domingo, 28 de febrero de 2016

Por Carolina Vásquez Araya: Una dosis de surrealismo


Una dosis de surrealismo

Por Carolina Vásquez Araya
Si algo tenemos que agradecerles a los nuevos funcionarios y también a los viejos políticos es haber despertado, con sus prejuicios y desatinos, el debate siempre acallado sobre la sexualidad. Hoy, como pocas veces se ha visto, los medios y las redes abundan en certeras reflexiones tendentes a desvelar los conceptos y quitar telarañas allí en donde se han acumulado por los siglos de los siglos.

La mirada paternalista hacia una juventud y una niñez carentes de oportunidades de desarrollo, debe sustituirse por la definición correcta de políticas públicas destinadas a reducir las desigualdades y las inconsistencias de los programas emanados desde las instituciones del Estado, los cuales se elaboran a partir de una visión sesgada sobre los derechos de esos sectores vulnerables.

Cuando un funcionario de Gobierno sugiere en su discurso la validez de la autoridad del hombre por sobre la vida de la mujer, automáticamente plantea una posición de Estado, como hizo hace algunos días el viceministro de Diseño y Verificación de la Calidad Educativa (¡nada menos!) en un acto de graduación, en donde dejó bien sentadas sus ideas sobre los (no) derechos de la mujer, entre otras perlas de una alocución que ha corrido por las redes y puede encontrarse en YouTube.

Pero eso, al final de cuentas, refleja un estereotipo social sólidamente asentado en el imaginario colectivo, el cual se replica con fuerza en todas las capas sociales como parte de los discutibles valores que la sustentan. Un marco cuya prevalencia ha provocado, además de horrorosos crímenes de lesa humanidad y un ambiente de extrema violencia, muchos de los problemas que actualmente frenan el desarrollo de la niñez, la juventud y el gran sector de mujeres, cuyo estatus de marginación se mantiene in crescendo.

La actitud y las palabras del viceministro están mal, muy mal. Y aunque el funcionario pretenda desmentirlas, ahí están las grabaciones para sostenerlas. Pero no es el único que resbala fuertemente en su propio caldo de prejuicios, ahí están los diputados tránsfugas y otros nada transparentes, elaborando discursos sobre valores como si la ciudadanía a la cual afectan con sus manipulaciones hubiera perdido la memoria.

Pero la cereza sobre el pastel en esta tierra de Nunca Jamás, es la publicación de la Brigada Fuerzas Especiales Kaibil en Facebook, en donde aparece un soldado impartiendo una conferencia sobre prevención de embarazos ante una audiencia de niñas, niños y adolescentes, en una escuela de Poptún, Petén. Este hecho no tendría mayor importancia ¡todo lo contrario! si las clases sobre el tema de la sexualidad fueran parte de la currículo escolar y todos los maestros contaran con abundante material y la posibilidad de compartirlo con sus alumnos.

Sin embargo, las políticas públicas de educación sexual y reproductiva han sido engavetadas administración tras administración, con el consiguiente abandono de la iniciativa y del mandato derivado de los acuerdos internacionales sobre el tema. Guatemala, como muchos otros países, pero aún con mayor incidencia, presenta grados ascendentes de embarazos en niñas y adolescentes, violaciones sexuales desde el seno familiar y el entorno cercano, trata de personas especialmente niñas y niños y una multiplicidad de formas de violencia sexual que convierten al país en uno de los más riesgosos para el desarrollo de la infancia. Y considerando su sistema democrático, es una total contradicción que la enseñanza de un tema tan sensible provenga de uno de los cuerpos más represivos del Ejército.

Blog de la autora: El Quinto Patio

¿En qué nos están transformando?


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¿En qué nos están transformando?

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Por Norma Estela Ferreyra

El poder mundial, que no es nuevo, sino que siempre fue el mismo, necesita que la gente no piense, no se conecte con otros, no dialogue con el semejante, más allá ni más profundamente, que en chat bobo y malicioso. Que tampoco lea libros, sino que se entretenga con una televisión de programas bobos, donde nadie se entere de qué está pasando en la calle que cruza la esquina.

Así se le oculta información a los ciudadanos, o se los satura de información según la conveniencia de los Poderosos. En el primer caso, las personas creen que todo está perfecto y en el segundo se acostumbran a las malas noticias sobre el mismo tema y dejan de tenerlas en cuenta. Es decir, tantas cosas pasan en Palestina, en Siria, en Yemen, etc., que por fuerza del hartazgo, eso opera dejando de lado el interés sobre el asunto. Y llega el momento en que nadie se asombra, ni quiere saber del tema, porque es una guerra sin final.

Hay muchos periodistas que ya escribieron sobre la manera en que  opera esta suerte de hipnosis que insensibiliza y aísla a la gente, que sólo piensa en sí mismo, o sea, en cambiar el auto, en las vacaciones, etc. O sea, el materialismo absoluto y relajado, donde no hay que pensar en muchas cosas. Porque todo está en la TV o en las redes sociales. Somos esclavos, pero felices. Ni tenemos que caminar, porque pagamos y compramos todo desde el ordenador y conversamos sobre lo que nos gusta con desconocidos, donde dejamos las huellas sobre nuestros gustos. Y luego, fabrican objetos para vendernos, usando esos datos.  Nos espían como quieren y saben más de nosotros que nosotros mismos.

Noam Chomsky elaboró la lista de las “10 Estrategias de Manipulación” a través de los medios, que es bueno conocer aunque fuere a grandes rasgos, para lo cual, las sinteticé:
  1. La estrategia de la distracción que consiste en desviar la atención del público de los problemas importantes y de los cambios decididos por las élites políticas y económicas, mediante la técnica del diluvio o inundación de continuas distracciones y de informaciones insignificantes. Eso es para impedir al público interesarse por los conocimientos esenciales, en el área de la ciencia, la economía, etc. Y lejos de los verdaderos problemas sociales, Mantener al público ocupado, sin ningún tiempo para pensar. (Eso está en marcha en Latinoamérica) 
     
  2. Crear problemas y después ofrecer soluciones. O sea: “problema-reacción-solución Por ejemplo: dejar que se desenvuelva o se intensifique la violencia urbana, u organizar atentados sangrientos, a fin de que el público sea el demandante de leyes de seguridad y políticas en perjuicio de la libertad. O también: crear una crisis económica para hacer aceptar como un mal necesario el retroceso de los derechos sociales y el desmantelamiento de los servicios públicos. (Esto me suena en la Argentina de hoy) 
     
  3.   La estrategia de la gradualidad. Para hacer que se acepte una medida inaceptable, basta aplicarla gradualmente, a cuentagotas, por años consecutivos. Es de esa manera que condiciones socioeconómicas radicalmente nuevas (neoliberalismo) fueron impuestas durante las décadas de 1980 y 1990: Estado mínimo, privatizaciones, precariedad, flexibilidad, desempleo en masa, salarios que ya no aseguran ingresos decentes, tantos cambios que hubieran provocado una revolución si hubiesen sido aplicadas de una sola vez. 
     
  4. La estrategia de diferir. Otra manera de hacer aceptar una decisión impopular es la de presentarla como “dolorosa y necesaria”, obteniendo la aceptación pública, en el momento, para una aplicación futura. El público, tiene siempre la tendencia a esperar ingenuamente que “todo irá mejorar mañana” y que el sacrificio exigido podrá ser evitado. Esto da más tiempo para acostumbrarse a la idea del cambio y de aceptarla con resignación. 
     
  5. Dirigirse al público como criaturas de poca edad. La mayoría de la publicidad dirigida como si el espectador fuese una criatura de poca edad o un deficiente mental. Cuanto más se intente buscar engañar al espectador, más se tiende a adoptar un tono infantilizante. 
     
  6. Utilizar el aspecto emocional mucho más que la reflexión. Esto es para causar un corto circuito en el análisis racional, y crítico de los individuos. Permite abrir la puerta de acceso al inconsciente para implantar o injertar ideas, deseos, miedos y temores, compulsiones, o inducir comportamientos… 
     
  7. Mantener al público en la ignorancia y la mediocridad. Hacer que el público sea incapaz de comprender las tecnologías y los métodos utilizados para su control y su esclavitud. “La calidad de la educación dada a las clases sociales inferiores debe ser la más pobre y mediocre posible 
     
  8. Estimular al público a ser complaciente con la mediocridad. Promover al público a creer que es moda el hecho de ser estúpido, vulgar e inculto… 
     
  9. Reforzar la autoculpabilidad. Hacer creer al individuo que es él el culpable por su propia desgracia, por la insuficiencia de su inteligencia, de sus capacidades, o de sus esfuerzos. Así, en lugar de rebelarse contra el sistema económico, el individuo se auto desvalida y se culpa, lo que genera un estado depresivo, uno de cuyos efectos es la inhibición de su acción. Y, sin acción, no hay revolución! 
     
  10. Conocer a los individuos mejor de lo que ellos mismos se conocen. En el transcurso de los últimos 50 años, los avances acelerados de la ciencia han generado una creciente brecha entre los conocimientos del público y aquellos poseídos y utilizados por las élites dominantes. Gracias a la, el “sistema” biología, la neurobiología y la psicología aplicada ha disfrutado de un conocimiento avanzado del ser humano, tanto de forma física como psicológicamente. El sistema ha conseguido conocer mejor al individuo común de lo que él se conoce a sí mismo. Esto significa que ejerce un control mayor sobre los individuos.