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viernes, 20 de marzo de 2015

¿Por qué funciona la "revolución ciudadana" de Rafael Correa?


¿Por qué funciona la "revolución ciudadana" de Rafael Correa?

(actualizada a las 11:47 20.03.2015)


El presidente de Ecuador, Rafael Correa, define como “revolución ciudadana” la política social que promueve.
Tomado de Sputnik Mundo
Rafael Correa, presidente de Ecuador

Ecuador va camino de convertirse en un Estado modélico en una Latinoamérica azotada por sus propias contradicciones.

Y ello se debe, en buena gran medida, a la tenaz política de neodesarrollismo emprendida por el actual presidente Rafael Correa, un economista de origen humilde formado en el extranjero. Se trata de una política muy social que él mismo ha definido como "revolución ciudadana".

Correa llegó al poder en 2006 cuando la nación ecuatoriana atravesaba una inestabilidad política crónica, pues en nueve años habían ya desfilado siete presidentes distintos. El panorama económico de entonces también era lamentable. Los retos a los que se enfrentaba parecían enormes, pero su habilidad y su empeño dieron la vuelta a esa situación y Ecuador vuelve a dirigir su destino.

Estas son algunas de las claves del éxito de Correa:
1. Reducción de la pobreza: Ha sacado a millón y medio de ecuatorianos de la pobreza desde 2007 a 2014, mediante medidas como el denominado Bono de Desarrollo Humano, un subsidio a las personas más desfavorecidas. De forma paralela, ha aumentado la clase media, motor del crecimiento económico.
2. Renegociación de la deuda externa: un problema estructural para Ecuador, que ha supuesto un ahorro de 7 millones de dólares a las arcas del Estado, dinero que ha podido ser invertido en infraestructuras energéticas, transporte, salud y educación.
3. La educación, una prioridad: El reparto presupuestario ha convertido a Ecuador en el país latinoamericano que mэфs invierte en este capítulo. El 5,3% del PIB, unos 300 millones de dólares, se destinan a educación cada año. Eso es una gran apuesta por el futuro que revertirá indudablemente en las nuevas generaciones, mucho mejor preparadas que las anteriores.
4. Creación de un "sistema de rentas internas": La nueva gestión del cobro de impuestos a los ciudadanos ha logrado superar el grave problema de la evasión fiscal, un auténtico quebradero de cabeza y muy habitual en toda la región. La fórmula, que ha triplicado la recaudación, se ha basado en la promoción y la transparencia.
5. Reformas económicas y financieras certeras: Ha favorecido el aumento de sueldos, el cooperativismo y la industria nacional, ha protegido de la usura a los usuarios de los servicios bancarios, ha instaurado un fondo de liquidez para los bancos y ha modificado el estatuto del Banco Central de Ecuador que ahora depende directamente del Gobierno. Ha aprovechado perfectamente las herramientas que tenía disponibles y quería emplear, sorteando el tremendo handicap que supone que la moneda oficial ecuatoriana sea desde 2000 el dólar estadounidense y no el sucre.
6. Establecimiento de políticas públicas: Correa se ha esforzado en defender los derechos fundamentales que se recogen en la nueva Constitución, que data de 2008; ha elevado el nivel de la sanidad lo que ha reducido los índices de mortalidad infantil.
7. Lucha contra el desempleo: Ha cerrado el año anterior con la tasa de desempleo más baja en relación a Perú, Brasil y Chile. Del 10% en 2006, cuando llegó al poder, ha pasado al 4,5% en 2014.
8. Crecimiento sostenido: Hasta el momento, Correa ha tenido la suficiente cintura para mantener el crecimiento, y no amenaza con la aplicación de ajustes que desatan las protestas ciudadanas, como es el caso de Brasil o Argentina. Ahora, no obstante, la coyuntura ha variado sustancialmente. En especial porque el precio del petróleo —principal fuente de riqueza de Ecuador, que es miembro de la OPEP- ha caído de forma abrupta, lo que va a tener un fuerte impacto en los presupuestos del Estados y el balance de las exportaciones.
9. Débil oposición: La hegemonía correísta concentrada en su partido —alianza PAIS- se ha consolidado gracias a una oposición que ha dado muchas muestras de estar dividida y debilitada. Desarticulados los partidos históricos como Izquierda Democrática (socialdemócrata) o el Partido Social Cristiano (conservador) y sin relevo de líderes nacionales, las recientes elecciones locales de 2014 han sacado a la luz a distintas figuras opositoras —alcaldes y prefectos- que en ningún caso suponen todavía ninguna amenaza.
Rafael Correa, presidente de Ecuador
© Sputnik/ Mikhail Fomichev

Pero, a pesar de todos estos logros, todavía hay mucha materia en la que se puede y debe trabajar. Aunque se han hecho inversiones en materia policial, las tasas de inseguridad son demasiado altas en Quito y Guayaquil.
Otro tema no menos importante es la falta de tolerancia y el fuerte carácter del presidente en cuanto a su relación con la prensa y los medios de comunicación. La cuestión ha terminado convirtiéndose a la postre en el talón de Aquiles de su gestión, concretamente desde que en 2011 estalló el caso del diario El Universo y posteriormente en 2013 con la aprobación de una polémica Ley de Comunicación. Así, según la última clasificación sobre libertad de expresión que publica Reporteros Sin Fronteras, Ecuador ha caído 13 puntos y se sitúa en el puesto 108º de los 180 evaluados.

También se discute mucho el tema de la alta concentración del poder en manos del Estado, pues ya existe una economía demasiado dependiente de las estructuras públicas.

Los ciudadanos ecuatorianos también recuerdan una de las banderas de la primera campaña electoral de Correa, la defensa a ultranza del Parque Nacional de Yasuní. El presidente ecuatoriano se comprometió a proteger esta reserva ecológica, en plena cuenca amazónica, donde existen grandes reservas de crudo. Para ello propuso que las "economías desarrolladas" mundiales pagaran a Ecuador cada año una compensación económica —en forma de proyectos de energías renovables, conservación del bosque y desarrollo social en las comunidades indígenas- para poder mantener así ese territorio libre de la explotación petrolera. El plan no fraguó por falta de contribuciones internacionales y en 2013 Correa anunció entristecido que tenía que abrir algunos pozos en el parque, unos yacimientos que supondrán unos ingresos de 18.000 millones de dólares para los próximos 30 años.

Finalmente, su peculiar política exterior, que fideliza las alianzas bolivarianas con los gobiernos de Venezuela y Cuba, le ha supuesto un cierto aislamiento en la arena internacional, en especial de cara a Estados Unidos.

¿Cuáles son las perspectivas de futuro del propio Correa? La Constitución le impide una segunda reelección (art. 144) pero tiene legitimidad democrática hasta 2017 para seguir levantando su "socialismo del siglo XXI". No parece demasiado atrevido apuntar que querrá dejar bien sentadas las bases de su "revolución ciudadana" para luego saltar a la palestra política regional y construir un bloque latinoamericano potente e influyente en el mundo, desarrollando las instituciones como el ALBA o Unasur.