Mostrando entradas con la etiqueta Ilka Oliva Corado. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Ilka Oliva Corado. Mostrar todas las entradas

jueves, 7 de julio de 2016

Por Ilka Oliva Corado:La burla de Obama a los indocumentados


 indocumentados

La burla de Obama a los indocumentados


Por Ilka Oliva Corado.
En su visita a Cuba, Obama tuvo el descaro de decirle en su propia casa a Raúl Castro que la diáspora cubana en Estados Unidos sufría el mal de la añoranza, con esto tratando de culpar a la Revolución Cubana de la migración; no mencionó la Ley de Ajuste Cubano con la que Estados Unidos le da golpes bajos para buscar hacer desaparecer todo lo hermoso de aquel poema.

En otro lugar muy distante a Cuba está la migración latinoamericana, en específico la del triángulo norte de Centroamérica y la mexicana, donde miles se ven obligados a dejar su país de origen y buscar en Estados Unidos los recursos básicos para la sobrevivencia.

Todo esto a consecuencia de esa injerencia estadounidense en la región y de la corrupción de gobiernos neoliberales que no invierten en programas de desarrollo social. Yéndonos un poco más hacia la historia, esa migración forzada es el rezago del Plan Cóndor que ha sido catastrófico para el desarrollo de los países golpeados por semejante máquina capitalista. Un deterioro que avanza a pasos agigantados.

El constante saqueo de empresas transnacionales y las firmas de convenios que benefician a las oligarquías de siempre, han arreciado la migración de latinoamericanos hacia Estados Unidos. Migrantes en tránsito que solo buscan techo y comida. Hondureños, guatemaltecos, salvadoreños y mexicanos que dejan la vida en la frontera; entre las montañas, en los desiertos, en las aguas ensangrentadas del río Bravo. Cuerpos sin reconocer, identidades que no interesan a las autoridades y que los tiran como bolsas de basura en las fosas de cementerios clandestinos en Texas.

Infinidad de vidas marcadas por la tragedia de la migración forzada, voces silentes por la agonía de la depresión post frontera. El agobio de los recuerdos que duelen, el tormento de las pesadillas que se sumergen en el inconsciente en las pocas horas de sueño. La explotación laboral, la burla del empleador que se aprovecha de su condición en el país. La burla del sistema, las remesas que tienen que enviarse puntual. El vaivén de emociones contrariadas. La angustia de la deportación. ¿Pensará Obama en la nostalgia y la agonía de los migrantes latinoamericanos que no son cubanos?

La burla del gobierno del país de origen que sigue obligando a la migración a miles de niños, adolescentes y adultos que no ven otra salida más que la de abandonar el nido para lanzarse al vacío, y si tienen suerte sobrevivir en la diáspora que le arranca el alma a cualquiera.

Un país de llegada que se convierte en el de residencia, Estados Unidos nunca fue la tierra del sueño americano. A estos migrantes Obama no ofrece una modalidad de la Ley de Ajuste Cubano que bien podría ser la Ley de Ajuste Latinoamericano. Mucho menos hablar en palabras mayores de una Reforma Migratoria que beneficie a los más de 25 millones de indocumentados que estamos viviendo en Estados Unidos.

Obama ofreció esa reforma dos veces mientras buscaba el voto latino sabiendo que no cumpliría con su promesa, no solo eso, también se convirtió en el presidente que más indocumentados ha deportado en la historia del país. Un nivel de doble moral que deshonra a sus ancestros afro descendientes que en la lucha por los Derechos Civiles y Humanos dejaron la vida.

En su segundo mandato se lavó las manos con más descaro y firmó la Acción Ejecutiva con la que prometió beneficios laborales a cinco millones de indocumentados, a sabiendas que todo era una farsa. Un engaño del tamaño del descaro de un presidente negro que es negro por gusto. Un afro descendiente afín a la doctrinas caucásicas del Ku klux klan.

Que la Corte Suprema negara la Acción Ejecutiva no sorprende, fue una treta desde que Obama la proyectó como opción con el único objetivo de mover a las masas hacia Hillary Clinton en las votaciones presidenciales, repitiendo la estrategia que el partido Demócrata utilizó con él.

Es tan culpable él por mentiroso como los cinco millones de indocumentados que aceptaron las migajas que dejaban fuera a la mayoría, el golpe traidor viene de Obama como de los Soñadores que solo buscaron beneficios para sus padres y no para todos.

¿En dónde están los beneficios para esos millones de jornaleros que están aquí muriendo en la soledad de la explotación laboral y tienen a sus familias en sus países de origen? ¿Acaso ellos no tienen derechos? ¿Por qué los Soñadores no levantaron la voz por ellos solo por sus padres? ¿Por qué esos Soñadores no crearon un movimiento que se estructurara en las manifestaciones masivas de hace 10 años y que involucrara a todos?

¿Por qué la mediocridad de un convenio que beneficie solo a los suyos?

¿Por qué esos “defensores de derechos de migrantes” no han alzado la voz por los más de 25 millones y en cambio aplaudieron la Acción Ejecutiva para unos cuántos? ¿Por qué se silenciaron cuando Obama la firmó y dejaron de luchar por la Reforma Migratoria? ¿En dónde están ahora esos personajes, por qué no han abarrotado las calles cuestionando la falsa promesa de Obama? ¿Por qué ahora vuelcan todas sus fuerzas en movilizar las masas hacia Hillary Clinton y no en su momento por Sanders? ¿Doble moral?

Aceptaron las migajas y ni siquiera se las dieron, ojalá aprendan la lección y sepan que las luchas por la igualdad social, por la documentación y los beneficios laborales se hacen por todos no por unos cuántos. Que no pretendan que actuando así el sistema estadounidense los escuche, más bien se burla de ellos y merecido se lo tienen por la injusticia de dejar fuera a millones.

Somos una comunidad y debemos alzarnos en una sola voz, en una sola lucha, beneficios para todos, sin privilegios para unos cuantos. Ahora van pues, como ganado al matadero: en su plan B que es votar por Hillary Clinton, que hace dos años estuvo de acuerdo en las deportaciones masivas de niños, niñas y adolescentes que entraron en el 2014 huyendo de la violencia gubernamental, del hambre y de la opresión por parte de los gobiernos de sus países de origen.

Ojalá que un día despierte la masa, la multitud, los millones de indocumentados y tomen las calles y no vuelvan a sus casas hasta haber logrado una Reforma Migratoria Integral para todos. Y que no se fíen de palabras de presidenciables.

Entre otras cosas cabe aclarar que la mayoría de la comunidad latina que puede votar en Estados Unidos es esa que llega al país en avión y con visa, esa clase media latinoamericana que no votará por Hillary Clinton pensando en los indocumentados, sino en la continuidad de la injerencia estadounidense en Latinoamérica. Esa comunidad latina que está en contra de Cuba y de los gobiernos progresistas. También en su voto hay doble moral y desamor.

También hay desamor en los perfumados “luchadores sociales y defensores de migrantes” que solo utilizan a las masas indocumentadas y a traidores como los Soñadores, para lograr beneficio personal. Muchos de ellos están involucrados directamente en la campaña de Clinton, que al ganar tendrán su puesto de trabajo en el gobierno. La mayoría aborrece Cuba, y pide una invasión estadounidense en la isla, aprueban que continúe la injerencia en Latinoamérica.

De conciencia, de identidad, de lealtad y de humanidad esta parvada de oportunistas no tiene ni idea. Y son ellos los guías, los mentores, los que arman, desarman y manipulan los movimientos de migrantes indocumentados en el país. No sorprende entonces que el sistema estadounidense se burle constantemente de los indocumentados.

¿Qué decir de quienes siendo latinoamericanos apoyan la candidatura de Trump, precisamente por su postura contra la migración indocumentada? No hay xenofobia más grande en Estados Unidos que la del latinoamericano con documentos que menosprecia, humilla y explota al indocumentado. ¿Será por el gran temor a ver su propio reflejo?
 

viernes, 11 de marzo de 2016

Ilka Oliva Corado Fanáticos del chauvinismo


Fanáticos del chauvinismo


Por Ilka Oliva Corado

Más allá de una identidad propia, los seres humanos hemos crecido en sociedades patriarcales, y teniendo como fuente de aprendizaje el clasismo, la discriminación, la misoginia y el colonialismo que, a lo largo de nuestra vida vemos también como parten de nuestra cultura y está enraizado en lo más profundo de nuestros patrones de crianza. Mismos que traspasamos de generación en generación, sin la menor intención de modificar y erradicar por el bien de nuestra humanidad.

Respecto a esto último nos convertimos entonces en fanáticos de un nacionalismo paranoico y egocéntrico que nos condena a glorificar banderas y fronteras que nos fueron impuestas, y a afirmar con insolencia que nuestro país de origen es lo mejor en todo. Por lo tanto nosotros por haber nacido en él levitamos en órbitas propias de la presunción.
Y celebramos colores, y cantamos himnos de los cuales no sabemos siguiera el significado de la primera estrofa. Los cantamos porque nos los enseñaron en la escuela, porque nos dijeron que son parte de nuestra identidad colectiva y nacionalidad. Y aflora nuestro egoísmo patrio, y nuestro fanatismo perturbador que a través de la historia ha hecho retumbar ríos de sangre.

Para comprender lo perjudicial de ese chauvinismo no tenemos que estudiar filosofía, ni geopolítica y mucho menos doctorados en ciencias sociales. Tan solo necesitamos recurrir a nuestro sentido común. Del chauvinismo entiende mejor un nativo de un pueblo inhóspito que no ha tenido acceso a la “civilización” que un letrado. Porque el letrado es cautivo del modelo de educación impuesto por políticos y oligarquías mundiales que manejan el poder del capital.

Estamos muy lejos de alcanzar como humanidad la premisa de José Martí: “Ser cultos es la única forma de ser libres”. La educación formal es uno de los mejores recursos para la manipulación de las masas, mientras esté en manos del capital. Mientras las rebeliones sigan dormidas. Mientras que esos eruditos no se pronuncien e impulsen la insurrección para la liberación de sus pueblos.

De ese nacionalismo estúpido deriva nuestra apasionada defensa de una nación que nunca existió, que no existe y que no existirá, porque la patria deber es el mundo. La patria es la tierra. Porque como lo dijo claramente Cristina Fernández: “La patria es el otro”. Y ese otro no importa en qué país haya nacido, qué idioma hable, de qué color sea su piel, se trata de humanidad. De lo que hemos perdido. Se trata de recuperar la sensibilidad.

Y aquí no caben fanatismos, lo que sí cabe es el amor, la integridad, la conciencia, la lucha incansable por la liberación de los pueblos. Por la defensa del ecosistema. La defensa de la dignidad humana. ¿Necesitamos patria? Pues nuestra patria debería ser la intemperie donde vive el indigente. No deberíamos irnos tranquilos a dormir mientras alguien duerma en la calle. La patria debería ser el abrazo hermano, la mirada que cura, la palabra que se respeta. La comida compartida. Nuestra patria debería ser la equidad y la igualdad de derechos para todos. Nuestra nación debería ser nuestro pensamiento convertido en acción consecuente, humanizada.

Para alcanzar lo excelso de lo que debería ser la patria tendríamos que liberarnos de clasismos, de xenofobias y erradicar esa cultura colonizada. Y tendríamos que sentirnos seres sin banderas y derribar las fronteras. Hermanarnos. Nuestra única patria tendría que ser la justicia social. La equidad. Nuestra única bandera tendrían que ser (si en caso necesitamos una) las sonrisas de las crías. U nuestro único himno el del canto de las aves y el retumbar de los ríos.

Mientras sigamos de narcisistas (en todos los sentidos) enardecidos en ese fanatismo del nacionalismo, sin convicciones propias de un camino hacia la liberación de los pueblos, seguiremos siendo esclavos de nuestros miedos, de nuestra mediocridad, de nuestra hipocresía, de nuestra sangre de horchata. De nuestra palabra mancillada. De nuestro clasismo y xenofobia. Seguiremos alabando banderas y defendiendo fronteras para el bien de las grandes corporaciones mundiales. Mientras sigamos siendo esclavos de nuestra indiferencia y sigamos irrespetando nuestra consistencia humana, seguiremos lisonjeando nacionalismos estúpidos que solo nos llevan a la destrucción de la humanidad.

Ilka Oliva Corado. @ilkaolivacorado Blog de la autora: Crónicas de una Inquilina 

martes, 8 de marzo de 2016

Por: Ilka Oliva Corado:De América, yo soy


De América, yo soy

Barómetro Internacional america, Américano, barometro, barometro internacional, Ilka Oliva Corado, Inquilino, latino, opinion, pueblo
Por: Ilka Oliva Corado
En la coyuntura que está viviendo Estados Unidos en el proceso de elecciones presidenciales, ha salido a relucir la importancia de la comunidad latina residente en el país. Sí, la importancia, aunque no parezca. Jamás en un proceso de elecciones los políticos han tomado como tema de discusión el aporte de la comunidad asiática, europea y afro descendiente con el mismo ahínco con el que hablan de la latina en las elecciones presentes. Claro está, que dependiendo de la visión del presidenciable y las cartas que estén dispuestos a jugar serán para denigrarla o para valorarla. Pero poniendo las cosas claras, ese “para valorarla” sabemos que es un mientras tanto…

De la comunidad latina y en específico de la indocumentada han hecho su propaganda personajes como Clinton, Obama, Hillary Clinton, Marco Rubio, Ted Cruz y el polémico Trump. La única mujer del grupo mostrándose maternal y acogedora, ( y con un descaro de admirar autoproclamándose feminista) promete la legalización de la mayoría de indocumentados si la comunidad latina la apoya con su voto. Repite puntual las palabras del ku kux klanero y fresco de Obama que se rió de nosotros en nuestras propias narices, ¡dos veces! En Cuanto a Ted Cruz, Marco Rubio y Trump son de un discurso recalcitrante que evidencia el pensamiento ultra conservador y xenófobo de gran parte de la sociedad estadounidense. Este último que ha barrido con la comunidad musulmana en el país.

En lo más insignificante de un día cualquiera en cualquiera lugar de Estados Unidos los latinoamericanos experimentamos la xenofobia, en lo más simple los estadounidenses anglos afirman que Estados Unidos es América, que más allá de sus fronteras no existe evidencia de vida humana. Para ellos somos especímenes que no hemos alcanzado el nivel de desarrollo que nos catalogue como seres humanos. Piensan que carecemos de inteligencia y raciocinio. Cuando afirmamos que también somos americanos nos piden nuestro pasaporte estadounidense. Toca explicarles con manzanas y enseñarles el mapa del continente americano, nombrar países, culturas y tradiciones. Explicarles que Estados Unidos es solo uno de los tantos países que conforman el continente.

Si la conversación sube de tono, toca pues hablarles de historia y nombrar a los nativos de la región que fueron asesinados en genocidios por los “peregrinos” que llegaron a invadir sus territorios y que dejaron de herencia  para la posteridad  la burla de la celebración del Día de Acción de Gracias. De pronto toca  la obligación de mencionar las reservas de nativos. Deletrearles que ya existía América cuando vinieron a realizar los sangrientos genocidios para robar la tierra.  Y que si a esas vamos, “somos más americanos que el hijo de anglosajón.” Y les ponemos las canciones de Los Tigres del Norte  para que vayan aprendiendo de geografía, de ciencias sociales y de humanidades. Y que efectivamente somos americanos, se nos nota en el color de piel y en la herencia milenaria. ¿Por qué como americanos no tenemos derecho a vivir en nuestro continente? Digo, si a esas vamos…

Y si la conversación toma vertientes políticas que cuestionan la migración indocumentada de latinoamericanos hacia Estados Unidos, toca entonces dibujarles con tiza sobre un pizarrón las fronteras que traspasó Estados Unidos invadiendo y robando tierras. Toca mencionar a la United Fruit Company de la que no tienen menor idea. Del Plan Cóndor que desconocen por completo. Toca referenciarles el trabajo de ocupación que ejercen las embajadas estadounidenses en países en desarrollo. Sacar un mapa y señalarles esos 8 Estados que robaron a México. Eso en un día cualquiera, en cualquier lugar de Estados Unidos. Se les habla de la migración indocumentada como consecuencia de la política exterior de su país.

Y si hablan de refugiados europeos, pues de una vez se aprovecha y se les habla de la participación de Estados Unidos en la invasión a Libia, Irak, Palestina y Siria y las consecuencias que esto ha traído en la migración de las masas que piden refugio. Pero es como hablar con la pared, la sociedad estadounidense está alienada, completamente sedada, el sistema se ha encargado de inyectarles sedativos constantemente a través del consumismo para que la paliza parezca una fiesta eterna de “Spring Break.” Por lo general no comprenden o no quieren comprender lo que se les está explicando y terminan acusándonos de terroristas. Repiten lo que dicen los noticieros.  Y también hay que explicarles de las migraciones de africanos, de ese saqueo milenario de Europa y Estados Unidos, y que no existe ningún “Viejo Continente” que si a jerarquías vamos, la mamá de los pollitos es África.

La Trumpmanía no ha hecho más que evidenciar el nivel de racismo  que hay en este país, lo que realmente piensan los estadunidenses de la comunidad latina. Ese nivel de apoyo que lo eleva y le facilita el camino a la presidencia solo lo da una comunidad ignorante, xenófoba, inhumana. Una comunidad egoísta.  Una comunidad que muestra su herencia de Ku klux klan. Una comunidad que completamente adormecida es inoperante e indolente. Para eso es el capitalismo, para adormecer en terribles totalitarismos a la humanidad y poseerla y maniatarla y convertirla en simples marionetas, objetos manejables a control remoto.

Es éste el momento para que la comunidad latina en Estados Unidos reaccione y se haga escuchar, que los miles de indocumentados se hagan visibles. Aprovechar estas provocaciones y demostrar su fuerza. Que cualquier día en cualquier lugar de Estados Unidos diga con entereza: De América, yo soy. Pero qué esperanzas, comenzando porque el peor opresor de un latinoamericano en Estados Unidos es un latinoamericano con documentos o un hijo de latinoamericano nacido en Estados Unidos. Para muestra Ted Cruz y Marco Rubio. Y así como ellos la mayoría. Y quien lo niegue es porque le hacen falta arrestos.

Publicación Barómetro -17-03-16