Fracasa plan de EU y la UE para doblegar a Rusia
© Sputnik/ Maksim Blinov
No puedo predecir las acciones de Rusia. Es un
acertijo escondido dentro de un rompecabezas; pero posiblemente
existe la llave, que es el interés nacional ruso.
Winston Churchill, entrevista en la BBC, 1 de
octubre 1939
El recrudecimiento de la retórica occidental contra Rusia,
declarada por el presidente Barack Obama y los líderes de la Unión
Europea como un enemigo tan peligroso como el Estado
Islámico (EI) o inclusive superando a este en su amenaza contra
Occidente, no es nada nuevo. Ya desde el reino de Iván el Terrible
(1547-1584), el Occidente hacía todo lo posible e imposible usando
guerras, provocaciones, amenazas, chantaje, mentiras, presiones y
sanciones para destruir Rusia. Durante más de 450 años, gastando
cientos de millones de millones de dólares en el dinero actual, se
ha dedicado a cumplir con su obsesión de poner fin primero a la
Rusia zarista, después, a la Unión Soviética y, actualmente, a la
Rusia capitalista. Tuvo cierto éxito en el desmantelamiento de la
URSS, pero falló tanto con la Rusia zarista como con la Rusia
moderna, que usa todos los medios para defenderse.
© Sputnik/ Alexey Filippov
En todos estos cuatro siglos y medio, el Occidente jamás ha
logrado su objetivo, a pesar de que sus estudiosos predecían
periódicamente el cumplimiento de su principal meta geopolítica: el
fin de Rusia como una potencia. Entre predicciones y adivinaciones
siempre utilizó las sanciones económicas y financieras.
En el Siglo XX, Estados Unidos asumió el liderazgo en la
destrucción de Rusia aplicando sanciones como un método de
preferencia. Las primeras fueron aplicadas en 1919 y, posteriormente,
Norteamérica y Gran Bretaña hicieron los bloqueos del pago
soviético en oro por los productos importados del Occidente. En
1930, Estados Unidos y sus socios europeos anunciaron el bloqueo de
créditos a la URSS para "hacer chillar la economía del país",
parafraseando la famosa consigna del presidente Nixon aplicada al
Chile de Allende en los años 70.
© AFP 2016/ Francisco Leong
El tiempo seguía adelante, los métodos de presión se
modificaban, pero la historia seguía repitiéndose de acuerdo a las
nuevas condiciones y realidades. La Unión Soviética se desintegró,
pero surgió una nueva Rusia que se quedó, heredera del 37% de todos
los recursos naturales del mundo dispersos en su enorme territorio.
Estados Unidos y sus socios lacayos de la Unión Europea jamás han
podido estar en paz frente a tanta riqueza, especialmente energética,
en posesión de Rusia. En este país nuevo surgieron también líderes
nuevos, perdiendo Estados Unidos al "único caballo que se podía
montar", como lo expresó el presidente George H. W. Bush padre
en referencia a Boris Yeltsin. La nueva generación de gobernantes
del país resultó difícil de domar para Washington.
Entonces, los 1.835 "sabios" 'think tanks'
norteamericanos y sus colegas de 1.770 laboratorios con ideas
similares de la Unión Europea, en total 3.605 organizaciones, se
dedicaron a tiempo completo a elaborar métodos para hacer
desintegrar la nueva Rusia con la ayuda de analistas de 17 servicios
de inteligencia norteamericanos y unos 56 servicios de inteligencia
de los países integrantes de la UE. Finalmente, en el año 2004,
después de "pensar" y "analizar" mucho las
conclusiones de todos esos especialistas de laboratorios de ideas y
de los analistas de los servicios de inteligencia, basándose también
en los datos del Informe del Consejo Nacional de Inteligencia de EEUU
(National Intelligence Council) preparado en el año 2000: 'Global
Trends 2015: A Dialogue about the Future with Non
Government Experts', anunció que "Rusia para el 2015 se
dividiría en ocho países".
© Sputnik/ Pavel Lisitsyn
El mundo ya está en pleno 2016 y, sin embargo, frente a las
estimaciones de tantos "cerebros", Rusia sigue intacta a
pesar de la activación de severas sanciones contra el país en 2014
después de la reincorporación de Crimea a la Federación Rusa. Lo
interesante fue, como lo explicó la publicación norteamericana
'Daily Beast' (15 de octubre 2015) todo este tipo informes resultaron
un acomodo para satisfacer las ambiciones de los políticos, lo que
produjo "una rebelión de los profesionales de inteligencia",
incluyendo unos 50 analistas de la CIA, "que son pagados para
dar sus informes honestos y basados en los hechos concretos y no bajo
la influencia de la política nacional".
El otro especialista, ex jefe de los analistas de la CIA
(1963-1990), Raymond McGovern, afirmó que "los analistas
presentan informes pero no controlan su uso". De esto se
encargan los políticos "rehaciendo las conclusiones de los
especialistas en materia de acuerdo a la agenda nacional del
momento". Precisamente estos informes doctorados los utiliza
inclusive el presidente Obama, según la declaración de un oficial
del Servicio de Inteligencia Militar (DIA) aparecida en The New York
Times el 25 de agosto 2015. Detrás de este proceso de la
politización de los análisis y de todos los informes de
inteligencia están los intereses de los globalizadores "iluminados"
aliados con el complejo industrial-militar, el financiero y el de los
medios de comunicación, cuya agenda está centrada en la expansión
ilimitada del control absoluto norteamericano sobre los recursos
energéticos del planeta.
© Sputnik/ Ilia Pitalev
Rusia, en este contexto, es percibida como una "oveja negra",
que no se deja dominar y se protege con toda su fuerza, que está en
un crecimiento vertical de sus vitales intereses nacionales lo que,
en muchos casos, como Siria por ejemplo, hace fracasar los planes de
los globalizadores norteamericanos y sus seguidores incondicionales
europeos. Entonces, desde el punto de vista de la Casa Blanca, Rusia
se ha convertido en un enemigo declarado de EEUU, porque en los
planes de EEUU estaba programado que, después de la desintegración
de la URSS, como lo afirmó Bill Clinton en 1995, "nosotros
(Norteamérica) permitiremos a Rusia existir, pero no le permitiremos
ser una gran potencia".
De allí viene el resto. Inclusive si no hubiera sucedido la
reincorporación de Crimea, Washington habría creado cualquier otro
pretexto para imponer sanciones contra Rusia, porque los
globalizadores decidieron simplemente que había llegado el
momento de poner a Rusia en "su sitio" obligándola a
aceptar la voluntad de Norteamérica. La baja del precio de petróleo
es parte de la guerra, ya prácticamente anunciada del Occidente
contra Rusia, en el marco de la extensión de la previa Guerra Fría
contra la URSS. No pueden estar quietos los globalizadores frente al
hecho de que la URSS desapareció, pero la nueva Rusia no se
desintegró como lo calcularon en Washington y Bruselas.
Frente a esta realidad, los líderes de EEUU decidieron recurrir a
la táctica usada por el Gobierno de Ronald Reagan para asustar al
gobierno de la URSS, recurriendo al mito de la "Guerra de las
Galaxias", que fue un invento de Hollywood y de los medios de
comunicación siguiendo el libreto elaborado por los servicios de
inteligencia norteamericanos. En aquel entonces, la URSS se convirtió
en el "Imperio Diabólico" que debía ser aniquilado para
"preservar la paz en el mundo". Ahora le tocó el turno a
Rusia, que es presentada en la prensa europea como "un estado
nazi", tan peligroso como el Estado Islámico, según la
reciente declaración del Ministro de Defensa de la Gran Bretaña,
Michael Fallon.
Día tras día, los generales norteamericanos y sus colegas de la
OTAN hacen declaraciones sobre una "creciente agresividad"
de Rusia y su preparación para invadir a los países bálticos:
Estonia, Lituania y Letonia. Algunos de estos halcones estrategas,
como el general retirado británico Alexander Shirreff, predijo en su
libro 'War with Russia' el inicio de la guerra nuclear contra
Rusia en 2017, después de la invasión rusa a los países bálticos.
Ninguno de estos belicosos halcones ofrece una explicación lógica
sobre el pretexto de la supuesta futura aventura rusa en los países
bálticos porque en realidad no existe tal peligro.
Sin embargo, los medios de comunicación globalizados están
propagando esta información aumentada y doctorada para cundir el
pánico en Europa, engañando a la opinión pública. La OTAN en
seguida pone cara dura tratando de amenazar a Rusia y trasladando sus
tropas aparentemente hacia la frontera de los países bálticos con
Rusia, como lo ordenó Estados Unidos, que prometió enviar de
Alemania dos de sus brigadas y por las otras dos se responsabilizó a
la OTAN. Después, Norteamérica redujo su participación a una
brigada. Todo este desplazamiento constituye más publicidad que la
preparación para un enfrentamiento real. Una brigada está compuesta
por no más de 1.000 militares, en total 4.000 combatientes que, en
la situación de un conflicto bélico real, no podrían resistir ni
un par de horas el avance de una división rusa.
© Sputnik/ Aleksandr Vilf
Pero, como la consigna del "peligro de la agresión rusa"
ya estaba lanzada, EEUU y sus aliados de la OTAN trataron de recurrir
a la posibilidad de un "ataque preventivo" contra Rusia. El
subsecretario de Defensa de EEUU, Bob Work, presentó recientemente
un estudio recalcando la necesidad de un "ataque preventivo
contra Rusia en caso del deterioro de las relaciones diplomáticas".
Lo que no aclaró Bob Work fue quién haría este ataque, pues las
tropas
de la OTAN no están suficientemente armadas y
entrenadas para la guerra contra Rusia. La OTAN sobrevive gracias a
Norteamérica, que paga el 75% de su presupuesto y solamente tres
países (EEUU, Grecia y el Reino Unido) gastan un 2% de su
presupuesto para sus fuerzas armadas. No es ningún secreto que, más
de la mitad de los aviones de guerra alemanes, no están en
condiciones para volar y menos están preparados para combate.
También el anuncio de Barack Obama de gastar 348.000 millones de
dólares entre 2015 y 2024 para modificar, perfeccionar y crear
nuevas armas nucleares, según la Oficina del Presupuesto del
Congreso está lejos de la realidad. Así, fácilmente el Premio
Nobel de la Paz se desdice de sus anteriores promesas: "el
compromiso de EEUU de buscar la paz y seguridad sin armas nucleares"
(2009) y la promesa de "hacer esfuerzos multilaterales para
limitar, reducir y, eventualmente, eliminar las armas nucleares"
(abril 2010). Actualmente, Obama cambió sus planes 'pacifistas'
"debido a las amenazas rusas a Europa Oriental".
© REUTERS/ Inquam Photos/Octav Ganea
Lo que Obama, quien en Norteamérica ya tiene el apodo 'Barack
Obomba', no explica es de dónde sacará Washington 348.000 millones
de dólares en esta época de crisis económica que todavía tiene
para largo. Si el presidente Reagan usó el pretexto de la "Guerra
de las Galaxias", su colega Obama está apelando al uso de las
armas nucleares para asustar y rendir a los rusos. Las armas
nucleares también afectarían en caso de una guerra a los países de
la OTAN y, sin duda alguna, a los EEUU, cuyo pueblo sufriría las
consecuencias. Los halcones globalizados lo saben perfectamente y su
belicosidad, por el momento, es más una postura que una realidad.
Al mismo tiempo, Rusia debe estar en permanente alerta, pues,
actualmente, según el estudioso norteamericano Stephen Cohen, "el
país está rodeado por tropas hostiles". Estados Unidos
instaló dos complejos de escudos de misiles AEGIS, uno en Rumanía y
el otro en Polonia, que sirven no solamente para la defensa, sino
también para el ataque contra Rusia. De acuerdo al historiador Eric
Zeus de Washington Blogs, "la expectativa y la demanda del
Occidente está basada en la aceptación completa por Rusia del cerco
de la OTAN y aceptarlo sin ninguna queja y sin tener ninguna medida
de contrarrestar esta imposición militarmente, lo que la OTAN
llamaría la 'agresión rusa' y lo que justificaría un ataque
preventivo contra Rusia".
En respuesta a la creciente agresividad de la OTAN liderada por
Washington, el presidente ruso, Vladímir Putin, declaró el 20 de
febrero 2014 "que nadie se haga ilusiones de que puede lograr
supremacía sobre Rusia. Siempre tendremos una respuesta
adecuada a este tipo de aventuras".
Mientras tanto, contra todo pronóstico de desintegración, Rusia sigue adelante, lo que aumenta la ansiedad de los globalizadores iluminados, quienes no se dan cuenta que el mundo ha cambiado igual como Rusia, que está utilizando todos los recursos a su disposición no sólo para defenderse, sino promover e inclusive imponer su agenda geopolítica como lo hizo en Siria. Igualmente despliega sus poderosos medios de comunicación, que difunden al mundo cada paso de la agresión norteamericana en su contra y de todos los países en desarrollo, inclusive muestran lo que sucede dentro de los Estados Unidos, lo que antes era totalmente acallado.
Mientras tanto, contra todo pronóstico de desintegración, Rusia sigue adelante, lo que aumenta la ansiedad de los globalizadores iluminados, quienes no se dan cuenta que el mundo ha cambiado igual como Rusia, que está utilizando todos los recursos a su disposición no sólo para defenderse, sino promover e inclusive imponer su agenda geopolítica como lo hizo en Siria. Igualmente despliega sus poderosos medios de comunicación, que difunden al mundo cada paso de la agresión norteamericana en su contra y de todos los países en desarrollo, inclusive muestran lo que sucede dentro de los Estados Unidos, lo que antes era totalmente acallado.
LA OPINIÓN DEL AUTOR NO COINCIDE NECESARIAMENTE CON LA DE SPUTNIK