimiento de La
Haya, antes de ingresar en la Comunidad de los Países Europeos. El
reino de Suecia abre un importante precedente, porque se habla de la
diplomacia comunitaria, lo más sensato sería la distensión de la
Causa Palestina, retornando Israel para las fronteras de 1967,
incluyendo Jerusalén Oriental como capital palestina, o entonces,
como ciudad internacional.
Israel
que no forma parte de este órgano internacional, vive dos paradojas.
La primera, implica en el alejamiento de la Casa Blanca, aunque venga
aumentando su peso en la política doméstica de los EUA (con poder
real de veto), posicionando el primer ministro israelí, reelegido
con voto conservador Benjamin Netanyahu cómo contrario al presidente
Barack Obama.
El
presidente demócrata, está imponiendo su propia agenda
internacional, después de haber sido rotundamente derrotado en las
elecciones, en las cámaras legislativas, en la mitad de su gestión
en el año de 2014. Obama avanza en movimientos diplomáticos de
evidente necesidad (cómo abrir las relaciones con Cuba), dejando el
problema de los acuerdos, tanto para la candidata en su sucesión por
el Partido Demócrata (Hillary Clinton), como para los agentes
domésticos con poder de veto (a ejemplo del lobby pro-Israel,
*AIPAC, financiado por la derecha *sionista).
La
segunda paradoja es en la correlación de fuerzas en el escenario
regional. Israel ya es indestructible militarmente, teniendo
superioridad sobre todos los Estados árabes vecinos y una
desproporción absurda delante de la resistencia palestino. El último
conflicto de Gaza revela esta fuerza excesiva. Más de 1300
palestinos fueron muertos, en su inmensa mayoría civiles, incluyendo
niños en escuelas y hospitales. Y del lado israelí no llegó a 80
bajas fatales, siendo casi todas compuestas de militares en ejercicio
de la función.
La
ONU alertó a Tel Aviv muchas veces, en referencia a los ataques
contra blancos de protección humanitaria, y esto fue solemnemente
ignorado por el mando político-militar de Netanyahu. Las elecciones
de Israel en marzo de 2015 revelan esta tensión interna, cuando el
frente de centro-izquierda unificando partidos israelíes y árabes
hizo 24 sillas, contra 30 de la coalición liderada por el Likud. La
rivalidad en la política doméstica es consecuencia del fracaso de
los Acuerdos de Oslo y el nítido avance *expansionista de Israel por
sobre los Territorios Ocupados.
La
prepotencia es acompañada de la política de puertas abiertas para
Europa. Hizo que los Territorios Ocupados en 1967 se hicieran la
nueva frontera interna, llevando Tel Aviv a instituir, de hecho, una
ocupación militar en la forma de bantustanes (guetos
institucionalizados), siendo inviable la construcción de un Estado
independiente y soberano. Para incentivar los nuevos colonos, en
tierras ocupadas militarmente y totalmente ilegales, el gobierno
israelí ofrece beneficios fiscales y ventajas para estas familias,
en especial visando las jóvenes parejas que buscan huir del alta del
coste de vida en Israel. Cada movimiento de legitimación del Estado
Palestino, como el estatus de observador no miembro de la ONU
adquirido en noviembre de 2012, ocurre una política *premeditada de
avance sobre Cisjordania.
Algunas
conclusiones.
Hoy
más que nunca es necesario un movimiento en dos sentidos. Primero,
la reanudación de algún grado de protagonismo por parte de la
izquierda palestino, específicamente el Frente Popular por la
Liberación de la Palestina (FPLP), que mantiene una saludable
distancia del “gobierno”, poco o nada legítimo de la Fatah (no
fue elegido partido de Mahmoud Abbas) y tampoco opera como un
satélite del Hamas. Este protagonismo viene en un pésimo momento,
cuando por un lado la derecha sionista no parece dar señal alguna de
querer negociar, y por otro, el integrismo sunita si acerca a la
demencia. También en 1º de abril el Daesh (también conocido como
Estado Islámico), ataca y se apodera del campo de refugiados
palestino de Yarmouk, en los suburbios de Damasco, cuyo núcleo
céntrico aún está controlado por el gobierno Assad. ES urgente que
la FPLP pueda retomar la delantera de la auto-defensa de los
palestinos, también considerados ciudadanos de segunda categoría en
el que resta de Estado en la Siria. Esta sería una bella iniciativa
estratégica.
Ya
en el plan de la política externa, la postura de la ANP debería ser
profundizar la responsabilidad de Israel por la falta de alternativa
en el conflicto. La coyuntura internacional y del escenario en
Oriente Medio, cambió el comportamiento de los agentes. Comparar
Israel y su dominación sobre los palestino con Sudáfrica del
Apartheid es la nueva estrategia palestino, línea esta que será
reforzada con la presencia de los delegados de Ramallah en la Corte
de La Haya.
(www.estrategiaeanalise.com.br
/ blimarocha@gmail.com)
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