Acuerdo OPEP es la advertencia de Arabia Saudita a EEUU
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Por Antonio Guillermo García Danglades
Los países
miembros de la OPEP acordaron el pasado miércoles 28 de septiembre
en Argelia la congelación de su producción petrolera. Es la primera
vez desde hace dos años, cuando comenzó la abrupta caída de los
precios del crudo, que se produce un acuerdo en este sentido. A pesar
de los esfuerzos de países como Venezuela, Ecuador y Argelia para
que la OPEP recortara su producción, Arabia Saudita siempre se
opuso, hasta ahora, a cualquier iniciativa relativa a la producción,
argumentando que el propio mercado ajustaría eventualmente los
precios. Siendo el país con la mayor producción petrolera del
mundo, que abarca cerca de 11.5 millones de barriles diarios, ningún
acuerdo en la OPEP era posible sin su concurso, y en un cambio de
dirección en su complaciente relación con EEUU, esta vez accedió a
tomar acciones, no necesariamente a favor de los intereses de la
OPEP, sino como una advertencia a su aliado occidental.
No fue
ninguna casualidad que el mismo día 28, el congreso estadounidense
anulara el veto del presidente Barack Obama a una ley que permitiría
a las familias de las víctimas del 11-S demandar al Reino de Arabia
Saudita y sus dirigentes por el apoyo que este país habría brindado
a Osama bin Laden. Doce de los diecinueve terroristas que llevaron a
cabo el ataque del 11-S contra las torres gemelas de Nueva York,
provenían de Arabia Saudita. Dos de ellos fueron reportados como
hijos de un ex-secretario de la embajada saudita en Washington.
Inmediatamente después del ataque, numerosas personalidades
adineradas sauditas, incluyendo a unos doce miembros de la propia
familia bin Laden, fueron trasladados urgentemente fuera del país en
aeronaves privadas que salieron de Los Ángeles, Washington, Boston y
Houston con expresa autorización de la Casa Blanca y sin ser
requisadas por las autoridades gubernamentales, justo cuando el
espacio aéreo estadounidense permanecía clausurado.
Los
débiles argumentos de Obama contra la ley por las supuestas demandas
que generaría contra su país desde el exterior, no evitaron que los
partidos demócratas y republicanos, incluso con el apoyo de la
candidata presidencial Hilary Clinton, respaldaran la primera
anulación de un veto en los casi ocho años de mandato de Obama, con
una abrumadora votación de 348 contra 77 en la cámara de
representantes y de 97 contra apenas uno en el senado.
La respuesta
de Arabia Saudita no se hizo esperar. El acuerdo de la OPEP era una
clara advertencia de lo que estaba dispuesto a hacer si EEUU decidía
olvidar las décadas de alianza política y económica que ambos
países habían consolidado. Arabia Saudita ha sido siempre un aliado
estratégico de EEUU, y su mayor proveedor de petróleo barato. De
Arabia Saudita dependía ahora que EEUU mantuviera su estrategia de
controlar el precio bajo del crudo, provocar el colapso de las
economías de Rusia, Irán y Venezuela, y hacerse con el dominio de
sus recursos petroleros, particularmente con las reservas probadas de
298 mil millones de barriles que tiene en su “patio trasero” y
que la oposición venezolana está dispuesta a estregarle en bandeja
de plata. EEUU sabe que el llamado “pico petrolero” no
pareciera estar muy distante. Los geo científicos aseguran que la
rata máxima de extracción de petróleo no tardaría mucho en
llegar, y a partir de entonces, la tasa de producción entraría en
una fase de declive terminal que, según los investigadores Richard
Miller y Steven Sorrell (2014), podría producirse antes de 2030.
Ante esta
demoledora certeza, la advertencia de Arabia Saudita ha surtido
efecto. En un cambio radical sin precedentes en la historia de EEUU,
el congreso de este país pudiera dar marcha atrás a su votación y
permitir que el veto de Obama se mantenga. En menos de 24 horas de su
anulación, el partido republicano anunció la posibilidad de votar
de nuevo.
Una nota de
prensa del New York Times destaca que las razones en el cambio de
opinión de los republicanos no eran claras, ya que la administración
Obama había argumentado ampliamente contra la ley. Pero el diario
estadounidense no puede ser más inocente. Resulta obvio que EEUU
entendió la advertencia de Arabia Saudita y actuará en consecuencia
para que este país retome el carril y así asegurar que los precios
del crudo se mantengan bajos, al menos hasta que le ponga las manos
al petróleo venezolano.
Publicación Barómetro 10-10-16
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