Por Henry
Tovar
11-09-2018
Una fecha
casi ignorada por los venezolanos es el 8 de septiembre de 1777, en
cuyo día se creo la Capitanía General Venezuela, con la cual se
refrendo el territorio correspondiente a esta nación. Antes de
esta fecha, la provincia de Venezuela (1528) comenzaba en el Cabo de
la Vela, lugar cercano al Golfo de Venezuela, cuyo espacio dio origen
a su nombre, la pequeña Venecia, y culminaba en el morro de
Macarapana, (morro de Barcelona).
La
entrega de la Provincia de Trinidad
Con
la creación de la Capitanía
General de Venezuela, por
Real Cédula de Carlos III, se
le agregan al a Provincia de
Venezuela (creada el 27 de marzo de 1528),
la provincia de
Trinidad (1532); la
Provincia de Nueva Andalucía
(1536)
y Paria (1568), las cuales
corresponden a la Provincia de Cumaná; Provincia
de Margarita (1525), Provincia
de Guayana (1530) y
la Provincia
de Maracaibo (1570). Mediante
este acto administrativo del gobierno español, aumenta
el espacio territorial de Venezuela. En 1797
la provincia de Trinidad es ocupada por fuerzas
inglesas.
En
1802 esta
provincia es
cedida
al gobierno británico, mediante
cláusula secreta
del
Tratado de Paz de Amiens,
en
el contexto de la ocupación de España por fuerzas de Napoleón
Bonaparte. Esta
constituyó la primera mutilación, de la frontera oriental del
actual territorio venezolano.
La
usurpación del Territorio Esequibo
En
1822, a poco de la batalla de Bomboná, el Libertador, dicta
instrucciones al Secretario de Relaciones Exteriores de la República
de Colombia para que se tramite la fijación de la línea divisoria
con la Guyana Holandesa, conforme a los tratados existentes entre
España y Holanda, por el conocimiento de
que
“colonos
de Demerara y Berbice, tienen usurpada una gran porción de tierras
que según ellos, nos pertenecen, al lado del rio Esequibo”,
el
cual
era la frontera entre la recién creada República de Colombia y
Holanda. Entre
el año inicialmente señalado y 1830 Venezuela está gestando la
re-configuración del estado nacional. Existe
poco
espacio
para otra cosa que no sea
la consolidación de la independencia.
Demerara,
Berbice y el Esequibo eran tres provincias creadas por Holanda en
1616. Luego de una rebelión en 1796,
aproximadamente la mitad de
la Guyana Holandesa es arrebatada a Holanda por los ingleses, la
cual es
cedida al Reino Unido, mediante el Tratado
Anglo Holandés de 1814. En
1831 se consolida la
existencia de una colonia
denominada Guyana Británica,
cuyo limite occidental es el
Rio Esequibo. Los
colonos holandeses de
Demerara,
y Berbice
sabían que los territorios
arrebatados a Holanda tenían como frontera al Río Esequibo. En
términos formales Inglaterra reconocía esa frontera. Así
lo declararon al Gobierno Británico los Ministros Plenipotenciarios
Zea y Hurtado en 1821 y 1824, sin que Gran Bretaña presentara
objeción alguna”(1965:6).
En 1835,
por patrocinio de la Royal Geografhical Society de Londres y del
Colonial Office, Robert Schomburgk, presentó a Gran Bretaña, un
mapa aproximadamente coincidente con la frontera reconocida al
Gobierno Colombia, del cual formaba el Departamento de Venezuela. No
obstante esta línea denominada Schomburgk, le daba a Guyana 4.920
kms al Oeste del Esequibo. Entre 1840 y 1846 al alemán produce
nuevos trazos que cercenan 141,930 kms al Oeste del Esequibo. Una
tercera línea de 1887, suma 167,830 kms al Oeste del Esequibo. Entre
1887 y 1897, la máxima aspiración británica llega hasta 203.310
kms cuadrados al Oeste del Esequibo. Estos trazos se producen sin
conocimiento del gobierno de Venezuela, hasta cuando en 1841, “los
tripulantes del buque venezolano “Restaurador”, divisan en Punta
Playaso, cercas de las Bocas del Caño Amacuro y Punta Barima, la
bandera inglesa arbolada sobre una garita” (1981:16).
Meses antes, el Gobierno venezolano había propuesto la firma de un
tratado de límites. Habían pasado once años de la separación del
departamento de Venezuela de Colombia, la grande, y diez años de
la creación de Guyana Británica (1830 y 1831, respectivamente). En
1841 comienza el tortuoso proceso de exigir al gobierno inglés la
remoción de marcas re-configuradoras de una nueva frontera y la
exigencia de un tratado de límites. En esta misma fecha el diario el
venezolano en su edición del 13 de septiembre, denuncia “el
abandono de nuestras fronteras y la destrucción festinada de
nuestras fortalezas” ...“a Cagigal lo han enviado a un honorifico
ostracismo en vez de comisionarlo para levantar el plano de Guayana”
(Ídem:1981:16)
En este
punto se debe señalar que, el territorio Esequibo es un territorio
de colinas y selvas, con una llanura, por debajo del nivel del mar,
en su parte litoral. La parte plana es un territorio pantanoso,
protegido por diques lo cual explica, en primer término, las
dificultades para poblarlo y tener asentamientos estables. El deseo
original de Inglaterra, por este territorio, estuvo promovido por el
interés de compañías auriferas para la explotación de sus
recursos. Se debe recordar que durante el siglo XIX, buena parte del
territorio nacional venezolano estaba desconectado y buena parte,
actualmente sigue escasamente poblada, como es el caso del estado
Amazonas y Delta Amacuro.
Otro de
los dramas de Venezuela, dignas de mencionar, es la inestabilidad
política, generada antes y luego de la creación de la República de
1830. Venezuela se mantuvo en guerras desde el mismo momento del
nacimiento de la república del 1830 hasta 1908, trecho durante los
cuales los países vecinos fueron avanzado oficiosamente en sus
aspiraciones territoriales. La república creada por el general Páez
estuvo carente de recursos y por tanto incapaz, para enfrentar,
situaciones de ocupación, por medios distintos de la reclamos o la
negociación.
Como
hito, parcialmente conclusivo, del largo proceso de reclamos por
parte e de Venezuela, ambas naciones acuerdan la creación de un
Tribunal Arbitral. El compromiso de acuerdo fue suscrito el dos de
febrero de 1897, para finiquitar el litigio, mediante un tratado. Por
Venezuela lo suscribe José Andrade, Enviado Extraordinario y
Ministro Plenipotenciario de los Estados Unidos de Venezuela, y por
el Reino Unido Sir Julián Pauncefote, Embajador Extraordinario y
Plenipotenciario de sus Majestad en los Estados Unidos. En el
compromiso de acuerdo se señala:
a) Una
posición adversa a prescripción, por el término de cincuenta años,
no constituirá un buen título. Los árbitros podrán estimar que la
dominación política exclusiva de un Distrito, así como la efectiva
colonización de él son suficientes para construir una posición
adversa o crear título de prescripción.
b) Los
árbitros podrán reconocer y hacer efectivo derechos y
reivindicaciones que se apoyen en cualquier otro fundamento válido
conforme al derecho internacional, y en cualquiera principios de
derecho internacional que los árbitros estimen aplicables al caso y
que no contravengan la regla precedente.
Venezuela
estuvo representada por cuatro árbitros norteamericanos, quienes
junto con cinco árbitros británicos sesionaron en el Tribunal
asentado para su funcionamiento en París. Contrario a lo pautado, el
tribunal se constituyó como ámbito para la representación de
intereses y no para el arbitrio, lo cual motivo reclamos, por parte
de los norteamericanos.
El día
tres de octubre de 1899 el tribunal de arbitraje dictó una
sentencia breve y carente de fundada motivación, con la cual
describía los límites que debían ser reconocidos, sin apelar a
ningún tipo fundamento, ni siquiera de tipo jurídico. El laudo fue
considerado una burla de los principios internacionales del derecho y
de los acuerdos precedentes, motivadores de la formación del
tribunal. Al parecer los árbitros excedieron sus facultades, para
cercenar 159.142 kms2 (el 95%) del territorio reclamado por
Venezuela. Los árbitros norteamericanos, al parecer, convalidan el
despropósito para evitar la confiscación del Río Orinoco. El
despropósito y la componenda fue de tal descaro, que uno de los
árbitros ingleses, de visita en Nueva York, Mallet Prevost, confiesa la patraña, a uno de Abogados Consejeros de Venezuela, declarando
su rabia y su amargura, no por el despojo contra Venezuela, sino por
el descrédito general de los procedimientos de arbitraje. (1965:76)
Carece de
sentido hablar de lo que se hizo o dé aquello que se debió hacer.
Lo hecho parece obra de las circunstancias políticas y de
debilidades de Venezuela, frente a una nación antigua y poderosa.
Aunque al parecer, ajustadas al derecho, parece particularmente
ingenuo la acogida de esos literales por parte de Venezuela. El punto
de partida de las reglas acordadas en el compromiso de acuerdo, era
totalmente adverso para el reclamante y favorable para los ingleses,
en tanto que Venezuela permaneció ausente de esos territorios y no
hizo esfuerzos eficientes, sino de poblamiento, por lo menos de
ocupación. Es observable que esos literales estuvieron concebidos
para legitimar una ocupación de hecho. Es observable que allí no se
fue a analizar y a decidir la legitimidad y justicia de los reclamos,
sino a la convalidación de un despojo.
Han
trascurrido 118 desde el momento en el cual se dictó el Laudo
Arbitral en 1899 y 50 años desde el Acuerdo de Ginebra del 17 de
febrero de 1966. Años transcurridos, estos últimos, durante los
cuales la República Cooperativa de Guyana se ha negado a conciliar
una solución negociada y práctica. Conforme a sus intereses, no ha
tenido motivos para hacerlo, por cuanto Venezuela, no le inspirado el
más mínimo temor ni respeto. Ni la razón ni las armas de la
república han servido para disuadir. Al parecer hemos renunciado a
los posibles cursos de acción que obligaren a forzar una solución
negociada. Pero mientras tanto Guyana ha fortalecido sus posiciones y
seguido ha avanzando sobre territorio venezolano, como lo hizo
inicialmente el Reino Unido.
Mientras
tanto, como parte de la continuación del despojo, los respetables
bandidos de la Corte Internacional de Justicia, se aprestan a
intervenir en la diputa, sin la anuencia del desgobierno venezolano.
Queda claro que para consagrar nuevos despojos en el territorio
marítimo de Venezuela, dada la urgencia de las compañía petroleras
por explotar una inmensa riqueza, inicialmente calculada en 700 millones de barriles de petróleo, valorados en 40.000 millones de dolares, tan solo en el Bloque Stabroek, cuya totalidad se prolonga hacia las costas venezolanas de Delta Amacuro, aproximadamente a 193 kilómetros de las costas venezolanas.
(2015)
Rosales, Jurate . La Invasión existe y está muy cerca. En: Revista
Zeta del 13 al 19 de marzo de 2015. Número 1992.
(1981)
Núñez, Enrique Bernardo. Tres Momentos en la controversia de
límites de Guyana. Editorial Monte Ávila.
(1965)
Usurpación de la Guyana Esequiba. Movimiento bolivariano de Mérida.
Talleres Gráficos Universitarios.