Henry
Tovar.
Hemos leído en el diario Últimas Noticias la respetable y bien
fundada opinión del Dr. Elio Gómez Grillo sobre la recién creada
Universidad Nacional Experimental de la Seguridad (Unes). Nos parece
razonable su conclusión con relación a que el Instituto Nacional de
Estudios Penitenciarios (Iunep) debiera quedar adscrito a la
Universidad Pedagógica Experimental Libertador (Upel). No obstante,
creemos pertinente señalar que la idea la vincular al IUNEP con la
Universidad de la Seguridad, no es absurda, en tanto que la noción
de universidad es contraria al parcelamiento del conocimiento. Si la
UNES pretende ser realmente una universidad, deberá trascender los
modestos límites académicos en los que se ha sustentado, bien
intencionadamente, su ideario fundacional.
El parcelamiento del conocimiento es una práctica
de la sociedad moderna, cuyas bondades han sido rebasadas por la
complejidad de los problemas sociales y humanos. Del conocimiento,
propiamente universitario, se espera que sea interdisciplinario,
pluridisciplinario y transdisciplinario, y no sólo disciplinario.
Valga decir que, requiere de la transferencia de conocimientos entre
disciplinas distintas y del estudio de los problemas de una
disciplina a través del conjunto de otras. Pero requiere además, de
la asociación de los conocimientos con los saberes originados más
allá de la Universidad.
Me permito suponer que el propósito inspirador ha sido trascender el indicado parcelamiento. En consecuencia, la UNES debería afanarse por integrar, dentro su visión universitaria, todos los conocimientos que pudieren contribuir al logro de sus finalidades esenciales, sin enquistarse en ellas. La Universidad de la Seguridad, para ser tal deberá, necesariamente, trascender su modesta concepción inicial a través de Centros de Investigación y Cátedras de Sociología, Psicología Social, Derechos humanos, Educación y de todas aquellas áreas o disciplinas que pudieren contribuir al logro de sus fines ostensibles, pero no únicos. Una universidad, no debería tener como finalidad enseñar tal o cual cosa.
Me permito estas consideraciones con el Dr. Elio, a quien conocí personalmente en 1993 y a quien desde entonces admiro por su condición de humanista, por sus convicciones políticas, por sus abundantes conocimientos y saberes de la literatura, del derecho y de la criminología, de las mujeres, de lo humano y de lo divino. Honrar honra. ¿Verdad amigo Elio?
hrtovar@gmail.com