miércoles, 12 de abril de 2023

Carlos III de España, la construcción de Venezuela y la autonomía universitaria

Ya para 1731, Carlos fue instalado como duque de Plasencia y Parma, con apenas 15 años y con el apoyo de 6.000 soldados españoles. A los 18 años conquista los reinos de Nápoles y Sicilia gobernándolos como soberano por 25 años

 

·         ALBERTO NAVAS

Publicada en el Universal el 30/03/2023        

       El Rey Carlos III, quien nació en Madrid el 20 de enero de 1716 y murió el 14 de diciembre de 1788, en la misma ciudad y en el mismo edificio palaciego, hoy Palacio Real de Madrid. Fue hijo del primer Rey Borbón español, Felipe V, con su segunda esposa Isabel de Farnesio. La estatua ecuestre que hoy apreciamos en la Puerta de Sol y con su nombre grabado en la Puerta de Alcalá de Madrid, representa el recuerdo del mayor Rey moderno de España del siglo XVIII, que no tiene antecedente equiparable desde Felipe II en el siglo XVI y que no ha tenido descendientes de su talla hasta nuestros días del siglo XXI. Llegó a ser Rey de España y de las Indias por el azar de la Historia, al morir sus hermanos mayores Luis I de viruela y Fernando VI de una horrible demencia.

Ya para 1731, Carlos fue instalado como duque de Plasencia y Parma, con apenas 15 años y con el apoyo de 6.000 soldados españoles. A los 18 años conquista los reinos de Nápoles y Sicilia gobernándolos como soberano por 25 años, adquiriendo una experiencia inigualable como futuro monarca Ilustrado de España, al fallecer su ineficaz hermano Fernando VI en 1759. Fue un Rey católico pero regalista en la política y en el derecho, impulsó la agricultura, el comercio, la industria artesanal y la consolidación diplomática y militar de España en el mundo. Modernizó a Madrid con obras públicas que aún definen la ciudad: avenidas, paseos, palacios, museos, jardines, escuelas, bibliotecas, etc. convirtiéndola en una capital de rango mundial.

Limitó el poder de la Iglesia católica y de la alta nobleza, para imponer un regalismo ilustrado moderado, de estilo español, que en algunos momentos le costó problemas como el recordado “Motín de Esquilache” de 1766, el que supo manejar con moderación e inteligencia, cediendo a los reclamos populares, al regular los precios de los alimentos, suprimir la Junta de Abastos y desterrar al ministro Esquilache; aprovechando también dicha oportunidad para expulsar de España y de la Indias, en 1767, a la Orden de los Jesuitas, presuntos instigadores de aquel motín popular, cuyos pasquines estaban demasiado bien escritos para poder venir de una población mayoritariamente analfabeta. Se eliminó así un enemigo poderoso del regalismo ilustrado, que poseía un gran poder e influencia como confesores y educadores de las clases medias y altas, así como por sus grandes propiedades e influencia sobre Roma, todo ello le convertía en un poder paralelo muy peligroso para una monarquía absoluta y reformista.

Se ha criticado y se critica aún, que Carlos III se equivocó al preparar las condiciones para la Independencia de América española. Principalmente a partir de 1776, cuando España y Francia apoyaron la Independencia de los Estados Unidos de Norteamérica, con una fuerza económica y militar, entre la que se encontraba nuestro Francisco de Miranda, fuerza que derrotó al imperio británico y le obligó a reconocer dicha independencia en el Tratado de París. El Conde de Aranda (1718-1799), el principal ministro que tuvo Carlos III, criticó el peligro que representaba el ejemplo de los EE.UU. hacia el resto de América Española y propuso, en el llamado Plan de Aranda de 1783, la posibilidad de crear tres Estados independientes em Hispanoamérica, con infantes españoles a la cabeza de gobiernos en el Perú, México y en lo que había sido el Virreinato de la Nueva Granada (incluye Venezuela), conjunto donde el Rey de España operaría como Emperador de las Indias Occidentales. Este Plan no prosperó, lo que al final favoreció la expansión de los EE.UU. e Inglaterra, como lo había temido antes el mismo Conde de Aranda.

Carlos III también modificó las estructuras sociopolíticas del Imperio Español en América, modificando el aparato militar al crear las “Milicias Regladas”, de donde surgió una casta militar que ayudó a liderar buena parte de la Guerra de Independencia, entre ellos al propio Simón Bolívar. Así como al admitir en el Ejército regular español a oficiales americanos como lo fue Francisco de Miranda. Se creó, también, en Venezuela la Real Intendencia de Caracas y más tarde, en 1786, la Real Audiencia de Caracas, instituciones que junto a la Real y Pontificia Universidad de Caracas, fundada en 1721 por Felipe V, perfilaron lo que iba a ser en pocos años la Venezuela Independiente. Ello, sobre todo, a partir del 8 de septiembre de 1777, cuando Carlos III dictó la Real Cédula de creación de la Capitanía General de Venezuela, base de nuestra actual soberanía territorial.


En materia educativa, Carlos III se destacó por afirmar sólidamente la autonomía universitaria en la Real y Pontificia Universidad de Caracas, al decretar en 1784, la potestad del Claustro Pleno Universitario para elegir el Rector de dicha casa de Estudio, quitándole esa facultad a la Iglesia; implementando así una experiencia electoral y alternativa (principios liberales), en las que se obligaba a elegir un rector Lego y en el siguiente período a un rector eclesiástico, pero nunca de alguna Orden religiosa. Una gran parte de los líderes civiles y militares de la Independencia pasaron por nuestra Universidad, ya conocedores de la ilustración y de algunas prácticas republicanas, mucho antes de 1810. Tuvimos a un Francisco de Miranda quien siempre se sintió universitario, un Andrés Bello en las Letras, un juan Germán Roscio en el Derecho, un Felipe Fermín Paúl en Política, un Cristóbal Mendoza (primer presidente de Venezuela en 1811) y un José María Vargas en la Medicina y Educación, son apenas algunos ejemplos de que la suerte y las estructuras estaban ya echadas antes de los procesos de 1810 en adelante. El Rey Carlos III había impulsado la Universidad autónoma la que, a su vez, creó a las instituciones de la República venezolana, pero luego, salvo contados casos (como lo fue el respaldo del Libertador), en más de dos siglos de vida republicana, la Universidad ha sufrido constantemente la amputación de sus fueros autonómicos por la intervención perversa de gobiernos autoritarios y de mala índole.                                                              

El Rey Carlos III, quien nació en Madrid el 20 de enero de 1716 y murió el 14 de diciembre de 1788, en la misma ciudad y en el mismo edificio palaciego, hoy Palacio Real de Madrid. Fue hijo del primer Rey Borbón español, Felipe V, con su segunda esposa Isabel de Farnesio. La estatua ecuestre que hoy apreciamos en la Puerta de Sol y con su nombre grabado en la Puerta de Alcalá de Madrid, representa el recuerdo del mayor Rey moderno de España del siglo XVIII, que no tiene antecedente equiparable desde Felipe II en el siglo XVI y que no ha tenido descendientes de su talla hasta nuestros días del siglo XXI. Llegó a ser Rey de España y de las Indias por el azar de la Historia, al morir sus hermanos mayores Luis I de viruela y Fernando VI de una horrible demencia.

Ya para 1731, Carlos fue instalado como duque de Plasencia y Parma, con apenas 15 años y con el apoyo de 6.000 soldados españoles. A los 18 años conquista los reinos de Nápoles y Sicilia gobernándolos como soberano por 25 años, adquiriendo una experiencia inigualable como futuro monarca Ilustrado de España, al fallecer su ineficaz hermano Fernando VI en 1759. Fue un Rey católico pero regalista en la política y en el derecho, impulsó la agricultura, el comercio, la industria artesanal y la consolidación diplomática y militar de España en el mundo. Modernizó a Madrid con obras públicas que aún definen la ciudad: avenidas, paseos, palacios, museos, jardines, escuelas, bibliotecas, etc. convirtiéndola en una capital de rango mundial.

Limitó el poder de la Iglesia católica y de la alta nobleza, para imponer un regalismo ilustrado moderado, de estilo español, que en algunos momentos le costó problemas como el recordado “Motín de Esquilache” de 1766, el que supo manejar con moderación e inteligencia, cediendo a los reclamos populares, al regular los precios de los alimentos, suprimir la Junta de Abastos y desterrar al ministro Esquilache; aprovechando también dicha oportunidad para expulsar de España y de la Indias, en 1767, a la Orden de los Jesuitas, presuntos instigadores de aquel motín popular, cuyos pasquines estaban demasiado bien escritos para poder venir de una población mayoritariamente analfabeta. Se eliminó así un enemigo poderoso del regalismo ilustrado, que poseía un gran poder e influencia como confesores y educadores de las clases medias y altas, así como por sus grandes propiedades e influencia sobre Roma, todo ello le convertía en un poder paralelo muy peligroso para una monarquía absoluta y reformista.

Se ha criticado y se critica aún, que Carlos III se equivocó al preparar las condiciones para la Independencia de América española. Principalmente a partir de 1776, cuando España y Francia apoyaron la Independencia de los Estados Unidos de Norteamérica, con una fuerza económica y militar, entre la que se encontraba nuestro Francisco de Miranda, fuerza que derrotó al imperio británico y le obligó a reconocer dicha independencia en el Tratado de París. El Conde de Aranda (1718-1799), el principal ministro que tuvo Carlos III, criticó el peligro que representaba el ejemplo de los EE.UU. hacia el resto de América Española y propuso, en el llamado Plan de Aranda de 1783, la posibilidad de crear tres Estados independientes em Hispanoamérica, con infantes españoles a la cabeza de gobiernos en el Perú, México y en lo que había sido el Virreinato de la Nueva Granada (incluye Venezuela), conjunto donde el Rey de España operaría como Emperador de las Indias Occidentales. Este Plan no prosperó, lo que al final favoreció la expansión de los EE.UU. e Inglaterra, como lo había temido antes el mismo Conde de Aranda.

Carlos III también modificó las estructuras sociopolíticas del Imperio Español en América, modificando el aparato militar al crear las “Milicias Regladas”, de donde surgió una casta militar que ayudó a liderar buena parte de la Guerra de Independencia, entre ellos al propio Simón Bolívar. Así como al admitir en el Ejército regular español a oficiales americanos como lo fue Francisco de Miranda. Se creó, también, en Venezuela la Real Intendencia de Caracas y más tarde, en 1786, la Real Audiencia de Caracas, instituciones que junto a la Real y Pontificia Universidad de Caracas, fundada en 1721 por Felipe V, perfilaron lo que iba a ser en pocos años la Venezuela Independiente. Ello, sobre todo, a partir del 8 de septiembre de 1777, cuando Carlos III dictó la Real Cédula de creación de la Capitanía General de Venezuela, base de nuestra actual soberanía territorial.

En materia educativa, Carlos III se destacó por afirmar sólidamente la autonomía universitaria en la Real y Pontificia Universidad de Caracas, al decretar en 1784, la potestad del Claustro Pleno Universitario para elegir el Rector de dicha casa de Estudio, quitándole esa facultad a la Iglesia; implementando así una experiencia electoral y alternativa (principios liberales), en las que se obligaba a elegir un rector Lego y en el siguiente período a un rector eclesiástico, pero nunca de alguna Orden religiosa. Una gran parte de los líderes civiles y militares de la Independencia pasaron por nuestra Universidad, ya conocedores de la ilustración y de algunas prácticas republicanas, mucho antes de 1810. Tuvimos a un Francisco de Miranda quien siempre se sintió universitario, un Andrés Bello en las Letras, un juan Germán Roscio en el Derecho, un Felipe Fermín Paúl en Política, un Cristóbal Mendoza (primer presidente de Venezuela en 1811) y un José María Vargas en la Medicina y Educación, son apenas algunos ejemplos de que la suerte y las estructuras estaban ya echadas antes de los procesos de 1810 en adelante. El Rey Carlos III había impulsado la Universidad autónoma la que, a su vez, creó a las instituciones de la República venezolana, pero luego, salvo contados casos (como lo fue el respaldo del Libertador), en más de dos siglos de vida republicana, la Universidad ha sufrido constantemente la amputación de sus fueros autonómicos por la intervención perversa de gobiernos autoritarios y de mala índole.



sábado, 1 de abril de 2023

Facultad de Humanidades y Educación y origen de la Escuela de Historia de la UCV

En la vieja sede de la Esquina de San Francisco comenzaron las actividades docentes, de investigación y extensión de dicha nueva Facultad, con una matrícula inicial de 279 alumnos y solo 19 profesores

Alberto Navas                                                                                   Publicado en el universal  el 16/03/2023 


Nuestra actual Facultad de Humanidades y Educación de la Universidad Central de Venezuela es, en realidad, la más antigua de las Facultades de la Universidad de Caracas, hoy UCV. Su origen se remonta al siglo XVII con el extinto Colegio Seminario de Santa Rosa de Lima de Caracas, en la Cátedra de Filosofía. Más tarde, con la erección de la Real Universidad de Caracas, en 1721, vemos que con ello emergió finalmente la Facultad de Filosofía (Artes/ hoy Humanidades) generando así al primer egresado de dicha Universidad, en la persona de Antonio Tovar y Bañes en 1725, como consta en los expedientes de egresados de ese año en el repositorio del Archivo Histórico de la UCV.






Luego de muchas vueltas de la Facultad de Filosofía durante el siglo XIX y parte del XX, en las que llegó inclusive a llamarse Facultad de Humanidades en tiempos del Profesor Cecilio Acosta, nuestra Facultad fue elevada de su viejo carácter iniciador y propedéutico, al rango de Facultad independiente, con el Decreto del Estatuto Orgánico de Universidades Nacionales dado por el Presidente de la Junta de Gobierno don Rómulo Betancourt en septiembre de 1946, como Facultad de Filosofía y Letras de la UCV, siendo su primer Decano el Dr. Mariano Picón Salas, quien la inauguró oficialmente en un acto celebrado el 12 de octubre de ese mismo año.

En la vieja sede de la Esquina de San Francisco comenzaron las actividades docentes, de investigación y extensión de dicha nueva Facultad, con una matrícula inicial de 279 alumnos y solo 19 profesores. También se dictaron ciclos de conferencias que impactaron muy bien en el público de sectores populares que se acercaron, por primera vez en dos siglos, a la fuente de saberes de la Universidad caraqueña. Los aires democráticos de aquellos años, junto al logro del derecho al voto universal y la elevación de los derechos políticos de la mujer, refrescaban a una Venezuela herida por décadas de autocracias y caudillismo.

Los primeros egresados como Licenciados en Filosofía y Letras en 1950 fueron: Francisco J. Ávila, Georgina Blanich, Josefina Espino Parpacén, Josefina Fierro H., José Ramón González, Julio César Lizarraga, Ernesto Mayz Vallenilla, Oswaldo Rodríguez Briceño, Alfonso Rodríguez Díaz y Alberto Weibezahn Massiani. También egresaron ocho Técnicos en Biblioteconomía, entre los cuales se destacaba la posteriormente célebre profesora de Paleografía Dolores (Lola) Bonet Guylain.

Más tarde, en 1947, surge el Departamento de Historia en la Facultad de Filosofía y Letras, núcleo matriz de la futura Escuela de Historia desde 1958, una vez derrocada la dictadura del general Marcos Pérez Jiménez y recuperada la Autonomía universitaria. Allí, bajo las enseñanzas de los profesores Pascual Venegas Filardo, Marco Aurelio Vila, César Tinoco, Miguel Acosta Saignes, Salvador de la Plaza, Rodolfo Quintero y otros, egresó la primera promoción de Licenciados en Historia de la UCV, compuesta por: Oscar Enrique Abdala (quien fue Director de la Escuela desde 1972), Orlando Albornoz Hernández, Carlos Boggio H., Eleazar Córdoba Bello (distinguido americanista), Ildefonso Leal (Cronista de la UCV), Angelina Lemmo Brando, José Eliseo López Ramírez (valioso demógrafo) y Trina Urbina P. Debo señalar que, como estudiante de Historia, después de 1974, tuve la suerte de ser alumno de varios de estos primeros egresados.

Desde 1958 ejerció la dirección de la Escuela de Historia el Dr. José Manuel Siso Martínez, quien pasó a ser Ministro de Educación en el gobierno del Dr. Raúl Leoni en 1964, año en el que asumió la dirección el Dr. Germán Carrera Damas, formado en las Universidades de Caracas, México y Francia, siendo el gran renovador de los estudios históricos en la UCV y en Venezuela, convirtiendo a la Escuela en un centro de referencia académica para el contexto latinoamericano. Formando investigadores críticos y de vocación científica, una Escuela donde aprendimos a hacer historiografía en base a recursos técnicos, teóricos, metodológicos, filosóficos y de las ciencias auxiliares. Luego, una nueva generación, desde 1968, siguió desarrollando nuestra Escuela en el marco de las rebeliones de aquellos años de conflictos e intervención del gobierno del Dr. Rafael Caldera. Entre ellos destacaron: Manuel Caballero, Josefina Gavilá, Josefina Bernal, Miguel Hurtado, María Elena González, Carmen Gómez, Taide Zavarce, Luis Cipriano Rodríguez, José Belda Planas, Eduardo Camps, José Rafael Lovera, etc.




La última generación de aquella “buena época” fuimos: Ramón Aizpurúa, Pedro Castro Guillén, Fredy Rincón, Fernando Oduber, Guillermo Durán, Ángel Ziems, mi persona y muchos otros más. Hoy nuestra Escuela sobrevive, a duras penas, con profesores ya jubilados y otros fallecidos, sin que el presupuesto oficial haya permitido formar una efectiva generación de relevo, de la que muchos han huido del país abandonando sus cargos infrarremunerados. Pero, sin embargo, seguimos manteniendo abiertas las puertas del pregrado con el director Adalberto Castellanos y del postgrado con la Dra. Anahías Gómez y el Profesor Mike Aguiar. Aún damos señales de vida, como con ruidos bajo los escombros y aún late el pensamiento en el aula, en el cubículo y en el viejo y gastado maletín que todavía nos acompaña.

jueves, 16 de febrero de 2023

Redes sociales y trivialización de la vida o ¿La sociedad de los idiotas informados? (El caso de la UNEFA)

 


Por: Cécil Gerardo Pérez

Miércoles, 15/02/2023 03:53 PM

  Cécil Gerardo Pérez

Hace poco un video difundido por una de las redes digitales mundiales y de mayor impacto comunicativo (Tik-Tok) y que ha sido reenviado por otras redes (Twitter, Instagram, What-App, entre otras) ha reabierto un viejo debate acerca del impacto de los medios de comunicación de masas y ahora, las denominadas redes sociales en la sociedad contemporánea. En este caso, acerca de la educación universitaria y la levedad con que muchos de sus egresados asumen la vida, ya siendo profesionales. 

Se trata de un grupo de graduandos de la Universidad Nacional Experimental de la Fuerza Armada (UNEFA) que antes o luego del mismo acto de graduación (4 de noviembre de 2022), con sus trajes académicos (toga, birrete, medallas y estola) graban un estúpido video donde hacen alarde de las supuestas carencias que poseen siendo ya profesionales de las Ciencias de la Salud, específicamente de la Enfermería. Adicionalmente, en el mismo, enlodaron el nombre y el prestigio de una universidad pública venezolana, de sus profesores, compañeros de estudio y trabajadores en general de la UNEFA, mancillaron el honor de la noble profesión de la Enfermería, (tan vital para la sociedad, pues tiene que ver con la Salud de las personas) y su propio honor y reputación, pues quién va a querer ser atendido por quienes afirmaron públicamente y a los cuatro vientos que se graduaron aun cuando: "no saben poner una vía, no saben de los signos vitales, no saben colocar una inyección, no saben tratar a un enfermo, que no saben nada, o que se copiaron en todos los exámenes"

Joven publicó video diciendo que no aprendió nada y universidad anuló su título: “Le falta ética” | Upsocl

Ese video tuvo como consecuencia que la universidad les impusiera una sanción de suspenderles los títulos otorgados, que pidieran excusas públicas y realizaran unas pruebas académicas para determinar si les mantenían la sanción o se las revocaban.

Hay que reivindicar a la UNEFA. Esta es una universidad que hasta 1998 era un instituto de formación universitaria sólo para militares en Venezuela llamado el IUPFAN, de mucha calidad en las disciplinas que allí se estudiaban. Luego, a partir de 1999, el presidente Hugo Chávez ordena su transformación a Universidad Nacional Experimental Politécnica de la Fuerza Armada venezolana, pero que vaya más allá del ámbito estrictamente militar. Así la UNEFA se amplió enormemente, pasando de cientos de estudiantes del antiguo IUPFAN, a tener ahora decenas de miles de estudiantes de los sectores populares y está ubicada en todo el territorio nacional, en todos los estados del país. Con decenas de carreras universitarias y con un código de ética y de conducta basados en el compromiso con la Patria, la responsabilidad social, la formación de excelencia académica, todo ello, en medio de un proceso de transformación de la sociedad venezolana, donde el conflicto socio-político es una variable clave en nuestro acontecer diario y por supuesto, el ámbito educativo universitario no está exento de ello.

Esos graduandos han podido grabar tantas cosas positivas sobre un acto tan importante para las personas y sus grupos familiares, así como amistades. Pero no, porque eso no se "viraliza". La idea es que, con lo negativo, se haga una burla incluso para ellos mismos y genere una risa fácil, banal. Es lo que las redes generan en muchas personas, sobre todo jóvenes. Es la trivialización de la vida y hasta de lo trascendente. Y no es que sean jóvenes adolescentes quienes realizaron este video tan bufo. No. Son jóvenes adultos con 5 años de formación universitaria y ya con un título de profesionales universitarios.

Ahora, sale uno de ellos a quejarse de la sanción impuesta por la universidad y a tratar de justificar lo injustificable. Lo cierto es que publicaron sus ideas (así sea en términos humorísticos) contra la propia formación obtenida en la universidad, alegando no estar preparados para ejercer la profesión en la cual se habían titulado. Hay un aforismo jurídico que reza: "nemo auditur propriam turpitudinem allegans", es decir, «nadie puede alegar a su favor su propia torpeza o culpa».

Este hecho nos recordó que hace varios años, Pedro Rodríguez Rojas, un distinguido profesor e investigador de la Universidad Simón Rodríguez, de Barquisimeto, publicara un libro denominado: "La sociedad de los idiotas informados. La crisis planetaria y la humanidad enferma". Texto enjundioso que, por lo demás recomendamos ampliamente. De él tomamos el título para realizar esta reflexión. Refiere Rodríguez Rojas: "Estamos frente a una sociedad del conocimiento que es paradójicamente cada vez más inculta e ignorante. Se tiene mucha información de muchas cosas de las cuales se desconoce su naturaleza. Se tiene mucha información de lo que no se sabe y se es incapaz de transformar. Esto no niega que en efecto exista una "revolución del conocimiento", pero que ha estado y ahora está aún en menos manos, mientras lo que abunda es la información, el conocimiento por el contrario es cada vez más escaso".

Si bien es cierto, no podemos generalizar que toda la juventud es así, como la que se muestra en el video y que la sociedad no está llena de idiotas informatizados, sí es una situación preocupante como a través de los medios y ahora de las redes sociales se puede manipular, moldear, guiar modelar la conducta de millones de personas que, como dice Rodríguez Rojas, hoy "Se tiene mucha información de muchas cosas de las cuales se desconoce su naturaleza", es decir, a través de videos, audios, imágenes o falsas noticias se puede lograr que haya seres humanos que califiquen a otros, por pensar distinto, o trabajar para construir un modelo de sociedad diferente, como "plaga, peste, azote", para descalificar lo que se hace, o para genera odio, persecuciones y hasta golpes de estado con violencia generalizada, tal como hemos visto en los últimos tiempos en Brasil, Bolivia, Perú, Chile, Argentina o Venezuela.

Se pregunta el mencionado autor lo siguiente y de inmediato su respuesta: ¿Es la información suficiente para comprender y transformar la realidad? Rotundamente No; el hombre más informado puede ser al mismo tiempo un pobre estúpido sin capacidad ni inteligencia para comprender y mucho menos contribuir a transformar la realidad. Históricamente el hombre ha intentado conocer, descubrir, explorar, comprender, y transformar la realidad, la búsqueda del saber está siendo hoy sustituida para la mayoría de las personas por la simple y aparente condición de estar informado: saber de todo un poco, sustituye el dominio profundo y sistemático "la totalidad de lo aparente" dentro de la "Globalización de las banalidades" parece ser lo predominante".


Ante ello, Rodríguez plantea como opciones:

1.- "Rescatar el saber pedagógico, entendido éste como la unificación de "ciencias de la educación" y "saberes específicos" de la práctica educativa.

2.- Replantearse una nueva epistemología educativa que parta de la reconstrucción histórica de nuestra propia historia educativa.

3.- Abordar teóricamente la educación, pero con categorías y perspectivas epistemológicas propias.

4.- Enfrentar la dramatización de la educación hoy en marcha con la revolución informática.

5.- Defender y promover una conciencia colectiva crítica no dogmática que nos permita construir y fortalecer nuestra identidad frente a la globalización.

6.- Analizar el impacto y la racionalidad de las nuevas tecnologías en la educación.

7.- Valorizar la comunicación versus la información en el proceso educativo.

En fin, este caso de los graduandos y graduandas de Enfermería de la UNEFA debe servir para profundizar en los procesos de Formación no sólo académica, sino de la parte axiológica (los valores) y ética de la comunidad universitaria, a fin de que los profesionales que egresen asuman la responsabilidad de sus actos y sean ciudadanos comprometidos de verdad con su Patria, su comunidad y la familia.

 

(*) Pedro Rodríguez Rojas. La sociedad de los idiotas informados. La crisis planetaria y la humanidad enferma". Venezuela. 2014.


Francisco Fajardo: el primer venezolano criollo

 

Venezuela, como tal, nació como un producto moderno de la conquista española, por ello tenía que existir como entidad política y cultural mestiza para que existiesen los primeros venezolanos

Reproducido de El Universal

Alberto Navas
16/02/2023 05:00 am


La conquista de Caracas en el siglo XVI partió de dos ejes fundamentales de población y de acumulación de capital, siendo el primero, desde el Oriente, el que partió desde la Isla Margarita (perlas y tráfico de esclavos) principalmente con el capitán mestizo Francisco Fajardo, quien llegó a las costas y al valle de Caracas, realizando las primeras fundaciones en esa región. El segundo eje, partió desde el núcleo occidental del Tocuyo, Barquisimeto y Valencia (oro y agricultura), con posteriores expediciones fracasadas sangrientamente, hasta que en 1567 el capitán don Diego de Losada fundó definitivamente lo que hoy, casi cinco siglos más tarde es la ciudad de Caracas, eterna capital de Venezuela.


Francisco Fajardo, como muchos mestizos de aquel siglo XVI, puede ser considerado como el primer prototipo del venezolano propiamente dicho, tanto por su mezcla de sangre de conquistadores y conquistados, como por su relevancia de conquistador, fundador y autoridad criolla en medio de un sistema colonial hostil y violento. Nació en la Isla de Margarita entre 1527 y 1528, como lo señala el Cronista Dr. Juan Ernesto Montenegro, hijo de la india Principal Isabel nieta del gran Cacique Charaima, importante líder supra tribal, que dominaba dicha isla y a bastantes posesiones en la costa de tierra firme, que llegaban hasta las costas de Caracas. La India Isabel, al parecer muy hermosa e influyente, mantuvo una relación “amorosa” con el teniente de Gobernador don Francisco de Fajardo, un español adicto al oro, las mujeres y al tráfico de esclavos, quien se aprovechó de las relaciones de su mujer para incursionar en el comercio de esclavos entre Margarita, Cubagua y costra Caribe, amasando riquezas que luego se llevó a España de manera semiclandestina y sin pagar los impuestos correspondientes al Rey.

Venezuela, como tal, nació como un producto moderno de la conquista española, por ello tenía que existir como entidad política y cultural mestiza para que existiesen los primeros venezolanos, por ello, la población indígena era más bien la cultura Caribe o Arawac, etc. prevenezolanos o precolombinos, quienes lucharon fieramente contra un enemigo que no entendieron, para terminar asimilados o exterminados, según el caso. Fajardo, en su tercer viaje de conquista pacífica de la costa y del santuario inexpugnable indígena del Valle de Caracas, hacia 1560, obtuvo la autorización de la Real Audiencia de Santo Domingo (La Española), apoyado con armas y caballos, saliendo finalmente de Margarita con una expedición de 200 indios guaiqueríes y once españoles, quienes se presentaron y asentaron en tierra firme en la costa de Caruao, entendiéndose pacíficamente con el Cacique Guaimacuare. Instalados ya en la costa de Caracas, Fajardo se desplazó hacia el Tocuyo, donde el Gobernador de la Provincia de Venezuela, Pablo Collado, le invistió con el rango de teniente general suyo, con poderes para fundar pueblos y repartir encomiendas. Del Tocuyo partió con treinta hombres más y aprovisionándose de ganado vacuno en Valencia, subió desde El Consejo hacia los altos de la cordillera central, en tierras de los Meregotos donde se entendió pacíficamente con el Cacique Terepaima, siguiendo luego el camino hacia la tierra de los Toromaimas, el valle del río Guaire, donde fundó la primera “Caracas”, en el pueblo de “San Francisco” y el hato ganadero adyacente.

Francisco Fajardo fue el primer criollo venezolano en detentar autoridad política superior en nuestro territorio, un mérito suficiente como para darle su nombre a un Estado como el de La Guaira, y no a una destartalada autopista, como lo fue hasta hace poco. Finalmente, la perdición de este conquistador mestizo, nacido en Venezuela, fue el descubrimiento de placeres auríferos en los cursos de agua de las montañas del suroeste de Caracas, lo que hizo explotar la codicia del Gobernador Collado, quien traicioneramente arrestó a Fajardo, lo degradó de cargo y le sustituyó por Pedro Miranda, en cargado de confianza para depredar directamente el oro recién encontrado; desatándose así el inicio de una etapa violenta de conquista, que provocó el levantamiento indígena que duraría, al menos, unos siete años hasta ser posteriormente sofocado por Diego de Losada.

Un indigenismo trasnochado ha pretendido olvidar esos grandes méritos de Fajardo, también opacado por la fundación definitiva de Caracas por Losada y por los errores historiográficos de José de Oviedo y Baños, todo ello hoy heredado, por “uso y tradición” (como lo señaló Carrera Damas), por “historiadores” contemporáneos, no profesionales e ideológicamente orientados a inventar un pasado fantasioso, concordante con sus confusos intereses del presente.

 


miércoles, 6 de abril de 2022

EL BRUTAL DESASTRE RUSO

 

HENRY TOVAR

El día 24 de febrero Putin anunció el comienzo de una "operación militar especial" en Ucrania. Denominación utilizada para ocultar a la población rusa el inicio de una guerra. El día 02 de marzo la ONU adopta una resolución en la cual deplora la agresión y exige la independencia de las regiones a las cuales se agredió inicialmente (Donetsk y Luhansk). Lo más significativo, aparte de la declaración, fue la votación, en la cual 141 países, de los 191) votaron a favor, cinco en contra y 35 abstenciones (bajo el patrocinio de 90 países). Estos elementos fueron clave para vislumbrar el rechazo universal por el temor a una tercera guerra mundial y las posibles consecuencias sobre Rusia. Seis días después escribí (02 de marzo) algunas líneas en Instagram, a las cuales definí como “Los objetivos ganados de una guerra fallida” (perdida). Allí señalamos que una vez consolidada sus posiciones se habrían creado las condiciones para la anexión de territorios de Ucrania. pero simultáneamente habrá logrado una guerra prolongada, el inicio de un conjunto de alianzas y el deterioro de la economía y de las finanzas rusas. Y agregamos:  

“Resulta imposible que, aún con la retirada de Putin, Rusia no sea objeto de aislamiento, más sanciones y demandas. El rechazo plenario de la invasión por 141 países de las Naciones Unidas preludia los primeros síntomas de lo que puede constituir un calvario para Rusia, cuya reversión demandará la cabeza de sus responsables. Costará mucho a la diplomacia rusa, reinsertarse responsablemente, dentro del espacio internacional y europeo de naciones con el liderazgo ruso actual. Las campanas no están doblando sólo por Crimea. ¿Apoya mayoritariamente el ciudadano ruso esta invasión? Pareciera que los logros en la guerra con Ucrania configuran, en consecuencias comparables, a las de una guerra perdida, dentro y fuera de Rusia.”

La guerra dura ya cuarenta días. El 16 de marzo en reseña publicada por INFOBAE, Anthony Blinquen señaló que “detener la invasión no bastará para revertir las sanciones.”

Durante la última semana de marzo altos mandos militares de Londres y Estados Unidos señalan que más allá de los resultados militares, esta incursión constituye una guerra perdida por sus consecuencias militares y políticas. Una guerra perdida militar y políticamente es una razón suficiente para el desplazamiento de sus responsables. Mientras más tarde Putin en gestar una salida, más grave serán las consecuencias económicas y financieras y en el bienestar de la población rusa. Si no lo hace Putin, el poder tras el poder deberá desplazarlo. Y aun así Rusia deberá pagar los daños materiales y responder con indemnizaciones a las familias ucranianas.

Conforme señala la BBC el 25 de marzo, en una reseña denominada Rusia y Ucrania. El gigantesco costo económico que debe pagar Moscú para financiar la guerra, en lo que cuarenta días de guerra se ha devaluado el rublo, ha cerrado la bolsa de valores, con pausas para negociar bonos del gobierno; se estima hasta en un 15% la caída de su PIB, sólo en este 2022; probable cesación de pagos de su deuda; congelamiento de fondos en el extranjero; cerco al sistema financiero; veto a la importación y exportación de productos; paralización de su industria; salida de Rusia de 400 empresas occidentales de grandes marcas.    

Hoy 5 de abril, el periodista y escritor español Pérez-Reverte ha declarado en una entrevista al diario El Mundo que “aunque en realidad la salida de esta guerra sigue siendo impredecible, que Rusia haga lo que haga ya ha perdido… si continua la guerra, el desastre para su país va ser brutal. Y si se retira pierde el crédito entre los suyos”. 

Putin debería saber que Alemania, junto con Austria-Hungría y Turquía, perdió la Primera Guerra Mundial (1914-1918) y fue obligada (por vía del Tratado de Versalles) a pagar los daños ocasionados. Deberá recordar que Alemania fue vejada, desmembrada, endeudada, desmilitarizada. Alemania fue obligada a pagar 132.000 millones de marcos de oro, equivalentes a 442 millones de dólares del año 2012, cifra que en el año 1919 les resultaba impagable.  Y aun así (por la devaluación de su moneda), pudo reindustrializarse, por motivo de sus exportaciones con precios sin competencia en el mercado mundial. El enorme poder alcanzado veintiún años después le permitió buscar la revancha con la segunda guerra mundial (1939-1945).

Por consecuencia de la resistencia de Ucrania y por la determinación de los países más importantes de la ONU, nada de lo que haga Putin avanzando o retrocediendo, militarmente, podrá revertir las consecuencias reales de esta agresión. La salida necesaria y honorable para Rusia es el desplazamiento de Putin, aunque tenga que pagar a largo plazo los daños. Le resultará mejor que un retroceso económico, financiero y la degradación del bienestar de su población. Los rusos saben contar, retroceder y avanzar; como también lo sabe China. Es altamente probable que se esté buscando alternativas para salir del atolladero y el “brutal” desastre ruso. Por fuera y por dentro. Con Putin y sin él. 




domingo, 27 de febrero de 2022

¿ES PROBABLE O VEROSIMIL UNA TERCERA GUERRA MUNDIAL?

 

Henry Tovar

Pensar en la posibilidad descontrolada del inicio de una Tercera Guerra Mundial, debería constituir una perspectiva indeseable, tanto para Rusia como países de la OTAN, liderados por EEUU. Aunque parezca absurdo decirlo, la guerra no es una decisión y un curso irracional. Pensar en su ocurrencia, por contingencias, es poco probable. Su posibilidad tiene que verse en término de la confrontación de grandes o pequeños dilemas históricos, objetivos políticos, económicos y militares. En tales circunstancias deben valorarse los supuestos reales y causales de esta aventura. Y luego sus consecuencias.

La escasa posibilidad de una Tercera Guerra Mundial, adquiere sentido por la desaparición de los grandes nudos históricos, motivantes de la Guerra Fría. La desaparición de la URSS y con ella del llamado socialismo real, generó nuevos cursos en la historia de  nacionalidades europeas. La disolución de la URSS permitió la independencia de un conjunto de repúblicas eslavas y la superación de estadios históricos contrarios a la libertad y a la autodeterminación de los pueblos. 

Actualmente, las dos grandes potencias económicas, reales, son EEUU y China. Hoy, domingo 2 de febrero, el diario español, La Razón, aporta un dato relevante: "el PIB de Rusia  es de 1.293.052 millones de euros, ligeramente superior al de España," cuyo PIB es de 1.202.994 y muy inferior al de la Unión Europea, representado por 13.920.438 millones de euros. Como para preguntar entonces, "con qué culo se sienta la cucaracha." El citado diario agrega además, "Moscú se lanza a una guerra que sólo puede ganar si es de corta duración, cerrada con una más que posible rápida victoria", lo cual explica que, sin haber concretado su entrada en Kiev, Moscú se esté quejando de la negativa de Ucrania a negociar. 

Otra clave es la declaración dada por el presidente francés, este mismo domingo 27, quien ha advertido "que la guerra en Ucrania durará." Es decir, se sabe cómo y cuándo comienza una guerra pero no, cómo ni cuándo termina. Aunque usted no lo crea, el aparente desinterés del bloque atlántico, por involucrarse militarmente en defensa de Ucrania, pudiere haber sido una señal maliciosa enviada a Putin para invitarlo a embarcarse en lo que pudiere llegar a constituir un autentico desastre militar. Cada minuto de Rusia en Ucrania atenta contra los planes de Moscú.       

Habría que valorar, dentro de las consecuencias, lo que significa para Rusia, sostener una guerra sin músculo financiero, lidiar con el aislamiento y ver como la prolongación del enfrentamiento se traduce en degaste. Para occidente, su significado en términos expansionistas (aprovecharse), para avanzar hacia el Oeste, constituye un despropósito y una apuesta carente de sentido, más allá de la necesaria e impostergable defensa del espacio europeo y atlántico actual. El derrumbe de la Unión Soviética modificó el mapa europeo y tuvo consecuencias sobre el horizonte espiritual de las exrepúblicas soviéticas. Pretender detener el curso de la historia por la vía de la fuerza, constituye un pretensión irracional. Tampoco ignoramos las legítimas aspiraciones de seguridad de Rusia, con relación a los innumerables planes elaborados por los tanques de pensamiento del pentágono para destruirla. Pero esto es harina de otro costal y no involucra necesariamente a Europa.      

Los acontecimientos antecedentes, desde al año 2013, iniciados con la anexión de Crimea, sugieren que la invasión a Ucrania tiene objetivos limitados. Lo ha insinuado el propio gobernante ruso y lo pueden reconocer las apuestas de sus rivales. Actualmente, las bombas más funcionales y útiles serían las sanciones y el aislamiento. ¿Está Rusia en capacidad de mantener una guerra prolongada con el flanco a descubierto de las sanciones?   

Dentro del conjunto de propósitos explicables de la invasión de Ucrania, estarían, en primer término, consolidar la posesión de Crimea, conectándola por tierra con el territorio ruso. Enviar un mensaje contundente al cordón de países prooccidentales, colindantes con la república rusa, con relación a la inaceptable posibilidad de que éstas ingresen al Unión Europea y por consecuencia a la OTAN, y finalmente, forzar el acuerdo de una finlandización de Ucrania. Es decir, lograr con las armas, aquello que no se pudo en una mesa de negociación. La capacidad de resistencia de Ucrania, el pulso de la guerra, por parte de la alianza atlántica y la inestabilidad de la economía rusa, serán determinantes en el curso, la expansión y el tiempo que dure esta tentativa de torcer el brazo a la determinación de las repúblicas exsoviéticas y de los propósitos de connaturales intereses expansivos de la UE, en territorios inequívocamente europeos. 

Comparar a la Rusia actual y sus intereses económicos, culturales y de seguridad territorial, con las ambiciones expansionistas de la Alemania Hitleriana, y a Vladimir Putin con el fanático Adolf Hitler, son despropósitos incontribuyentes de la comprensión de los estrictos límites de esta confrontación. En este momento, ni China, ni India “tienen velas en este entierro.” A China podría tentarla la posibilidad, actual, de recuperar a Taiwán. Pero, esa posibilidad en el contexto actual, tendría un costo superior e incierto que complicaría sus relaciones con EEUU, en términos de la estabilidad y el progreso económico alcanzado por China por vía de su entendimiento comercial y financiero, logrado con Occidente. Sería mucho más grave y amenazador que si lo hiciere en otro momento, como es realista y altamente probable, que lo haga, en tiempos menos cercanos y por venir. 

No está de más recordar que nada está escrito sobre lo que puede acontecer. Nadie lo sabe. Pero es dable suponer que todos los posibles participantes mayores en este conflicto, atisban y medirán las probables consecuencias de cada uno de sus actos. Los logros de China y sus potenciales oportunidades han sido alcanzados de modo pacífico con el apoyo de EEUU y del resto del mundo occidental. El mercado y el socio más importante de China es EEUU. Rusia, más allá de ser una potencia militar, no es un país industrializado. Es, caso contrario, un país atrasado, dependiente de sus recursos naturales como el petróleo y el gas. Carece por tanto de ambiciones expansionistas. Sus necesidades de control, sobre sus áreas de influencia, están fundadas en convicciones y teorías de seguridad nacional. Aquellas áreas se reducen al espacio post soviético y países distintos de estos, colindantes con sus fronteras. EEUU, por su parte, consciente de su declive, parece empeñado en encerrase dentro sus propias fronteras para preservar posibilidades de estabilidad por la vía de la política y no de la guerra. Lo mismo vale para el espacio europeo. Por consecuencia, parece razonable que sus estrategias se limiten a contener a los rusos dentro de sus naturales áreas de influencia, cuya consecuencia inmediata ya es y será, el desgarramiento de la integridad territorial de Ucrania.

Es bastante probable que la región del Dombás termine integrándose a la Federación Rusa, como ya ocurrió con la península de Crimea. Otras ocupaciones del territorio ucraniano serán las bazas que Rusia podría utilizar como monedas de cambio, dentro de las inevitables negociaciones que den término a esta conflagración. Pensar en la posibilidad de la expansión del conflicto pasa por responder cuáles serían los objetivos de cada uno de los probables participantes. La cantidad de países involucrados, hasta ahora, permite hablar con propiedad de la posibilidad de una tercera guerra mundial. Por consecuencia, cabe preguntarse: ¿Es realmente probable la ocurrencia de una Tercera Guerra Mundial, por motivo de la invasión de Ucrania?  Las debilidades económicas y los objetivos concretos y evidentes de Rusia y el estado y la fragilidad de la propia economía mundial, permiten suponer que esta tentativa no pasara de ser una guerra prolongada.

Una vez concretado sus objetivos militares, Putin buscará, desesperadamente negociar con Ucrania y Occidente. El tiempo conspira contra sus posibilidades de mantenerse en el territorio de sus adversarios. Sólo la utilización de armas atómicas tácticas, podría modificar los cursos esperados de la apuesta actual. Resulta inimaginable, por ahora, apostar por lo que puede suceder.

https://venezuela360.org/arcgis/apps/storymaps/stories/be836ff9f8eb4b5098b635ff3efa1683


miércoles, 31 de marzo de 2021

RAMOS SUCRE Y LA EXACTITUD DE LA PALABRA



 Henry Tovar 

         Reclama nuestra atención la paradójica inquisitoria de un profesor por el uso diverso de conjunciones alternativas al que relativo (cual, quien, cuales, quienes, cuyo, cuya, cuanto). El monocorde uso del que mencionado es explicable por cierta dosis de desdén hacia la gramática, del idioma en general y del arte de recrearlo. ¿Por qué debo decir “el hombre del que te conté” y no el hombre o la mujer de quien te hablé? O, La mujer de la cual (pronombre relativo) te hablé. Por qué ignorar la inoportunidad del “ahora es que,” envés de ahora es cuando. Por qué decir más de lo necesario, por lo menos sin conciencia. Valga el ejemplo: “la complejidad acumulativa que se observa”; en vez de la complejidad acumulativa observable. Por qué repetir la expresión del artículo de un investigador: “la forma en que se comportan,” contraria al más conciso modo: “la forma como se comportan.” “Así es que hace,” (que galicado). “Así es que se gobierna” ¿y se dice? No. En ningún caso. Se puede decir como se quiera dentro de lo habitualmente aceptable. Y, en el primer caso, sin descalabrar. Pocos, disentirán de la inexactitud y de la iniquidad de su uso. Nuestro asunto objeto de atención es el rosario, la ristra de requerequeques.   

 Existe un mal y reiterado uso del que relativo, inaceptable en el ámbito académico y para quienes ven “en la quiebra de la lengua (…) la quiebra de la cultura, de la sociedad y del espíritu.”[1] En modo alguno fue Ramos Sucre, un maniático, como lo tildó Paz Castillo, por haber proscrito de sus poemas “la palabra que,” lo cual no es cierto. “¿No es la lingüística una forma de manía de este autor?” se preguntó en algún momento el poeta y ensayista de Reflexiones al Atardecer.

 José Antonio Ramos Sucre, descendiente de la familia del Gran Mariscal y poliglota en doce o catorce idiomas, disminuyó progresivamente en sus poemas el que relativo, y en otros casos eliminó otras formas expresivas, buscando mayor exactitud, sencillez y claridad. Fue suprimiendo, en sus libros el uso de pronombres relativos y conjunciones causales (porque, ya que, puesto que) o finales (a fin de que) conjunciones espaciales (en donde, donde, de donde, desde donde, por donde) temporales (cuando) adversativas (pero, más, no obstante, sin embargo). Las eliminó en sus creaciones literarias y en particular de su poética, para demostrar, por lo menos, su inocuidad funcional en la escritura estética.

El lenguaje vulgar y el escrito constituyen dos dimensiones de la realidad dentro las cuales no debería existir un abismo. El pensamiento y el habla requieren de convenciones lingüísticas. ¿Cómo entender que quien pretende enseñar y evaluar aprendizajes de nivel superior, se sorprenda y niegue con pocos argumentos la validez o la importancia de estos temas primordiales? 

Ramos Sucre hablaba en griego y latín, idiomas en los cuales, esos o aquellos “trinquetes,” son inexistentes. Su comedido uso lo hizo, es dable imaginar, para el logro de mayor concisión y presteza del lenguaje castellano.  Después de mucho leer y foliar nos fue verificable su desuso en la prosa de los buenos escritores. “Escribir bien se reduce a escribir con expresiones exactas”[2] - habría escrito el solitario escritor cumanés - valga decir, sustituyendo las expresiones sobrantes y todo lo, por ocioso, redundante.

Las tales conjunciones no son signos de atraso respecto a idiomas arcaicos o no. Existen, cumplen una función. Han enriquecido al idioma. De hecho, su buen uso en la novela o en la vida corriente, -reproduciendo el lenguaje ordinario, - son recursos estilísticos de imprescindible valor para los escritores y para los mercaderes de la palabra en los mercados de audiencias y en el uso de la comunicación habitual. De modo excepcional, constituyen un problema. Por ejemplo, cuando docentes o escritores ignoran estas cosas y se solazan en el queísmo, por síntoma de incultura, en el sentido expresado por Rafael Cadenas, para quien la distancia entre el lenguaje escrito y el hablado ha sufrido tal ensanche que pudiere llevar a la existencia de dos lenguas, como habría ocurrido en otras culturas. [3]

 Otra observación de fondo con relación al uso de las conjunciones es saber coordinar las oraciones. Saber relacionar la oración antecedente con la siguiente, minimizando la cantidad de conjunciones, o yuxtaponiéndolas, para prescindir de los enlaces, por innecesarios o por motivos estéticos (y -e- ni, que, pero, sino, aunque, mas, cual, tal, o, u, pues, porque, luego, conque). Incluso, el confinamiento de frases conjuntivas (sin embargo, no obstante, antes bien, fuera de, que no, de modo que, por eso, por lo cual). Formidables para la expresión fluida de una conversación, no así para la imaginería verbal. No se trata de proscribir, sino de no exagerar o ignorar reglas elementales de la gramática de Don Andrés Bello. Ignoro la de Nebrija.

 Quienes exceden el uso escrito de las nombradas locuciones, limitan posibles formas de expresión. “Ni calvo ni con dos pelucas, habría dicho mi madre.” Convertir estas frases en moldes, cual galleticas o panelitas de San Joaquín, puede ser un ejercicio castrador, restador u omisioso de creatividad en el lenguaje escrito. Su uso forma parte del arsenal de la retórica, arte de la locución, cultivada en la antigüedad por pensadores, mercaderes, parlamentarios y políticos. Son buenas para fablar mucho y decir poco. Son aptas y estimadas para platicar, exponer ante diversas audiencias o en la elaboración de manuales e informes técnicos. No tanto en las mejores formas de expresión escrita como la prosa, el canto, poesía, las filosofías. Actualmente, se considera un error, el desterramiento de la retórica en los programas de estudio de la educación formal.

   Por cierto y por si acaso, Marga, no busques el significado de omisioso. Una de las virtudes de Ramos Sucre fue su persistente pasión por los neologismos, creados dentro del rigor y las normas del lenguaje. “Un buen escritor -decía Ramos Sucre- es el que usa expresiones insustituibles”. Nadie escribe limitando su pensamiento con normas gramaticales. “No os preocupéis”. El orden y la selección vienen luego. Motivo por el cual es lícito, el espontaneo lenguaje corriente, como estructura distinta del lenguaje escrito, adaptado al buen pensar y decir. Por supuesto, “el comercio” diario con la lectura y la escritura, de modo irremediable, instituye el bien pensar, decir y el mejor escribir.

 Pareciera que una de las legítimas aspiraciones del poeta insomne, estaba en proponer o burilar formas expresivas, considerando la yuxtaposición de oraciones, como predominantes, por preferentes motivos sintácticos y estéticos. Imaginemos su argumento crítico y por mampuesto la defensa de su sanidad mental: No abolí el uso del que, no me era dado hacerlo; en cada caso, merecido trato di. Mi pasión fue la palabra, su exactitud, los sustantivos como centro, y por de menor jerarquía, los adjetivos calificativos de luminosa resonancia; nunca, las conjunciones impropias o los escombros de palabras indiferentes o extraviadas. Ni el griego ni tras este el latín, fueron en mí, pasiones oscuras de nostalgia medieval, por estético retorno a pasados extintos; solo la invocación de voces heredadas y una bella y negada mujer, cautiva de sus padres, por nuestra compartida estirpe, fueron mis amores explícitos y aun secretos.        

 Finalizando, te recomiendo la lectura de Papá, (Seix barral), novela breve del oficiante escritor argentino Federico Jean Mairé (2007), obra rebelde, y tan conmovedora, que me hizo llorar. Te reproduzco parte de un fragmento, de uno más extenso de la página 108: “...me cuenta que él pensaba que hoy no iba a visitarlo, porque era miércoles, que, si acaso se me ocurrió no ir a dar clases, que no me haga el loco, que él no está mal como para que yo lo use de fácil excusa para dejar de dar mis clases. Le dije que no, que apenas pase un rato para saludarlo, que se trata de una visita de rutina, una corrida que acostumbramos los masajistas, que dentro de un rato ya me voy, que no se preocupe tanto por mis alumnos, que tengo la más absoluta certeza de que ellos no se molestarán tanto como él si yo faltara, que quizás su molestia se deba al hecho de que nunca, todavía, él no se ha animado a ser mi alumno”. Como puedes ver, un uso literario y magistral del que, por reproducir, de modo elegante o artístico, el habla común.

 

 

 

 



[1] Rafael Cadenas (1991). Anotaciones. p,15. Fundarte. Alcaldía del Municipio Libertador 

 [2] Esto lo escribe Hernández Bossio, Alba Rosa (1988) en su Obra Ramos Sucre, la voz de la retórica. Monte    Ávila editores, p,69. 

[3] Anotaciones, p14 (1991) Fundarte. Alcaldía del Municipio Libertador  

sábado, 30 de enero de 2021

Sobre la necesidad de consensuar políticas para la implantación de un sistema de evaluación y acreditación de la calidad de las instituciones universitarias.

 


Henry Tovar

Se vuelve a plantear la necesidad y la posibilidad de establecer políticas para la creación de un sistema de evaluación y acreditación de las instituciones universitarias. Proponer políticas en materia de creación, evaluación y acreditación de instituciones universitarias, requiere de la revisión de los antecedentes sobre el tema. Es importante despejar dudas en torno a los procedimientos requeridos para concretar la implantación un sistema articulado, comparable y evaluable, entre instituciones nacionales y por instituciones universitarias de la región. Por consecuencia, sería fundamental que abarque a la totalidad de las instituciones nacionales de este sector. A nivel nacional, se debería buscar coincidir en aspectos mínimos, relacionados con conceptos, criterios, actores, enmendar despropósitos relativamente distantes y conocer, con rigor, al margen de voluntariedades sobre la realidad institucional de esos procesos y sobre la situación normativa nacional y regional. Es un propósito sobre el cual su vuelve, sin generar pertinentes acuerdos con los actores involucrados. No está claro, si la más reciente versión del Sistema de Evaluación, Seguimiento y Acreditación (SESA ) están consideradas estas exigencias.

Las instituciones universitarias y en segundo término en el ente rector del sector universitario, están en deuda con el tema de la instrumentación de un sistema de evaluación de la calidad. Omitiremos aquí, discurrir sobre la importancia de la evaluación y la acreditación como procesos fundamentales para el ejercicio de la planificación, la promoción del desarrollo científico y tecnológico, para transformar los aspectos indeseables y como instrumento para el intercambio académico y el reconocimiento de pares e instituciones en la región.

Desde cuando comenzó el boom de la evaluación, en la década de los ochenta del siglo pasado, las instituciones de educación superior, como aquí se les llamaba, comenzaron con espontáneos tentativas de evaluación institucional. Luego, están ampliamente documentadas las experiencias sistemáticas, realizadas a partir de la década de los ochenta en la UPEL (1987), LUZ (1995), UC (1997), ULA, USB y UCV, a través de una experiencia interinstitucional realizada en 1997, las Escuelas de Medicina, Administración y Contaduría de la UCV (1998), UNEG (2000).[1] Hubo también iniciativas públicas para normar la evaluación de las instituciones[2] y procesos de evaluación para la autorización de su funcionamiento. Es importante esta digresión, para dejar claro que la evaluación institucional ha existido en las instituciones autónomas y experimentales, como ejercicio espontáneo de su funcionamiento, aunque siempre, dependiente de las iniciativas personales de las autoridades de turno. Nunca por mandatos expresos de la Ley ni de modo regular y sistemático y referido un modelo consensuado de universidad.[3] Se ha carecido, no obstante, de un sistema, que permita la evaluación, la comparación y el mutuo reconocimiento, primero, entre las instituciones nacionales, y luego con las instituciones universitarias de la región Latinoamericana y del Caribe. 

Desconozco que mecanismos y cuál nivel de complejidad hubo para la evaluación institucional en los institutos y colegios universitarios oficiales, surgidos en la década de los años setenta. Carecemos de duda, sobre la inexistencia de formas rigurosas de evaluación institucional, en este mismo tipo de instituciones del sector privado.[4] Los mecanismos de evaluación siempre estuvieron referidos a la evaluación del desempeño de alumnos y profesores. A las instituciones oficiales, de este sector, no se les hacía supervisión, tan sólo un asistemático seguimiento, por parte del MPPEU, verificable en los archivos de la Dirección de Supervisión y Seguimiento del MPPEU (2008-2009).[5]  Ignoro el nivel de exigencias, en torno a este tema, en las instituciones de más reciente creación: universidades especializadas y politécnicas territoriales.

La existencia de una cultura de la evaluación institucional en universidades autónomas y experimentales, permitió, entre los años 2009 y 2010, la acreditación de dieciséis programas de grado de diez universidades. Nueve carreras de Agronomía en Arcu-Sur: UCV, LUZ, UNELLEZ, UNET, UDO, UNEFM, UNREG, UNESUR Y UCLA, cuatro carreras de Agronomía, correspondientes a la UCV, LUZ; UNET y USB; tres carreras de Medicina Veterinaria, Durante estos mismos años se formaron 60 docentes para la conformación de las Comisiones de Autoevaluación. Este proceso fue posible, luego de que el Comité de Evaluación y Acreditación de Programas e Instituciones de Educación Superior (CEAPIES), lograra su incorporación a la Red Iberoamericana de Acreditación de la Calidad de la Educación Superior (RIACES) en el 2009 y a la Red de Agencias Nacionales de Acreditación.  Durante los años señalados, también se logró la firma de convenios de asistencia con el Instituto Internacional para la Educación en Latinoamérica y el Caribe (IESALC) y la Comisión Nacional de Evaluación y Acreditación Universitaria (CONEAU), para la capacitación de pares evaluadores nacionales e internacionales en Agronomía, Arquitectura, Veterinaria y Medicina. Se realizaron talleres de difusión.

La acreditación lograda por las universidades autónomas y experimentales, entre los años 2009 y 2010, fue por cinco años, luego de los cuales no hubo continuidad del Ceapies para la promoción de procesos de evaluación en otras carreras, por motivos presupuestarios, para asistir a las reuniones de las agencias regionales de acreditación. Careció de recursos propios y de apoyo ministerial a las solicitudes de recursos. Hubo también desconocimiento, de las autoridades, sobre la importancia del organismo, a pesar de los logros alcanzados. Entre 2012 y 2014 hubo cambios sucesivos de ministros y de la estructura del ministerio y luego dentro del MPPEUCT. Al perecer no se consideraron los antecedentes históricos de las diversas iniciativas, y sus complejidades, orientadas hacia la creación de un sistema. Desestimaron la información que se les suministró. Estimaban que era posible hacer procesos de evaluación dentro de las estructuras del ministerio y al margen de cualquier tipo de vínculos externos. En ese trance, fue suprimido su funcionamiento y con el concluyeron gestiones y acuerdos de evaluación y acreditación en Mercosur (ARCUSUR). Finalmente, sus funciones quedaron inútilmente disgregadas en varias direcciones de las estructuras creadas desde entonces. El CEAPIES, desapareció, por confusión e ignorancia, sobre los propósitos propios e indelegables del Comité.

El tema de la evaluación y la acreditación es una actividad especializada, por determinada complejidad. Los organismos que la gestionan tienen requisitos de autonomía funcional y financiera, como parte de las exigencias de calidad de sus propios procesos internos. De hecho, organismos como el extinto CEAPIES, en la región, son organismos asesores de alto nivel. Funcionan como agencias especializadas, autónomas y organismos asesores de los ministros de educación o de las secretarías de la Presidencia de la República. Pareciera que la primera imprevisión (2008), fue no haber creado directamente la agencia, conforme a las exigencias de buenas prácticas de las agencias de evaluación y acreditación regional. La segunda, haber creado un comité sin una resolución ministerial.[6] El CEAPIES, nunca tuvo autonomía funcional y menos con autonomía presupuestaria. Existió, en términos de dependencia, como un Comité de Evaluación y Acreditación de Programas e Instituciones de la Educación Superior, adscrito y formalizado, en los artículos 69, 70 y 71 del Reglamento Orgánico del Ministerio de Educación Superior (MES), publicado en la Gaceta del 07 de octubre del 2008. En el artículo 69, se le define, textualmente, como un órgano asesor del MPPES constituido como un cuerpo colegiado integrado por académicos de reconocida trayectoria, cuya función es coordinar procesos de evaluación y acreditación institucional para garantizar, reconocer promover la calidad de la educación superior. Estas consideraciones y avales, tampoco sirvieron para preservar su estructura. La independencia exigida, para gestionar procesos de acreditación, se fundamenta en la necesidad de que esos organismos no sean parte interesada de las instituciones solicitantes de acreditación. Era conocida la provisionalidad de aquella situación. Con la eliminación de ese ministerio y su fusión con el de Ciencia y Tecnología desapareció el Comité.

La decisión de crear un sistema nacional de evaluación siempre ha se ha topado   con vacíos y duplicidades de competencias legales. Por ejemplo, el Sistema de Evaluación y Acreditación (SEA), hubo de posponer la posibilidad de evaluar a los institutos y colegios universitarios por no disponer de información sobre ellas, las cuales carecían de representación en el CNU. Eran parte de otro subsistema.  El SESA constituye una visión metodológica amplia, pero sigue en suspenso por contradicciones internas, en medio de las indefiniciones existentes. Replantear la iniciativa de generar procesos de evaluación y acreditación requiere entonces de claridad con relación a las competencias institucionales y legales, capacidades y finalidades. El proceso de evaluación institucional y de carreras debería:

1)      Estar organizado, dentro de las instituciones, por Comisiones de Evaluación institucional, de carreras y de programas. 

2)      Estar dirigido y supervisado por un organismo especializado con personal calificado y dedicado a tiempo completo a ese proceso.  

3)      Generar procesos de evaluación y acreditación nacional sobre la base de una concepción de la calidad y un conjunto de indicadores más o menos correspondientes con esa concepción. 

4)      Establecer hacia cuál conjunto de instituciones va dirigido. ¿Es el SESA es un sistema o un subsistema? Es decir, pretende abarcar a todas las instituciones nacionales, o sólo a las instituciones dependientes del MPPEU.

5)      Establecer si será un ejercicio obligatorio, o voluntario, para todas las instituciones oficiales y privadas, autónomas y experimentales e incluso la totalidad de las instituciones dependientes del MPPEU, incluida Misión Sucre.

6)      Elaborar un diagnóstico de las universidades nacionales y clasificarlas a conforme a sus finalidades, tamaño y capacidades, previa construcción y consenso de criterios y de los indicadores correspondientes.

7)   Generar manuales de evaluación, indicadores, reglamentos, cuestionarios y los protocolos necesarios para solicitar procesos de evaluación nacional y acreditación en los organismos de la región.  

8)      Cuáles instrumentos legales se requieren para la implantación del sistema de evaluación: Ley de evaluación y acreditación de la calidad, reglamentos de evaluación y acreditación, convenios, adhesiones a organismos de evaluación y acreditación.    

9)      Debería saberse que todas las instituciones se pueden autoevaluar, pero dentro de una concepción sistémica nacional, que permita la comparación y el reconocimiento mutuo.

10)  Debería saberse quiénes son los organismos acreditadores de la calidad y cuáles las exigencias requeridas para solicitar acreditaciones. 

11)  Establecer planes anuales de evaluación y acreditación y acreditación por tipos de institución y carreras.  

12)  Estimarse cuál es el costo monetario de la implantación del sistema y de la evaluación y la acreditación de una institución universitaria, en el contexto de las limitaciones económicas en la cual estamos.

 Evaluar las instituciones tiene por finalidad, transformarlas, crear servicios inexistentes, mejorar sus infraestructuras, crear proyectos para la producción de tecnologías, planes de mejora, y dentro del ministerio, generar metas y procesos de supervisión y seguimiento, lo cual conlleva la necesidad y la posibilidad de la disposición y asignación de recursos.

Las iniciativas, documentos y propuestas desarrolladas por las universidades desde la década de los ochenta, los proyectos previos de la OPSU y el propio MPPEU, constituyen un caudal de experiencias, ineludibles de revisar, como posibilidades de aprendizaje para la concertación de políticas. Por consecuencia, diremos finalmente, que parece conveniente conocer, con rigor, las causas de los frustrados propósitos para concretar procesos de evaluación de grado en la totalidad de las instituciones nacionales, tanto como la necesidad de generar estrategias para concertar los propósitos mencionados.           

Bibliografía

Campero Mercedes (2007) La evaluación institucional en las universidades. Escuela de educación UCV. Docencia Universitaria. Vol. VIII. Nro. 1, Año 1, 2007 Recibido: 10/12/2006. Aprobado: 26/01/2007.SADPRO UCV. Mercedes camperos@yahoo.com Pdf.  

 

Bartolomé, Adolfo; Blanco Oscar; Hernández, Román; Murguey Valentín (2006) Evaluación Institucional en la ULA. Revista Acción Pedagógica, Nro.15 enero-diciembre,2006- pp.104-111. Universidad de los Andes. Valentín Finalizado: San Cristóbal, 2005-02-12 / Revisado: 2006-03-19 / Aceptado: 2006-04-17. Pdf

 

Cadenas Rondón, Evelin Herminia (2011) Una mirada crítica a la evaluación institucional en la universidad venezolana. Universidad de los Andes. Facultad de Arquitectura y Diseño. Mérida Estado Mérida. Venezuela. fecha de recepción: 14 de junio de 2011. Fecha de aceptación: 03 de octubre de 2011. Evelin.cadenas73@gmail.com. Pdf      

 

García Guadilla, Carmen; Montilva Leonardo; Acedo María Lepage Beatriz Otero, Sergio (2006) Informe Venezuela. Proyecto CINDA. Educación Superior Iberoamérica. Pdf.

 

Inga, Martín Guadalupe y Velásquez, Silva David (s/f) La evaluación y la acreditación de la calidad en las nuevas leyes de educación superior en América Latina. Comisión de Coordinación de Reforma Universitaria en UNMSM. Pdf.      

 

Marcano, Noraida; Aular de Durán, Judith; Finol de Franco, Mineira (2009) Cuestiones conceptuales básicas en torno a la evaluación de programas Omnia, Vol. 15, Núm. 3, 2009, pp. 9-30 Universidad del Zulia-Venezuela. Pdf.

 

Reglamento Orgánico del Ministerio de Educación Superior (2008) publicado en Gaceta el 07 de octubre de 2008.Pdf.

 

Vásquez José L.; Ferrer, Juliana; Clemenza Caterina (2001) Transformación universitaria bajo la óptica de la autoevaluación. Caso de la universidad del Zulia. Ciencias de gobierno. julio – diciembre año 5, número 10 Izepes. Gobernación del estado Zulia.  Venezuela. pp. 124-139.Pdf.

 

Villarroel, Cesar Mejías Elizabeth (1994) Evaluación Institucional de las Universidades. Caso Venezuela. Análisis. Vol. 3 nro.1. Revista de Educación Superior. Etapa 1994.




[1] Cadenas Rondón (2011); Campero Mercedes (2007); Bartolomé et al (2006); García Guadilla et al (2006); Velázquez, Ferrer y Clemenza (2001); Villarroel y Mejías (1994).

[2] “Políticas de desarrollo de la educación superior, referidas a la creación de instituciones y nuevos programas” Gaceta Oficial 4.735 15-06-1994 Resolución 17

[3] Creación de la Comisión de Evaluación Institucional de las Universidades (CNU,1983)

[4] La calidad, también es un tema vinculado con exigencias y la existencia de talento humano y recursos monetarios.

[5] Por testimonio personal durante el tiempo en el cual trabajé en esta Dirección.

[6] Se cita la resolución 3724 del 23 de julio de 2008. Pero esta nombrada resolución nunca fue citada en los documentos emanados desde el CEAPIES. Salvo que la misma corresponda al Reglamento Orgánico del MES publicado en Gaceta el 07 de octubre de 2008.