viernes, 13 de noviembre de 2009

DERECHA E IZQUIERDA, UNA DICOTOMÍA VIGENTE

Mariano Crespo

Desde hace más de dos siglos, es decir desde los tiempos de la revolución francesa, se viene empleando de manera habitual los términos “Derecha” e “Izquierda” para designar el contraste de las ideologías, y desde luego el comportamiento de los movimientos sociales y políticos respondientes a diferentes referentes de carácter ideológicos y filosóficos, ambos términos expresan una visión dicotómica de la política, por lo tanto ninguna doctrina, ni ningún movimiento pueden ser al mismo tiempo de Derecha y de Izquierda.

Aún cuando hay sectores del pensamiento liberal burgués interesados en negar tal disyuntiva, los términos de “Derecha e Izquierda” continúan teniendo plena vigencia, dichos sectores pretenden confundir, al señalar a los ciudadanos como sujetos políticos “transversales” respecto al esquema axial Derecha-Izquierda, también refieren una supuesta “crisis de la ideología”, para llegar a la falaz conclusión del “fin de las ideologías”, tal como fue descrito por el escritor norteamericano Francis Fukuyama, en su obra “El Fin de la historia y el último hombre”. Como argumento fundamental refieren el fracaso del sistema soviético, tras el colapso del llamado socialismo realmente existente, de acuerdo con esta lógica, el socialismo habría muerto, y la lucha de los trabajadores y del pueblo en general por construir un modelo de sociedad distinta quedaban absolutamente canceladas, pero ocurre en honor a la verdad, que la crisis del sistema soviético no significó el fracaso del socialismo, ni tampoco el fin de la Izquierda, ni mucho menos de las ideologías, sino lo que significó fue el fracaso de un modelo socialista distorsionado por aditamentos burocráticos y autoritaristas, históricamente delimitado en tiempo y espacio.

Ningún izquierdista puede negarse a admitir que la Izquierda de hoy no es lo mismo que la Izquierda de ayer, púes mientras existan hombres cuyo empeño político sea movido por el profundo sentido de la insatisfacción y del sufrimiento frente a las inequidades de las sociedades contemporáneas, se mantendrán vivos los ideales que han marcado desde hace más de dos siglos el pensamiento emancipador izquierdista a través de la historia.

El empeño de la construcción del socialismo contextual, autóctono, ecológico, libertario y humanista del siglo XXI, a partir del pensamiento bolivariano, y de lo que ha llamado el Comandante Hugo Chávez Frías el Proyecto de Simón Bolívar el libertador, de Simón Rodríguez el Maestro, y de Ezequiel Zamora el General del Pueblo Soberano, y además nutrido por el pensamiento progresista y humanista como acervo de la humanidad, entre los cuales destacamos al Marxismo, y de estudiosos y renovadores latinoamericanos del Marxismo, como son los caso de de José Carlos Mariátegui, de Ludovico Silva, y otros, y del significativo legado del Cristianismo, en relación este último podemos resaltar el aporte del Movimiento Cristiano de la “Teología de la liberación”, el cual se inició en Iberoamérica después de la realización del Concilio Vaticano II en la década de los 60, e inclusive el aporte de teorías como las del “Pensamiento Complejo” y la “Teoría Crítica” de Jurgen Habermas, y del pensamiento de otros intelectuales renovadores del Marxismo como son Antonio Gramsci, Rosa Luxemburgo, Ernesto “Che” Guevara, Fidel Castro y otros. Lo que ha conllevado a definir un “Nuevo Proyecto Histórico”, La repercusión que este Proyecto del nuevo socialismo ha tenido en la mayoría de los países latinoamericanos, esta cristalizando como por ejemplo en el surgimiento del ALBA, e incluso a marcado pautas en cuanto a una nueva teoría en el campo revolucionario a nivel mundial, tal como lo reconocen destacados intelectuales de diversos orígenes: europeos, asiáticos, africanos, del mundo árabe y norteamericanos; lo cual constituye una demostración palmaria que el Socialismo como Proyecto Político de la humanidad esta hoy más vivo que nunca, y se proyecta como la única salvación del planeta, en tanto que alternativa al sistema capitalista como generador de pobreza y depredación, al producir este modelo capitalista la explotación del hombre, y una profunda crisis ecológica, debido a la devastación irracional de la naturaleza, lo cuál ha traído como consecuencia entre otras cosas, el recalentamiento global, el pernicioso cambio climático, los daños irreversibles a la biodiversidad y la contaminación y agotamiento del agua a nivel planetario.

Por todas estas razones y muchas más, somos de izquierda y somos socialistas, asumiendo con nuestro compromiso y acción, colectiva una de las frases del inolvidable comandante Ernesto “Che” Guevara, “El deber de todo revolucionario es hacer la revolución donde quiera que se encuentre”.

El reciente golpe de estado en la República de Honduras, dado por la oligarquía de ese país, a la usanza de los perpetrados por los gorilas militares del “Cono sur” durante las décadas de los 60 y 70, contra un Presidente constitucional, democráticamente electo, por el solo hecho de favorecer al mayoritario sector social, históricamente excluido de ese país Centroamericano, debe significar una alerta para los revolucionarios del mundo, y para los latinoamericanos de manera particular, en cuanto a que los sectores conservadores y ultraderechistas en los diferentes países, continúan en pié de lucha para seguir saqueando y expoliando los pueblos, y destruyendo los ecosistemas naturales, en función de mantener sus intereses de clase y obscenas ganancias, tal como se lo dictan las pautas del “Capitalismo de mercado”.

mcrespo48@yahoo.es

lunes, 2 de noviembre de 2009

JOSÉ CARLOS MARIÁTEGUI, UN REVOLUCIONARIO LATINOAMERICANO.

JOSÉ CARLOS MARIÁTEGUI, UNA ACTUACIÓN EJEMPLAR DE UN REVOLUCIONARIO LATINOAMERICANO.
Mariano Crespo

Entre los revolucionarios más destacados del siglo XX de America latina debemos incluir sin lugar a dudas al peruano José Carlos Mariátegui nacido en Moquegua, cerca de la ciudad de Arequipe en el sur del Perú, el 14 de Junio de 1894, y cuya muerte ocurre en la ciudad de Lima el 16 de abril de 1930 a la temprana edad 35 años; le correspondió vivir en una época de su país de origen, caracterizada por el florecimiento de una oligarquía depredadora y una población indígena súperexplotada y harapienta, el militarismo peruano estaba en pleno apogeo.

Mariátegui fue un hombre dedicado al estudio de manera autodidacta, desde Georges Sorel hasta Rosa Luxemburgo, pasando por Nietzsche, Marx y Gramsci, y otros escritores e ideólogos del pensamiento universal revolucionario, de tal manera que llegó a poseer una profunda formación política, además de un compromiso ineludible por la redención de las clases desposeídas de su país y particularmente del la población indígena peruana.

Hacia 1780 ocurrió una rebelión encabezada por el indígena conocido como Tupac Amaru, quien cansado de reclamar justicia para sus hermanos indígenas, protagonizó la más grande rebelión social de la historia del Perú, y que se extendió a otros países latinoamericanos, este hecho ocurrido a más de 100 años del nacimiento de Mariategui le marcó para siempre, su convicción socialista lo llevó a entender que la problemática del indígena no es moral, sino de naturaleza económica, social y político, por lo que su planteamiento en consecuencia, es que la emancipación del indigenismo debía ser la principal reivindicación del vanguardismo revolucionario.

Mariátegui junto con el indio Garcilazo, formó la esencia del pensamiento indigenista que contextualizó las obras de otros intelectuales y dirigentes sociales peruanos del siglo XX, y lo cual a su vez influyó notablemente en otros intelectuales y políticos de America latina, su obra clave fue “Siete ensayos de interpretación de la realidad peruana” editado en Noviembre de 1928.

Nuestro personaje planteo que el socialismo indoamericano no fuera “copia y calco” de los modelos desarrollados en otras latitudes, y épocas históricas, sino que por el contrario fuera “creación heroica” de nuestros pueblos, partiendo de sus realidades socio-históricas y de sus acervos culturales, esta enseñanza esta presente en la construcción de la revolución socialista bolivariana, y lo cual se expresa inequívocamente en el prólogo de la Constitución de la República Bolivariana Venezolana y en el proyecto Nacional Simón Bolívar.

Por supuesto que los referentes teóricos del pensamiento político revolucionario mundial tales como el marxismo, el humanismo y el cristianismo son de consulta obligada para la formación de nuestra militancia y particularmente de quienes ostentan cargos estratégicos en nuestro gobierno, “sin teoría revolucionaria no hay práctica revolucionaria” decía acertadamente Lenin, considero que muchos de los errores que cometen algunos Ministros y Gobernadores actuales y de sus colaboradores inmediatos, tienen que ver con la débil formación política en una perspectiva socialista, y quienes más bien una densa formación tecnocrática, no basta con la sólida orientación ética y política del comandante y presidente Hugo Chávez, hace falta un alto nivel formación política, repito de carácter socialista, y ello como dice un conocido refrán popular “eso no se compra en botica”. El ejemplo de José Carlos Mariátegui hoy en día cobra una vigencia inusitada en nuestro País, en momentos que nuestro proceso revolucionario bolivariano atraviesa por algunas dificultades, y cuyas causas no son atribuibles a la oposición lacaya, que se encuentra atrapada en su propio laberinto, sino principalmente a las desviaciones burocráticas de muchos de nuestros dirigentes.

mcrespo48@yahoo.es

lunes, 26 de octubre de 2009

A DIOS ROGANDO Y CON EL MAZO DANDO

 

Henry Tovar  
Se engañan quienes consideran que las catorce bases norteamericanas, proyectadas para Colombia, constituyen una amenaza, sólo para Venezuela. Conforme han observado analistas políticos y militares, éstas tendrían además, objetivos globales, valga decir, más allá de la patria grande. Pero dentro de las apetencias imperiales, el primer objetivo es Suramérica y la primera víctima, la propia Colombia. De las bases militares extranjeras se puede saber cuando se emplazan, pero con poca certeza, cuando se desmantelarán. La presencia de más bases militares, en Colombia, sólo garantizan la perpetuidad de la guerra civil y constituyen un obstáculo más al deseable arreglo pacífico de su contienda interna. 

A pesar de la transitoria o aparente debilidad de la guerrilla colombiana, se nos antoja pensar en similitudes con Vietnam. Una probable agresión contra Venezuela multiplicaría, aquende y allende nuestras fronteras, escenarios parecidos a los del Sureste Asiático, durante la segunda guerra de Indochina. Dentro de estas perspectivas parecen explicables algunos gestos de políticos colombianos.

Es política norteamericana no intervenir, directamente, en países cercanos con un mínimo potencial de resistencia. No lo han hecho en la República de Cuba socialista. No lo hicieron en las escabrosa Nicaragua revolucionaria, en los años ochenta. Y pareciera, poco viable que lo hagan en la díscola Republica Bolivariana Venezuela de principios del siglo del XXI. 

La mayor gesta invasora de EEUU, en escenarios vecinos, siempre alcanzará a países pequeños y desarmados que no comprometan la vida y la credibilidad militar de sus marines. No porque carezcan de la capacidad para aniquilar a sus a adversarios de mayor envergadura, sino porque deben convencer a su propio pueblo, conforme ha señalado Noam Chomsky, de que alguno de sus vecinos constituye un peligro real para su seguridad. Por eso necesitan países y presidentes mercenarios, y con rabo de mucha paja, para la instigación de guerras fratricidas, aún en contra de sus propios pueblos y sus estamentos dirigentes. 

La agresión perpetrada contra la soberanía de Ecuador, el 01 de marzo de 2008, ha sido el primer ensayo de una política del Pentágono, orientada a explorar la capacidad de respuesta del ALBA y de UNASUR (El golpe contra Zelaya también lo fue). Ante la perspectiva de generalización de las agresiones, teniendo a Colombia como punta de lanza, parecería oportuna la propuesta del ex presidente Ernesto Samper, de instalar en Colombia, la primera base militar de UNASUR. Las otras podrían estar localizadas en Venezuela, Ecuador, Bolivia, Brasil Argentina, con tropas de todos los países suramericanos. Sería un elemento de negociación para tratar de mantener algún grado de equilibrio y convivencia con Colombia. 

Es conveniente recordar que no todas las oligarquías son apátridas. Es probable que Samper, representando a una parte de esa oligarquía, haya consultado con sectores de ella. Es intrascendente que el paraco de Álvaro Uribe, esté o no de acuerdo. Tampoco es importante la opinión o las dubitaciones de Obama. De este señor ya sabemos que en realidad no manda. Lo importante y oportuno es el gesto, por lo menos inteligente, de una parte de la oligarquía colombiana y la no descartable disposición política del pentágono a negociar para evitar el aislamiento de Colombia. 

De modo que el llamado del Presidente Rafael Correa, para que UNASUR solicite una reunión con el gobierno norteamericano y le demande respeto a toda Suramérica, es absolutamente pertinente. Exijamos ese respeto para nuestra integridad territorial desde el Río Bravo hasta las Malvinas, pero “a Dios rogando y con el mazo dando.” Instalemos la primera base militar de UNASUR en Colombia. Tomémosle la palabra.

LAS UNIVERSIDADES AUTÓNOMAS Y LA NOCHE DE LOS MORDISCOS.

LAS UNIVERSIDADES AUTÓNOMAS PRETENDEN REEDITAR LA NOCHE DE LOS MORDISCOS
Mariano Crespo

Si la asignación presupuestaria a las universidades públicas nacionales se continúan haciendo con los mismos indicadores de siempre, los presupuestos nunca alcanzarán, las universidades autónomas continuaran tragándose la parte gruesa de la torta presupuestaria y le seguirán dejando a las demás Casas de estudios el repele, se seguirá repitiendo la célebre “noche de los mordiscos”, haciendo honor a aquel dicho popular que dice “que quien tenga más saliva traga más harina”.

Un ejemplo servirá para ilustrar lo afirmado, la Universidad Bolivariana de Venezuela (UBV) tiene cinco veces más alumnos que la Universidad Central de Venezuela (UCV) y su presupuesto (el de la UBV) es la quinta parte del que el estado venezolano la asigna a la UCV, por lo que un indicador que hoy en día resulta fundamental, tal como es el de la matrícula estudiantil atendida , pareciera que no tiene importancia para el Consejo Nacional de Universidades (CNU) a la hora del reparto presupuestario.

La deuda del estado venezolano con los docentes y los trabajadores en general que laboran el la UBV y en la UNEFA es muy superior a la que el mismo estado tiene con los trabajadores de las universidades autónomas, pareciera entonces que hay dos circuitos universitarios, el de la exquisitez y el de la precariedad, pero ocurre que este último circuito es el de la inclusión, mientras el primero promueve una educación elitesca, al servicio de la burguesía.

Si la asignación presupuestaria para las gobernaciones y demás entes descentralizados se hace actualmente por “la Metodología de Proyectos”, nos preguntamos entonces ¿por que esa misma metodología no se le exige a las Universidades públicas? resultaría interesante ver como las autoridades universitarias de las autónomas y de muchas de las experimentales, incluirían los gastos superfluos y suntuarios en los Proyectos académicos, para la Investigación y la Extensión, como por ejemplo, la compra de autos de lujos para el disfrute de dichas autoridades, o los cuantiosos viáticos y pasajes aéreos nacionales e internacionales, las pernoctas en hoteles de cinco estrellas, por cierto que en estos menesteres la UPEL (aún cuando es experimental) dicta cátedra, el gasto en viáticos dietas, pasajes y pernoctas de esa universidad es de magnitudes obscenas, siendo el caso que muchos de sus directivos: autoridades rectorales, decanales y de los llamados organismos “Para Universitarios” se redondean mensualmente (como ingreso fijo) sumas superiores a los 10.000 BsF por esos conceptos, naturalmente fuera de sus sueldos. Esta denuncia que hacemos debería ser investigada por el MPPES, por la Contraloría General de la República, y de la Contraloría social que también tiene rango constitucional.

Las autoridades universitarias no declaran ni rinden cuentas sobre los llamados ingresos propios, estos a menudo se transforman en las cajas chicas de dichas autoridades, el beneficio que reciben las comunidades universitarias son exiguos, pero ocurre que las autoridades de esas casa de estudios se dan la gran vida, y hasta se han dado el lujo de financiar “el movimiento estudiantil de las manos blanca”, y publicar por la prensa nacional escuálida, millonarios comunicados de prensa a favor de cualquier parapeto opositor llámese este “Coordinadora democrática” o “Mesa de la unidad” razón por la cual el status de estas privilegiadas autoridades es muy superior a los profesores y profesoras, trabajadores y trabajadoras del colectivo universitario, es decir de lo que algunos de ellos llaman “el perraje”

mcrespo48@yahoo.es

domingo, 18 de octubre de 2009

LA DEMOCRACIA EN VENEZUELA, a propósito del 18 de octubre)




Henry Tovar
12/10/08 

Parece impertinente decir que el proceso democrático en Venezuela no comienza en 1958. El parecer generalizado de historiadores venezolanos, señala su comienzo en 1936 con la muerte de Gómez. Adquiere notoriedad, a partir de 1941 con la presidencia de Medina, hasta el 18 de octubre de 1945, momento aciago en el cual, el mediaticamente, llamado “padre de la democracia,” aborta el proceso, que luego a él corresponderá reiniciar en 1958.

El proceso iniciado por el general Eleazar López Contreras, ha sido reconocidamente señalado como democrático. Pero tiene además, otras significaciones; su gobierno acontece en un momento histórico en el cual prevalece el analfabetismo, la ausencia de una cultura política de masas para el ejercicio de la democracia, una presencia incipiente de sindicatos y de instituciones político-partidistas. 
 
A pesar de esta realidad, López propicia un régimen de prácticas democráticas, las cuales abarcan: elecciones populares, libertad de expresión, ausencia de presos políticos, aceptación y promoción de las organizaciones partidistas, con algunas limitaciones. La realidad política y social que él hereda, ¿podía ser compatible con la implantación inmediata de la democracia representativa, a través del voto directo y universal para elegir al Presidente de República? ¿Estaban los partidos nacientes dentro de la federación de estudiantes, en capacidad de ofrecer un proyecto de país? ¿Tenían los cuadros políticos necesarios para someter democráticamente aquella nación, metaforizada como “cuero seco” por Guzmán Blanco? ¿Tienen los pueblos la democracia que quieren o la que pueden, conforme a sus costumbres y nivel de desarrollo?

El presidente Medina, sucesor de Eleazar López Contreras, continúa y profundiza las prácticas democráticas, pero su ejemplo no fue suficiente para mitigar el romanticismo o la ambición de quienes se embarcaron en la aventura del 18 de octubre. Todavía estamos pagando el costo de haber abortado un proceso que no tenía dueño, sino dolientes. Las organizaciones auténticamente democráticas de aquel entonces, rechazaron los medios con los cuales se pretendía instaurar un modelo, que no había madurado lo suficiente en un país con 67% de analfabetas.

El mismo golpe de Estado parece explicar la inmadurez política y democrática de la Venezuela del 45. ¿Se justificaba un golpe de Estado por una visión distinta de la democracia? ¿Puede ser padre de la democracia, quien aliado con militares, derroca a un gobierno legal y legítimamente constituido, para imponer su modelo o su visión de la democracia? El presidente derrocado en 1945, había sido electo por un Congreso elegido por voto popular. Ese gobierno era, sin duda, un modelo distinto al iniciado en 1958, pero no por ello, menos democrático.

Pareciera que todavía, y más aún en el 45, se justificara aquella tesis de Vallenilla Lanz, sobre la necesidad de un gendarme necesario para convivir civilizadamente, en países como el nuestro. En estos días, cuando los rumores de golpe de Estado, nos amenazan con poner a los militares y, a determinados civiles, como intermediarios en el ejercicio de la política en Venezuela, vienen a nuestra memoria aquellas afirmaciones, expresadas en “El Cesarismo Democrático, según el cual, una sociedad, cuando llega al extremo de que sus hombres sólo ejercitan los medios de la violencia, reconoce su incapacidad para gobernarse por la sola virtud de las leyes y no encontrará reposo sino al abrigo del despotismo, y no respetará otros gobiernos que aquellos que le hieran, y no tendrá más derechos, que aquellos que le conceda la voluntad del sable que le domine”. Palabras terribles, cuyo contenido también denuncia a quienes, por medios distintos a las armas, se han acostumbrado a ejercitar la violencia política, a través de la difamación y el chantaje, para hacer ingobernable a esta república. ¿Querrán inventarse una VI República?

Es preciso señalar que con la muerte de Gómez y la llegada al poder del general López Contreras, surgen en Venezuela los partidos políticos de masas; y con ellos el tránsito hacia la democracia. No obstante, sería injusto no reconocer que las democracias que hemos tenido, también sirvieron para sacar al país del atraso en el cual estuvo hasta la época de Juan Vicente Gómez. La masificación de la educación y la construcción de una cultura democrática, constituyen algunos de sus más notorios aportes.

Henry Tovar

domingo, 11 de octubre de 2009

EL VERDADERO PRINCIPIO DE AUTONOMÍA

EL VERDADERO PRINCIPIO DE AUTONOMÍA ES EL CONSEGRADO EN LA NUEVA LEY ORGÁNICA DE EDUCACIÓN.
Mariano Crespo

El principio de autonomía constituye una norma fundamental en el que hacer universitario, es la garantía de una educación, libre, plural y emancipadora, por tal circunstancia nuestros legisladores de la Asamblea Nacional le dieron la relevancia que ella tiene.

Ciertas autoridades universitarias y la dirigencia gremial de las Universidades Autónomas y Experimentales en su gran mayoría, intentan establecer un principio de Autonomía de manera convencional, y en función de particulares intereses de poder, y que no escapan al aprovechamiento de los cuantiosos recursos financieros aportados por el Estado venezolano para el funcionamiento del sector universitario.

A los efectos de abordar el principio de Autonomía universitaria bien entendida, nos vamos a referir a algunos antecedentes que sirven de soporte histórico a esta preciosa norma.

La UNESCO durante la vigésima Conferencia en el mes de Noviembre del año 1997, produjo un documento titulado “Recomendaciones relativas a la condición del personal docente de la enseñanza superior”, el cual señala en su sección 27 lo síguete:
“Se debe respetar rigurosamente el principio de la libertad académica, el personal docente de la enseñanza superior tiene el derecho al mantenimiento de la libertad académica, es decir a la libertad de enseñar y debatir sin verse limitado por doctrinas instituidas, la libertad de llevar a cabo sus investigaciones y difundir y publicar los resultados de las mismas, la libertad de expresar libremente su opinión sobre las instituciones”.

En el Manifiesto Liminar de la Reforma Universitaria de la juventud argentina de Córdova, publicado el 21 de Julio de 1918, dice “Nuestro régimen universitario es anacrónico, esta fundado sobre una especie de derecho divino; el derecho divino del profesorado universitario. Se crea a si mismo, en el nace y en el muere, mantiene un alejamiento olímpico, La Federación Universitaria de Córdova se alza para luchar contra ese régimen, y entiende que en ello se le va la vida, reclama un Gobierno estrictamente democrático, sostiene que el demos universitario, la soberanía, y el derecho a darse el gobierno propio radica principalmente en los estudiantes”.

El artículo 34 de la Ley Orgánica de Educación (LOE), define el principio de Autonomía, cuando dice que dicho principio se materializa mediante el ejercicio de la libertad intelectual, la actividad teórico-práctica y la investigación científica, humanista y tecnológica, con el fin de crear y desarrollar el conocimiento y los valores culturales, y señala expresamente que la autonomía se ejercerá mediante una serié de funciones entre las cuales señala expresamente: Establecer sus estructuras de carácter flexible y democrático, participativo y eficiente, para dictar sus normas de gobierno y sus reglas internas de acuerdo con lo establecido en la Constitución nacional y en la propia LOE.

En el numeral 2 del precitado artículo dice, Planificar, crear, organizar y realizar los programas de formación, creación intelectual e interacción con las comunidades, luego en el numeral 3 expone elegir y nombrar sus autoridades con base en la democracia participativa, protagónica y de mandato revocable y considera como integrantes de la comunidad universitaria de pleno derecho, a los profesores y profesoras, estudiantes, personal administrativo, personal obrero y a los egresados y egresadas, señala que se elegirá un consejo contralor conformado por los y las integrantes de la comunidad universitaria.

En el numeral 4 establece que la administración del patrimonio de la Universidad debe hacerse con austeridad, justa distribución, transparencia y rendición de cuentas, bajo el control y vigilancia interna por parte del Consejo Contralor, y externa por parte del Estado.

En el artículo 36 de la LOE, se define con mayor claridad el significado de la libertad de cátedra, lo cual constituye uno de los pilares fundamentales de la Autonomía, dice a la letra del mencionado artículo “ El principio de la libertad académica, es entendida como el derecho inalienable a crear, exponer, o aplicar enfoques metodológicos y perspectivas teóricas conforme a los principios establecidos en la constitución bolivariana de Venezuela, y en esta ley.

Para el sector contrarrevolucionario y decimonónico incrustado en las altas esferas de mando de las Universidades autónomas y experimentales, bien sea en sus ámbitos institucional y gremial, la participación de la totalidad de la comunidad universitaria, resulta una herejía, por cuanto ellos no creen en la democracia, ellos creen en las élites, por eso defienden esa figura medieval llamada “Claustro universitario” a capa y espada, la rendición de cuentas a la comunidad universitaria y a la sociedad es temida por quienes manejan los fondos universitarios, aportados por el Estado, de manera discrecional y favoreciendo sus propios privilegios, cual si fuese una real “caja negra”, el monto astronómico de dinero aportado por el Estado venezolano (mayor al de muchas gobernaciones), lo conoce el Gobierno nacional, pero la ejecución de los respectivos presupuestos son “un secreto bien guardado”, las contralorías internas de las universidades son una especie de “agencia de maquillaje”, por cuanto los funcionarios de dichas contralorías las ponen y quitan los rectores a su libre albedrío , por tales razones estos sectores retrógrados se oponen a la LOE, dicha Ley toca nada más y nada menos que los intereses monetarios (ellos dicen métanse con el santo pero no con la limosna), y el poder de las autoridades institucionales y gremiales.

Para oponerse a la LOE, disponen de un dispositivo constituido por los medios de comunicación privados y un sector estudiantil manipulado, que a menudo se pintan las manos de blanco, y el cual esta siendo formado en el marco de una ideología proimperialista y de marcado tinte fascistoide.
Las Universidades Latinoamericanas y en particular las venezolanas, podríamos decir que hasta la década de los 80, concibieron la autonomía en su verdadero sentido, pero luego fueron cayendo o degenerando de manera progresiva en las manos de “intelectuales ilustrados”, desvinculados de las luchas del pueblo, y de espalda al desarrollo de los modelos revolucionarios que fueron tomando cuerpo en las sociedades de Latinoamérica, en el caso venezolano, las autoridades universitarias de la mayoría de las Universidades públicas y por supuesto todas las privadas, intentan imprimirles a esas Casas de estudios, una marcha a contra corriente del Proceso Bolivariano Venezolano, que llegó para quedarse, y en donde la frase no volverán, más que una consigna partidista marca una tendencia irreversible.

La ley Orgánica de Educación rescata el verdadero sentido de la Autonomía universitaria y la coloca a favor del pueblo y de su desarrollo socialista.

mcrespo48@yahoo.es

sábado, 16 de mayo de 2009

LOS FALSOS ESCRÚPULOS DEL SIONISMO

...¿Qué sentido tiene haber cercado a Gaza, convirtiéndola en un gigantesco campo de aniquilación? Un auténtico sentimiento de justicia y de piedad, nos sugiere que el exterminio y la deportación no son hechos más criminales e inmorales porque sus víctimas fueren judíos y los genocidas alemanes; ni los alambres de púa símbolos más criminalizadores que los muros, ni los hornos más abominables que las bombas de fósforo...
                                   
Henry Tovar

Hasta ahora, el verdadero logro del Estado de Israel, parece haber sido ocultar las verdaderas razones de su política guerrerista contra el pueblo palestino. Si admitimos las argumentaciones y citas descritas en el artículo de opinión, La Victoria Perdida en Gaza, escrito por Adam Morrow y khaled Moussa-Omrani, resulta claro que los israelíes están lejos de haber avanzado suficientemente en sus verdaderos propósitos políticos con relación al pueblo árabe palestino. Pero que en el transcurso del genocidio cometido en Gaza, los militares y los políticos sionistas hubieren proclamado y modificado varias veces sus propósitos militares y no haber logrado ninguno (“remover a Hamas”, “distorsionar su capacidad” “dar una lección”, “destruir el movimiento islámico”,”terminar con el contrabando de armas) sugiere también el ocultamiento de otras finalidades o de la verdadera.
 

Si, como señalan los autores citados, “Altos oficiales se Israelíes se apuraron en anunciar el triunfo de su operación militar” después de haber matado a 1315 seres humanos y haber herido a más de 5300, en su mayoría mujeres y niños y niñas, se podría suponer que esa era la verdadera finalidad. Valga decir, continuar con el proceso de exterminio y segregación iniciado desde la misma fundación del Estado de Israel. Palabras y hechos crueles, de políticos y militares sionistas, y sinceros testimonios de intelectuales judíos, corroboran nuestras afirmaciones.
Noam Chomsky, en su libro Ilusiones de Oriente Medio, señala que después de la Guerra de los Seis Días, Joseph Witz, antiguo jefe del departamento de Asentamiento de la Agencia Judía, recordaba en un artículo lo que anotara en un diario en 1940: “La única solución es Eretz Israel, al menos el Israel occidental, sin árabes, y no hay otra solución sino transferir los árabes desde aquí hacia los países vecinos”; pronunciamiento que ha sido cumplido progresivamente mediante, la matanza, la expulsión y el aislamiento. 

Más recientemente, el mismo autor antes citado, en el artículo, Gaza 2009: una guerra de exterminio, señaló que hace treinta años el Jefe de Estado Mayor, Mordechai Gur, observó que desde 1948 “hemos estado luchando contra una población que vive en aldeas y ciudades. 

Como resumiera en sus observaciones el más destacado analista militar de Israel, Zeev Schiff: “el ejército israelí siempre ha atacado a poblaciones civiles, intencional y conscientemente…el ejército, dijo, nunca ha distinguido objetivos civiles [de militares]…[pero] atacó a propósito objetivos civiles.” Tras éstas y otras revelaciones, resulta lógico repreguntarse, ¿Cuál ha sido el sentido de todas las masacres perpetradas por el Estado sionista de Israel contra la población árabe de Palestina, Siria y la del Líbano? ¿Qué ocurrió hasta 1970, con el remanente de los 136.000 habitantes nativos, de los 152.990 sirios, existentes en los Altos del Golán hasta 1967, cómo se preguntaba en 1982, el periodista argentino Pedro Catella? ¿Cuál fue la finalidad real de la invasión al Líbano en 1982, en la cual, “en sólo dos meses fueron asesinadas 18.000 personas y heridas 30.000, fundamentalmente civiles”? ¿Qué finalidad tuvo la matanza de refugiados en los campos de Sabra y Chatila, en la cual en sólo cuarenta horas, “miles de civiles desarmados, en su mayoría, niños, mujeres y ancianos,” y que conforme a investigaciones y testimonio judicial del honorable periodista judío Amnon Kapeliouk, 3500 personas fueron asesinadas”? ¿Qué sentido tiene haber cercado a Gaza, convirtiéndola en un gigantesco campo de aniquilación?

Un auténtico sentimiento de justicia y de piedad, nos sugiere que el exterminio y la deportación no son hechos más criminales e inmorales porque sus víctimas fueren judíos y los genocidas alemanes; ni los alambres de púa símbolos más criminalizadores que los muros, ni los hornos más abominables que las bombas de fósforo.
Los más recientes actos terroristas del Estado Israelí en Gaza, indican que tras el afán de ocasionar terror y exterminio, mediante el bombardeo de escuelas, hospitales y viviendas, junto con la utilización de armas químicas, se esconden los falsos escrúpulos de los sionistas, cuyos dirigentes evitan reconocer, explícitamente, que las intenciones de sus actos de crueldad son: cremar, exterminar, disgregar y apartar para que se cumplan sus propósitos históricos, expresados por Joseph Witz, sesenta y nueve años ha.

jueves, 7 de mayo de 2009

UNA PEDAGOGÍA DE LA PERVERSIDAD

Henry Tovar

Hemos leído, con pasmosa perplejidad, el trabajo de investigación intitulado La Universidad Secuestrada; al parecer el más reciente aporte pedagógico de Henry Giroux, docente y crítico cultural, nacido en Providence en 1943. Esta obra constituye, a la par que rigurosa investigación académica, un documento de extraordinario valor histórico para comprender las consecuencias de las no naturales relaciones de poder existentes entre la educación universitaria y los círculos de poder armamentista en Estados Unidos de Norteamérica

Tal investigación constituye un testimonio revelador, en primer término, de la evidente desnaturalización de los propósitos cívicos, democráticos y humanistas de la educación universitaria, como consecuencia de la admisión y reproducción de valores militaristas al interior de ellas; junto con sus ominosas consecuencias en la formación de un determinado tipo de ciudadano. Y por otra, revelador de las perversas concepciones militaristas de la seguridad nacional, otrora discurso propio de las élites del poder conservador, ahora originados en el seno de los campos universitarios y omnipresentes en la propia conciencia del ciudadano común de esa nación.
Conforme señala Giroux, desde la época de “Guerra Fría”, las universidades norteamericanas comenzaron a convertirse en instituciones al servicio del nombrado complejo militar e industrial, como es conocida y denominada la relación existente entre determinados entes gubernamentales, el Ejército y las industrias de producción de armamentos. En el ámbito de la política, y desde esa misma época, la relación entre la Academia y esas corporaciones fue considerada como inconveniente y peligrosa, particularmente por un personaje como Dwight Eisnhower, quien en el año 1961 la denunció como nociva para la existencia de la democracia en su país.

Durante la década de los años cincuenta, las universidades comenzaron a ser utilizadas en la producción de conocimientos y tecnologías militares para contrarrestar los avances de Unión Soviética en el sector militar-industrial. Esa relación ha derivado, conforme lo señala Giroux, en una sistemática penetración de las instituciones universitarias y en la exaltación masiva de una cultura de la guerra, la cual se convertido en un “principio ordenador de la sociedad norteamericana”. La guerra constituye, en la vida de los norteamericanos, el propulsor la economía, tema para la producción cinematográfica y la exacerbación del patriotismo, motivo para la producción de espectáculos, avisos publicitarios, videos y juegos de guerra, y de excesiva exaltación de la masculinidad, el machismo y la promoción brutal de la violencia.

De no ser por la “crítica demoledora”, como la califica Luís Bonilla-Molina, Presidente del Centro Internacional Miranda y prologuista de la señalada obra de Giroux, tales indagaciones podrían parecer los aditamentos fantásticos de una obra de ciencia ficción, en la cual las universidades participan como protagonistas y promotores del espionaje, a través de la selección de profesores y alumnos, a quienes se les entrena para fungir como agentes, delatores y verdugos de la CIA, en una relación mercenaria promovida desde las propias instituciones de educación superior. Grandes y medianas universidades como la de California, Texas o el Tecnológico de Massachussets reciben anualmente millonarios aportes para el diseño y creación de armamento espacial, rayos láser, tanques eléctricos, cañones electrotérmicos, ejércitos robots, armas con forma de insectos, pistolas de microondas con las cuales las personas se sienten envueltas en fuego, misiles, tecnologías submarinas, armas químicas, entre otros aparatos surrealistas.

Como se puede fácilmente comprender, estos ejemplos constituyen toda una pedagogía de la perversidad, a la cual se suma el chantaje contra quienes, desde la propia academia, se oponen a ella, a la militarización de la sociedad y la eliminación de de todo pensamiento crítico, cuya levadura deberían las universidades fomentar.

lunes, 16 de marzo de 2009

EL PEDAGOGICO DE FRENTE HACIA EL PORVENIR

Mario Torrealba Lossi
I
“Entre los muros de la casa vieja” fue el primer título mediante el cual hubimos de escribir un sólido ensayo, impreso en los talleres gráficos del congreso de la república – de casi 200 páginas de texto –, dedicado al centenario de un libro capital en donde hubimos de referimos al centenario del Instituto Pedagógico de Caracas, el cual dentro de sus pocos años llegara a los cien, que son ya bastantes.
Además del prefacio de la obra hablamos de los años de búsqueda; de la batalla que sostuvo el en pro de la civilización; de la abertura hacia una nueva sociedad; a la que llamábamos la torrentera de la historia.
¿En cuanto a lo que vendría después del año 2000; al abrir ventanas y caminos; así como las ilustraciones que hubo de conjugar dicho libro con muchos otros que nos llenaron de regocijo, dadas las direcciones que tomaría como ensayo a mediados de septiembre de 1986, cuando nuestro trabajo se lo dedicamos a los amigos de esa época, tan vinculados como lo estuvieron con un grupo de jóvenes que se propusieron a la realización de una obra, cuyo sentido bibliográfico fue complejo, pero con dimensiones entrañables en sí misma.
El Instituto Pedagógico hubo de ser una obra verdaderamente quijotesca; y desde su fundación, hoy día, cuando ya se acerca el fecundo siglo de vida, comprendemos como el salto que ya se acerca a los 100, constituye, más que suerte, un ejemplo de creación maravillosa, cuyas proporciones reflejan algo inaudito, si lo observamos o medimos en toda su forma. Fue un centro de formación docente dedicado a profesores de segunda enseñanza; así como el tiempo transcurre, su devenir crecerá inexorablemente. ¡Seguro que sí!
II
Ya nos lo repetía nuestro Picón Salas, tan inteligente y lleno de vivencias. En la Introducción de la obra don Mariano luego de que escribiéramos el prefacio, afirmaba con su característico estilo: “el pasado puede ser - escribía – no solo un culto mortuorio sino revisión y rectificación de la exigencia colectiva; germen capaz de reverdecer en nuevas creaciones. Sentida como voluntad y consecuencia, la historia trata de fortalecer y recobrar sus valores positivos. Y aun hubo pueblos, perdidos y aletargados en el retroceso y la decadencia, volvieron a encontrarse por el camino vivificante de su tradición. A la voz de los grandes muertos se agrega entonces – en eslabón y continuidad histórica – la de los grandes vivientes; de los que quieren imprimir el signo de su ideal, su esfuerzo, sus anhelos, sus sueños, su voluntad realizadora, el patrimonio moral colectivo…
Además de cuanto dejamos expresado, tanto a Picón Salas como a don Rafael Escobar Lara, se les podría señalar como a los creadores de un instituto, como lo fuera el pedagógico, que había de entregarse plenamente a un camino que no tuvo mayores tropiezos sino los del hacer constante, contra los vientos, las mareas y los rubicones que arrancaron desde el año 36, cuando, a la muerte del General Gomez la educación hubo de emprender su verdadera trayectoria.
Desde entonces, aquellos muros de la llamada casa vieja, nos llenarían de suerte y esperanza, a quienes vinimos desde el interior del país, a formarnos dentro de una escuela nueva, que se expandía por todos los confines del aprendizaje.
Aunque las universidades del nuevo siglo comenzaron a expandirse – puesto que pretendía situarse en toda y en las delanteras, el Instituto Pedagógico - resuelto ya sus problemas iníciales – se convertiría en uno de los pioneros del proceso enseñanza – aprendizaje. En cuanto a la contextura de la Universidades las cuales nunca pasaron de las carreras profesionales conocidas, el Pedagógico habría de convertirse, en algo realmente novedoso, especialmente en el campo de la literatura y de otras manifestaciones de diversa índole. Bastaría con referirnos a las páginas intituladas Entre los Muros de la Casa Vieja, de donde surgieron las estructuras de un nuevo edificio, cuya modernidad todavía se mantiene y perdura tanto en su curriculum como en otras formas que no tienen nada por envidiarles a la existente en el país.
Lo que antes andaban buscando otras instituciones, ya el instituto lo tenía, desde tiempo atrás. La misma Universidad Central y el resto de cuantas vinieron luego le debían al Pedagógico la mayoría de sus reformas, hasta el punto de que el aprendizaje de lo viejo se hizo nuevo gracias a lo que antes hubo de ser algo inexistente y hasta secundario.
Hubo un momento tan excepcional para nuestro instituto, que el creaba todo, en tanto que las universidades seguían a nuestra institución, con el único propósito de adelantarse en su huellas. Hoy día, sin embargo e incluyendo los pedagógicos restantes, ninguna Universidad – ninguna, en sí – forma tanto como este núcleo tan singular como ningún otro lo hubo.
Según se desprende del corpus del presente libro, en el mismo coexisten tanto la pequeña como la gran historia. En este trabajo, muchos de los lectores conocerán los altibajos que fueron produciéndose desde el año 36, según lo hemos repetido varia veces, año cuando – tal lo repetíamos, repitiendo – a Picón Salas empieza, en realidad el siglo XX en Venezuela.
Pero hemos de aclarar como aquí no nos limitamos a trazar un registro aproximado de lo que fuera nuestra casa de estudios dentro del ovillo cronológico del tiempo. Tal como lo planteaba don Alfonso Reyes, en una de sus obras, tanto las grandes, como las pequeñas cosas que hay que observarlas en todas sus dimensiones, viéndole sus virtudes y también sus defectos.
Bastaría con observar como lo que fuera al comienzo una institución indecisa y tambaleante para sus creadores, el tiempo habría de encargarse que creciera, tal les ocurre a las plantas. Las torceduras que sufrió nuestro instituto poco a poco se fueron corrigiendo con el paso de los días. Según lo que afirmara Rafael Escobar Lara, en 1939, fue una necesidad que el pedagógico aprendiera a alargarse sus pantalones y ello solamente podría lograrse gracias a que se creara una verdadera conciencia entre lo que debió ser una institución realmente de valor Universitario o una simple escuela normal, como lo pretendieron quienes se pasearon por la alta significación que quisieron lo lograron – al alcanzar los ideólogos de entonces - .
Como añadía el maestro Escobar Lara, todo centro de enseñanza superior – Universitaria, digamos – debía vencer los malos tiempos, tal ocurrió, a fin de poder deslastrarse de sus dificultades y adquirir el pleno derecho a proyectarse sin ningún género de inconvenientes.
Si antes – lo advertimos en nuestro ensayo –
Entre los Muros de la Casa Vieja, no solamente el Pedagógico fue el comienzo de otras instituciones de idéntica naturaleza, como la de Barquisimeto, Maturín y otras más, sino de que su vientre surgieron las tutelares bases que, hoy por hoy, le siguen dando lustre a la educación venezolana.
Si para 1986 - transcurrido ya su cincuentenario – el presente ensayo fue solo la expresión inequívoca de lo que el pedagógico seria después, hoy por hoy, ya podríamos imaginárnoslo – medio siglo más tarde – como un portentoso ejemplo de cuanto nos habrá de reservar el porvenir.

domingo, 15 de febrero de 2009

¿NUEVOS PARADIGMAS O NUEVAS PARADOJAS?


COMENTARIOS ACERCA DE LA OBRA “LA REVOLUCIÓN QUE NADIE SOÑO”

Henry Tovar

El propósito de abolir el pasado ya ocurrió en el
pasado y - paradójicamente- es una de las pruebas
de que el pasado no se puede abolir. El pasado es
indestructible. Tarde o temprano vuelven las cosas y
una de las cosas que vuelve es el proyecto de abolir
el pasado. J.L.Borges

Hemos leído, con cierta perplejidad, los dilemas planteados en la obra, “La Revolución Que Nadie Soñó”. La obra de Mieres, es también testimonio de la perplejidad de pensadores y científicos, quienes dan cuenta de lo que parece dejar de ser, sin que puedan vislumbrar lo porvenir. En todo caso, estamos siendo copartícipes del nacimiento de una cultura política universal, la cual ha comenzado por cuestionar los paradigmas con los cuales veníamos, por diversos caminos, cincelando nuestros modelos científicos, políticos y socio-económicos. Se nos dice que los conocimientos de la física cuántica y la teoría de la relatividad, desmontaron los fundamentos de la racionalidad predominante en la ciencia y en la política, tal como lo hizo en otra época el testarudo Galileo.

Conforme a Fernando Mieres algunas de las características de los paradigmas de la modernidad que habrían comenzado a ser cuestionados, son el principio de determinación causal, el naturalismo, el esencialismo, el culto al racionalismo, la lógica dicotómica, la idea de trascendencia, la creencia en un orden universal objetivo, y la separación entre objetividad y subjetividad. No obstante la complejidad del tema, nos atreveremos a disentir. Más adelante quisiéramos argumentar algunas ideas con relación al principio de determinación causal.

Ciertamente, la modernidad se fraguó en el molde de la razón. Su característica fundamental fue una pretendida visión racional del mundo. Contraria a una visión metafísica y religiosa de la realidad. Bacón, en primer término, y Augusto Comte, después, son en nuestro parecer los más importantes exponentes de tal pretensión. Desde entonces, la ciencia hubo de convertirse en dogma. No fue extraña la expresión irónica: "la religión de la ciencia."

Conforme a Mieres, se ha generado una segunda secularización, desacralizadora de la ciencia como religión. Pero, agregamos nosotros, paradójicamente desde una postura nuevamente cientificista y racionalista, sustentada en aportes de la física cuántica, la teoría de la relatividad y recientes construcciones referidas a una teoría de la complejidad y del caos. Nuevamente se pretende validar una concepción de la estructura de la materia, sin la comprobación empírica. Salvo que certifiquemos la validez absoluta de la teoría de la relatividad y las aportaciones inconcluyentes de la mecánica cuántica. Nadie duda de la importancia de los más recientes aportes de la física. Ellos abren nuevos caminos, hasta ahora intransitados por la ciencia. Las aportaciones matemáticas (racionales) de Einstein contradicen las propiedades del espacio y el tiempo newtoniano, pero, tampoco no han podido demostrarse. Dicho de otro modo, tienen un sustento fundamentalmente racional.

Los nuevos paradigmas de la teoría de la complejidad y del caos, partiendo de descubrimientos de la física, nos revelan la inexistencia del caos, tal como se le concebía, (desconexión, discontinuidad, irregularidad absoluta) Ahora sabemos, que el caos tiene su propia dinámica, ¿su propia lógica? a partir de la cual, surge un nuevo orden. La teoría de la complejidad, sustentada en conocimientos de la física, ha comenzado a negar el principio de causalidad. Conforme a él, efectos y causas se entretejen para generar una lógica borrosa, incapaz de predecir el origen y las consecuencias de un fenómeno. Estas fundamentaciones, pretenden sustentar una nueva lógica para el análisis de los problemas sociales, pero haciendo más imprecisos los conceptos con los que se sustentó la certidumbre de la modernidad. Es inexplicable entonces, ¿cómo inexistiendo principios causales, podemos construir nuevos principios que pretendan explicar la realidad?

Los principios de la teoría de la complejidad están siendo usados para entender la complejidad de nuestras sociedades abiertas. Ellos se convierten, de este modo, en expresión de regularidades observables las cuales harían explicable la realidad física y pretendidamente la social, pero desde una perspectiva en la cual no existen jerarquías fenoménicas, ni causas últimas. Pareciera que pretendemos refundar una física social, que paradójicamente poco podría explicar. Esta nueva lógica debería negar todo lo que conocemos como causas y consecuencias de la caída del Imperio Romano, causas y consecuencias de La Revolución Francesa, causas y consecuencias de La Revolución Norteamericana, y por supuesto negar los mismísimos motivos mencionados por Bolívar, en La Carta de Jamaica, como las causas de La Revolución Hispanoamericana. Es decir, se admite la existencia de unas causalidades iniciales, aunque no sean las que determinen finalmente la alteración completa de un sistema.

Los anteriores ejemplos permiten suponer la validez de una concepción de la causalidad relativa, enunciada por la filosofía materialista de principios del siglo XX. Pareciera que el error consiste en suponer el carácter universal de sus conceptos los cuales hoy se enuncian como nuevos. Por eso expresamos nuestra perplejidad, la cual no es indistinta de la de Francisco Mieres, cuando afirma: "De la misma manera, no he querido establecer ninguna jerarquía, entre esas distintas manifestaciones, que es lo mismo que decir que no he podido encontrar en el proceso analizado ningún principio determinador, ni externo, ni interno. Desde luego habría sido bastante cómodo establecer relaciones recurriendo a los paradigmas conocidos." (P.153) Obviamente, le resultó más cómodo recurrir a la lógica subyacente en los nuevos paradigmas, los cuales, aparentemente él comparte. Es decir, su propia lógica, la cual se sustenta, lamentablemente, en la negación de la lógica contraria.

Por otra parte, observamos que el trabajo de Fernando Mieres, constituye fundamentalmente un ensayo, con lo cual el discurso construido es apropiado para el uso de la paradoja, la ironía, pero en modo alguno para abordar de modo riguroso y con la lógica apropiada, el problema filosófico subyacente en la temática.

El texto entrecomillado en el párrafo anterior es un buen ejemplo de cómo los propios paradigmas tienden a reproducir ciertas lógicas. Esa declaración de Fernando Mieres, en la que afirma no haber conseguido ninguna jerarquía y ningún principio determinador, se corresponde con uno de los principios de la teoría de la complejidad. Pareciera entonces que todo aquel que comulgue con esos principios debería verse tentado a validarlos, tratando justamente de no ver o de ignorar la posibilidad de establecer alguna relación causal entre los fenómenos, bien físicos o sociales.

Otra de las características ciertas de la modernidad es la separación entre objetividad y subjetividad; La relación entre lo objetivo y lo subjetivo. Las disquisiciones filosóficas en torno a estos conceptos, creo que ha sido suficientemente útiles y fecundas para las ciencias sociales. Parecieran circunloquios intelectuales, discutir en torno al valor de estos conceptos, los cuales, dudo puedan ser ignorados como acervo de la necesaria intersubjetividad científica. Por eso referimos a Borges en tanto pareciera un intento por abolir el pasado o los fundamentos conceptuales, de todavía, nuestro propio presente. Una discusión más profunda en torno a este tópico podría ser objeto de extenso aparte.

Ciertamente la teoría de la complejidad y la teoría de la relatividad, junto a otros aportes de la física, han dejado nuestra razón a la intemperie. Una parte de las ideas cuestionadas sirvieron para construir el mundo actual. Ellas sirvieron para fundamentar nuestra visión científica, tecnológica, política y social. Los pensadores materialistas del siglo XIX dieron coherencia y síntesis al pensamiento precedente del siglo XVIII. Después de una buena labor crítica se creía que el proceso había logrado el deslastre necesario de ciertas lógicas precedentes. Se entendía que lo logrado hasta entonces era consecuencia del desarrollo de la ciencia, cuyo río se alimentaba de las distintas vertientes del pensamiento científico y social. Los pensadores materialistas lo asumían como complementario. No así los distintos ismos, que como castas enemigas intentaban afirmarse dentro del campo de las ciencias en general, y en un caso de mención particular, el de la psicología.

Los diversos enfoques de la psicología declararon siempre su arrogante verdad, o su primacía, contrariamente a los filósofos materialistas, quienes trataron de sintetizar todos los avances de la ciencia, lo cual derivó finalmente en el surgimiento de otras lógicas y métodos científicos, que son y siguen siendo, útiles para comprender, desde diversos ángulos la diversa y muy compleja realidad. En ese tránsito se hubo de reconocer, con angustia e impotencia, la imposibilidad de conocer la verdad última. Wittgenstein y Nietzsche, se percataron de los equívocos y de la finitud de nuestro lenguaje, y así lo proclamaron. El desarrollo posterior de la física demostrará ese angustioso presentimiento.

Entre Nietzsche, Wittgenstein y Russel, hay no obstante, un punto de quiebre de aquella relativa continuidad en el pensamiento filosófico. Los hombres del siglo xx, testigos alucinados de dos guerras mundiales, recrean el escepticismo y el nihilismo y dan origen al existencialismo, concepción humanista y filosófica con la cual se aborda nuevamente, desde una perspectiva distinta, los problemas del conocimiento. Constituye a su vez, una extraña amalgama, que desde el pesimismo se yergue para proponer una visión más humana y terrenal del hombre. Un punto de síntesis y encuentro, logra por una parte, una visión existencialista de carácter ateo, y otra existencialista de carácter cristiano. Uno de los más importantes representantes del existencialismo, como lo fue Heidegger, declara que la verdad es siempre una visión múltiple y personal. Y con esa apreciación comulgamos. De modo que no estamos completamente de acuerdo con la percepción de una ruptura real con la cual recomienza un "nuevo pensamiento" científico, unos nuevos paradigmas, los cuales, explicados con el discurso y el estilo de Fernando Mieres, no dejan de parecernos buenas paradojas.

JUNIO 2003

sábado, 31 de enero de 2009

POR QUÉ FILOSOFAR EN TORNO A LA EDUCACIÓN



  
Henry Tovar

 Con relación a esta pregunta se pueden esgrimir muchas respuestas, pero antes que responder podríamos seguir inquiriendo. Por ejemplo, ¿Por qué en lugar de preguntarnos con el término filosofar, no lo hacemos con el término pensar o reflexionar. ¿Tiene el mismo significado filosofar, que pensar o reflexionar? ¿Qué de distinto tiene el acto de reflexionar al de filosofar? ¿Es esta misma disyunción un acto reflexivo o filosófico? ¿Qué separa a la reflexión corriente del acto propiamente filosófico? ¿Tiene la filosofía una terminología propia y necesaria para el ejercicio filosófico? ¿Es necesario un método para el ejercicio de la reflexión corriente? ¿Es necesario un método para el ejercicio de la reflexión filosófica? ¿Es la reflexión un acto susceptible de extrapolaciones temáticas? ¿Se puede preguntar lo mismo en torno a la filosofía? Antes de continuar diré que hasta ahora creo haber reflexionado.

Nos interesa, por ahora, preguntar sobre otras consideraciones, para las cuales deberíamos comenzar por definir lo que entendemos por reflexionar, pensar y filosofar.

El Diccionario Usual Larousse nos señala que reflexionar es el acto de meditar, y de meditar nos dice que es la reflexión profunda. En el Diccionario Enciclopédico Salvat se lee que reflexionar es considerar nueva o detenidamente una cosa. Y de filosofar se afirma que es examinar una cosa como filósofo; mientras que pensar es definido como imaginar, meditar, considerar o discurrir. Estas afirmaciones podrían interpretarse como ejercicio correlacional de las ideas, mediante las cuales es posible reflexionar o filosofar. De modo que lo substancial es la corroboración de la diferencia entre reflexionar y filosofar, cuya acción surge de la sustentación en razones epistemológicas del acto de filosofar. En este párrafo, independientemente del rigor o la veracidad lograda creo haber filosofado. Entendemos entonces, que el acto de filosofar es sólo posible si se sustenta en categorías y dimensiones con las cuales sea posible delimitar lo objetivo y lo subjetivo y establecer determinada intersubjetividad.
Las anteriores afirmaciones sugieren también que filosofar en torno a la educación requiere determinar aquello que es propio de la educación; para que no ocurra lo que solía lamentar Descartes, cuando afirmaba que, "casi todos los conocimientos imperfectos tienen el vicio de reunir varias cosas en una y de tomarlas a todas por una misma idea,” ergo creemos haber sugerido una de las tantas respuestas posibles a la pregunta motivo del presente ensayo.

Podría afirmarse igualmente que el por qué tiene una de sus razones de ser en la necesidad de establecer el sentido o los sentidos de la educación, con lo cual se plantean distintas perspectivas para las cuales se requiere del análisis sustantivo de su naturaleza, diversidad y valor. Esa posibilidad sugiere la necesidad de un método conforme al cual se aspire a cierto rigor y objetividad.

Pensar o reflexionar en torno de la educación requiere conocer su amplitud epistemológica. Ésta categoría constituye uno de los conceptos menos unívocos. La educación es una categoría plural. Diríase que es un concepto más connotativo que denotativo, en tanto que admite múltiples connotaciones asociadas a tantas perspectivas filosóficas como sentidos del mundo existen. Se infiere entonces que la filosofía de la educación no tiene por propósito la búsqueda de la verdad con relación a un sentido único, sino fundamentalmente la búsqueda de la veracidad con relación a un determinado sentido, unidad y diversidad con lo cual se reafirma la necesidad de conocer como percibimos la realidad subjetiva y como la reflejamos en conceptos únicos, a partir de los cuales podemos nominar a una misma realidad.

El por qué filosofar en torno a la educación parece entonces tener, en uno de sus sentidos, la necesidad de establecer un método con el cual lograr mayor propiedad en el contenido y a la forma del discurso. Aunque, como lo señala Jean Francois Ravel, "Un pensamiento no esta protegido contra los errores y la ignorancia corriente, porque sea filosófico, o éste hable de cuestiones filosóficas. Se hace filosófico en la medida (y aún así) cuando elimina se las arbitrariedades y las ligerezas del reino de la opinión; (1) de lo cual se deduce que todo conocimiento que pretenda ser, en su forma y fondo, riguroso y veraz, no debería sustentarse en creencias y opiniones carentes de argumentación. Por consecuencia, este puede ser otro elemento distintivo de la reflexión filosófica con relación a la reflexión corriente. Aquella que gusta pasearse, a veces, por los reinos de lo humano y lo divino con la impropiedad de caprichosos juicios.

Diremos finalmente que la educación, como campo de conocimiento, requiere de una metodología que haga más comprensible sus propios procesos, delimitando y objetivando, es decir, con un discurso cuyas convenciones logren una determinada veracidad en sus criterios, tanto como la posibilidad de lograr diversidad de síntesis, razonables, fiables y exentas de prejuicios।

(1)Ravel, Jean Francois. Para Qué Filósofos. Colección Avance. Universidad Central de Venezuela, Imprenta Universitaria 1962 Pag. 36

jueves, 29 de enero de 2009

LA PERTINENCIA DEl TÍTULO EN LA INVESTIGACIÓN Henry Tovar


La grandeza y la superioridad de la ciencia natural del siglo XVI y XVII reside en que los investigadores eran todos filósofos. Ellos sabían que no había meros hechos, sino que un hecho sólo es lo que es a la luz de un concepto fundamentador y según el alcance de tal fundamentación. Martín Heidegger




Henry Tovar

Deseo referirme brevemente y de modo esencial a un contenido propuesto por Ana Sarelda, el cual lleva por título, "La necesidad del título en el trabajo de investigación." Ciertamente, este requisito suele ser materia incomoda, fundamentalmente para los investigadores, pero también para los periodistas y aún para escritores avezados en áreas distintas de la investigación. Esta materia parece objeto de exquisita discusión académica, y de igual modo, materia con frecuencia poco abordada. Mi aprecio por el tiempo y la escasez temática sobre el tema, en mis propios anaqueles, me obliga fundamentalmente a opinar.


Es sabido que la correcta enunciación del título en una investigación, facilita primeramente, la focalización del problema; también el reconocimiento inicial del texto o tema, subtexto y el contexto implícitos en una investigación. Podría decirse que constituye el punto inicial necesario para el planteamiento del problema. Caso menos probable, el punto terminal de una investigación. Salvo que, como ocurre de modo infrecuente con algunas investigaciones históricas, la precariedad documental o la ocurrencia de determinados hallazgos, desvíe al investigador de su objeto inicial de estudio.

Es posible y frecuente que la enunciación inicial se modifique sucesivamente durante la fase del planteamiento del problema, y en diversos casos, durante el desarrollo de la investigación. A veces, es necesaria la modificación, entre otros motivos para mejorar la sincronía entre los diversos asuntos expresados en el planteamiento inicial, por ejemplo entre la definición y las finalidades.

La selección del título, raramente o excepcionalmente, debería constituir un dilema en el caso de la investigación. El título debe reflejar la naturaleza del problema, su contexto, y debe tener la rigurosidad, contraria a la vaguedad y a la sugestividad, deseables en la creación artística.

En la literatura, propiamente hablando, los cambios radicales son más frecuentes. En ese campo, la selección final del título, generalmente no deja de producir cierta angustia creadora y fértil. En la investigación, diferentemente de la literatura, el título es por lo general, el precedente deseablemente riguroso del planteamiento del problema. En la literatura artística el título es importante, pero menos substancial. La buena obra literaria resiste el peor de los títulos. "Basura," por ejemplo, título de una novela del escritor colombiano Héctor Faciolince, no concuerda con su excelente calidad novelística. O bien "La Ostentación de la Ignorancia," o "Buchipluma", son títulos bastante retóricos, superiores a las obras de sus autores, cuyos nombres ya no recuerdo. O bien "La Ballena Rosada de Jonás," novela con título poético, bastante sugerente, de un libidinoso escritor argentino. En fin, en literatura el título puede ser garbozo, agudo, exquisito, o contrariamente: inexpresivo, anodino o ñoño.

En la investigación son exigencias, la precisión, la concordancia y una deseable brevedad. La redacción de títulos adecuados a los contenidos es ciertamente un problema bastante común, pero la unicidad o la complejidad de los temas, hace que la titulación sea el contenido menos enseñable en los cursos de metodología. No obstante, podría parecer artificiosa la investigación que, una vez concluida, no tenga aceptablemente enunciado su objeto de estudio.

El problema del título es tópico poco abordado, con profundidad, por los metodólogos. Pareciera que no constituye un problema de primerísimo orden para la investigación, no así el carácter metodológico de la propuesta. El marco conceptual, en cual se analiza el problema, es el que condiciona las posibles orientaciones de la investigación. Eso lo intuyó Martín Heidegger, quien escribió ¿Qué es la Cosa?, propuesta filosófica y libro de doscientas catorce páginas (parece ocioso), escrito para explicar, ¿Qué es la cosa?, una cosa, cualquier cosa.

Henry Tovar

domingo, 11 de enero de 2009

Rebelión judía contra el ataque de Israel

Historiadores e intelectuales judíos rechazan los métodos empleados por el Gobierno israelí contra los palestinos
El historiador Ilan Pappé sostiene que hay que calificar de "genocidio" la campaña militar de Israel en Gaza. Su colega Yakov Rabkin se muestra escandalizado por la "masacre". La periodista Naomi Klein afirma que toda la economía israelí depende en realidad de su músculo bélico. Y la activista Diana Ralph advierte que los "crímenes de guerra" no pueden quedar impunes.

Si está pensando que la Liga Antidifamación debería intervenir inmediatamente para frenar este tipo de declaraciones y cortar así la extensión del antisemitismo, aguarde un segundo: todos ellos son judíos. La invasión israelí de Gaza ha desencadenado un alud de actos y proclamas de ciudadanos de tradición judía contrarios a la política de Israel. En ocasiones, la rebelión apunta a la esencia misma de este país como "Estado judío". Y casi siempre se dirige contra la pretensión de Israel de representarles y de hablar

en su nombre.

"Israel actúa en nombre de todos los judíos del mundo, pero muchísimos consideramos un error tremendo su política: por la violencia que genera y porque nos perjudica gravemente", explica, en conversación telefónica desde Montreal, Yakov Rabkin, catedrático de Historia de la Universidad de Montreal y autor de La amenaza interior. Historia de la oposición judía al sionismo, publicada en España por Hiru.

La creación del Estado, en 1948, supuso un auténtico cisma en el mundo judío, nunca resuelto. Pese a que el país tiene desde entonces las puertas abiertas para todos los judíos del mundo, la mayoría ha declinado establecerse en Israel, que alberga a menos de un 40% del total, aunque suele hablar en nombre de todos ellos.

Portavoces cuestionados

"Muchos de los autoproclamados portavoces de la comunidad judía en el mundo son en realidad portavoces del Estado de Israel pero, en los países democráticos, las comunidades culturales o religiosas no necesitamos portavoces", añade Rabkin. Y agrega: "Los demás somos gente corriente y no nos organizamos tanto ni tenemos tanto dinero, pero somos la mayoría".

"El problema es que una minoría de extrema derecha ha logrado imponer su agenda mientras los judíos no militantes están en los márgenes.

¿Una exageración? Nadie lo sabe. Los portavoces de las organizaciones judías son mayoritariamente proisraelíes. Pero ello no significa que los ciudadanos de tradición judía compartan sus postulados.

Las elecciones de EEUU, que cuentan con radiografías demoscómicas muy precisas, demuestran más bien que existe un divorcio notable. En los últimos años, las principales organizaciones judías han apoyado de forma entusiasta a los republicanos George W. Bush y John McCain. Pero los judíos han votado masivamente demócrata: siempre por encima del 70%, entre 20 y 30 puntos más que la media del pueblo estadounidense. En la pasada campaña, McCain incluso se rodeó permanentemente del senador Joe Liberman, judío proisraelí. Pero el 77% del voto judío fue para Barack Obama.

"Creo que hay una mayoría silenciosa de judíos en el mundo que apoya la aplicación de los derechos humanos para toda la gente", recalca CecilieSurasky, portavoz de Voz Judía para la Paz, organización con sede en California. "El problema es que una minoría de extrema derecha ha logrado imponer su agenda mientras los judíos no militantes están en los márgenes. Sucesos como los de estos días en Gaza convencen a los judíos que hasta ahora han estado callados de que deben levantarse y decir basta", añade.

"¡No en nuestro nombre!"

Su organización cuenta ya con 43.000 afiliados y la tendencia es al alza. La invasión ha activado iniciativas pacifistas similares en todos los lugares donde hay una comunidad judía importante: en Francia, Otra Voz Judía ha programado una catarata de actividades, incluyendo conciertos de rap palestino y obras de teatro. Hay entidades parecidas en muchos países de Europa, aunque no en España, donde la comunidad judía es reducida.

En Canadá, Voces Judías Independientes y otros grupos han promovido acciones como la ocupación del consulado israelí al grito de "¡No en nuestro nombre!". Y más de 340 profesionales judíos han firmado un manifiesto que pretenden publicar como "carta abierta a los soldados israelíes" en periódicos de este país contra la campaña militar en curso y los "crímenes de guerra" y las "atrocidades".

"Un Estado judío es intrínsecamente racista y no puede ser democrático porque por definición discrimina a todos los que no son judíos"

"Esta actividad criminal no hace nada para mejorar el bienestar y la salud de los judíos. Al contrario: desde Sderot hasta Sidney, pasando por Ashkelon y Amsterdam, todos nos beneficiaremos de que haya justicia para los palestinos", recalca este llamamiento a la insumisión impulsado, entre otros, por Judíos Americanos por una Paz Justa.

Que los judíos hostiles o indiferentes a la política de Israel son muchos más de los que el activismo de las organizaciones sionistas puede hacer pensar lo demuestra un estudio reciente publicado en EEUU por Steven M. Cohen y Ari Y. Kelman: Más allá del distanciamiento. Los judíos americanos jóvenes y su alienación de Israel. La investigación, que explota los datos de la Encuesta Nacional de Judíos Americanos de 2007, muestra el choque que provoca Israel en el mundo de tradición judía y subraya de manera rotunda que la desafección entre los más jóvenes es muy acentuada: entre los menores de 35 años, menos del 20% dice estar "siempre orgulloso de Israel".

El fenómeno va mucho más allá de rechazar las acciones militaristas o campañas como la invasión de Gaza y se refieren a los cimientos mismos del Estado de Israel. Son judíos, pero no sienten que Israel o el sionismo tenga nada que ver con ellos: por ejemplo, entre esta franja de menores de 35 años apenas el 50% se siente "confortable con la idea de un Estado judío". Y el dato más extremo: sólo el 50% dice que "la destrucción de Israel sería una tragedia personal", porcentaje que llega hasta el 80% en la franja de mayores de 65 años encuestados.

"Un Estado judío es intrínsecamente racista y no puede ser democrático porque por definición discrimina a todos los que no son judíos", opina desde Canadá Diana Ralph, coordinadora de Voces Independientes Judías. "El sionismo es desde su inicio un proyecto imperalista y racista condenado al fracaso si no fuera por el apoyo masivo de EEUU y sus aliados", remacha.

Las disidencias, que existen desde siempre en la tradición judía y que ahora se han acentuado, empiezan a dar signos de anidar también directamente en Israel. El apoyo a la contundencia bélica "como derecho a la autodefensa" sigue siendo muy alto en este país, pero las grietas existen, como demuestra el importante movimiento de objetores de conciencia.

Uno de sus miembros destacados es Jonathan Ben-Artzi, sobrino del halcón Benjamin Netanyahu, que ha hecho un llamamiento al Gobierno de EEUU: "Hablo como un israelí que apela a los estadounidenses para decirles que no tienen que apoyar ciegamente a Israel. Las acciones de Israel no son todas santas (...) A veces es necesario que se dirijan con firmeza a Israel y nos digan, le digan a nuestro Gobierno, que ponga fin a sus acciones."

El todavía embrionario cisma interior israelí ha dado un salto notable en el campo intelectual en muy poco tiempo con la publicación de obras revolucionarias por parte de los "nuevos historiadores", que han puesto en cuestión desde dentro los grandes dogmas de Israel, aunque suponen una corriente netamente minoritaria.

Quizá el caso más notorios es el de Ilan Pappé (Haifa, 1954), que ha sacudido Israel con la publicación de La limpieza étnica de Palestina (Crítica). El libro sostiene que la limpieza étnica ha sido deliberada y organizada desde el principio del Estado con el fin de asegurar una mayoría judía en Israel.

Las principales autoridades del mundo intelectual israelí, con Benny Morris al frente, se han volcado en rechazar el trabajo y en cuestionar su rigor. Pappé vive ahora en Reino Unido e incluso se ha sumado a las campañas de boicot académico contra las universidades israelíes, incluida la suya de siempre: la de Haifa.

En estos días de furia, el blog de Pappé echa humo. "Parece que incluso los crímenes más horrendos, como el genocidio en Gaza, son tratados [por la comunidad internacional] como acontecimientos discretos, sin conexión con nada del pasado y sin asociación con ninguna ideología", escribía en un post del 3 de enero.

A juicio de Pappé, es crucial que la opinión pública comprenda la naturaleza de la "ideología sionista" como "la mejor manera de explicar las operaciones genocidas como la que vive ahora Gaza" y al mismo tiempo avanzar en acciones que prevengan "cosas incluso peores" en el futuro.

"Hay una gran confusión entre los términos israelí, judío y sionista. El propio Estado de Israel la fomenta, pero es muy peligrosa"

Shlomo Sand (Linz, Austria, 1946), historiador de la Universidad de Tel Aviv, acaba de publicar otro libro rompedor, aún no traducido al español, Cómo y cuándo se inventó el pueblo judío, en el que hace añicos los mitos fundacionales. La academia oficial también ha salido en tromba a criticarlo, pero su extraordinario éxito de ventas en el país -más de 20 semanas consecutivas en la lista de más vendidos- muestra hasta qué punto las cosas están cambiando incluso en Israel.

El fenómeno ha sacudido la política tradicional en episodios aislados, pero de gran impacto simbólico. Abraham Burg, ex presidente del Parlamento de Israel, de la Agencia Judía y de la Organización Sionista Mundial, ha abjurado de manera estruendosa del sionismo y trata de agitar a la sociedad israelí para que empuje hacia un cambio de rumbo radical. De lo contrario, advierte, Israel no tiene ningún futuro.

La crítica de Burg va a la raíz del sionismo mismo: ha llegado a decir que la presión que observa en Israel contra los árabes tiene paralelismos con la que sufrieron los judíos en los regímenes nacional-socialistas antes de la Segunda Guerra Mundial. Su tesis es que Israel, en su actual formato que privilegia a los judíos, sólo puede sostenerse a través de la violencia y augura que esta será cada vez más brutal.

Responsables

El catedrático Yakov Rabkin le secunda desde Canadá: "Toda la idea de crear un Estado étnico contra la voluntad de gran parte de la población implica uso de la fuerza. ¡No hay otra manera de hacerlo!", opina. El historiador se pregunta cómo es posible que la comunidad internacional y la potencia colonial en la zona, Reino Unido, se laven ahora las manos ante una situación explosiva que a su juicio contribuyeron a crear.

"¡Hannah Arendt tenía razón! Ella advirtió exactamente qué iba a pasar: es imposible que este Estado viva en paz. Y los judíos de todo el mundo pagamos las consecuencias", concluye Rabkin. La consecuencias, aclara, es el aumento de ataques e intimidación contra los judíos en todo el mundo y la minimización del Holocausto.

"Hay una gran confusión entre los términos israelí, judío y sionista. El propio Estado de Israel la fomenta, pero es muy peligrosa", lamenta. Y concluye: "El antisemitismo tradicional sigue existiendo, pero ya no es la mayor causa de acoso a los judíos. Ahora, el principal riesgo de sufrir una agresión son represalias por la política de Israel".

La confusión causa estragos: si Rabkin estuviera hoy en Madrid y decidiera ir a la manifestación contra la guerra, muy probablemente avistaría más de una pancarta equiparando el símbolo nazi con la estrella de David. O haciendo lamentables juegos de palabras con el Holocausto.



LA POLÍTICA GUERRERISTA DEL ESTADO ISRAELÍ


 
 
Henry Tovar

11/01/09

Son inconsistentes y siempre sospechosas las razones esgrimidas por el Estado Israelí para justificar su permanente política de agresión contra el pueblo palestino. Cada agresión parece responder a un libreto político en donde se camuflan y sobreponen diversos intereses, ajenos al verdadero deseo de paz y seguridad para Israel. Antes y ahora, el verdadero discurso de la violencia pareciera responder a la necesidad de impedir la paz y la seguridad mutua con sus vecinos.

Los israelitas, y cualquier observador inadvertido, saben que el desarmado pueblo palestino no constituye una amenaza real contra la existencia del Estado de Israel, y que la seguridad del pueblo hebreo podría asegurarse con medios distintos a la promoción y la multiplicación infinita de la violencia. Pareciera que la verdadera intencionalidad es afianzar los medios, con los cuales han logrado expandir sus fronteras, seguir disgregando a la población palestina y sabotear la creación de un Estado palestino. De modo que, expansión, exterminio y provocación, constituyen palabras clave para comprender las motivaciones guerrerístas del sionismo. A las que se antepone el verdadero y radical interés de Estados Unidos, y algunas potencias occidentales, por mantener una situación de inestabilidad que perpetúe su presencia en la región.

Cada enfrentamiento militar con el Estado de Israel, constituye una ocasión para que éste se quede con un pedazo de territorio, y para debilitar a las naciones que luchan por su integridad territorial y su legítimo derecho a expulsar a los invasores de los territorios árabes. Conforme señala Chomsky, en su libro “Ilusiones de Oriente Medio” (2003), “de un total aproximado de 400 colonias implantadas después de 1948, unas 350 ocupaban tierras pertenecientes a refugiados; cerca de los dos tercios de las tierras cultivadas adquiridas por Israel habían sido propiedad de Palestina”. Cada enfrentamiento militar constituye siempre la ocasión para la liquidación de centenares de palestinos y el aumento de su diáspora. La prensa del domingo 11 de enero señala que Israel se apresta para continuar su ofensiva después de haber matado a 850 palestinos, cifra cuya mitad corresponde a mujeres, niños y ancianos a quienes ahora se les exhorta, mediante panfletos, a “abandonar los lugares de operación de las tropas”, advertencia que no se les hizo cuando se produjo la primera fase de la masacre.

Las más recientes agresiones, en gran escala, fueron justificadas por Israel con el argumento de haber actuado para defenderse de cohetes lanzados desde el sur del Líbano, o bien como en el presente, desde la Franja de Gaza. Cada agresión, desproporcionada, constituye a su vez en un obstáculo para lograr acuerdos perdurables.

Nunca han faltado argumentos inconsistentes y provocaciones como la captura de dos soldados israelíes en territorio libanés, lo cual sirvió de pretexto para justificar los ataques contra la población civil del Líbano y a las milicias de Hezbolá, en julio del año 2006.
De modo que la negativa del sionismo, dentro y fuera de Israel, para negociar un tratado de paz que restablezca cierto equilibrio político, como el existente en las fronteras hasta el año 1967, parece ser la razón más consistente para comprender las políticas guerrerístas del Estado Israelí. No obstante, es evidente que tales políticas de expansión, segregacionismo y provocación permanentes, han profundizado el conflicto y han dado a Israel falsas ventajas con las cuales no aseguran su existencia como nación, en el contexto del fortalecimiento de naciones islámicas.

Finalmente, pareciera que una de las apuestas del sionismo se orienta hacia la provocación militar en la búsqueda persistente de una conflagración regional con la cual pudieran creer liquidar a sus más fuertes adversarios, quienes no son precisamente los grupos más radicales, palestinos o libaneses.

Henry Tovar