domingo 28 de agosto de 2011
Luis Britto García
NO
En Libia no hay Conflicto entre Civilizaciones, porque no es Civilización una gavilla de asaltantes que destruye países para pelearse por sus despojos.
SÍ
En Libia sí hay Guerra de Cuarta Generación, que vence con PhotoShop la derrota en los hechos. Arranca con supuestas manifestaciones de las cuales no existen imágenes convincentes. Estos manifestantes mediáticos son víctimas de bombardeos imaginarios que no pueden confirmar ni Telesur ni la vigilancia satelital rusa ni la estadounidense. Para corregir tales hechos imaginarios, la tecnología mortífera real de los mayores imperios incinera Libia para asesinar a Kadafi, y el que resulta muerto es Younis, el jefe de los amotinados, pero por los propios amotinados. El 21 de agosto los medios difunden triunfalmente la toma de la Plaza Verde de Trípoli por los amotinados; el 26 Miguel Ángel Pérez Pirela demuestra en VTV que la “toma” es un montaje en una escenografía que pretende ser la Plaza Verde pero que olvida reproducir la mayoría de sus detalles. Movidos por la colosal victoria escenográfica, reconocen a los amotinados once países. O estúpidos, o cómplices.
NO
En Libia no hay rebelión democrática ni progresista, pues la democracia no se impone asesinando más de 1.200 civiles indefensos con 7.037 bombardeos acumulados en cinco meses, ni la promueven monárquicos Ydristas, mercenarios ni fieles colaboradores de aquél a quien ahora llaman tirano.
SÍ
En Libia se aplica el plan maestro de Estados Unidos de destruir países manipulando diferencias étnicas o culturales, ya aplicado para desmantelar Yugoeslavia.
NO
En Libia no hay victoria militar. Hitler rindió en cinco días a Francia con bombardeos masivos. Cinco meses llevan los franceses más los ingleses más los italianos más los españoles más los alemanes más Estados Unidos más fuerzas mercenarias más 42 países más el club de ex funcionarios de Kadafi a quienes los medios llaman “los rebeldes” bombardeando con tal ineficacia, que ahora recurren a la invasión abierta. La guerra contra Irak acabó en una semana, pero prosigue nueve años después. La guerra contra Libia no acaba en cinco meses, pero podría ser eterna.
SÍ
El destino de Libia lo decidirá el mismo factor que impide la invasión a Cuba y la domesticación de Afganistán. El pueblo, armado, jamás será esclavizado.
NO
La aniquilación de Libia no aportará bienestar, ni derechos, ni democracia. Los saqueadores ya se repartieron 270.000 millones de dólares de sus reservas internacionales; sin ellas desaparecerán los avances en educación, salud y seguridad social conseguidos por Kadafi; para pillarlo mejor, el país será dividido: ello desencadenará una guerra civil inacabable. Para muestra basta un botón: al atacar Trípoli, los amotinados secuestran a la prensa internacional en el Hotel Rixos y desvalijan a tiros la residencia del embajador de Venezuela. Son los modales de la oposición venezolana durante el golpe de 2002.
SÍ
La inmolación de Libia arruinará a los gobiernos que la consienten. Con bases en Libia, Estados Unidos y la OTAN pondrán de rodillas a la Unión Africana y la Liga Arabe. Con energía saqueada, reducirán a la miseria las regalías para las entreguistas autocracias petroleras del Consejo de Cooperación del Golfo, las cuales caerán al no tener ingresos que redistribuir.
NO
El saqueo de Libia no salvará a los siete países hegemónicos que destruyeron sus economías reales entregándose a la economía virtual del capitalismo financiero. Si triunfa el pillaje imperial, éste seguirá contra los miembros de la OPEP hasta que el Imperio pueda estrangular a Rusia, China y la India con un bloqueo energético que llevará a la Última Guerra Mundial. Al referirse a la rebatiña sobre el petróleo libio, amenaza Abdeljalil Mayuf, director de información de la compañía “rebelde” Arabian Gulf Oil: “No tenemos problema con las compañías de países occidentales como Italia, Francia y Gran Bretaña. Pero puede que tengamos algunos inconvenientes políticos con Rusia, China y Brasil” (Pepe Escobar: “El capitalismo siniestro cae en picado sobre Libia”, Asia Times Online, 24-11-2011).
SÍ
Libia decide nuestro destino. Tras el saqueo de la OPEP viene el del ALBA. Denuncié que desde 2007 una ibérica “Fundación para el Análisis y Estudios Sociales” impulsada por José María Aznar adelanta una “Agenda de la Libertad” para América Latina que incluye una Internacional de sus derechas y privatización de su educación superior. También miente que la Triple Frontera “ha sido desde años un centro neurálgico de financiación de grupos terroristas islámicos”, y ordena que “América Latina debe cooperar en materia de seguridad y lucha contra el terrorismo internacional junto a Europa y América del Norte, mediante la creación de una asociación estratégica entre la OTAN y Colombia. Asimismo con aquellos otros países latinoamericanos que deseen sumarse a ella”. Suscriben este llamamiento a la invasión Julio Borges, Leopoldo López, Plinio Apuleya Mendoza, Álvaro Vargas Llosa, Carlos Alberto Montaner, Andrés Pastrana…
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